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-¡Me detesta! ¡El profesor Snape me detesta!

Harry Potter, alumno de primer año de la casa Griffindor del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería era uno de los magos más famosos del mundo, todo el mundo lo respetaba, quería y… bueno, no todo el mundo. Al parecer el profesor de pociones Severus Snape lo odiaba a muerte, era el maestro más desagradable que le impartía clases al "niño que vivió" en su primer año de escuela.

Todos los viernes en su clase de pociones dobles con los Slytherins, el profesor Snape no dejaba de demostrarle a todo el mundo lo mal estudiante que era Potter y la gloriosa mente brillante que era Draco Malfoy.

Ese viernes en particular el profesor Snape había criticado la forma en que Harry mezclaba los ingredientes de su poción en el caldero "¿A eso le llama remover en sentido horario?- había dicho- ¡Hasta Longbottom lo haría mejor!" desafortunadamente lo peor vino después cuando por un leve descuido Harry dejó de mover la poción por un diminuto minuto y la sustancia rosa chillón que había en el interior tuvo oportunidad de hacer ¡BLOOM! O lo que es lo mismo, animarse a salir volando en todas direcciones justo en el momento en que el profesor Snape estaba al lado revisando la perfecta poción de Hermione Granger.

Cinco puntos menos para Griffindor- gruñó el profesor Snape con una desagradable mancha rosa en el grasiento cabello.

Sí, ese viernes no era el viernes de Harry Potter…

Severus Snape no dejaba de tallar con insistencia su cabello. ¡Esa mugrienta mancha rosa no podía quitarse!

Maldita sea- gruñó con su peor humor mientras revisaba entre todas sus botellas de pociones alguna que pudiera actuar como quita-manchas.

Afortunadamente para él en último momento logró hacer que la mancha cambiara de color, al menos una mancha negra no se notaría a primera vista. Ya tendría tiempo de trabajar en algo que pudiera servirle durante la tarde.

Lamentablemente los Ravenclaw de segundo año pagarían las consecuencias de su mal humor ese viernes…

Diez puntos menos para Ravenclaw así como una carga doble de deberes habían suavizado un poco el mal humor de Severus.

Ahora en el Gran Comedor a la hora de la comida sentado a la mesa de profesores parecía estar de mejor humor, bueno, si Severus Snape podía estar de buen humor.

-Se…Severus

Snape giro con fastidio para toparse con el estúpido turbante del profesor Quirrell. El profesor de Defensa contra las artes oscuras pareció más atemorizado que cuando le preguntaban sobre el vampiro que había encontrado en sus viajes…

La cara de Severus indicaba que no estaba de humor para estupideces y que si Quirrell tenía algo "importante" que decirle era mejor decirlo ahora o los Griffindor de tercer año tendrían serios problemas y una baja considerables de puntos como represalía.

Me… me preguntaba si… si…- Quirrell tartamudeaba más que de costumbre.

La oscura mirada de Snape no dejaba lugar a dudas un rotundo "NO" era su respuesta a lo que sea que fuera que quisiera Quirrell. El pobre hombre con turbante guardo silencio, ya sería para después.

Esa tarde los Griffindor no habían tenido clase de Pociones por primera vez en todo el curso escolar. ¿Dónde estaba el profesor Snape? Nadie lo sabía, simplemente ya había pasado media hora del inicio de la clase y el profesor de negra ropa no había llegado.

Si no hubiera sido por la llegada de Percy Weasley un prefecto de Griffindor se hubieran quedado esperando en los calabozos toda la clase.

El profesor Snape no podrá darles clase hoy- informó el mayor de los Weasley en Hogwarts- regresen a la sala común en la torre Griffindor.

Que Severus Snape no había dado clase era tan insólito como si Peeves fuera un buen duende y ayudara a los alumnos. ¿Qué había pasado? ¿Qué había sido de Severus después de la comida?

Por más teorías extrañas y divertidas que Ron y Harry se inventaban sobre la desaparición de Snape nada más no podían atinar a cuál sería la razón verdadera.

Pues lo que sea, espero que lo tenga muy lejos de aquí- dijo Ron Weasley mordiendo su rana de chocolate.

Ojalá hubiera faltado a la hora de nuestra clase- dijo Harry- así no hubiera perdido puntos.

Después de la hora de la comida nadie había visto por ninguna parte al profesor Severus Snape, ni los profesores, ni los alumnos, ni Filch o la señora Norris; Peeves el poltergeist dijo que lo había visto corriendo por el bosque prohibido pero obviamente eso era una gran mentira.

¿Dónde estaba Severus Snape? Nadie podía aparecer y desaparecer dentro de Hogwarts ¿o sí? Dumbledore ya había pedido a todos los habitantes de los cuadros que le buscaran, hasta las armaduras parecían estar en movimiento para tratar de encontrar al profesor de pociones desaparecido.

Nada, no tenían ni una pista, no estaba ni en los calabozos, ni en su oficina, ni en la Casa Slytherin, ni la biblioteca y mucho menos en la torre más alta de Astronomía.

Todos respondían lo mismo cada vez que el director les preguntaba sobre si ya lo habían encontrado "no está en el castillo, profesor Dumbledore" No, el profesor Snape no había sido enviado a ningún encargo especial por parte de Albus Dumbledore y que él supiera tampoco había mencionado tener la intención de salir ¿habría sucedido algo de improviso? Esperaba que no, entonces ¿dónde estaba el profesor? No, Severus Snape no era de las personas que desaparecen así porque sí.

Hasta el mismo Hagrid había sido puesto a revisar en los alrededores del castillo por sí realmente había salido sin que ninguno de los demás elementos docentes lo supiera.

Albus Dumbledore no quería admitirlo pero comenzaba a preocuparse sobre dónde podría estar Severus… ¿y si le había pasado algo malo?

Vamos, Albus- se habló el director a sí mismo- es Severus, él sabe cuidarse- hizo una pausa- sé que sabe cuidarse pero ¿dónde está?

Esa era la pregunta del millón…

Continuara…