Hola, bueno quiero decirles que este es mi primer Fic así que no sean muy crueles conmigo xD, pero aun así estoy abierta a sugerencias. Lo único que espero es que lo lean y lo disfruten.

Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen, son producto de la maravillosa mente de Stephenie Meyer, yo solo cree una historia con ellos.

Una navidad con los Cullen

Persuasión

Estaba parada frente a la ventana, observando como caían pequeños copos de nieve sobre la capa uniforme que estaba en el piso.

-¿Que estas pensando?- escuche una melodiosa voz en mi oído e inmediatamente la reconocí, al tiempo que sentía unos brazos rodeando mi cintura. Me gire sobre mi misma para poder observar el hermoso rostro que estaba frente a mí, era increíble pensar que después de dos años de haberlo conocido más un año de casada todavía no me acostumbraba a su excesiva hermosura. Esbozo la sonrisa torcida que más me gusta, me puse de puntitas para poder besar sus labios con delicadeza, más el tomo mi cabeza entre sus manos y la apretó contra él, yo me aproveche de esto y rodee su cuello con mis manos.

Lo que yo había pensado que sería un dulce beso se había convertido en algo muy apasionado, lo cual no me importaba mucho.

Algo que había cambiado después de mi transformación, era la manera en que Edward me trataba, ya no había ni miedo, ni cuidado, podíamos disfrutarnos el uno del otro sin restricciones y era algo de lo cual había disfrutado durante todo un año y la verdad era que me encantaba.

De repente escuche unos pequeños pasos que provenían de la puerta de la cabaña. Me separe de él a regañadientas y suspire resignada, Edward soltó una pequeña risa debido a mi comportamiento, aunque él también tenía la respiración agitada.

-Mamá, Papá-escuche los grititos provenientes de Renesmee cada vez más cerca de nosotros. Edward me tomo de la cintura con un brazo y yo abarque su cintura con los dos.

-Mamá, ya viste, ya viste. La nieve es muy bonita- esbozo una enorme sonrisa- ¿Por qué no vienen tú y mi papá a jugar conmigo y con Jake?-Le sonreí, su voz era muy dulce, apenas tenía un año pero lucía como una niña de seis o siete años, sus rizos le llegaban a media espalda los cuales traía agarrados en una media cola con un moños rosa, su abrigo era de piel rosa, traía una falda, unas mallas y unas botas todo del mismo tono rosa. Se veía muy adorable, Alice siempre elegía tonos pasteles para vestir a Renesmee.

-Te ves muy bonita, Renesmee- le comente, a lo que ella dio una vuelta sobre si misma para mostrarme todos los ángulos de su vestuario.

-Gracias mami. La tía Alice me arreglo, me dijo que me veía como un caramelo- sonrió muy ampliamente.

-Y lo eres, pequeña Renesmee- intervino Edward.

-Entonces ¿Van a venir a jugar conmigo y con Jake?

Abrí la boca para contestarle pero Edward se me adelanto.

-En un rato más iremos- la niña asintió y salió corriendo por la puerta.

Lo voltee a ver desconcertada.

-¿Qué?- pregunto.

-Pensé que no te gustaba que Renesmee pasara mucho tiempo a solas con Jacob.

Torció la boca en señal de desagrado.

-Y así es, no me gusta que se acostumbre mucho a su presencia.

-Pero no podrás hacer nada, sabes que al último terminaran juntos.

-Si, lo sé. Pero no quiere decir que desde ahorita estén muy unidos.

-Eres imposible- exclame, para después poner los ojos en blanco.

-Lo sé. Pero lo que ahorita me preocupa es lo que estabas pensando- dijo cambiando el tono de su voz. Me separe para poder ver su expresión, sus ojos tenían un matiz triste, bajó la mirada y la clavo sobre mí.

-¿Qué estabas pensando?- insistió

-En nada por lo que tengas que preocuparte.

-No estás contestando mi pregunta- me reclamo

-Enserio Edward, no es nada- le sonreí para que confiara en lo que decía, cosa que él no hizo, lo pude notar en su expresión.

-A veces pienso que te aprovechas- exclamo

-¿Aprovecharme, de qué?- le pregunte con poco molesta

-De mi incapacidad para leerte la mente. Lo cual pienso que es muy injusto.

-Créeme que no te pierdes de nada. Siempre te cuento todo- le dije para tranquilizarlo

-Claro que no. Ocultas cosas, lo noto. Y un claro ejemplo de eso es que ahorita no me digas lo que te preocupa.

-No me preocupa nada.- le seguí insistiendo

-No te creo Bella. Algo te tiene taciturna.

-Claro que no.-le reclame más alterada

-Claro que si, y lo sabes. Eres mi esposa, y se supone que debemos de resolver los problemas juntos.- me acaricio la mejilla dulcemente. Con esto estuve a punto de ceder y contarle lo que paso, pero no me rendiría tan fácilmente.

-Es que no tengo ningún problema. En serio Edward, estoy bien.- en sus ojos vi que él sabía que yo no iba a soltar la sopa tan fácil.

-¿Segura que estas bien?-me pregunto, mas esta vez el tono de su voz cambio a uno más persuasivo.

-Segura- cruce los brazos como una niña caprichuda poco dispuesta acceder. Él comenzó a caminar lentamente en mi dirección, mi espalda estaba a pocos centímetros de la pared, cosa de la cual no me había dado cuenta hasta ahora.

-¿Estás segura de que no tienes ningún problema?-esbozo una sonrisa coqueta, mientras seguía caminando hacia mí, aunque ya estaba muy cerca.

-¿Qué tramas?- le pregunte desconfiada. Él se encogió de hombros.

-Nada- me contesto muy coqueto, para este entonces ya estábamos frente a frente, mis brazos seguían cruzados, aunque en estos momentos temblaban por las ganas de querer abrazarlo, mas las obligue a mantenerse pegados a mi pecho. Edward soltó una risita gutural en anticipación a lo que iba a hacer, yo lo seguía viendo de manera desconfiada. Levantó una mano con la cual agarro un mechón de mi cabello y lo colocó detrás de mi oreja, este acto me distrajo con lo cual él aprovecho con un movimiento rápido para posicionar sus labios cerca de mi oído, me quede paralizada un segundo, y después pensé seriamente en escaparme para no ceder, pero en el momento en el que pensé eso él me aprisiono con sus brazos, abrazándome por la cintura, y como ya no tenía la ventaja de la gran fuerza de la cual gozaban los neófitos, no pude hacer nada contra eso.

-Ahora sí, dime ¿Qué es lo que te preocupa?- me preguntó con una voz muy sensual, a la cual me fue muy difícil no contestarle. Negué con la cabeza, poco dispuesta a cooperar. Él rozo sus labios en el hueco que hay debajo de mi oreja, siguió hasta recorrer mi mandíbula de extremo a extremo; para este momento mi fuerza de voluntad estaba comenzando a flaquear.

-¿No me vas a decir?- insistió con el mismo tono de voz.

-No- traté de que la voz no me temblara, pero fracasé, supe en ese momento que él ya se saboreaba su vitoria.

-¿Ah no?- preguntó, mas no me dio tiempo de responderle, sus labios se posaron sobre los míos, besándome de una manera demasiado persuasiva. Sabiendo que mi derrota estaba próxima, enrede mis dedos en su cabello sintiéndolo muy sedoso, él me apretó más contra su cuerpo, sentí como el fuego se encendía entre los dos y por un momento olvide el motivo por el cual estaba preocupada.

Se aparto un poco de mi para mirarme de manera victoriosa.

-Entonces… ¿Ese es un sí?- preguntó aún de manera coqueta.

-Si Edward, te voy a contar- su sonrisa se enancho.

Se dirigió hacia el sofá en el cual se sentó y me hizo un gesto para que me sentara junto a él. Suspire resignada, ¿Cómo era posible que aún siendo vampira cayera en sus redes? Aunque claro de una manera u otra iba a terminar diciéndole.

-Muy bien, ya que aceptaste. Cuéntame- me dijo mientras tomaba mi mano y la acariciaba. Me mordí el labio.

Bueno aquí acaba el primer capítulo, espero y les haya gustado =D, bueno nos leeremos muy pronto.

Myriam C.L