Nieve
Capítulo I
Los copos de nieve caen lentamente, dejando una delgada sábana blanca sobre la hierba; detrás del cristal congelado, un par de soñadores ojos amatistas admiran el espectáculo; luego, algo melancólico, el dueño de aquella mirada, se acerca a la ventana para apreciar mejor el espectáculo. Cada copo que cae le recuerda más a cierto personaje que siempre le saca de quicio, recuerda, entre otras cosas, las riñas absurdas, los gestos cómicos y las tiernas miradas; pero entonces, cómo una ráfaga cruda de realidad, llegan a su mente retazos de vida formando un amargo recuerdo que hace que le hierva la sangre. Los buenos momentos quedan sepultados debajo de esta nueva sensación. Y sin embargo, algo en su pecho golpea fuerte tratando de salir, sí, a pesar de todo, a pesar del odio, no puede dejar de pensar en él. Esto crea confusión en su mente; las preguntas llegan una a una arremolinándose en la cabeza del desconcertado chico¿Por qué soñar con él cada noche fría de invierno¿Por qué sentir ese nudo en la garganta al estar allí parado tras la ventana¿Por qué desear verlo con desesperación? Y sobretodo ¿POR QUÉ ESTA NEVANDO EN PLENO VERANO? Ésta última pregunta lo saca de su ensoñación y lo obliga a apresurarse a salir de la posada En para encontrarse que su suposición era cierta, allí en medio de la nieve esta Horo Horo, terminando de acomodar la bufanda amarilla sobre su muñeco de nieve.
-Ah! Ren, mira- se hace a un lado para que su ex-compañero de equipo pueda ver mejor la figura que acaba de hacer con la nieve que el mismo "fabricó",claro, con un poco de ayuda de Koloro- ahora tienes un gemelo, jajajaja-ríe enérgicamente el aún niño.
-¿Qué se supone que haces aquí?- se acerca al muñeco para tomar su bufanda- y además –y una vez que la tiene en su mano la aprieta fuertemente - ¿Quién te presto mi bufanda?
-vamos no te enojes- se hace hacia atrás para esquivar un golpe lanzado sin verdaderas intenciones de lastimar- es solo un muñeco. Además ya es hora de comer.
-¿y eso que tiene que ver?- al llevarse la mano a la cara para contener un poco las ganas de golpear a su compañero por semejante comentario no puede darse cuenta de que éste ya esta dentro de la pensión.- NO ME DEJES HABLANDO SOLO!!!!
-Ren? Por qué gritas de ese modo?- llega Yoh sosteniendo unas bolsas con las compras para la cena.
-Voy a entrenar en el patio trasero- camina rápidamente para que Yoh no note el tono rojizo que han tomado sus mejillas.
Años atrás, él sabe, la visita de Horo Horo hubiera sido una agradable sorpresa; pero después del desenlace inesperado que tuvo que vivir a su lado, el verlo nuevamente no es más aquel sueño esperado que le sacaba sonrisas secretas en la soledad de su habitación.
ooooo
-que gusto nos da verte de nuevo por aquí Horo Horo, no es así Annita- Yoh se sirve un poco más de jugo de naranja.
-mmf- replica la rubia con galleta en mano.
-a mi también me alegra verlos- la sonrisa en su rostro no se hace esperar- pero por desgracia solo estaré aquí un par de días- termina diciendo sin borrar de su rostro aquella alegre expresión.
En ese momento Ren aparece, no es que quisiera ver de nuevo a Horokeu, simplemente, digamos que… pasaba por allí. Se para de frente al comedor en el que se encuentran reunidos los demás sosteniendo una toalla con una mano y el bote de leche con la otra, aún quedan algunas gotas de sudor sobre el rostro por limpiar.
-que bien, así que solo tendré que soportarte dos días- pasa la toalla por su frente.
-si, solo… oye!! Que insinúas? Que soy una molestia? Acaso quieres pelear?- la mesa sobre la que estaba recargado el ainu tiembla al momento en que éste se levanta exasperado.
-hoy no tengo ganas de vencerte.-da un sorbo a su leche, para luego sentarse a un lado de Yoh, quien limpia el pequeño charco de jugo contiguo a su vasito morado.
-a bueno, entonces mañana…espera¿Qué dijiste?- se repite la acción.
-si que estas más lento de lo normal.- deja su bote vacío sobre la mesa, e Yoh limpia un nuevo charco de jugo de naranja.
-no me importa lo que digas, solo vine porque necesito unas cosas para Pilika.
-¿que no pudiste comprarlas en Hokkaido¿o es que te perdiste camino a la tienda y acabaste aquí?- se levanta para salir a darse un baño en las aguas termales, dejando a medias la conversación.
En ese momento Yoh que estaba atento a la pelea no puede evitar sentir curiosidad, pues su amigo Hokkaideño no mencionó la razón de su visita en la carta y ahora parece haber salido a la plática.
-¿sucede algo Horo-Horo?
-no, no es nada Yoh- su mirada celeste se pierde dejando al preocupado trigueño a la expectativa.-bueno…-se atreve a decir- vine porque Pilika se encuentra grave de salud y pensé que tal vez Fausto…
-ni se te ocurra, él trabaja para la pensión, no atiende niñas enfermas en el extremo norte del país.-interrumpe Anna
-pero Annita, se trata de nuestro amigo- suplica Yoh.
-esta bien, pero tendrá un costo extra.
ooooo
Y así, mientras Horo Horo y Anna "negocian" para que Fausto atienda a Pilika, Ren yace sumergido hasta las narices en el agua, con ambos ojos bien cerrados, deseando descubrir la razón por la cuál algo bajo su pecho late avivadamente y la razón parece querer desparecer en un profundo sueño, dejando al mando de los movimientos al instinto, cada que ve de frente a ese tonto shaman de hielo.
-aborrezco tener que lidiar con ese ainu; cada que le miro lo odio más, es que no puedo creer que alguien como él se haya vuelto más fuerte que yo, estoy seguro de que hay una buena explicación, sólo que aun no la he encontrado Basón, mi toalla- ordena para salir del baño.- no podría permitirme vivir sabiendo que un niñato como él salvó mi vida durante el torneo de shamanes Por qué tarda tanto ese tonto? BASÓN!!!
-¿otra vez gritando Ren? Jijiji- llega Yoh para acomodarse en el baño, seguido de este entra Horo-Horo
-¿Qué hacen aquí?- levanta la mirada para buscar a su fiel espíritu acompañante y librarse pronto de las largas conversaciones sin sentido de Yoh y sobre todo, de la presencia del otro.
-pues que más? tomamos un baño- Yoh se da cuenta de que Ren busca algo y asociándolo con lo que le hoyo gritar supone saber que es.-por cierto, si buscas a Basón esta en el jardín, nos dijo que le pediste que te dejara solo, jijiji, Ren, hoy parece que estas enamorado.
Antes de que Ren pueda siquiera emitir un sonido el que estaba callado se acerca al ofendido dándole leves codazos en el vientre.
-así que tienes novia, que guardadito te lo tenías- Horo recibe un merecido puñetazo en el rostro-bbggrrr- el pobre trata de sacar la cabeza del agua pero la pesada mano continúa sumergiéndolo. Are los ojos y empuja un poco más, con la cara morada a falta de aire logra escapar- AAHHH ¿¿POR QUÉ ABRÍ LOS OJOS?? Fue asqueroso.
A juzgar por la posición en la que se encontraban y por lo poco que pueden llegar a tapar las toallas Ren se da una idea de la parte de su anatomía que pudo vislumbrar Horo bajo el agua, más que ofendido busca salir de allí con la cabeza en alto, demostrando que, ante todo, está la dignidad.
Pero justo antes de salir mira por el rabillo del ojo a un inquieto Horo jugando con el agua.
-¿más fuerte que yo? Ja, que tontería!- ahora estaba bien claro para él que Horo solo había tenido un golpe de suerte en aquella batalla.
ooooo
Pronto las estrellas se dibujan en el manto celeste, la luna, protagonista de aquella majestuosa escena, alumbra a medias los pasillos de la pensión y los grillos arrullan con sus cantos el ambiente. La noche es hermosa, tal vez demasiado como para pasarla dentro de una habitación.
Horo sale al jardín a embriagarse de la belleza de la naturaleza, dejando de lado sus preocupaciones. Cierra un instante los ojos al momento en que siente una brisa helada recorrer su cuerpo y cuando se incorpora nuevamente logra sentir una presencia a sus espaldas.
- ¡Hola¿Acaso no puedes dormir?- dice sin voltear la mirada pues está seguro que es Yoh quien se encuentra parado allí, sonriendo, seguramente.- hace ya tanto tiempo que no miraba las estrellas, que esta noche, aunque sean pocas las que se aprecian, me parecen más hermosas que nunca.- después de un rápido suspiro continua su charla, sin esperar respuesta.- ¿Sabes? Desde que terminó el torneo de shamanes me he sentido extraño, es como si algo me faltara, sencillamente siento que no soy yo mismo. Antes tenía un sueño por el cual vivir, por el cual luchar; quería un gran campo de plantas que se extendiera por el mundo.- su mirada se fija en un punto sobre la nada y una de sus manos rasca su mejilla- Al principio lo estaba logrado, comencé en un pequeño lugar, pronto compré más terrenos, la gente comenzó a interesarse; era realmente bello ver tantas manos unidas, haciendo de mi sueño el suyo; pero luego comencé a perderme en trámites burocráticos, campañas de promoción, entrevistas…-al fin voltea, pero lo hace sonriendo con los ojos cerrados- no sé por que te cuento esto- y al abrir los ojos, encuentra que para su sorpresa, el oyente no era Yoh.- ¿Ren?
El chino solo atina a inclinar un poco la cabeza antes de dar la media vuelta e irse, pensó hacerlo antes, pero por alguna extraña razón la plática de Horo le pareció interesante. Luego camina por los pasillos hasta llegar a su alcoba y tirase sobre su cama, con la mirada perdida en los recuerdos.
-Es cierto, en aquel entonces todos teníamos un sueño y luchábamos juntos para cumplirlo, olivándonos a veces que sólo uno de nosotros se convertiría en el rey shaman. ¿Qué habrá pasado con los sueños de tantas personas?- se jira sobre su cuerpo- debí ser yo quien ganara, no ese estúpido.
Tras cambiar de posición repetidas veces, el cuerpo finalmente se rinde y Ren se pierde en un largo sueño.
-----Sueño de Ren----
-¿quien lo diría? Así que eres tu quien está a cargo de la última planta… Goldva.- el chico Asakura termina de acomodarse los audífonos para luego levantar la mirada hacia ella.
-así es- da unos pasos hasta ellos- y no pienso permitirles llegar hasta él.
-Je- Ren saca su cuchilla-apurémonos, ya solo falta vencer a esta vieja.-se acomoda sosteniendo con fuerza la cuchilla- yo mismo me encargaré de ella.
-veo que estas muy confiado joven Ren- una vez proferidas estas palabras Goldva se lanza sobre su oponente, pero el ataque es tan rápido que nadie puede verlo.
-REN!!!- el grito sordo de Horo Horo se pierde en el espacio. Ese grito es lo único que alcanza a escuchar Ren antes de quedar inconciente.
Poco a poco las palabras, que antes parecieron murmullos, comienzan a tener sentido. Un par de ojos amarillos se abren lentamente, Ren levanta la mitad de su cuerpo y sentado observa la escena.
-Ren, que bueno que despertaste- dice un malherido ainu antes de que sus rodillas toquen el suelo. Ante Horokeu se encuentra la líder de los apaches que, con una sonrisa helada, cae de espaldas lentamente.
-Continuemos.- se adelanta a decir Chocolove.
-¿que pasa Ren¿no vienes?- la mirada de Horo se clava sobre él, fría y burlonamente- lo lamento, ni siquiera puedes ponerte en pie ¿no es así?.
-Vamos, no tiene caso que nos acompañe, es demasiado débil- Yoh se apresura a entrar en la sala en la que se encuentra su hermano preparándose par renacer como el nuevo rey shaman.
De pronto Ren ya no se encuentra sobre el suelo, esta parado, no, mejor dicho flotando, viéndolo todo desde arriba y el cuerpo que se presenta frente a las burlas de sus compañeros es un niño; un pequeño de no más de siete años, de cabellos morados y mirada triste, de sus ojos salen lágrimas que van a chocar contra el piso.
-déjenme en paz, no soy débil.-pero nadie le escucha- ¡DÉJENME EN PAZ!
----fin del sueño---
-pero si nadie te esta haciendo nada picudito
La voz familiar lo hace volver en si.
-que…¿que estas haciendo aquí¿Qué no tienes nada mejor que hacer?
-es que te escuche gritar varias veces y me preguntaba si…-baja la mirada- estabas bien…-piensa, pero al hablar, son otras las palabras que salen de su boca-me podrías dejar dormir.- dice con sarcasmo.
- sabes algo?- Tao se incorpora lentamente- eres una molestia. LÁRGATE DE MI HABITACIÓN.
Con un confuso sentimiento que punza bajo el pecho, el ainu levanta las cobijas para acomodarlas sobre el cuerpo de su compañero, quien se las arrebata de un jalón.
-que descanses, Ren.-Horo se retira a sabiendas de que algo ha ocurrido durante el tiempo que se separó de su mejor amigo, pues si bien Ren siempre le había hablado de esa forma, nunca lo había hecho con el tono con que lo corrió de su habitación en esta ocasión. Ese grito claramente le deja ver que lo odia, pero…¿por qué?
ooooo
De nuevo en su alcoba el chico acomoda sus celestes cabellos antes de entrar a la cama, cuando comienza a sentirse un poco mareado. Aprieta su pecho, pero apenas es una molestia la que siente recorrer su cuerpo, un leve cosquilleo, por lo que no le da importancia. Sin embargo, al poco rato una mueca de dolor escapa de su rostro, siente claramente como algo atraviesa su corazón, la habitación parece girar y la respiración se hace difícil.
-maldita sea.- trata de llegar hasta el colchón para apoyarse sobre este, pero cae antes de lograrlo.
Su cuerpo, inerte sobre el suelo, parece ser parte de la nada en los sucesos de la vida de muchos otros que, atendiendo cada cual a sus necesidades, se encuentran dormidos sin saber que una vida a quedado allí, tendida, esperando a ser ayudada.
Anuncios varios:
1.- Antes que nada, hace poco mi mejor amigo criticó severamente la forma en que escribo tras leer este capítulo. Por lo tanto, este capítulo se lo dedico a él, sabiendo que, por lo menos a alguien le gustará.
2.- Esta historia esta situada tras el término del torneo de shamanes, basado en el manga. Sí, todas sabemos que no hay un final como tal, por lo que me dí a la tarea de inventarme uno para poder continuar sobre la misma linea de tiempo.
3.- Ya que está basada en el manga, para quienes no han tenido la oportunidad de leerlo, probablemente surjan dudas. Espero que me las hagan saber para hacerles la aclaración y que nada quede al aire.
4.- Espero, más que nunca, recibir sus comentarios, ya que, estoy en un proceso de duelo, es ahora cuando decidiré si seguir escribiendo o dedicarme a otra cosa más probechosa.
Pues eso sería todo, ojala les agrade esta historia y me les prometo que si decido seguir escribiendo lo haré mejor que nunca.
