N/A: Hola a todos de nuevo! Muchas gracias a todos por su apoyo en mis últimos fics, y por ser tan pacientes con ellos. Como ya había comentado antes, este año daré mi mayor esfuerzo para mantenerme constante con las actualizaciones, aunque no creo subir capítulo semanalmente. Probablemente será cada dos semanas, o algo por el estilo. Lo que sí sé es que esta vez haré mejor las cosas, este escrito ya va bastante adelantado, aunque todavía no está terminado. Porque sí, esta vez se viene una historia un tanto larga, y no para los gustos de todas las personas, por la pareja que presento. Sin embargo, espero que disfruten mucho este nuevo vómito textual!
F. Rui-chan.
LOS PERSONAJES DE SAINT SEIYA PERTENECEN A MASAMI KURUMADA.
UNICAMENTE LA HISTORIA ES DE MI PROPIEDAD.
XoxxoX
-Adelfa-
Llevaba un buen rato despierto, buscando la ropa que había dejado tirada al entrar al cuarto desconocido. Si bien las consecuencias del alcohol no aparecían todavía, igual se sentía desubicado, sin poder recordar exactamente qué había pasado, además de lo obvio.
Suspiró mientras se agachaba para buscar sus zapatos debajo de la cama donde la chica morena dormía. Al alcanzarlos estiró más los brazos y consiguió sacarlos, ahogando una risa al ver lo lejos que los había dejado. Tratando de irse con el mayor silencio posible se puso de pie y, con el calzado en la mano, abrió la puerta del cuarto y salió, dándose cuenta que estaba en un hotel, y por la forma en la que el pasillo estaba decorado, parecía que en uno no muy barato.
Sacó del bolsillo del pantalón su billetera para revisar si la habitación ya estaba pagada, pero se dio por vencido al no recordar exactamente cuánto dinero llevaba al salir de casa. Encendió el teléfono para ver si podía acceder a su cuenta bancaria, pero el desbloquearlo aparecieron las fotos que había tomado esa noche.
-Ah, entonces vine a una fiesta…- suspiró-. Supongo que él… o ella… se estará hospedando aquí. Bueno, entonces me voy.
Si eso hubiera pasado un par de meses antes habría bajado a la recepción para cerciorarse que todo estuviera pagado, dejando su contacto con el trabajador de turno para que así la persona con la que había pasado la noche pudiese hablarle si había que pagar algo más, si quería preguntarle alguna cosa, o entregarle algo. Sin embargo, con el pasar del tiempo había dejado de preocuparse por todo eso. Incluso recordaba como antes hacía lo posible por recordar el nombre de la persona con la que se había acostado, pero ahora no se preocupaba ni siquiera por saber con quién lo había hecho. Hombre o mujer, ya le daba igual.
Al llegar al estacionamiento sus pensamientos cambiaron completamente. ¿Quién lo había llevado al hotel? Recordaba vagamente que no había conducido, estaba consciente que había dejado su carro en el taller desde hacía un par de semanas; además que nunca le había gustado conducir después de tomar, por lo que siempre le pedía a alguien de los que iban a ir con él que le llevaran. Pero no sabía quién había sido, y como quería largarse lo más pronto posible, decidió averiguar quién le había hecho el favor esa vez.
Volvió a desbloquear el teléfono, pero esta vez fue hacia el registro de llamadas, esperando no encontrarse con la misma estupidez que a veces cometía. Sin embargo allí estaba, había hecho tres llamadas a la una de la mañana a la única persona que no debía haber llamado. Aunque parecía ser que él no había respondido ninguna, lo que le hizo tranquilizarse hasta que revisó los mensajes que le habían enviado, encontrándose con un simple "espérame en el bar del hotel. Ya llego" de la misma persona a la que le había marcado.
Se llevó las manos a la cabeza, bufando molesto. El mensaje era de aproximadamente una hora, por lo que estaba seguro que él ya había llegado. Bufó y haló su cabello hacia atrás una última vez, decidiéndose a entrar y enfrentarse a la persona que había estado evitando desde hacía un buen rato.
Y como si fuera un adolescente buscó el reflejo de la ventana de algún carro para tratar de arreglarse un poco, fallando miserablemente debido a la oscuridad del lugar. Suspiró molesto otra vez, dándose por vencido, y caminó hacia el hotel otra vez.
Una vez en el lobby buscó el bar con la mirada, sabiendo que no debía estar muy lejos. Efectivamente, la barra se encontraba al fondo de un pasillo por el que muchas personas caminaban, algunas trastabillando, otras todavía en sus cinco sentidos. Ya dentro del local, decorado solo con la vitrina de los licores y la barra, buscó al chico de la distintiva cabellera larga y castaña, pero no lo encontró. Sin embargo pudo ver a alguien que reconoció al instante, por lo que se le acercó, sentándose a su lado.
Observó cómo el moreno vaciaba el vaso con el líquido transparente, sin decir nada, sin preguntar por qué estaba él allí y no Shun. Escuchó cómo dio el último trago de lo que creía era vodka y esperó a que el otro hablara.
-No entiendo cómo esto puede atontarte tan rápido. Llevo unos diez vasos de esta cosa y no siento nada de nada- el rubio ignoró el comentario.
-¿Cuánto llevas aquí?
-Unos cuarenta y cinco minutos… Aunque bien que te busqué unos quince minutos en los salones de las fiestas. Así que tendré una media hora esperándote.
-¿Y Shun me sigue buscando o…?
-No, solo vine yo.
-Pero…
-Ayer fue sábado, ¿recuerdas?- ante la mirada confusa del rubio, el otro suspiró-. Todos los sábados salgo con Shun a cenar, ¿o estás tan borracho que tengo que recordarte quién soy y por qué ceno con mi hermano una vez a la semana?
-No, imbécil, lastimosamente me sigo acordando de todo eso.
-Bien, me alegro. Cuando estábamos comiendo me comentó que habías salido a una fiesta, que él se había ofrecido a llevarte, pero que dijiste que no.
-Eso no le recordaba… ¿Quién me trajo?
-Yo qué sé- el moreno hizo una seña al bartender, pidiendo otra bebida-. Solo sé que Shun guardó la dirección del hotel por si algo te pasaba.
-¿Y tú cómo te enteraste de eso?
-Cuando nos fuimos del restaurante y pasé dejándolo en la mansión volvió a dejar el celular en mi carro. Al llegar a mi apartamento lo bajé y a la una de la mañana me despertaste- el trabajador le sirvió el vaso con vodka y hielo, por lo que el mayor pidió la cuenta-. ¿Sabes? Iba a contestarte a la segunda llamada, pero quise ver qué tanto seguías insistiendo. Después que pasaran unos cinco minutos desde la tercera supuse que ya estarías en algún cuarto con alguien, así que te envié el mensaje, revisé la dirección y he estado tomando desde que me senté-empinó el vaso, tomándose todo su contenido de un solo trago-. Y ahora vámonos.
-¿Se puede saber cómo demonios me enviaste el mensaje desde el celular de Shun? ¿Quiero decir…?
-¿Por el pin del bloqueo de pantalla? Créeme cuando te digo que mi hermano es el ser más simple del mundo, Hyoga. Ahora sí, vámonos.
Dejó un par de billetes debajo del vaso y salió del local, dando por sentado que el otro lo seguía. Caminaron en silencio mientras buscaban el carro en el parqueo, y una vez dentro, Hyoga habló.
-Oye, Ikki.
-Sí, ya lo sé. Vamos a ir a mi apartamento, pasas allí la noche otra vez, y no tienes que preocuparte por los regaños de Saori.
-O el escándalo de Seiya al saber que ni siquiera me acuerdo con quién me acosté- el comentario hizo que el conductor soltara una risotada al imaginar al castaño así. Y mientras seguía riendo, añadió:
-O el sermón que te va a dar Shiryu mientras Tatsumi asiente desde la cocina…
-Y después dice, según él en voz baja, que somos un deshonor para la familia de la señorita Saori- los dos rieron otra vez, recordando las veces en que aquello había pasado cuando los dos vivían bajo el mismo techo. Sin embargo Hyoga hizo que el ambiente muriera al decir un tanto melancólico:- Y tampoco tendré que ver a Shun preocupado…
El camino siguió en silencio por el comentario, que hizo que Ikki suspirara y apretara el volante un tanto molesto. Pero cuando el rubio comenzó a sentirse mareado, Ikki tuvo que estacionarse en la cuneta y ayudarle a salir, para que después se apoyara en un árbol y dejar que todo lo que había comido en la cena terminara en el suelo, probablemente las consecuencias retrasadas del alcohol. Y, tal vez por eso, quedase inconsciente después, pues no recordaba nada más.
XoxxoX
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Hasta la próxima
F, Rui-chan
