Capitulo 1
Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer
Hijo, hijo, espera – rogaba la mujer, su hijo se encontraba enojado, no podía creer que otra vez le estuviera pasando aquello, hasta cuando tendría que soportarlo?
Señor Masen?, señor Masen! – exclamo su secretaria, una joven mujer de unos veintidós años, cabello negro y contextura refinada, trabajaba para la empresa de su padre desde que salió de la escuela secundaria
Salió del lugar, aquella noticia lo había devastado, porque la vida volvía a ser de esa forma con él? No quería pasar de nuevo por todo aquello que vivió en su infancia, no quería, su teléfono comenzó a sonar, era su madre, una mujer joven para tener a un hijo de su edad.
Veinticuatro años, veinticuatro años era lo que se leía en su documento de identidad, veinticuatro años de los cuales doce vivió visitando hospitales por su enfermedad, hacia solo cinco años se había considerado vencedor, otro vencedor mas de aquella enfermedad que acecha a muchos, el cáncer.
Recordaba que cuando tenía siete le gustaba jugar a futbol, vivía en el campo y hasta ese momento su vida era como la de cualquier niño; un mal golpe le provoco un tumor y el tumor era cancerígeno. No sabía qué era eso en aquel entonces pero lo averiguo días después, días, años en los que luchó, ahora a sus veintitantos según curado de todo volvió a aparecer.
Madre – contesto a través de su teléfono
Hijo – dijo su madre, su voz se interrumpió seguramente por las ganas contenidas de llorar – hijo, volveremos a hacer todo, estarás bien en poco tiempo
Por su puesto madre – dije no quería preocuparla, no quería decirle que ya mis esperanzas se acabaron en el momento en que recibí mi diagnostico, no quería la compasión de mis padres, ni de nadie, solo quería vivir lo que me quedaba, no quería pasar el resto de mis días entre hospitales.
Hijo – siguió
Tengo que colgar, tengo… tengo que ver a Lauren – le dije, solo quería escapar de aquella conversación
Le dirás?
Si me quiere como dice no le importara – le respondí y aunque conocía a mi algo más que amiga, sabia como era en ciertos temas, camine y camine, quería distraerme, alejarme del mundo feliz que me rodeaba
Mientras iba hundido en mis penas y pensamientos un leve canto llego a mi oído, no quería distraerme, quería hundirme en mi amargura así que le dije a mis pies que continuaran, pero llevándome la contraria se dirigieron hacia una multitud; mire de lejos, al parecer alguien cantaba en medio de ellos, seguramente algún vagabundo por un poco de monedas.
Sonreí un poco cuando vi desde lejos como es que trabajaban, mientras al parecer la persona de la voz cantaba, otros aprovechaban para sustraer una que otra pertenencia, era entretenido ver mientras no me tocara a mí.
Aunque… porque la vida permitía tantas bajezas? Primero yo… enfermo desde los siete años, una criatura inocente sufriendo de una grave enfermedad, y ahora unos niños robando para poder comer o al menos eso suponía.
Le dieron unas monedas a la cantante, una dulce voz con esa era por supuesto de una chica; la gente comenzó a dispersarse, seguramente cuando llegaran a casa verían que algo les hacía falta.
Eran alrededor de unos cuatro niños tal vez entre las edades de diez a catorce, la chica que cantaba era también una niña de tal vez unos quince o dieciséis, cabello menudo castaño, tal vez tenía una belleza oculta tras tanta suciedad, pero aun así ella sonreía feliz como en ese momento yo no podría hacerlo… o tal vez nunca más.
Cogí mi móvil y marque el numero de Lauren, era hora del gran show – diga?
Necesito verte
Hola Lauren como estas? Estas disponible hoy? Es que tengo ganas de conversar contigo – dijo ella sarcásticamente
Si, si lo que sea
Nos veremos en una hora en el restaurant de siempre, de acuerdo?
Sí, nos veremos ahí, tengo algo importante que contarte
Observe de nuevo hacia donde estaban aquellos niños de la calle, ya no se encontraba ninguno. Camine hacia el restaurante, tenía que sacar mi frustración por cualquier medio.
o-o-o
y luego mi amiga dijo que eso era imposible, que yo no tenía talento, ¿lo crees posible? Ella dijo eso a mi espalda y se dice mi amiga, la odio!
Lauren por favor
Ah y sabes lo mejor? No la contrataron, es tan simple que solo pasaron de ella, ja me rio en su cara
Voy a morir Lauren – dije interrumpiéndola después de media hora de conversación por parte de ella, y por lo visto ese era el modo de hacer que dejara de hablar, si lo hubiera sabido lo hubiera hecho hace rato
Repite eso - pidio
Aroe una larga respiración – tengo cáncer en mi rodilla
Podrían cortarte la pierna y te salvarías – sugirió, no pude evitar soltar una carcajada
Fácil es decirlo, difícil hacerlo, primero que nada no podría caminar, aunque una silla de ruedas lo solucionaría, lo segundo quien querría a un paralitico enfermo? Y por último es imposible porque el cáncer se ha expandido mas allá de lo que se puede amputar.
Edward – dijo, sus ojos se veían llorosos, ahora si sabía que lo quería – no, no es posible, eres tan sano, te ves sano
Por fuera, por dentro estoy podrido
La quimioterapia podría ayudarte
Pase toda mi infancia y parte de mi adolescencia en hospitales, crees que quiero volver a pasar por eso? Y luego qué? Luego me dirán que otra vez me regreso?! – ahora si lo he dicho, no quería pasar por todo para que sea un simple fracaso
No nos puedes hacer eso! – dijo desesperada, su voz subió unos niveles por lo que los que estaban alrededor voltearon a vernos, y verla llorando tal vez pensaron lo peor de mi – por favor Edward – rogó
No lo haré, dejare que la vida cobre lo que tenga que cobrarme – estaba decidido, eso es lo que haría así mi madre y padre sufrieran por mi decisión.
Y yo donde quedo?
Te casarías con un enfermo sentenciado a muerte, tal vez quedando viuda muy joven? – Lauren retrocedió, aunque sus ojos lucían llorosos los movimientos de su cuerpo decían otra cosa
Te quiero Edward – respondió – eres más que un amigo para mí
Ahora sí, que me quedaba? Ya me había resignado a morir, a dejar todo y no pasar por el tormento que hizo que perdiera mi infancia.
Salimos del restaurant ya era de noche, acompañe a Lauren hasta su vehículo, yo decidí volver a caminar para pensar las palabras que les diré a mis padres, pase por una callejuela, la parte trasera del restaurant al que asistí. Detuve mi andar cuando vi como aquel hombre tiraba con fuerza a alguien hacia el duro piso.
Mugrosa ladrona, ya verás lo que pasara cuando llegue la policía – grito el hombre robusto, no tuve que esperar mucho, una patrulla policiaca se detuvo al lado mío y de él se bajaron dos hombres de uniformes dispuestos a llevarse a la chica
Su rostro se me hacia familiar pero no podía recordar de donde, no frecuentábamos los mismos lugares era obvio
No por favor - rogo la chica, ahora si aquella voz dulce, era la cantante
A donde la llevaran? – pregunte, no sabía porque pero sentí curiosidad por aquella niña ladrona así que memorice la dirección. Sus ojos color café se quedaron viendo fijamente los míos, rápidamente regreso su vista a la patrulla y su desespero por huir salió a flote.
Vi como se alejaban de aquel lugar y yo continúe mi camino, en ese momento me di cuenta que en todo el día ese había sido el único momento en que me había distraído de mi muerte.
Seguí caminando tal vez deseando ser también asaltado y que el asaltante me atacara con un arma para no tener que decirle a mis padres mi decisión, pero nada sucedió, llegue al lujoso edificio donde vivía solo desde hace tres años.
Donde has estado todo el maldito día?! – pregunto mi hermana pequeña, era una enana pero con un temperamento del demonio
Alice – se le inundaron los ojos y corrió a abrazarme
No es justo
Que quieres que te diga?
Nada! Porque sé que me dirás, y…yo no lo quiero aceptar! Eres mi único hermano – lloro en mi pecho
Tal vez alcance a verte graduar del colegio – dije regalándole una sonrisa, eso hizo que su llanto se intensificara – quisiera poder quitarte ese dolor
No Edward, es lo único que puedo sentir por tu enfermedad, lo único que puedo compartir contigo, y lo único que me une a ti en estos momentos
Soy feliz
No digas eso Edward tengo cientos de razones por las que se no lo eres, y una de ellas es maldito cáncer que no deja a mi familia tranquila, pero sabes que es peor que el cáncer?
La quimioterapia?
No, Edward, eres fuerte y no te importaría pasar por eso tres veces más! Pero…no quieres ser feliz porque tienes miedo!
Yo no tengo miedo.
