Disclaimer: Digimon no me pertenece, ni el 90% de las historias.
Takato: Se soltó.
Llevaba seis meses con Juri mi novia cuando la invite a un bar de Karaoke con algunos amigos… que son muy burlones y se la pasan gastándoles bromas a los demás. Uno de ellos, en secreto, puso a mi novia en la lista para que cantara nada menos que Evo. Creo que estaban probándola para ver si era divertida. Cuando el animador la llamo y le anuncio la canción que debía interpretar, pensé que se escondería detrás de mi o se negaría a subir al escenario, porque es muy tímida. Pero al contrario: Subió y canto con todo lo que tenia. Estuvo fabulosa… Mis amigos se quedaron impresionados… Y yo también. Aunque no llevamos mucho tiempo juntos, en aquel momento supe que quería casarme con ella. El matrimonio es algo permanente, y saber que iba a vivir con una mujer divertida fue lo que me convenció.
Tk: Ella se las arreglo para dejarme boquiabierto.
Cuando Kari y yo nos conocimos, le mencione que siempre había querido tener la edición especial del libro Ojitos de Ángel. Dos años después, en nuestro primer aniversario, salimos a cenar, y Kari me sorprendió con un ejemplar de la primera edición de la novela. Lo localizo, ahorro el dinero y lo compro. Me quede muy sorprendido. Sinceramente, ni me acordaba de haberle hablado del libro. Pero ella me oyó, archivo la información en su memoria y años después encontró un ejemplar para mí. En unos meses, compre un anillo con la ayuda de su hermano y le propondré matrimonio muy pronto.
Davis: Nunca me hizo sentir culpable.
Me fui a un viaje a Tokio con mi grupo de amigos de la universidad para disfrutar de la ciudad y los clubes. A mis ex novias les hubiera inquietado verme ir con mis amigotes a otra ciudad… sin supervisión, pero esta chica me deseo que la pasara bien y no se me celo para nada. La primera noche que estuve fuera, la pase fenomenal. Pero ya el segundo día empecé a extrañar mucho a mi novia. Mis desordenados amigos me hacían pensar que si ella estuviera allí, la habitación estaría mucho más ordenada. Después fuimos a un restaurante tailandés, y solo podía pensar cuanto le hubiera gustado a ella. El hecho de que me dio absoluta libertad para irme de viaje sin crearme el menor complejo de culpa, y también haberla extrañado tanto, reafirmo mi decisión de que ella era la mujer con la que quería pasar el resto de mi vida.
Ken: Asumió el papel de enfermera.
Salí con Yolei por un año cuando mi madre tuvo que someterse a una cirugía que le impidió valerse por sí misma. Un día mi mamá me llamo y dijo que le diera las gracias a Yolei en su nombre. Sin comentármelo, Yolei se había ausentado del trabajo por la mañana para ir a casa de mi madre y ayudarla; le lavo la ropa, le preparo el almuerzo y le limpio la casa. No lo hizo porque se lo habían pedido y ni siquiera me mencionó que había ido a ayudarla. Al colgar el teléfono después de hablar con mi mamá, me embargo un sentimiento arrollador y solo me repetía: "Tengo que casarme con esta mujer"
Takuya: Ilumino el sitio.
Zoe y yo llevábamos juntos apenas un año cuando la lleve a una fiesta a mi oficina. Mientras yo hablaba con un grupo de colegas, ella fue al bar a buscar una copa de vino. En un momento dado la busque con la mirada y la vi rodeada por un enorme grupo de personas, mientras ella, animadamente, contaba una historia, movía las manos, echaba la cabeza hacia atrás y reía. La gente a su alrededor parecía totalmente hipnotizada. La manera en que iluminaba la habitación era asombrosa, y al ser testigo de cómo su personalidad carismática atraía a quienes la rodeaban, me di cuenta de que no podía, de ningún modo, permitir que esa mujer cautivadora se me escapara.
Marcus: Hasta me traía comida a casa.
Cuando conocí a Yoshino, ya me había enamorado dos veces antes, y nunca había pensado con casarme con ninguna de las dos chicas anteriores. De hecho, creía que nunca me casaría y que probablemente acabaría como George Clooney. Una noche, sin embargo, salí con mi hermana y ella me pregunto qué era lo que me gustaba de Yoshi. Cuando empecé a darle ejemplos de las cosas que me habían cautivado de ella, me di cuenta de que existía un denominador en común: se desvivía por hacer cosas agradables por mí y por la gente que quería. Antes, era yo quien siempre me ocupaba de mis novias y la cuidaba. Pero con Yoshi, era una preocupación mutua. Lo que le conté a mi hermana tenía que ver con los pequeños gestos de cariño de Yoshi: desde escribirme notitas de amor y ponerlas en mi chaqueta hasta aparecerse en mi casa con comida de mi restaurante favorito cada vez que se enteraba que había pasado un mal día.
Ryo: Nunca perdió la compostura.
Lo único que odiaba de viajar, porque me pone nervioso, era tener que lidiar con los requerimientos de los aeropuertos. El año pasado, Rika y yo fuimos a Dubai. Habíamos ahorrado para el viaje, y de veras lo deseábamos. Al aterrizar en la aduana, fuimos a buscar el equipaje… Pero no apareció. De inmediato empecé a preocuparme, imaginando que estaríamos sin ropa en aquellas vacaciones tan caras. Admito que fui poco amable con el empleado de la aerolínea que intentaba ayudarnos. Al ver lo que sucedía, Rika me sentó en un banco y me dijo que me relajara, que ella se haría cargo de la situación. Con serenidad lidio con el problema. Lo resolvió todo y regreso a decirme que la aerolínea localizaría nuestro equipaje y nos lo entregaría en el hotel. Hasta obtuvo descuentos para futuros pasajes. Verla operar en un momento de crisis con tal facilidad y gracia fue tan admirable, que el último día de vacaciones le propuse matrimonio.
Matt: Destaco entre la multitud.
No soy un hombre que está al día en la moda; nunca sé lo que se usa o lo que no se debe usar. Pero lo que si noto siempre es cuando una mujer luce bien con lo que lleva puesto. Cuando acompañe a mi novia Mimi a su reunión de 10 años de graduada de la secundaria, se veía preciosa. Pero el momento en el que supe que quería casarme con ella fue cuando la vi en la pista de baile, moviéndose como ninguna, enfundada en aquel vestido rosado, con unos collares y brazaletes enormes. Todas las demás chicas tenían puestos unos aburridos vestiditos negros, pero mi novia se había vestido para impresionar y se distinguía entre todas las demás. Supe que aquella no era una chica común y corriente, y que sería muy entretenido estar casado con alguien así y envejecer junto a ella.
Tai: Supo como pelear.
Por lo regular no resisto discutir, pero tampoco me quedo callado cuando de veras creo en algo. Fue después que tuve mi primera gran discusión con Sora, que supe que ella era material de matrimonio. Comenzamos a acalorarnos y a gritarnos. Ninguno de los dos analizábamos los criterios contrarios y estábamos perdiendo la compostura. De repente, Sora para de discutir. Con calma me explico que con pelear no se resolvería el problema, y que en realidad lo que debíamos hacer era sentarnos a hablar de lo que estaba ocurriendo. Primero, me pidió que le dijera exactamente lo que me molestaba, y luego hizo lo mismo ella. Manejo la situación con tanta madurez, que me hizo ver que hay mejores maneras de lidiar con las dificultades. Otras chicas se hubieran vuelto locas, pero Sora si quiso hallar la solución.
¿No te pasó que te quedaste con ganas de más? Espero que hayas disfrutado de estas lindas historias tanto como yo. ¿Encontraste a tu pareja favorita? ¿Cual fue la historia que mas te gusto? En el próximo capitulo las chicas nos contaran como sus hombres les propusieron matrimonio.
Adaptación a Digimon del articulo "amor, deseo & pasión" de la revista Cosmopolitan.
Me puedes contactar en mi twitter: TrueAleCriollo
