Mecherazo: Hola a todos, os traigo un nuevo fic pero no es uno cualquiera porque os traigo un fic conjunto con una persona que lleva mucho tiempo conmigo y es (sonido de tambores para crear expectación) ¡KRIIIS!
KRIIIS: Buenas a todos, ¡gentuza! Es un honor poder escribir este fic con mi amigo Mecherazo.
Mech: Lo mismo digo. Llevábamos mucho planeando este fic (demasiado tiempo) y al fin nos hemos decidido a subir el primer capítulo.
KRIIIS: Je dois dire que ce na pas été facil pour moi car je n'ecrie pas courament l'espagnol (es frances para quien no lo sepa).
Mech: Lo que quiere decir mi amigo es que no ha sido fácil para él ya que no suele escribir en español, así que perdonadle sí hay alguna errata en el capítulo.
KRIIIS: Bueno, sin más espera, ¡QUE EMPIEZE EL CAPÍTULOOOOOOOOOOOO!
PD: Kung Fu Panda no nos pertenece, sino a DreamWorks.
China es, en el año 2014, una de las mayores potencias tecnológicas de todo el globo, que se encuentra en lucha por llegar a ser la potencia tecnológica número 1. Además, en este país se está desarrollando el mayor invento que la historia jamás ha contemplado.
En un taller de la ciudad de Nagashi, se hallaba, entre un montón de aparatos extraños, trabajando un inventor con una de las mentes más prodigiosas de esta ciudad, y posiblemente de toda China.
Ese inventor era un león de baja estatura, con respecto al tamaño normal de su especie, que llevaba unas gafas de pasta negras debido a que desde su juventud le costaba ver los objetos lejanos a él; su pelo, antes rebelde y anaranjado, se había vuelto lacio y de color blanco; se podía ver que el tiempo le había pasado factura y de eso daba fe las múltiples arrugas, líneas de expresión y patas de gallo que poblaban su cara. Además, desde hace un tiempo, se podía ver unas ojeras muy marcadas en sus ojos, pero era normal.
Él había estado trabajando durante varias semanas, casi sin dormir, para lograr acabar lo antes posible lo que su alocada mente se le había ocurrido.
Aunque ya tenía sus bien entrados 50 años, no paraba ni un solo segundo. Parecía una máquina. Nunca paraba de adelantar su trabajo, aunque fuera tan solo un detalle muy poco importante, él se pasaba horas y horas trabajando hasta que terminaba lo que se le ocurría. Y ahora no era diferente: se encontraba sentado en un taburete soldando un par de piezas electrónicas cuando, de repente, alguien llamó a la puerta.
El timbre de la puerta hizo que parara lo que estaba haciendo. Se levantó la máscara protectora y giró su cabeza un poco hacia arriba a la derecha, mirando a la pared.
En la pared, había un reloj de tamaño medio cuyas manecillas indicaban que eran las 18:00.
-Justo a tiempo.
Se levantó de la silla, se arregló un poco la larga bata blanca de científico que llevaba puesta, la cual estaba muy arrugada y manchada de grasa y de algún que otro producto químico, abrió la puerta del taller, salió de él y cerró la puerta tras de sí.
Mientras él andaba hacia la puerta, la persona que estaba detrás de ella aún seguía tocando el timbre de la puerta, preguntándose si el dueño de la casa estaría en ella.
Nada más llegar a la puerta, el inventor abrió la puerta y pudo ver a Logan, el chico que había contratado para que le ayudará con unas cosas.
Logan era un tigre de bengala de pelaje naranja con rayas negras, esbelto, como muestra de los muchos años que ha estado jugando al baloncesto; era muy alto, un 1,80m de estatura, lo que, junto a sus saltos de escándalo, le hacía un jugador de baloncesto increíble. Iba vestido con unas zapatillas de color rojo, que tenía cinco rayas verticales en los laterales con el patrón verde, negro y así hasta el final, de la marca NAIK (Sabemos cómo se escribe la marca pero no queríamos que saltará el copyright, XD) y una camiseta. Además, en el centro de la camiseta estaba el dibujo de la cabeza de una serpiente, en forma tribal, de color negro (Y si no lo entendéis, miráis la imagen del fic).
-Hola Doc, ¿qué tal estás?
-Un poco cansado, pero no es nada. ¿Estás listo? ¡Porque hoy vas a sudar amigo!
-Como nunca- le respondió Logan todo confiado.
-Logan, lo que tienes que hacer es ayudarme a bajar las cajas que están en aquel camión- dijo Doc, señalando al susodicho camión.
-¿Me has llamado solo para bajar unas cajas de nada? Bof, y yo que pensaba que te iba a hacer falta mi fuerza bestial súper bárbara- dijo Logan un poco desanimado.
-Logan, tú coge una y ya verás si no pesan ni nada.
Y así hizo Logan, que fue todo confiado hacia el camión y cuando levanto la primera dijo:
-¡La madre que me…! ¡Dios mío! ¡¿Pero qué llevas aquí adentro?! ¡¿PIEDRAS?!
-Jajaja ya te había dicho que me hacía falta alguien fuerte y veo que aún te falta bastante.
-¿Quien?¿Yo?¿¡No ser fuerte!? ¡Ni un toro me ganaría en fuerza! Jajaja, que buen chiste Doc- dijo Logan mientras pensaba-. ¡¿Como voy a conseguir llevar todas estas cajas hasta su taller?!¡DIOS MÍO!¡DAME FUERZA!
-¿Qué te pasa Logan? ¿No ibas a ayudarme?
-Sí, sí, claro, ya te ayudo.
El pobre Logan tuvo que levantar como pudo las cajas llenas de piezas, ya que Doc no lo podía ayudar por sus problemas de espalda. Y así, Logan, con mucho valor y coraje, consiguió llevar todas las cajas al taller en menos de una media hora; el pobre estaba que daba pena verlo hasta Doc, que solía quedarse serio en los casos más chistosos, no pudo evitar reírse como una hiena.
-¿Que te ha pasado Logan? jajaja- dijo Doc, que se moría de risa.
-A mí, nada, buf, buf,...- dijo el pobre, que ya no podía ni con su alma.
-No te imaginas la ayuda que me has sido. Me has salvado la vida Logan.
-Eso espero Doc, pero tengo una preguntita. ¿Me gustaría saber para qué son todas esas piezas?
-Pues no sé si debería contártelo; es que estoy inventando algo que va a revolucionar el mundo entero, por ahora nadie puede saberlo y...- dijo Doc y Logan, viendo que él no iba a hablar, decidió usar su último recurso: la mirada de cordero degollado.
En el momento en el que Logan puso esa mirada, agrandando los ojos y juntando sus patas, Doc tuvo que girar la cabeza para no ver la enternecedora expresión de Logan.
-Conmigo eso no funciona- dijo apartando la mirada de Logan.
Pero Doc escuchó como Logan hacía ronroneos tiernos y ya, a eso, no pudo resistirse.
-Oh, vale- y Doc se rindió ante Logan-, pero tienes que guardar el secreto, ¿vale?
-Claro Doc.
-Estoy trabajando en una máquina para viajar en el t...
Justo en ese momento, Logan recibió una llamada de su madre.
-Huy, ¡Es mi madre! Perdona que te interrumpa Doc, pero si no llego a tiempo a casa para cenar, ¡Mi madre me mata! Ya me lo cuentas otro día; vendré mañana Doc.
Y se marcha corriendo a cuatro patas, iba tan rápido que se parecía a ese leopardo jamaicano que gano la medalla de oro en los 100 metros lisos en los juegos olímpicos de Rusia, Usult Voltic.
Al pobre Doc no le dio ni tiempo de acabar de explicarle lo que estaba inventado, ni siquiera de decirle adiós.
Logan ya había hecho más de la mitad del camino cuando, de repente, se perdió en la belleza de una chica que estaba echando un vistazo al escaparate de una tienda de ropa. Esa era Julia, una joven panda (Qué casualidad, ¿no?).
Logan, embobado por la figura de Julia, dejo de mirar hacia delante hasta que paso lo inevitable: golpazo contra una farola.
-¡Auh!¡Como duele! De aquí no me voy sin un moratón- dijo mientras se frotaba la frente.
En ese momento, alguien se acercó a él.
-¿Estás bien?-dijo Julia un poco preocupada.
Cuando Logan levantó la mirada, Julia estaba inclinada hacia él con las manos apoyadas en sus piernas. Logan no pudo evitar mirarle el escote que llevaba la joven panda que estaban a unos 20 centímetros de su cara (cosa de machos, no controlamos los ojos). El pobre Logan se puso rojo como un tomate.
-¿Qu- Quién? ¿Yo? Como no jejeje- dijo Logan todo cortado por la pregunta de Julia.
Había que decir que Julia era toda una belleza de chica, de unos 19 años, y que con su metro con 68 centímetros y sus 62 kilitos, hacían que tuviera un cuerpo perfecto. Como diría Doc: "Dios no se dejo las cosas a medias".
Hay que decir que era muy guapa, su cara era tan inocente que hacía caer a más de uno, ¡la prueba de ello era el mismo Logan! Además, sus ojos azul marino te atraían a ellos como polillas a la luz. Era como si al verlos hubieras escuchado el canto de una sirena, ya que te hechizaban, te atrapan y ya no podías apartar la vista de ellos.
Ella vestía unos vaqueros, de estos apretados que estaban de moda, que remarcaban las voluptuosas curvas de Julia, y una estrecha camiseta verde, algo provocativa que hacía resaltar sus pechos, los cuales eran grandes de por sí.
-¿Seguro que estás bien? Te está sangrando la nariz…
Logan ya se había dado cuenta de porque le estaba sangrando de la nariz. No era porque se dio un golpe con la farola, que además se lo dio en la frente, sino por los malos pensamientos que le habían pasado por la cabeza cuando vio a Julia tan de cerca. El pobre se avergonzó y se puso aún más rojo de lo que estaba.
-Sí, sí, no te preocupes, estoy muy bien- mintió Logan.
-Toma, sécate la sangre, que se te está cayendo- dijo la panda para ayudarle.
Julia le estaba tendiendo un pañuelo y el pobre Logan no sabía qué hacer.
-Dios mío, espero que no piense que soy un pervertido- pensó Logan mientras le contestaba a Julia- Gracias, pero me tengo que marchar a casa, que sino mi madre me mata.
Le cogió el pañuelo y se marcho corriendo a cuatro patas otra vez. ¡Qué avergonzado estaba el pobre!
-Espera, ¿cómo te llamas? Pregunto Julia con voz fuerte, casi gritando, pero Logan no la escucho- Qué tigre más raro pero bueno, ¿qué se le va a hacer?- se dijo Julia en su mente.
Al cabo de unos 10 minutos de carrera, Logan, por fin, había llegado a casa.
A pesar de que su casa no era de las más bellas de todo su barrio, no tenía nada que envidiar a las demás.
Había un gran jardín que precedía a la casa, formado por un pequeño estanque en el que se bañaban peces de varios tipos como bogas y carpas, unas rocas decorativas, unos setos con la forma de un oso, una tortuga y un flamenco, y un suelo empedrado que marcaba el recorrido desde la parcela hasta la puerta de la casa.
Era una casa de gran tamaño de más o menos, posiblemente más, de 220 metros cuadrados, a doble altura, con amplios balcones a los lados del segundo piso y cerrados por unas pequeñas rejas metálicas. Los grandes ventanales que estaban repartidos por toda la casa le daban un aspecto muy diáfano al interior de la casa y el color blanco de las paredes le daban un aspecto muy señorial a la casa, ya que ese color blanco tenía el mismo matiz que el color del mármol.
Logan se dirigió raudo hacia la puerta de su casa, cogió las llaves, que las tenía guardadas en el bolsillo derecho de su pantalón, encontró la llave de la puerta, la metió en la cerradura, giró la llave, abrió la puerta e intentando el menor ruido posible, entró en casa y cerró la puerta, pero sus esfuerzos fueron inútiles ya que nada más girarse se encontró con Coline, su madre.
Ella era una pantera negra un poco más baja que Logan, pero lo que le faltaba de tamaño, le sobraba en amor y en autoridad con su hijo y sus ojos color verde eran muestra de ello, ya que en un instante podían destilar cariño o mostrar enfado; su vestimenta era muy simple, siempre llevaba batas de estar por casa (en casa, OBVIAMENTE, en la calle llevará otra vestimenta) que le llegaban hasta las rodillas, con detalles florales o con una gran gama de colores; hoy llevaba una bata en la que aparecía un cerezo en flor.
-Ay- dijo Logan asustado al ver a su madre plantada frente a él- Mamá, perdona que haya llegado tarde.
-No pasa nada hijo, entiendo que tardarás tanto en llegar. Ve a lavarte las manos, la cena está lista.
-Vale mamá.
-Pero que sepas- le detuvo antes de que se fuera al baño-, que si hubieras llegado a tardar un minuto más, te habría castigado a estar sin consola y sin ordenador durante una semana, así que espero que llegues más pronto para la próxima ocasión o si no... ¿Me has entendido?
Logan, después de tragar saliva, contestó:
-Sí, mama- dijo temblándole la voz.
Coline sonrió y se marchó de allí hacia la cocina.
Logan, nada más se marcho su madre, suspiró y dijo en voz baja.
-Dios mío, cualquier día se transformara en Terminator.
La verdad es que el chico se esperaba una regañina o unos gritos por parte de su madre, no simplemente que le amenazará conque a la próxima le quitaba la consola y el ordenador, pero la verdad es que lo prefería así.
Después de lavarse las manos, Logan se fue hacia el comedor que se encontraba en el primer piso, segunda puerta a la izquierda desde la entrada, y cuando entró al comedor, vio a toda su familia al completo.
Alrededor de la gran mesa central que formaba el comedor, estaba su padre, Bruce, un tigre de bengala de pelaje anaranjado, con unas pequeñas manchas negras repartidas por todo su cuerpo y vestido con una camiseta de mangas largas de color gris y pantalón negro. Él estaba sentado en una silla de madera, con unas gafas de leer para poder disfrutar del periódico de media tarde, en el que aparecían noticias de interés general.
-Hola papá.
Bruce despegó su vista del periódico, vio a su hijo, le saludó y continuó leyendo el periódico.
Logan vio a su hermano pequeño, Zack, una pequeña pantera negra con una camiseta blanca y pantalones pesqueros azules, que se encontraba jugando con la videoconsola. Parecía que le mataban cada vez que perdía en el juego, ya que se ponía a gritarle a la consola.
-Holaaa Zack- dijo Logan al mismo tiempo que removía el pelo de su hermanito, provocando que este se quejará.
-¡Ay!¡Para ya!- exclamó el pequeño de la casa mientras apartaba las manazas de su hermano mayor con un movimiento brusco de su mano derecha.
El chico, nada más quitarse las manos de su hermano de la cabeza, volvió a concentrarse en su consola.
-¿Qué tal te va?- preguntó Logan.
-Pues estoy en el Templo del Fuego para poder enfrentarme al malo final del juego, Hanon, el destructor, y así, por fin, conseguir traer la paz de vuelta en todo el reino y salvar a la princesa que ha sido secuestrada.
Logan, que no era un gran aficionado de los videojuegos, entendió un poco lo que dijo y pronunció un sonoro "Ah".
-Pues buena suerte.
-Gracias Logan- dijo Zack, enfrascándose de nuevo en su videojuego.
Mientras Bruce y Zack estaban a sus cosas, Coline había puesto los últimos cubiertos que faltan en la mesa y Logan se había sentado a la mesa.
-Chicos- dijo Coline, captando la atención de Bruce y de su segundo hijo- ya está la comida, así que dejad las cosas que estáis haciendo para después.
-Claro cariño- contestó su padre y dejó su periódico a un lado de la mesa.
-Vale mamá- dijo Zack, un poco en contra de dejar su consola, pero al final guardó partida, apagó la consola y la dejó a un lado.
Coline fue trayendo la comida, poco a poco, y cuando trajo el último plato, se sentó junto a su marido.
-Qué aproveche la comida- dijo mamá.
-Igualmente- añadieron los chicos al mismo tiempo y empezaron a comer.
La comida que había hecho Coline eran unos platos de arroz tres delicias, unos rollitos de primavera, unos tallarines aderezados con salsa de soja y de postre, había natillas, flan o helado de cucurucho o de tarrina.
A pesar de ser platos muy simples, la comida estaba realmente deliciosa. Se notaba que ella era una gran cocinera y que le gustaba lo que hacía, ya que siempre lo hacía con amor y cariño, cosa que se notaba luego en el sabor de sus platos.
A pesar del gran aspecto y sabor que tenía la comida, Logan no los disfrutaba del todo. Había algo que le corroía por dentro y que no le dejaba en paz. Intentaba que sus pensamientos se centrarán en comer, pero él no podía. En su mente solo aparecía una persona: Julia.
No sabía porque no se podía quitar a esa chica de la cabeza. Había conocido antes a otras chicas de muy buen ver con las que, incluso, había fantaseado.
Él solo quería sacarse a Julia de la cabeza y se repetía, una y otra vez, la misma frase: "Es tan solo una chica más", pero él, en el fondo, sabía que no era así.
Nunca antes había conocido a una chica como ella.
Julia se había preocupado por él cuando se había chocado contra aquella farola; le había tratado muy delicada y cariñosamente, cosa que nunca le había pasado con ninguna otra chica antes, a excepción de su madre. Ella, además, era una chica que, a pesar de lo atractiva que era, se comportaba de una forma muy inocente, algo que surge de una persona entre un millón, y eso hacía que realzará toda su belleza natural, sobre todo aquellos ojos azul marino tan bellos que tenía.
Logan, viendo que le resultaba imposible concentrarse para comer, dejó el plato a medio terminar y se levantó de la silla.
-¿Ya te vas?- preguntó su madre- Pero si no has terminado de comer.
-No tengo hambre. Guárdamelo para cenar, que ya sabes que no me gusta tirar la comida.
-Vale hijo- contestó Coline.
Logan abrió la puerta y salió del comedor.
-Bruce, creo que ha nuestro hijo le pasa algo.
-¿Por qué lo dices?- preguntó Bruce.
-Nuestro hijo siempre suele comer como si la vida le fuese en ello y hoy ni se ha comido la mitad de lo que tenía en su plato.
-Ahora que lo mencionas sí que es extraño. De seguro que no es nada cariño, tú dale tiempo.
-Eso espero- y ambos continuaron comiendo.
Mientras tanto, Logan había llegado a la sala de estar, ya que estaba muy cerca del comedor, y se encontraba sentado en medio de un sofá amarillo que sobresalía en una de las paredes de la sala.
No era un lugar demasiado grande, solo había hueco para el sofá, una pequeña televisión y una estantería pequeña con algunas novelas, pero era el lugar en el que más tiempo estaba Logan. Le gustaba mucho estar ahí porque ese lugar le permitía tener tranquilidad y reorganizar sus ideas, cosa que necesitaba en estos momentos.
Pasaron las horas, Logan había dado 100000 vueltas a la habitación, se había sentado 723000 veces en aquel sofá, se había tocado la cabeza 45300 veces y aún así su mente seguía siendo un caos.
No entendía que era lo que le pasaba. Sentía un cosquilleo en su estómago al pensar en Julia y no se le despegaba la imagen de Julia, bella como un ángel, de la cabeza. Pero, de repente, la verdad le llegó como un martillazo, es decir, de golpe.
Él se había enamorado. Logan había experimentado ese sentimiento muy pocas veces antes en su vida, y nunca había sido tan intenso como esa vez, por eso no entendía que pudiera estar enamorado y al cabo de una hora, al fin, logró aceptar sus sentimientos.
-¿Y ahora qué hago?- pensó Logan.
Con un poco esfuerzo, y un poco de tiempo, se le ocurrió una idea.
-Le preguntaré a mi padre, a lo mejor sabe como ayudarme.
En el momento en que se levantó del sofá para ir a hablar con su padre, su madre apareció allí.
-Mamá, ¿qué haces aquí?- preguntó Logan tranquilamente.
-Sólo venía a avisarte de que es la hora de cenar.
-¿YA?- Logan no se lo podía creer, así que miró a un reloj que había colgado en la misma pared que donde estaba el sofá.
El reloj marcaba las 21:15, exactamente la hora de cenar; Logan volvió a mirar a su madre y le dijo:
-Pues sí que ya es la hora.
-Anda, vamos a la cocina.
Ambos salieron de la sala de estar, fueron al comedor, dónde ya estaban Zack y Bruce esperándoles, y tal como paso en la hora de comer, Logan no se pudo sacar a Julia de la cabeza, pero al menos esta vez se comió todo lo que tenía en su plato, así que no llamó tanto la atención de su madre.
El primero en terminar de comer fue Zack, que se fue al salón a jugar a la consola, después fue su padre, que dijo que se iba a dormir ya que estaba agotado. Logan vio en que su padre se fuera a su cuarto a dormir una oportunidad de poder hablar con él, así que terminó rápidamente de comer y se fue a la habitación de su padre y de su madre, que se encontraba en el segundo piso.
Atravesó el pasillo que formaba la casa, subió unas escaleras que dividían la casa en dos partes: la zona este, donde estaba la habitación de sus padres, y la zona oeste, donde estaban las habitaciones de Zack y de Logan y poco después llegó al cuarto donde estaba su padre.
Llamo a la puerta, por si acaso su padre se estaba cambiando, y Bruce preguntó:
-¿Quién es?
-Soy Logan, ¿puedo pasar?
-Claro hijo, pasa.
Logan abrió la puerta, entró a la habitación y cerró la puerta tras de sí.
-Dime hijo, ¿qué te pasa?
-Pues...- dijo Logan intentando buscar las palabras adecuadas- hoy, después de ayudar a Doc, me encontré con una chica y... no sé, creo que me he enamorado.
-Enhorabuena hijo, el amor es uno de los sentimientos más bellos que hay. Pero, ¿por qué me lo cuentas?
-Necesito tu consejo.
-¿Y crees qué te puedo ser de ayuda?
Logan asintió.
-A ver, ¿qué consejo te puedo dar?- Bruce se rascó la cabeza y se le ocurrió el consejo idóneo- Creo que el mejor consejo que te puedo dar es "El que la sigue, la consigue", es decir, si intentas entablar conversación, si intentas acercarte a ella, lograrás ganártela.
-Pero así creerá que soy un pesado, o peor aún, un acosador.
-Vale, pues simplemente lo que tienes que hacer es pedirle una cita.
-Pero y si me rechaza- contestó Logan- ¡No lo soportaría!
-Escucha: si eso pasa, lo único que puedes hacer es olvidarla. Hay muchas chicas allí afuera. Seguro que encuentras a otra de la que enamorarte.
-Pero es que nunca he conocido una chica como ella. Creo que nunca podré olvidarla.
-Hijo, no me lo estás poniendo fácil para poder aconsejarte.
-¡Y tú no me estás sirviendo de ayuda, papá!- contestó Logan con un tono fuerte.
Se hizo un momento tenso entre ambos que dio paso a un silencio incómodo.
-A lo mejor tienes razón hijo, a lo mejor no te soy de ayuda.
-No pasa nada, papa- dijo Logan, un poco triste por haberle dicho lo que le había dicho a su padre-, lo mejor será que me vaya a descansar. A lo mejor después de pensarlo con la almohada se me ocurre algo.
Logan se dirigió hacia la puerta y Bruce, entre suspiros, mencionó:
-Ojala mi padre estuviera aquí, él sí que sabía dar buenos consejos.
Logan sabía a que se refería su padre. Su abuelo murió hace dos años debido a una pulmonía. Todos lloraron la pérdida de su abuelo porque era una persona muy querida por todos sus familiares, ya que era una persona muy vital y muy inteligente, tanto en cosas de la vida como de la naturaleza.
A Logan se le vino el rostro de su abuelo, lleno de arrugas y con unas expresiones muy marcada, que le daban un aspecto arisco y frío, cosa totalmente diferente a la realidad, debido a que era una persona muy amable y muy cercana a los demás y no pudo evitar recordarle cuando le vio como, tras despedirse de sus seres más queridos, falleció en la cama de su casa.
-Yo también le echo de menos- susurró Logan y salió de la habitación.
Tras coger un poco de aire, Logan se dirigió hacia su habitación y para ello se dirigió a las escaleras dobles, pero cuando estuvo a medias de pasarlas, se fijo en algo que había colgado en la pared.
Se trataba de un gran pergamino extendido en el que aparecía todo el árbol genealógico del que procede su familia. Ya lo había visto muchas veces antes, pero esta vez le llamó la atención por recordar a su querido abuelo.
Logan busco donde se encontraba su abuelo y allí lo vio, con una foto en la que aparecía sonriendo de par en par, y Logan no pudo evitar reprimir una sonrisa al recordar a su abuelo y él, sin saber porqué, miró el árbol genealógico en general.
Él pudo ver cientos de nombres, cientos de personas que habían estado antes que él y que en ese preciso instante se encontrarían muertas. Era triste, pero eso es la vida. Nacer y después morir. Pero Logan no quería entrar en reflexiones filosóficas en ese momento, solo quería irse a dormir y olvidarse de todo por unas horas. Y así lo hizo.
Logan subió las escaleras, llegó a la puerta de su cuarto, entró a la habitación, se cambió su ropa, la cual dejó al lado de su cama, por un pijama de rayas, se metió entre las sábanas y dejo que el suave abrazo de Morfeo le envolviera.
Mech: Y aquí dejamos el capítulo por hoy. Me gusta como ha comenzado la historia y espero que sigamos haciéndolo igual de bien en los siguientes capítulos.
KRIIIS: Eso digo yo porque, no se tú, pero a mi me cuesta de una manera BUF...
Mech: No te preocupes por eso. Tengo que añadir antes de que tardaremos bastante actualizar entre que cada tenemos una vida que vivir y porque KRIIIS tiene ciertos problemas para escribir algunas palabras en español por el teclado que tiene ya que, por ejemplo, no tiene la letra ñ.
KRIIIS: Eso, échale todas las culpas al pobre KRIIIS :( Sin mas dilación, os dejamos hasta el próximo capitulo, no dudéis en dejarnos un review porque nos hace super felizes :) de saber que hay gente que lee este fic y nada más. ¡ADIÓS!
