Hola, chicas/os. ¿Cómo pasaron Nochebuena? Ya sé que es un poco tarde *sólo un poquito*, pero Feliz Navidad para todas/os, tuve una serie de inconvenientes y por eso no pude darme una vuelta por ff.
TÍTULO:
Hitohira no Hanabira [Un sencillo pétalo de flor]] (el título pude cambiar en un futuro)
PAREJA:
ItaSasu, mención de ¿SasoSasu? ¿HidaSasu? ¿KakaSasu?... Más adelante GaaSasu y SasoDei.
DERECHO DE AUTOR:
Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto. El título del fic "Hitohira no Hanabira" es una canción perteneciente a Stereo Pony. "Mariposa traicionera" es el nombre de una canción de Maná, la cual le da el nombre a este capítulo.
SINOPSIS:
[Reeditado "Mariposa traicionera"] Sasuke e Itachi pasarán por un sinfín de situaciones para, finalmente, entender que siempre se enamorarán una, dos, tres… veces de la misma persona que es Dolor y Complacencia.
ACLARACIÓN:
"Hitohira no Hanabira" es una historia que salió de "Por besarte", después de pensarlo mucho, me convencí de que podría alargar dicha trama, por lo que los primeros capítulos serán, seguramente, los últimos que publique en "Por besarte". Es más que indudable que, más adelante, ponga los puntos de vista de Sasori, Deidara, Kisame, Gaara y Juugo (quizás el siguiente sea POV de uno de estos personajes).
Por otro lado, esta entrega es un universo alterno, las edades son las siguientes: Itachi (22) Sasuke (16) Sasori (22) y… ya me dio pereza poner las demás. Gomen.
ADVERTENCIA:
Leve LIME (relaciones sexuales implícitas).
Primera Entrega
Mariposa traicionera
(Itachi POV)
Me solía pasar que hablaba de ti, cosas buenas. Muy buenas, ignorando que detrás te retorcías al imaginar al pobre idiota que amaba calmadamente a una persona de doble vida.
Sabrá Dios cuánto te divertías al pensar en mí, corazón traicionero.
Y sólo Dios sabrá qué estarás haciendo ahora, cuando juro no hablar de ti, y me encuentro viviendo de ti, aunque estés lejos… en algún departamento, sin preocuparte de este estúpido que no puede olvidar tu aroma.
Ni al caso viene decir una, dos o tres palabras decorosas para un amor estacional. Golondrina de temporadas que buscas cálidas temperaturas, o bien podría decirlo de una: entras en las sábanas de otros, puesto que mi amor no te alcanza. Y me pregunto si alguna vez alguno te alcanzará…
Yo lo sé… siempre lo supe…
Pero pareciera que no quiero entenderlo, mi corazón que ama de forma entregada no lo entiende.
Al contrario, mi mente, continuamente racional, lo sabe…
Mis cubiertas no son confortables, prefieres más calor, olores diferentes.
Te mueves con tal parsimonia, lentas piezas pareces que bailas, nunca pierdes el ritmo sabroso, y aceptas cualquier especie de acompañante en ese ritual. Lo incongruente, si pudiera decirse, es que antes de ser amantes, somos hermanos. Pero, Sasuke, a ti ni lo uno ni lo otro te impide volar, ¿cierto?
Tú sabes que te espero, condenas las horas que miro el picaporte de la puerta, esperanzado de escucharlo girar despacio y ver los cabellos que me encanta acariciar. Salir corriendo a abrazarlo, besarlo, y levantarlo lo más alto que pueda.
Siempre es de esta manera… ¿No cambiará? ¿No cambiaré?
Tras aguardar tarde tras tarde, en una curso que se hace cadena, dar un paso más un paso menos en mi departamento, se supone no tardará en regresar.
Su entretenimiento del día habrá sido Hatake.
Ayer fue mi jefe.
Tampoco le faltara momento para traicionarme con Kisame.
¿Qué olor le habrá de cubrir cuando se acuerde que alguien lo ama, y que esa persona sufre por unirse plenamente con él?
Sin embargo, a Sasuke no le interesaba que mi corazón fuera haciéndose frío, duro, seco, áspero… Que sufriera horrores, no parecía afectarle:
— ¿Dónde estuviste? —pregunta previsible y necesaria para aliviarme—. No son horas de llegar a casa.
Es cierto, el reloj lo confirma al dar las siete de la tarde, cuando debía esta mucho antes en casa, conmigo… para aliviar mi desesperación, para que pudiera ofrecerle mi Amor.
—Estaba en la biblioteca con Suigetsu.
"Un amigo, un amigo" me decía Sasuke y yo quería creerle.
Debería creerle, pese a ello no lo comprendo aunque me obligo a aceptarlo como Verdad única.
Pero una vez más, me ganaban… las vacilaciones, me ganaba la incertidumbre. Sé que detrás había una apariencia y todo era parte de una conjura.
Y no preguntes por qué, Sasuke, pero ya estoy saliendo de nuestro departamento. La ansiedad me venció como es usual, la realidad cae como una maceta de un balcón, tan estrepitoso el sonido.
Mis pies se mueven solos, mientras pienso en este Amor que me desespera.
"Suigetsu deseaba a mi hermano, y Sasuke sólo jugaba con él, de la misma forma que lo hacía conmigo"
Era una tortura, el lapso en que estaba físicamente lejos de él. Caía el peso de las horas sobre mi espalda. Imaginaba que haría Sasuke en la escuela, ¿quién sería su profesor de biología? ¿Quién? ¿Qué estaría haciendo Suigetsu con mi hermano? ¿En dónde estaban? ¿En dónde?
Otra historia era durante la noche, después de que me ofreciera su cuerpo, y que quedara en el aire ese momento placentero, se me hacía imposible soñar ¡Las noches que dormía con los ojos abiertos pensando con quién me traicionara mañana!
Menos me ayudaban los gestos que hacía Sasuke cuando lo penetraba, veía esas sonrisas tan equivalentes a las que le dedicaba a Naruto, uno de sus compañeros de clase.
Intenté confiar en mi hermano, pero por donde mirara sólo había más confusos episodios.
Desgraciadamente, Sasuke me daba evidencia suficiente para que mis dudas se acrecentaran.
Flash Back
Deidara me había dicho que mi hermano me estaba esperando en el hall de la empresa como era costumbre. Terminé de despachar las últimos cartas documento que el presidente me había solicitado, cuando hube acabado bajé al encuentro de Sasuke.
Me encontré con uno de mis amigos sentado en uno de los sillones, a su lado estaba mi hermano. Sasori le decía algo al oído, y mi niño sólo le oía.
— ¿Quieres que te ruegue? ¿Quieres verme de rodillas? Lo hago. Pero tienes que venir… Sasuke… eres imprescindible para mí… —había logrado escuchar.
—No sé, Sasori-san… es complicado…
— ¡Te necesito! —fue lo que contestó mi compañero, y mostró una exaltación extraña.
Me mata, me mataba oírlos ensimismados en sus susurros profanos, mi mejor amigo, que antes de rebajarse muere complacido con su orgullo, implorándole a mi hermano menor. Yo no sé que pensar… o si lo sé…
—Veo que estás bien acompañado —comenté y sentí que no fue mi "yo" quien habló, era alguien distinto.
—Itachi —pronunciaron en coro, los tomé por sorpresa.
— ¿De qué conversaban?
—Nada que pudiera ser de tu interés —contestó Akasuna No, tan pronto y suelto como solía ser. No sé molesto en alejarse Sasuke.
—Nada —coreé, los miré a ambos—. Igual la pregunta no estaba dirigida a ti, sino a mi pequeño hermano.
La respuesta tarda en llegar, el mundo se detuvo ante mis ojos. Si él no tuviera nada que ocultar, sería espontáneo.
—Sobre arte —indicó, tratando de lucir seguro. Aunque, probablemente, Sasuke sabía que para mí él no era sincero, agregó—: Hablamos de pintura medieval, Sasori-san sabe mucho de…
—Me queda perfectamente claro, que tienes por meta convertirme en el cornudo de Akatsuki —le interrumpí, antes que comenzará a enlazar una mentira tras otra.
Los dos se quedaron callados, Sasuke se concentró en sus manos, y el pelirrojo no le quitó el ojo de encima.
—Es una reacción típica, es necesario que lo sepas —expresó Sasuke para su "amistad" reciente.
Sasori le oyó, después me miró directamente, y aún hoy estoy seguro de que, por una milésima de segundo, había una sonrisa burlona en su rostro irreflexivo.
"La exaltación violenta pasa, es un estado psiquiátrico. Éste aparenta ser uno agudo, y tiene su fundamento. Asimismo, tampoco es culpa de nadie que tu hermano quiera probar el sabor de otras personas, lo cotidiano se vuelve aburrido y ¿sabes? Sasuke detesta la rutina" eso leí en la cara del pelirrojo.
End Flash Back
Al principio creí que era descabellado poner en tela de juicio la lealtad de mi hermano. A medida que pasaron los días, me convencí de que Sasori solo era uno con los cuales me engañaba.
Hace unas semanas hallé a Sasuke con un sujeto de cabellos grises, fuera del colegio. Mi hermano me informo que era su maestro, pero dudo que alguien tan joven sea profesor, sobre todo por su comportamiento desorientado y negligente, su indumentaria también sería un tema de debate. De todos modos, lo que levantó mis sospechas fue el dinero que ese hombre le quería dar a Sasuke, y que éste rechazo rotundamente. Cuando quise indagarles sobre ello, ambos rieron en silencio, y dijeron que eran asuntos sin importancia.
Entre nosotros no debían existir secretos, Sasuke quebró el primer compromiso de hermanos, y poco faltaba para que aquello se hiciera una actitud cotidiana.
Tuve en cuenta que al iniciar una relación con mi propio hermano, no sería un romance ordinario. Aquí estaba, sobre la mesa, la sangre que nos vinculaba, si no funcionaba correríamos el riesgo de quitarnos la palabra. Las consecuencias de una ruptura significarían más que una simple separación, éramos conscientes de todo lo que podríamos perder como también de lo más cercanos que seríamos.
"Mensaje nuevo de Hidan" leí en el celular de mi hermano menor.
Dudé ¿un mensaje de Hidan para Sasuke? Tantas desconciertos, lagunas de incertidumbres… tenía que aclararlas, decido examiné el contenido del correo.
"¡Por Jashin-sama! Sasori dice que te pagará lo que sea, no te hagas el difícil, y ven." Volví a colocar el celular sobre la mesa en que, anteriormente, reposaba.
"Sasori te pagará… Te pagará" otra vez el tema del dinero y relacionado con mi hermano, ¿pagar qué cosa?... sola había una cosa por la que los hombres estarían interesados en un estudiante de secundaria… su cuerpo.
—Itachi, ¿has visto mi celu…? —cortó el interrogante, y tomó el artefacto que estaba delante de mío, en la mesa de la cocina—. Ita…
—Descuida, allí no había nada equívoco, ¿verdad? —Lancé, y clave mis ojos en los suyos —. No me sorprende que tengas la totalidad de los números de los celulares de mis amigos, sino que me emociona que te llevas tan bien con ellos, sobre todo con Hidan —afirmé lo más sereno que pude, aunque no sé hasta que punto podré controlarme a mí mismo.
Esperaba que Sasuke fuera capaz de mirarme por más de cinco segundos, pero él parpadeó y supe que los conocía mejor que yo.
Yo no tenía amigos…
Ellos jugaban con lo que más amaba.
Yo no tenía un amante…
Él se ofrecía a ellos.
¿Yo no tenía un hermano?
¿Él no confiaba en mí?
¿Él confiaba en ellos?
¡Qué tortuosa la pregunta que no quiero hacerme!... ¿Qué porción de Sasuke podía llamar "mía"?
Abrumado de este sentimiento que desbordaba, me quedaba con su silencio.
Algunas veces me echaba sobre su cuerpo, le mordía hasta dejarle marcas definidas, y le practicaba una limpieza con mi lengua hasta que mis glándulas dejaran seca mi boca.
Otras veces lo penetraba con una brutalidad inhumana. Mi corazón gritaba dentro, nacía la perentoria decisión de destruirlo.
Mi corazón roto, se desangraba…
La furia se encendía.
Mi corazón quebrado…
El dolor de amar me abrumaba.
Mi corazón ensombrecido…
La angustia de que sólo fuera una distracción más, uno más en la lista de contactos de su celular. Reducido a un neto digito numérico, terminaba por enfermarme y no querer saber nada de sexo.
Lo amaba desesperadamente, lo tenía clavado como una estaca en mi gélido corazón.
Debo admitirlo, no me pertenecían las dos únicas cosas que lograban de mí una sonrisa, lágrimas, felicidad, placer, deseo… Amor:
Mi hermano y mi amante.
Y no sé cuál de las dos dolía más.
Y yo no sé como mis pies me regresan a mi departamento, después de esta caminata nocturna. ¿Habrá regresado? ¿Ya estará en aquí? Mis dedos que sudan, empujan la puerta.
Extrañamente, Sasuke estaba en casa. Tan pronto ingreso, soy recibido por él, que revolotea hacia mí, como haría una mariposa que vuela hacia una flor que le atrae. Noto que sólo llevaba puesta la camisa blanca de su uniforme escolar.
—Itachi —me dice, su voz artificial, me enfurece pensar que es la misma con la que seduce a Naruto —. Itachi… —sus frágiles brazos se enroscan en mi cuello. Una sonrisa cálida y sus mejillas que adquieren el color del nerviosismo.
Temblorosamente, toca el cuello de mi camisa, y va desbotonando la prenda, mientras me mira sin pestañar, suelta una risa. Acerca sus labios, su objetivo es claro: quiere que lo bese.
A pesar de que no quiero ser su juguete, consiento en seguirle. Me conduce su canto, me hipnotiza la profundidad de sus ojos, y sus manos me van arrastrando a esa ficción de amor…
Un beso suave, me lastima creer que este toque es de enamorados. Aún así no me detengo, comienzo a tocarle los muslos, entre el roce de nuestras bocas, él mueve una mano izquierda hacia el cinturón de mi pantalón, en un movimiento logra aflojarlo. Se desliza con pesadez por mis piernas, un leve ruido sobre la alfombra, y enseguida levanto los pies.
Su sabor que me inunda, su calor que me embelesa, y su fragancia que me envenena. Los deseos de mostrarle qué es el Amor Verdadero, mis intentos de sacarle gemidos Verdaderos, suspiros de Amor. Necesito tener la certeza de que me pertenece sólo a mí.
Las expresiones de sinceridad, requiero de esas demostraciones. El manoseo frenético, pausas románticas y los roces húmedos que intercalan este acto consentido, sobre eso no hay debate. Sin embargo me hiere pensar que mientras Sasuke piensa en el amor físico, yo busco manifestarle lo impensado, lo imperceptible, todo el amor que desborda en mi golpeado corazón.
Pueden más el deseo de unirme a él, tenerlo pegado a mi cuerpo. Aquellas manos alrededor de mi zona sensitiva, las manos tibias que me brindan caricias suaves. ¿Puede cambiar mi apreciación por él así de rápido? Atrás quedan las dudas, las sospechas, el recelo, se hacen remolinos, y mi cabeza hace un borrón de esas ideas delirantes.
—Sasuke… —Su nombre, entre malestar y ternura me decido a tomar lo que me ofrece. Besar sus labios rosados, escuchar el sonido acelerado de su corazón.
Nos separamos, y desciende, apoyado sobre sus rodillas, termina por sacar al exterior lo que anteriormente había palpado. Vuelve a tocarme, pero esta vez se concentra en sus acciones. No pasa mucho para que acerque sus labios, sólo en la punta desliza su lengua. Esta tranquilidad que trasmite, por momentos me trago su actuación. Nuestros sonidos internos se mezclan en el candente aire. Mis dedos que tiemblan de goce, se enredan en esos cabellos azulados. La función está dentro de la boca de Sasuke, que acoge en su interior una parte mía. Pequeño refugio bucal, donde todo es calidez adormecedora. Sé que no tardaré en alcanzar mi punto máximo, Sasuke lo habrá notado, ya que me liberó. Retrocedió unos pasos para recostarse en el sillón, y ya sin ropa de la cintura para bajo, se dispuso a abrirse la camisa escolar. Le observé largamente, no había nada por pedir, los pedidos eran claros. Podía tomarlo. Espera que siga el patrón normal, su parte fue hecha, restaba que asumiera el rol activo en el coito. Si ahora no rompo este hechizo, dejaré que prosiga de boca en boca, de cama en cama y seré sólo uno más... Uno más...
El inmortal e irreversible resentimiento cobra vida, antes de que terminara por engañarme con esas caricias apócrifas.
No dejo de mirarle, sus piernas se enmarcan y las va separando como un canal que permite el paso del agua, igual a esos conductos de riego que están abiertos a las aguas bruscas, impetuosas o lentas.
— ¿Te viene bien cualquier afluente, Sasuke? —Pese a sonar a pregunta, no es elemental que conteste.
Para mi desgracia, sonríe. Esta es la prueba definitiva.
Pronuncia unas palabras que no quiero oír. Me dice que me quiere, y todo lo que dice me parece tan falso.
—Me gustaría que sea violento, hermano —me confiesa en un susurro íntimo. Una indirecta, un pedido de una prostituta.
Nada lo saciaba, yo no lo saciaba. Y lo sufrí, la desfragmentación de mi corazón, y Sasuke sin notar mi Sufrimiento, tan ajeno al dolor de su hermano mayor, de su amante. ¿Qué le importaría?, Si tiene muchos estúpidos que le calientan la cama.
—Violento, violento, violento, violento —repetí, en un arrebato de locura.
¡¿Piensa que me engaña con esa cara de ángel?!
Me ensañé con las muñecas de mi presa, le ensarté mis manos y lo acerque a mí, lo volví a recostar impetuosamente. Todo giraba a mi alrededor, lo único que veía era maraña de pelos azulados. La persona debajo quiso anular mi agresión, pero mi fuerza mayor lo mantenía, en la parte inferior… debajo como debió ser siempre y para siempre.
¡Ya no! ¡No más de esto! ¡Descubrí tu sucio truco!
Conmigo juegas al amor, y fuera de esta habitación muestras tu verdadera personalidad.
¡Sinvergüenza!
¡Pérfido!
¡Puta! ¡Puta! ¡Puta!
Le solté un rato después. No es la primera vez que mis impulsos me dominan, Sasuke lo sabe.
—Hermano, estás perturbado —habla con una voz que solía emplear para Hidan. Me enfrento con una criatura que sabe manipular a los hombres, es parte de su profesión.
Pero dijera lo que dijera, no me convencería. Una vez uso esos mismos ojos con Pein, ¿pretende valerse del mismo truco?
—Te lo diré una y mil veces, te quiero únicamente a ti —recita a su defensa, y emprende una declaración de la inmensidad de su amor, que me ama y me elegirá siempre a mí—. Lo nuestro es hermoso, no veas cosas que no son —me dice comprensivo, tocando mi cabeza, ¿piensa que tengo un brote psicótico? ¡No sufro de inestabilidad emocional!
—Estoy más lúcido que nunca —vociferé —. No me gusta que se destornillen de la risa a mis espaldas.
—Nadie lo hace. Por favor, confía en mí —Toma mi rostro en sus manos, y acerca sus labios suaves… labios sucios ¡Quién sabe a quien más se la habrá chupado! ¿Y viene a querer besarme con esa misma boca?
El Amor se desvanece como la sal que se evapora en el suelo, y deja las huellas húmedas. Se concentra en mi interior la repugnancia, la aversión, y las ganas de vomitar en su cara…
Me lo quité de encima, ya no con el cuidado que salía tratarle. Ya no es de cristal como pensaba, y si lo es… pues no me importa que se quiebre, después de todo, de éstos en un bazar hay muchos.
— ¡Tengo un hermano infiel! ¡Un hermano que hace de su forma de vida un libertinaje continúo! —Intentaba respirar con normalidad, más delante tenía a un perfecto ilusionista de placeres. Mi tonalidad se deformaba de tanto cargar con esta inseguridad, de sus intensos roces saturados de un cariño fingido, de sus sonrisas insinceras, de imaginar que la frase "Te amo" es moneda corriente en sus otros encuentros carnales—. Primero, me embaucaste a mí, pero no te sentías pleno. A una mariposa no se le pude atrapar y encerrarla en un frasco, le agobia el espacio circunscrito. A una mariposa le encanta pasar de flor en flor, elevándose de un jardín a otro. Sasuke, yo pensaba que eras un ángel, que milagrosamente se enamoro de mí, pero me confundí. Tu cuerpo me cegó, tú eres una mariposa traicionera.
Sus oídos, afinados por el impacto de la noticia, siguieron registrando la serie de sonidos que emitían mis labios. El gesto alegre se fue perdiendo, y el desconcierto fue dibujándose en ésta.
—Te acostaste con mi mejor amigo, con mi jefe… ¡Quién sabe con cuántos más! —empecé a gritarle —. ¡Con todo Akatsuki! Eres rapidito, otouto —siseé en un tono meloso, con la intención de que le doliera. Aunque, para un muchacho de esas cualidades es difícil reprocharle sobre un comportamiento que simboliza su vida entera, suponiendo, claro, que "eso" fuera una vida.
Él no supo cómo reaccionar ante mis temibles dichos. Fue abriendo de a poco la boca, la cerró con la misma lentitud, y algo que quiso argumentar no salió de aquellos labios que besaron más de una boca. Este proceso de vacilación duro una eternidad, el hecho que no diera con una justificación me hervía la sangre.
— ¡Cómo se te ocurre… decir de mí…! —emitió en un gemido ahogado, la voz empezaba a fallarle. Era cuestión de tiempo para que las primeras gotas simuladas salieran.
Cedió a las ansias de mostrarse patético frente a mí. Sus ojos no tardaron en ensombrecerse, aquellos orbes que derraman lágrimas suaves, ya no serán los que contendrán mi desconfianza.
Apeló a un recurso habitual, y desesperado: la compasión. Olvida que ésta es una inmunidad que concedería a mi adorable hermano de la infancia, el niño íntegro que no infringiría el deber de fidelidad ni con los pensamientos.
— ¡ZORRA! ¡ZORRA! ¡ZORRA! ¡ZORRA! —le grité con verdadero asco, el monstruo que había crecido en mí se atrevió a injuriar a Sasuke. No me detendría—: ¡ZORRA! —aullaba, desgarrando las cuerdas vocales, seguía gritándole a vivo pulmón.
Tal vez seguía increpándole para que me contestara algo, cualquier cosa. Ciertamente esperaba que me respondiera con palabras o golpes. Y no me sorprendió que sucediera lo último.
¡PLAFF!
Un ruido de un cachetazo, un sonido que se alarga.
Silencio.
Otra vez, no se mueve, y prefiere seguir gimiendo por una afrenta inexistente.
Estoy seguro que siente que no había nada por defender…
Él no tiene Decencia, Pureza, Honor, no hay nada que pudiera herirle al decirle lo que es.
Yo, por el contrario, lo sentí… sentí el golpe dado indebidamente.
Acaricié mi rostro, ardiente por el bofetón que me excitó mucho, antes de que pudiera, acaso, dolerme. No lo lamentaba en absoluto, esperaba que lo hiciera. El ardor en uno de mis pómulos, se hizo sentir hasta en mis dientes, al punto de que sacara una risa maniática involuntaria. Lo que provoco miedo en mi hermano, aproveché para devolverle el golpe. Quizás me excedí un poco, puesto que cayó en la alfombra y allí se quedó, desmayado tal vez. ¡Santo Dios! Quise correr a su lado, y abrazarlo muy fuerte, besar sus manos y rogar por su perdón. Verlo tirado sin respirar me aniquilo por completo… mi corazón quería lanzarse a su cuerpo endeble… pero mi mente me decidía que no debía ceder a su actuación creada maquiavélicamente, yo no sería un rehén de su astucia.
Mi sentimiento de culpa no duró mucho. Si bien él estaba callado, indefenso, agazapado como un animalito temeroso delante de su amo y señor, yo no caí en esa maquinación.
—Esto no duele —comenté, mientras él se tapaba la cara, tal vez evaluaba mentalmente los daños físicos que pudiera producirle la lesión —, no debería dolerte una verdad. Este tipo de reacciones son para los injuriados, evidentemente no has sido ofendido. En lo que a mí concierne, respondí a los ataques de una vulgar prostituta. Desde luego, entiendes lo que estoy diciendo. —Sasuke parecía haber caído en un sopor, pero estaba seguro que me escuchaba, y no mostraría flaquezas, no ahora que brotaba mi ira, no retendría la catarsis— ¿Qué te mantiene conmigo? ¿Es que te gusta sentir que alguien piensa en ti, y mayor es tu hilaridad porque quien te ama es también tu hermano y es una alegría enorme el adulterarme por doblete? Todo acabo, no amaré a una persona que practica el oficio más antiguo de la historia de la humanidad y que, además de ello, lo hace gratis.
Levantó la vista, creí ver en esos ojos una desolada melancolía. No obstante, era más fuerte mi decisión que su mirada teatrera de inocencia.
—Ahora puedes volar sin restricciones, Mariposa Traicionera. No quiero nutrirme de caricias artificiales, un tiempo pude gozar de tus piernas, y de tu tan experimentada boca… He querido saber, y todavía quiero saber, mis aptitudes en la cama no te producen un orgasmo extremo, ¿quién la tiene más grande, Sasuke? Kakuzu tal vez… ¿o será Pein? ¿Quién de ellos te hizo gritar hasta dejarte la garganta afónica?
Sus dedos temblaron, pero no tanto como sus pupilas que se ahogaban en las aguas que surgían de adentro… era como si lo salino de sus mares (lágrimas), ardiera como el jugo de un limón rociado en sus ojos, y que en consecuencia siguiera fluyendo un río de cada orbe sombrío. La tormenta se desataba en ellos, y yo continué mirándole sin dejarme arrastrar.
—Dominarte fue sencillo, ya vez no hay una estrategia para ello. Lo mejor del asunto es que no tuve que pagar por tus servicios, ¿Sasori te daba asco como para que tuviera que rogARTE por una sola noche? —me burlé, recordando las palabras de Hidan "Te pagará lo que sea"
¿Qué me pasaba?... ¿Qué quería sacar de todo esto? Quizás humillarlo, o tal vez mostrarle todo lo que aguanté.
— ¿Qué se siente que alguien termine contigo? —le pregunté con una voz serena—. Me he aburrido de tu cuerpo, Putita —culminé, y algo se aligeró dentro de mí. Me sentí bien al decirle que no haré más el papel de imbécil.
Siempre afirmé que los pensamientos de mi hermano eran descifrables, contrariamente no comprendí lo que trasmitían sus ojos, donde una sombra los atravesaba. No me dio tiempo para meditarlo, se había enderezado instantáneamente. Le he visto correr, tan fugaz, hacia nuestra alcoba. Seguidamente escuché unos ruidos como de cajones abriéndose, mi corazón se terminó de romper, se iría de mi Vida. Unos minutos después, salió con una pequeña maleta en mano, noté que se había vestido, sus cabellos tapaban su rostro de niño bonito, y también la degradación de su ser. Cuando abrió la puerta, y ésta fue cerrada, supe que no volvería a sentirme ahogado por ser uno más en su vida.
Ya no tenía un hermano, tampoco un amante.
Respiré hondo, y suspiré indolentemente.
Tenía la garantía que no habría una pesadumbre en los próximos días, que podría dormir en sosiego. Ya no despertaría a mitad de la noche, con un sudor en la frente, con esos perdurables celos que me mataban.
Pensarlo así, me alivio… y me ayudó a dormir esa noche, en una cama entera para mí, sin Sasuke del lado contrario…
Sin su calor…
Sin su olor…
Sin sus… mentiras.
Había algo terminante.
Sasuke no me engañará más.
CONTINUARÁ…
Nota
* Afluente: es el río o arroyo que desemboca en otro principal, Itachi lo asimila con Sasuke "¿Te viene bien cualquier afluente, Sasuke?". Ya saben, un río principal (Sasuke) recibe "diversos" afluentes (Sasori, Kisame, Pein, Kakashi… Itachi)
Quiero agradecer a todas las personas que me apoyaron en estos momentos difíciles, tanto a las chicas del msn, como a las otras personitas que no leen mis fics, y sin embargo entendieron parte de mi angustia… Gracias a todos, sólo ellas/os saben que hubiera cometido o cometeré una locura en mi desesperación, estoy tratando de no hacer lo último. Perdón por agobiarlas/os con mis problemas, no es algo que se me dé mucho, en general prefiero hacer los oídos que ser escuchada. Sinceramente, gracias, por lo pronto es lo más que puedo hacer para corresponderles.
Recuerden…
ItaSasu es sinónimo de Amor Verdadero
Oyasumi, mata ashita
