NOTA IPORTANTE: Los personajes de Candy Candy le pertenecen a sus autoras Kyoko Mizuki y Yumiko Igarashi, la historia es un original mio.
La creación de este fic es solamente por entretenimiento sin fines de lucro. Este es mi primer fic espero y les guste.
EL LADRON.
CAPITULO 1
LA DIFERENCIA.
Emily se miraba en el espejo de su habitación un poco pensativa, ella es la cuarta hija de cinco de la familia Andley White, a sus trece años y hasta ese día, nunca le había importado lo diferente que era de sus hermanos, todos eran rubios como sus padres. En el reflejo veía una chica con cabellos castaño obscuro y lacios, su piel con un bronceado natural pero en su rostro resaltaban unos ojos grandes verdes claros; de estos salían unas lágrimas que parecieran no querer parar; al recordar lo que desde hace tiempo le sucedía en el colegio. Ella sabía, que como su madre también era adoptada del hogar de pony y le agradecía a Dios por tener unos padres alegres y amorosos.
Se sobresaltó al oír que tocaban su puerta - Emily estas bien?- Escuchó la voz de su madre a fuera de su cuarto. – si mamá.
-Porque te encierras? Preguntó Candy queriendo entrar al cuarto
- Me estoy quitando el uniforme.
- Te vi corriendo y no pasaste a saludarme como todos los días, te sucede algo hija? .
- No mamá ya te dije, me estoy cambiando.
Candy conocía a cada uno de sus hijos y como toda madre, sabia cuando algo pasaba; ella hace una remembranza de sus vástagos. William el mayor, ya contaba con 19 años era alto y buen mozo como su padre, pero heredó un poco de pecas de su madre; su carácter es Alegre pero muy protector con sus hermanas, al joven se le daba muy bien los negocios y trabajaba con su padre medio tiempo; pues estaba en la Universidad. Las jovencitas procuraban buscarlo pero El no tenía más ojos que para su novia Chloe. Seguía Pauna de 15 años físicamente como su madre pero los ojos azules como su padre, le gusta la naturaleza pero últimamente le empieza a gustar más las reuniones y la moda; su carácter es impetuoso. María de 14 años le encantan las rosas , las flores en general y trepar árboles, tiene los ojos verdes, su cabello rubio y lacio como el padre; su carácter es optimista y alegre. Luego sigue Emily de 13 años esa pequeña que desde el primer día que la vieron en el hogar de pony, el matrimonio Andley se prendaron de la calidez y ternura de ese ser de apenas ocho meses de edad, enseguida tramitaron su adopción. Albert al ver a sus hijas decía que al crecer lo volverían loco por tanto pretendiente que tendrían y mirando a Emily con sus ojos verdes que contrastaban con su piel canela, atraía las miradas; aunque a veces se metía en líos con tal de rescatar algún animalito y explotaba ante una injusticia. Por último estaba Rosemary la pequeña rubia de cuatro años quien tenía en sus facciones la mezcla de los dos. Parece un remolino y es la consentida de todos.
Candy Dudaba de las respuestas de su hija pues la escuchaba rara. – vamos hija ábreme. ¿Te pasó algo en el colegio?.-
-¡No mamá,… ya te dije que no¡, ¡ no tardo, es que no encuentro la ropa que quiero para ponerme¡. repuso Emily exasperada.
Nunca antes su hija le había contestado de esa manera, - bueno, está bien, cámbiate y lávate las manos mientras llegan tu padre y tu hermano .te esperamos para comer y si tienes algo que decirme podemos hablar jovencita.
Candy no se daba por vencida; es una de las cualidades que tiene, si Emily no quiere hablar, sus otras hijas le dirían qué sucedió en el colegio para que Emily actuara de esa forma.
Entró donde estaban sus otras hijas y las vio discutiendo, al notar su presencia; trataron de disimular,
-¿Sucedió algo en el colegio que quieran contarme?
-No mamá, todo igual de aburrido contestó Pauna.
Candy notó que María echaba chispas por los ojos a Pauna. Y enseguida preguntó – y tu María ¿qué tal tu día?.
- ¿He?… Bien mamá, bueno…con permiso me voy a cambiar.- y salió rapidísimo.
-Bueno, yo también me voy a cambiar mamá. - dándole un beso en la mejilla Pauna salió dejando a su madre desconcertada.
Candy pensó… Adolescentes y yo con tres, menudo trabajo. Pero tengo que investigar que se traen.
Con William su primogénito, todo fue muy tranquilo en la adolescencia. Pero con estas tres sospechaba que empezaría un nuevo reto.
Con una sonrisa amplia en los labios, ella recordaba las veces que preocupaba y hacia enojar a sus madres, o a la mismísima tía Elroy con sus aventuras. Así, con esa sonrisa Albert la encontró al entrar a su casa.
- ¿Qué travesura estará tramando la señora Andley por qué tiene esa sonrisa? Le depositó un beso en sus labios. - Espero que me hayas extrañado como te extrañé pequeña.
- No más que yo, mi príncipe. Le dijo Candy guiñándole un ojo
- Hola Mamá, ¿no ha hablado Clhoe? Dijo entrando su hijo.
- Bueno…. hummm deja recuerdo….
- Vamos….. Mamá.
- Si habló, que esta noche te esperan a cenar sus padres y Ella.
- ¿Y mis hermanas donde andan? Siempre cuando llegamos andan de revoltosas.
- Se están cambiando para comer. Contestó Candy.
- Bueno con permiso voy a lavarme las manos. Le dio un beso a su madre y se retiró.
Albert notó enseguida que Candy tenía algo que platicar con El. - Que pasa Amor?
- No se Albert, algo pasó con las chicas y no quieren hablar, eso me tiene preocupada.
- Que notaste de raro?
- Primero Emily llegó del colegio como rayo sin saludar y se fue directo a su cuarto y después encontré a tus otras hijas en una actitud sospechosa.
- Sospechosa, como qué?
- Si como discutiendo entre ellas y no quisieron hablar, me evadieron las tres.
- Ya se habían tardado, acuérdate de cómo me dabas guerra. le dijo guiñándole un ojo.
- ¡ Albert ¡ ….esto es serio. Lo presiento.
- Juntos lo averiguaremos, hablaremos con ellas no te preocupes, Comenzó a besar a su esposa y sintió un jalón en su pantalón.
- Hola papi.
- ¡Mira quién está aquí ¡ la princesa de la casa¡. Separándose de su esposa abrazó a su pequeña y dijo -que tal si ayudamos a Mamá y nos lavarnos las manos para comer.
- Siiiii pero antes, dame una vuelta papi.
- Una vuelta nada más .Albert giró varias veces a su hija.
Continuará
