Miradas
Esmeralda. Ese color que durante años amé y odié al mismo tiempo. Color de mi Casa, mi signo de distinción. Slytherin. Sinónimo de grandeza, intrigas y maquinaciones. Durante siete años de mi vida, también ese color fue el blanco de mis burlas. Esos ojos verdes que me miraban tras esas horrendas gafas, que respondían con odio a mi desprecio, pero aun así correspondían mi mirada.
Daba igual cómo, pero me tenían presente. Ahora me doy cuenta de que necesitaba la atención de esos ojos verdes a toda costa. Cuando no conseguí que me miraran con amistad, recurría al odio. Pero después de la guerra, que acabó con muchos de nosotros, cuando me di cuenta de que entonces empezaba de verdad mi vida sin influencias, no me bastó con el odio, pues ya no estaríamos en Hogwarts y no podría ver esos ojos todos los días. Así que sutilmente, conseguí que el esmeralda pasase de mirarme con desprecio a que lo hiciese con cariño, y finalmente con amor. Logré que el verde esmeralda se convirtiese en mi color favorito, el color de mi casa y el de mi vida.
Plata. Ahora, ese color me dice muchas cosas. Me habla de cariño. Amor. Un cálido hogar que me acoge cuando lo llamo o que acude a mí en busca de consuelo. Cuando me pierdo en la plata líquida de su mirada, sé que no hay nada que temer. Que mientras él esté conmigo, y me mire así, todos los sufrimientos dejan de ser importantes, desplazados por la certeza de tenerlo junto a mí. Porque e aún no sé cómo, ese enemigo de la infancia ha preferido mi compañía. Recién enterrados nuestros muertos tras la última batalla, aún sin creernos del todo que la pesadilla hubiera acabado ya, se acercó a mí. Parecía otra persona. No me malinterpretéis, seguí siendo igual de retorcido, ególatra en impertinente de siempre, pero había algo, no sé el qué, diferente. Poco a poco esos ojos plateados se fueron colando entre mis defensas, hasta mi alma. Y se quedaron allí, Merlín que sí. Y no pude ( ni quise) hacer nada para evitarlo. Y aquí continúa, esa mirada que se derrite al mirarme con intensidad, que se ha convertido en lo más importante de mi vida.
Un pequeño drabble para el drarrython, algo pasteloso, pero me gusta.
Las clases dan para mucho, y no sólo estudiar. Quién le iba a decir a la profesora que lo que escribía con tanta concentración no eran sus apuntes... jajaja!
Si no os ha parecido demasiado cursi, decírmelo :3
