DEAD END 3:30 p.m.
Pasaron diez días después del primer día de clases, nada era muy distinto al año anterior; a pesar de haber cambiado de grado al tercero siempre eran los mismos compañeros, las mismas clases, los mismos aburridos corredores de la misma aburrida escuela… Todo parecía ser lo mismo, a excepción de un nuevo compañero de clase, su nombre, Roneck Hiyama.
Nivek Amano, un chico rubio de ojos azules perteneciente a la misma clase que él, pensaba que un nuevo integrante en el aula podría ser una gran oportunidad de hacer nuevos amigos y distraer un poco su mente de los extraños sueños que había estado teniendo desde que el curso había comenzado. Sin embargo, tan pronto como el timbre sonó y se levantó para proseguir a acercarse al chico nuevo, se percató de que platicando con él se encontraba ya otro alumno, o más bien alumna.
No es como si le importara mucho, aquel tipo parecía ser la clase de galán que traería locas a todas las chicas del instituto; no obstante, sintió una punzada en el pecho. Quizá no era el hecho de tener la atención de una chica lo que le molestaba, sino de quién de ellas. Pensándolo mejor, ¿cómo es que había llegado a considerar que podría hablarse con él? No. Definitivamente no era la clase de cosas que él haría para simpatizar a la gente. Un ruido agudo, el rechinido de una silla al recorrerse, llamó su atención despertándolo de sus pensamientos y reclamos a su persona.
-"Gracias, pero no." –escuchó pronunciar al nuevo, de cabellos dorado-castaños, mientras se levantaba de su lugar y dejaba parada junto al pupitre a la chica con quien había estado charlando, saliendo del salón. Ésta soltó una risa ahogada muy leve y volteó su cabeza ligeramente a un costado, suficiente para que Nivek pudiera apreciar la lúgubre sonrisa que le había mostrado y luego salió del aula caminando tranquilamente, no sin antes detenerse en la puerta y mirando de reojo al rubio que se mantenía inmóvil en su lugar dijo: -"Curioso tipo, ¿no Amano-kun? Si yo fuera tú, no me acercaría mucho a él."-
1:25 p.m. POLICÍAS EN EAST SIDE
Las clases habían terminado. Cada estudiante de la escuela podía irse a casa libremente a partir de que el último timbre de la última clase sonara, y así había sido. La noticia del asesinato de una chica de primer grado corría por los pasillos de la escuela; algunas personas afirmaban haber oído en las noticias que no era el primer asesinato de colegialas que se había presentado sino que se frecuentaba de la misma forma ya algunas veces, dejando así en conclusión que no se trataba de un ataque directo, más bien se trataba de un asesino en serie.
Las chicas del colegio estaban aterradas. Caminaban de un pasillo a otro para encontrar algún amigo o un gran grupo de amigas para regresar a casa, puesto que ninguna quería encontrarse rondando sola con un asesino suelto en la ciudad, y mucho menos habiendo sido una de las víctimas alguien de su propia escuela; todas se preocupaban, menos una.
Jyzz, bonita y de cabello blanco, una pequeña estudiante de tercero quien acababa de salir del aula en la que Nivek permanecía guardando sus cosas preguntándose por qué ésta le había dicho no se acercase al chico nuevo. No solía hablarse mucho con ella pero habían cursado la escuela, juntos, desde primer grado y en una ocasión se habían quedado a llenar una encuesta sobre su futuro después de clases y ésta se había acercado a él preguntándole qué escribiría en su hoja.
-"Quiero ver las estrellas con mi familia." –le dijo éste –"mis padres han tenido conflictos últimamente, y no estoy seguro de que las cosas vayan bien. Me gustaría que un día ellos pudieran arreglar sus diferencias y así fuéramos todos al mirador."- La chica sonrió notando que solamente tenía escrito eso sobre su hoja. Tomó el lápiz que él sostenía en la mano y escribió sobre su hoja de respuestas algo mientras explicaba lo que anotaba.
-"En el futuro me casaré contigo, ¿te parece?" –dejó el lápiz sobre la mesa y sonriendo dulcemente sus mejillas se pintaron de un color carmesí muy bajo. El chico de cabellos rubios observó la hoja y sonrojándose un poco se volvió hacia Jyzz y le devolvió la sonrisa asintiendo con la cabeza.
-"En un futuro, cuando seamos grandes."
2:30 p.m. WEST TOWN SIN VIGILAR
-"¡Jyzz Gasai! ¿Qué haces tan tarde en el colegio aún?" –una joven de cabellos azules, de entre unos 21 y 24 años, se acercó por el pasillo caminando hacia la menor y le colocó la mano en el hombro. La estudiante miró hacia arriba y observó detenidamente a quien le sostenía el hombro. Notó que sus ojos eran de un verde esmeralda brillante que contrastaban con su larga cabellera color vino tinto. Luego hizo un gesto malhumorado y se soltó del agarre caminando escaleras abajo y dejando atrás a aquella mujer. Cuando ésta ya no podía verla soltó los libros y corrió lo más rápido que pudo hasta el último piso, tomó apresuradamente algo de adentro de su casillero y subió a brincos de prisa de regreso a su piso.
Se abrió la puerta del aula. Nivek acomodaba sus cosas tranquilamente cuando escuchó la irrupción de alguien, a quien pareció no darle importancia, pues no se volvió para observar aquella figura femenina que permanecía parada en el marco de la puerta observándole. La mujer lentamente y sin hacer ningún ruido desamarró la cinta del kimono que llevaba puesto dejando ver tras éste una blusa de manga corta bien combinado con una falda que formaban un atuendo más ligero.
-"Pensé que te habías marchado ya, Gasai-chan." –dijo el rubio terminando de empacar sus cosas y cerrando su mochila. La chica dejó caer el kimono detrás dejando ver por completo la katana que llevaba escondida; tras el ruido de algo caerse, el chico se volteó y cortó su respiración, confuso por lo que veía. A la par, la pelirroja pateó de lado la prenda y cerró la puerta lentamente dándole la espalda y por ende, enseñándole el arma que traía en el dorso.
-"¿Quién iba a creer que ibas a ser tan fácil de encontrar, primero? Déjame decirte una cosa, si conoces las reglas del juego, deberías saber que tu celular pudo salvarte la vida." –desenfundó la larga espada y la apuntó hacia el chico. Éste miró atónito y retrocedió hasta topar con la pared del final del salón, tocó el bolsillo de su pantalón y su celular vibró dejando oír un tono que él jamás había escuchado. La mujer rio acercándose con grandes pasos hasta que estuvo lo suficiente cerca para ponerle el arma en el cuello y presionarla hasta conseguir que se derramase un poco de sangre. –"¿Escuchas, primero? Es el sonido de tu DEAD END."-
-"¡Novena! ¡Déjalo en paz!" –abriendo la puerta de golpe y con un cuchillo en la mano, miraba con furia la escena. Se incorporó en el salón de clases cerrando la puerta sin cuidado alguno y prestó atención al rubio quien la miraba desorientado.
-"¿Novena?" –
-"Así que sabes quién soy, ¿uh? Debí suponer que tú también formabas parte de esto, segunda." –dio una fugaz mirada a la peli-blanca y se dirigió nuevamente hacia el chico. –"¡Así que ya no hay necesidad de ocultarme! Déjame presentarme, Luc Uryuu, novena poseedora del diario." –presionó la katana tan fuerte como pudo sobre la garganta del rubio. Dos gritos simultáneos y mucha sangre.
-"¡Corre Amano-kun!" –fue el primer grito que se escuchó. El segundo fue un alarido de dolor al ser despojada de la extremidad que sostenía la espada que calló produciendo un estrépito del metal golpeando el suelo. Nivek corrió fuera del salón tan rápido como pudo bajando las escaleras y sacando su teléfono celular para revisar lo que había sonado.
3:15 p.m. ENCUENTRO CON MI PRÓXIMA VÍCTIMA FRENTE AL INSTITUTO
Corrió y corrió hasta salir del edificio y recorrer el largo patio hasta la salida que daba hacia la avenida principal, en West Town. Checaba el celular una y otra vez mientras revisaba que nadie lo siguiera; recordaba haber observado la mano degollada de aquella mujer en el suelo y el horrible grito que ésta había soltado. Recordaba también a Jyzz, siendo quien cortase aquella extremidad y su breve pero confusa plática con la desconocida antes del alboroto. Le dolía el cuello, pero no podía recordar por qué hasta que dando vuelta sobre la calle para salir chocó con alguien a quien pudo reconocer al momento a pesar de no conocerle lo suficiente.
-"Estás sangrando, ¿qué te pasó?" –le cuestionó la profunda voz del peli-dorado. Fue entonces cuando recordó lo que le había sucedido; sentir el filo de la katana sobre su cuello, su piel cortada y el sonido de la carne siendo rebanada, el olor a sangre y el rostro de su atacante.
-"¡Roneck! ¡Hay que irnos de aquí! Una chica… y… Jyzz… números, armas… algo pasa con mi celular." –sonaba agitado de tanto correr. El otro chico le pidió que le mostrara un segundo su celular, así que Nivek se lo entregó como pidió y éste le echó una vista rápida mientras asentía volviéndose hacia la calle y lanzándole el celular de regreso junto con otro, el suyo.
-"Tienes un DEAD POINT a las 3:30 p.m. como yo, ¿lo ves? Sígueme, iremos a un lugar seguro y quizá podamos evitarlos." –corrió calle abajo. El oji-azul dudó unos segundos antes de seguirlo hasta que vio que saliendo del edificio, su compañera de clases corría hacia él gritando: -"¡Detente! ¡No es de mí de quien debes huir! ¡No confíes en Hiyama!"-
Nivek corrió calle abajo. Corrió hasta colocarse detrás del otro chico, quien se ocultaba de algo que no pudo descifrar, pero cruzaron la calle hasta el otro lado donde había un pequeño parque. Roneck se colocó junto a un árbol mientras que el otro se acercaba más despacio.
-"Lamento no haberme presentado antes, soy Roneck Hiyama, usuario número tres del diario." –estiró la mano esperando recibir su celular de regreso. –"Pareces no conocer mucho del juego, ¿o me equivoco?" –al no recibir su celular soltó una risita y sonrió escuchando cada vez más cerca los gritos de la chica de cabellos blancos que se aproximaba. –"Revisa mi DEAD POINT, según mi diario, seré asesinado aquí en menos de cinco minutos, lo que dejaría ver que el único presente, en este caso tú, me darías muerte; sin embargo, creo que estamos en el mismo DEAD POINT, ¿no es cierto? Lo que nos deja ver una cosa…" –estiró su mano nuevamente mientras la chica le gritaba desde unos metros atrás que se detuviera. –"¿En quién confías realmente, primero?"-
3:30 p.m.
