¡Hola gente guapa! Bueno soy nueva en esto de escribir fanfics y al final me he animado a escribir uno, Jaime Lannister x OC. Estará ambientado en la serie Juego de Tronos pero con diferencias que ya iréis viendo. Espero que os guste, no dudéis en dejarme vuestras opiniones y comentarios, ayudan mucho y más siendo nueva en esto.
Descargo de responsabilidad: no poseo ninguno de los materiales escritos por George RR Martin o de la serie de HBO.
Aclaraciones: los diálogos irán entre comillas, y los pensamientos de cada personaje escritos en cursiva.
Capitulo 1
Atenea Stark se encontraba leyendo en la biblioteca de Invernalia, su lugar favorito. A menudo sus hermanos varones la incordiaban llamándola rata de biblioteca, pero eso a ella no le importaba, le gustaba la soledad y evadirse en mundos de fantasías y caballeros, pero no de damiselas, no, eso no iba con ella. Desde muy pequeña le gustaba practicar el tiro con el arco y montar a su yegua, se interesó muy pronto en el arte de la espada y, aunque al principio su madre Catelyn se opuso a que ocupara su tiempo en esas "tonterías que solo debían ocupar los hombres" al final su padre dejó que entrenara con los chicos. No tardó mucho en igualarlos e incluso superarlos y eso era un hecho que todos los habitantes de Invernalia conocían.
Estaba absorta en su libro sobre los Targaryen cuando oyó como alguien se escurría por la puerta, sin necesidad de mirar ya sabía quien era, solo la pequeña Arya y Jon buscaban su compañía cuando se encontraba allí.
"¿Qué lees hoy?"
"A los Targaryen, pequeña" Miró a su hermana y le hizo un pequeño hueco en el asiento, enseguida Arya ocupó su sitio y Atenea comenzó a leerle en voz alta.
Esto era un hecho que se repetía a menudo, de todos sus hermanos siempre sintió una predilección por su 'mini yo' como ella llamaba a Arya, ya que siempre decía que era igual a ella pero con un ápice de más desobediencia.
Jon sin embargo, cada vez que buscaba su atención allí siempre dejaba su libro a un lado y tenían una de sus conversaciones profundas, entre ellos había un vínculo que nadie entendía, decían que parecían gemelos, no por su aspecto físico ya que eran muy diferentes (Atenea tenía el pelo rojizo Tully y los ojos negros); si no porque se comprendían con una sola mirada y eran inseparables.
"Cuando sea mayor viviré las mismas aventuras y ganaré tantas batallas como los Tragaryen." Dijo Arya emocionada.
"No deberías tomar las batallas tan a la ligera mini yo, en ella se pierde a mucha gente solo por defender a unos hombres poderosos que tienen diferencias entre ellos."
"Bueno yo seré como esos hombres poderosos, pero libraré mis propias batallas."
"Jajaja que buena reina se van a perder los siete reinos." Dijo Atenea riendo y dándole un abrazo a la pequeña, cuando su padre Lord Eddard Stark entró a la habitacíón.
"¿Puedo hablarte Atenea?" conocía esa cara, la cara de preocupación de su padre que solo había visto unas cuantas veces en la vida, la mayoría cuando su madre dio a luz a sus hermanos.
"Ve con la septa, seguro que se está volviendo loca buscándote." Después de darle un abrazo a su padre, Arya se fue, dejando a los dos adultos mirándose con cara de preocupación.
"¿Pasa algo grave padre?"
"El rey va a venir a Invernalia y..."
"Quiere que seas su mano." Ned miró a su hija sorprendido. A veces olvidaba lo inteligente que era, demasiado inteligente quizás.
"Sí, es lo que me temo, con la muerte de Jon Arryn, deja un puesto muy importante en el reino como para darlo a la ligera y Desembarco está..."
"Lleno de víboras, sí padre, lo repites constantemente." Dijo la pelirroja sonriendo con ánimo de infundirle calma. "Pero si te vas me iré contigo."
"No, tú debes quedarte aquí con tu madre." Dijo Ned con una mirada iracunda.
"Vamos padre, no creas que no veo que estás preocupado por algo más que ser la mano del rey. Suéltalo de una vez."
"Ni siquiera yo lo sé Atenea, pero tengo el presentimiento de que algo más va a cambiar. Tu madre ya está muy nerviosa, prométeme que la ayudarás con tus hermanos."
"Claro padre, y no te preocupes seguro que es solo sensación tuya, te preocupas demasiado." Sonrió y le dio un pequeño beso en la mejilla, aun con la preocupación latente en ella.
Unas semanas después, Atenea se levantó para cumplir con su rutina de ir a montar antes de romper su ayuno, pero cuando salió de su alcoba, se encontró con todo un caos. Sirvientas de aquí para allá corriendo y moviendo muebles, otras limpiando lo que ya estaba limpio, otras corriendo sin un rumbo y su madre intentando estar detrás de todas ellas al borde del colapso.
"¿Madre por todos los dioses a que viene este ajetreo?"
"Oh hija, ya era hora de que despertaras ve a preparar a tus hermanas y por favor haz que tus hermanos se levanten y se aseen, rápido."
"¿Prepararse? ¿pero qué..?"
"¡Rápido Atenea el rey y la corte llegarán hoy!" Y sin más Catelyn desapareció persiguiendo a unas criadas.
Lo había olvidado por completo, la visita que le dio la tan mala espina a ella ya su padre. Volvió a su alcoba y se puso un poco más presentable con un vestido con los colores de su casa y el pelo recogido con un pequeño broche de lobo huargo. Intentaba pensar en como era esa gente del sur, los imaginaba con trajes de gala muy acicalados.
Seguro que serán muy guapos ... pero con el interior podrido.
Ned le había hablado muchas veces de cómo era la gente en la capital y a Atenea se le había quedado grabado que con esa gente prefería no relacionarse. No le gustaban las formalidades ni el actuar como una buena dama, para eso estaba Sansa.
Se dirigió a las habitaciones de sus hermanos sabiendo que aun estarían descansando.
"¡Vamos arriba! El rey llegará de un momento a otro y tenéis que poneros presentables. Jon, Robb afeitaros y bañaros, hoy no quiero ninguna broma de las vuestras con Thyon.
"Ya te pareces a madre". Dijo Robb volviendo a taparse con las mantas.
Atenea enseguida volvió a dejarle destapado. "¡Por una vez compórtate como un adulto, madre está de los nervios y el castillo es un desastre, no quiero que esos sureños nos juzguen y se crean mejor que nosotros, ¡arriba!"
Una vez que Jon estuvo listo fue en busca de su hermana que daba órdenes en la cocina.
"Los pastelillos de limón deberían estar listos. ¡Dicen que es el postre favorito de la reina, ¡apresuraos!"
"Creo que nunca te había visto así. ¿A qué vienen tantos nervios?" Dijo Jon llevándose a su hermana con la intención de dar un paseo con ella para que se tranquilizara.
"Es el maldito rey, Jon, creo que ninguno os dais cuenta de lo que puede significar su visita". dijo preocupada.
"Tienes miedo". afirmó él. "¿A qué crees que viene?"
Se sentaron en el patio como cuando eran niños y querían unos momentos a solas.
"No creo que sea nada bueno para nuestra familia. Tengo miedo de que se lleven a un padre y la familia se parta. No quiero que nadie cambie Jon". agachó la cabeza y se rindió a la tristeza que la embargaba cada vez que pensaba en ello.
Jon la abrazó y se acercó a su oído. "Nadie nos separará Atenea, te prometo que tú y yo siempre estaremos juntos, cuidando de que nada de eso pase".
¿Qué les ha parecido? en este capítulo solo quería explicar un poco como es Atenea para que la vayan conociendo.
En el siguiente capitulo Jaime y ella se conocerán y comenzará la verdadera trama.
Por favor no duden en dejar comentarios. :)
