Hola a todos! Me complace el honor de presentarles mi nueva historia. Hace mucho que no escribía algo de Vocaloid, y como siempre, la principal de esta historia es nuestra querida Rin Kagamine. Este fanfic está basado en la canción "Fear Garden", interpretada por ella, por lo que si no la han escuchado y quieren saber de que va la mano, escúchenla, yo por mi parte les recomiendo el fandub realizado por andyloid. La modalidad de este fic será la siguiente: estará dividido en ocho capítulo, cada uno contará la muerte de una víctima distinta. Espero que se entretengan y dejen reviews n_n nos vemos al final del capitulo!
DISCLAIMER: Ni Vocaloid ni ninguno de los personajes de este fanfic me pertenecen, sino que son propiedad de sus respectivos dueños. Este es tan solo un fanfic escrito de fan para fans.
La solitaria muchacha despertó sola en su habitación. Estaba acostumbrada a ese lugar, a esa soledad. Sabía que controlaban cada uno de sus movimientos, después de todo su internación en el centro psiquiátrico más reconocido de la ciudad no había sido voluntario. A los dieciséis años de vida, Rin Kagamine era consiente acerca de muchas cosas. Llevaba ya un año y medio en aquel lugar, cosa que le había dado tiempo para pensar. Ustedes queridos lectores, se preguntarán como una niña tan joven e inocente podría haber acabado en un lugar como aquel, sola, sin la compañía de ninguno de sus amigos… la respuesta es realmente sencilla…
Fear Garden
Capítulo 1: Len
El reloj despertador sonó como cada mañana, señalando de esa forma el comienzo de otro monótono día. No tenía ganas de abrir los ojos, odiaba la rutina… a decir verdad últimamente se estaba hartando de muchas cosas: la escuela, los ensayos, incluso su hermano Len podía llegar a ser exasperante a veces. Escuchó un sonoro ronquido de alguien proveniente a su lado, si ella no daba el primer paso, llegarían tarde a la escuela. Con pesar abrió los ojos y se incorporó entre bostezos, al sentir un leve tirón se dio cuenta de que su mano estaba entrelazada con la del chico que dormía a su lado. Sonrió enternecida, su hermano menor se había convertido en todo un hombrecito, aún no recordaba en qué momento había dejado de ser su hermanito para convertirse en el apuesto joven que era ahora. Había un detalle que le gustaba especialmente de él, sus manos… esas manos tan blancas y suaves… podría pasar horas contemplándolas. Salió de su ensueño y lo zarandeó para que despertara.
-Len, despierta… ¡Len!-le gritó. Su hermano abrió los ojos con tanta o mayor pereza que ella y la miró fijamente.
-Rin… ¿qué pasa?-preguntó ahogando un bostezo-. Aún son las dos de la mañana… ¿qué quieres?
-¿Cómo que dos de la mañana? ¡Len si no te apuras llegaremos tarde!-lo regañó y se metió a bañar, apresurada para que el chico se bañara tras ella.
-¿Qué tiene de malo faltar una vez? La escuela es aburrida-suspiró y bajó a desayunar.
El agua chocaba contra su cuerpo con suavidad, templada, ideal para bañarse. Rin comenzó a enjabonarse, asegurándose de hacerlo bien, como sus padres le habían enseñado de pequeña. Disfrutaba acariciar su propio cuerpo, era una obsesión para ella, y no porque le gustara el sexo o las cosas de ese estilo, no, una simple caricia en la mejilla bastaba para excitarla. Las manos, eso era lo que ella miraba en otra persona, juzgaba a un desconocido por sus manos, y para ella las había de todos los tipos, suaves, ásperas, morenas, pálidas, cada uno tenía una mano distinta, como su propia huella personal. Un grito por parte de su hermano la hiso regresar en sí.
-¡Rin, quiero bañarme, sal de una vez!-exclamó el rubio desde afuera, prácticamente intentando tirar la puerta abajo.
-Ya, ya voy, espérame un minuto más-pidió la mayor, mientras se terminaba de enjuagar el acondicionador. Al salir se envolvió con una toalla y antes de abrir la puerta se miró las manos… ¿desde cuándo sentía aquello tan extraño?-. Quizás me estoy volviendo loca…-susurró en burla, sonriendo, y abrió la puerta.
-Dios, ¿por qué será que las mujeres tardan tanto en bañarse?-refunfuñó Len, molesto.
-Tardo lo mismo en bañarme que tú en utilizar tu cerebro correctamente-le respondió y se marchó al cuarto antes de que Len procesara la respuesta y entendiera que lo había insultado.
Restándole importancia a su recientemente descubierto extraño gusto por las manos, Rin continuó con su vida cotidiana, asistiendo a clases, sacando buenas notas, estudiando, juntándose con su grupo a ensayar. No había hablado con nadie acerca de su "problemilla". Aún así la cosa no era tan sencilla como aparentaba, la muchacha sentía como poco a poco se iba trastocando, volviéndose cada vez más loca. Extraños sueños la acosaban durante la noche, sueños en los cuales ella era una asesina, una asesina que se dedicaba a matar gente cortándole los brazos. No podía mentir, comenzaba a asustarse, aún así no podía decírselo a nadie, simplemente no se atrevía. Se imaginó la posible reacción que sus distintos amigos tendrían ante la mención de esos extraños sueños, pensarían que estaba loca y la llevarían a un internado.
Aquella noche, como todas las últimas, la rubia había despertado aproximadamente a las dos de la mañana. A su lado, Len dormía placenteramente, sin ningún problema en el que pensar. Era tan bello… su pecho subía y bajaba lentamente al ritmo que su frecuencia respiratoria le marcaba. Era un agradable sonido, un sonido que le aseguraba que su hermano estaba bien, con vida. La camisa de su pijama estaba abierta hasta el tercer botón, y como le quedaba algo grande, ella podía contemplar sin problemas parte del brazo del chico. Se relamió los labios. Poco a poco comenzó a desabrocharla hasta llegar al último botón. Era una suerte que Len tuviera el sueño tan pesado, jamás sabría acerca de ello. Le quitó la camisa y la dejó en el suelo, olvidada, ya tendría tiempo de volver a colocársela. Centró su atención en el brazo del rubio. Comenzó a inclinarse lentamente, no quería despertarlo, y poco a poco sus labios fueron entrando en contacto con aquella suave piel, tan similar a la suya pero no igual. Eran tan perfectas. Permaneció así, mucho tiempo, disfrutando de aquella textura, de aquella belleza.
-Deben ser mías…-susurró en un tono suave, que no re conoció como suyo. Se sorprendió, ¿desde cuándo tenía ideas tan morbosas? ¿De verdad acababa de pensar en tener los brazos de Len? Miró sus manos, tan blancas y con sus uñas pintadas de amarillo. Sonrió levemente, rindiéndose ante su deseo… tenía muy claro que el problema no era que iba a amputarle un brazo, el problema era… ¿dónde lo pondría?
El sonido del despertador se escuchaba a lo lejos. Len cerró los ojos con fuerza, no quería despertar, debía aferrarse a su sueño. El reloj dejó de sonar, sabía que Rin lo despertaría de un momento a otro. Había tenido un sueño muy extraño, había sido atropellado por un auto y había perdido un brazo. Le pareció extraño el querer aferrarse a un sueño como ese, pero algo le decía que era mejor permanecer dormido, quizás su sentido de supervivencia. Sintió un peso encima y sonrió levemente, probablemente su hermanita lo despertaría con besos y caricias para variar. Aquel sería un gran día. Tal y como esperaba, los labios de la rubia entraron en contacto con su piel, lo que lo sorprendió fue el lugar en donde había hecho contacto, según el recordaba, anoche se había puesto la camisa de su pijama. Sintió la lengua de su hermana trazando una línea a lo ancho de su brazo, como si estuviese marcando algo. No quería abrir los ojos, simplemente se encontraba disfrutando de su contacto. Rin se apartó suavemente de él y se movió lentamente, por lo que Len sonrió aún más, pensando que lo besaría. No podía estar más equivocado, de pronto sintió un inmenso dolor en su hombro y abrió los ojos mientras sus labios se ocupaban de soltar el desgarrador grito. Un pañuelo acalló sus gritos, por lo que volteó a ver que le había causado semejante dolor. Observó como la sangre emanaba de su hombro desde el profundo corte que un cuchillo de carnicero, aún clavado en su brazo, le había producido.
-¿Qué tal se siente hermanito? ¿Te duele mucho?-preguntó Rin, utilizando una voz falsamente preocupada-. Lo siento… pero no te preocupes, pronto terminará-rió la chica.
-R-Rin…-consiguió articular el rubio. Miró a su hermana fijamente, su voz… no lograba reconocerla, y sus ojos… sintió una piedra en el estómago, aquellos no eran los ojos de su hermana, aquellos eran los ojos de una loca-. Rin… ¿qué haces?... detente…-suplicó, aunque sus palabras eran ininteligibles y acalladas por la mordaza.
-JAJAJAJAJAJAJA-carcajeó la chica al adivinar lo que él había intentado decirle, para luego mirarlo nuevamente, con esos ojos que no eran suyos, con esa mirada que había perdido todo su brillo-. Si fueras buen hermano sucumbirías para cumplir mis deseos.
Y sin decir más la chica cogió el cuchillo y lo volvió a clavar una y otra vez. El líquido vital comenzó a salir cada vez más, manchando las sábanas con su color carmesí. Len intentó soltarse sin éxito alguno, el dolor era insoportable y ninguno de sus sentidos le respondía. Su hermana se había vuelto loca, ¿cómo había sido tan inútil en no darse cuenta? Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, en parte por dolor, pero sobre todo por la pena de ver a su amada hermana en aquel estado, tan fuera de sí.
La pérdida de sangre fue cada vez más grande, pero a la chica no le molestaba ensuciarse con tal de obtener lo que ella deseaba, y cada vez que clavaba el cuchillo, estaba más cerca de obtenerlo. ¿Qué importaba si la llamaban loca? ¿Qué importaba si realmente lo estaba? Poco a poco su hermano fue oponiendo más resistencia, hasta que finalmente, tras unos cuantos minutos, dejó de moverse. Rin sonrió y tomó la mano de su hermano menor con las propias, separándola completamente. Lo había logrado, había obtenido lo que quería. Pensó en compartir aquella alegría con su hermano, pero al voltear a verlo lo vio pálido como la cera. Tocó su piel con suavidad y al instante lo comprendió, Len estaba muerto.
CONTINUARÁ...
Notas de la autora: Bien, hasta aquí llegó el primer capítulo. En primer lugar me gustaría aclarar que este fanfic esta dedicado a mi amiga Craig Tucker, o como le digo yo, Rincitah~ te quiero muchísimo nena, espero que después de tanto estudio te despejes un rato y te entretengas leyendo esto =) Segunda cosa que quiero aclarar, sí, los capítulos van a ser cortos, el tema es que en un principio iba a escribir todo el fanfic de corrido, pero viendo lo que me había ocupado la parte de Len, pensé que si escribía las ocho partes juntas iba a ser muy largo y nadie lo iba a leer, por eso lo escribo en capítulos, además de que también es más fácil para mí. Bueno, creo que no tengo nada más que aclarar, así que me voy despidiendo. Espero que les haya gustado la idea de escribir basándome en la canción. Puede que ya en ocasiones anteriores me haya basado en una canción para escribir, como en el caso de "A Través del Cristal", pero en este caso es más complicado porque es una situación muy extraña, tuve que investigar un montón acerca de los internados psicológicos e incluso acerca del cuerpo humano. Ahora sí, me despido, nos vemos en el próximo capítulo! Saludos a todos!
Helena Cullen de Hale,,
