EL PEOR DÍA DE SAN VALENTÍN

CAPÍTULO 1

INGRESO A LA FERIA

La torre se veía muy tranquila desde afuera, pero un pequeño incidente le estaba subiendo los colores a Robin…

-Así que son 5 tickets para que vayas a la feria con Starfire…

-¡Pero yo no quiero ir!

-Uno para la rueda de la fortuna, uno para la casa de los espejos, uno para madame Momo, uno para que puedas ganar un peluche demostrando tu fuerza…aunque ella es mas fuerte, bueno, ese no es el caso, y uno para el túnel del amor…

-No iré.-aclaró Robin

-Es el día de san Valentín, y todos vamos a salir con la chica que nos gusta- dijo Cyborg- yo con…

-¿Con quien?-exclamó Robin con suspicacia

-…Bumblebee, Chico Bestia con Raven y tu con Starfire…

-A mi no me gusta ninguna chica…-comentó Robin cínicamente

-Si de hecho.- comentó Cyborg a su vez.

Y con esto, le dio los 5 tickets y lo empujó hacia Starfire, diciéndole: "Es toda tuya"

-Eh…- balbuceó Robin. Starfire lo miró y sonrió. El bajó la mirada y se mordió la lengua con tanta fuerza que le pareció que se la estaba partiendo a la mitad…Y Starfire estaba viendo una película donde había una escena romántica donde el chico estaba en la misma situación que Robin…y para cuando volteó a mirar, los dos sujetos de la pantalla se estaban besando…y esa no era la mejor motivación.

Cyborg y Chico Bestia estaban mirando a Robin secretamente desde detrás de la cocina.

-¿Crees que la televisión interfiera?- preguntó Chico Bestia

-Si. Ve y apágala- farfulló Cyborg

Cuando la televisión estuvo apagada, y los novios de la pantalla se esfumaron, Robin tomó aire.

-¿Vamos a la feria?

-¡SÍ!

La autopista estaba despejada, por eso pudieron llegar rápido a la nombrada feria. Había un millón de carpas y lugares llenos de gente.

Fueron a un restaurante y se sentaron en una mesita aislada.

Robin se refugió detrás de la carta y simuló elegir algo para comer.

-Oye- dijo Starfire en voz baja-¿Es esta una cita?

Robin subió un poco más la carta para ocultarse totalmente, porque de tan rojo que estaba parecía un rábano con insolación.

-Eh… ¿QUÉ QUIERES PEDIR?

-No, Robin, yo te pregunté si ESTA ES UNA CITA.- gritó Starfire pensando que era un juego.

La gente volteó a verlos, y daba la casualidad de que algunos periodistas también habían ido a comer algo, y al ver a los dos superhéroes en una cita, algunos sacaron sus libretas, otros sus cámaras, y los demás un equipo especializado que incluía micrófonos.

Robin se levantó de la mesa y cogió a Starfire de la mano y se dirigió tranquilamente a la puerta, entre flashes y rasgueos de lapiceros sobre las libretas.

Pero unos matones bloquearon las entradas y el presidente de la nación (que también estaba ahí por una razón desconocida) se les acercó lentamente con una sonrisa y los abrazó posando para una foto que algún paparazzi tomó.

"Esto tiene que ser una broma" pensó Robin desesperado, intentando zafarse de los brazos del presidente de la nación. Entonces, sacó su Birdarang y apuntó hacia arriba, disparó y subió lentamente. Pero el presidente de la nación no parecía dispuesto a dejarlo ir, así que Robin pensó que si no lo soltaba, le bajaría los pantalones delante de toda esa gente.

Le pateó la cara al presidente de la nación, y sin más interferencias, se dejó llevar por su Birdarang hasta el techo, por donde Starfire lo ayudó a salir. La gente del restaurante, según pudo ver Robin desde el techo, tenía una doble conmoción, porque el presidente había sido pateado en la cara y los superhéroes no parecían soportar que los vieran juntos en el día de san Valentín.

En la feria había un puesto gigantesco que decía: "MIDA SU FUERZA Y LE DAREMOS UN PELUCHE PARA SU NOVIA"

Robin se dio cuenta de que uno de los tickets que le había dado Cyborg era para eso, y se lo entregó al tendero con una sonrisa antipática. Ese martillo debía ser tan liviano que lo podría levantar con una sola mano. Pero cuando lo intentó, no pudo ni siquiera moverlo de su sitio unos milímetros, utilizó la otra mano para darse mas fuerza pero ni eso funcionó, y trató de justificar su existencia en vano, ya que 15 minutos después, Starfire se apiadó de el y lo apartó suavemente. Levantó el martillo con una sola mano y mandó el piquete del aparato a volar por los aires, hasta que se perdió de vista.

El tendero no podía aguantar la risa, sentía tanta vergüenza ajena por Robin…

"En la casa de los espejos nos irá mejor" pensó el chico maravilla avanzando azorado entre las risas de todos los presentes.

Starfire estaba muy emocionada con la idea, en la película que estaba viendo en la mañana, el chico se le declaró a la chica en la casa de los espejos, y a ella realmente le hubiera gustado que lo mismo pasara con ella y Robin.

La casa de los espejos estaba tenuemente iluminada, por lo tanto los dos caminaron no muy separados por pasajes estrechos, y riéndose a carcajadas de las formas que los espejos les daban. Cuando llegaron al centro del laberinto, se encontraron con Minina y con un chico alto y guapo.

-¡TOM!- exclamó Starfire.

Robin la miró incrédulo. Tom abrazó a Starfire y le dirigió una mirada triunfadora a Robin.

Se sintió muy confundido, y solo reaccionó cuando se dio cuenta de que se había quedado solo con Minina.

Ella no le habló, solo se cruzó de brazos y se sentó en el suelo. Robin avanzó a la salida más próxima. Se apoyó en un espejo y se dispuso a hablar.

-¿Ese era tu novio?

Minina no respondió: parecía estar llorando.

-Eh… ¿Es un mal momento?

-Si era mi novio.- Minina no estaba llorando: tenía la misma expresión maliciosa de aquella vez que ella y Robin habían ido al baile de promoción.

-Quieres que ella sea tu novia¿no?-comentó Minina.-me refiero a Starfire…

-¿Cómo?- exclamó Robin

-Me di cuenta en el baile- empezó – solo la mirabas a ella, y ella solo te miraba a ti…-hizo una pausa- y cuando bailaron, te veías tan nervioso…, oye, dime algo¿Desde cuando te gusta?

-¡A mi no me…!

-Si, si, claro- dijo Minina- creo que ya va siendo hora de que tomes cartas en el asunto, Robin, si no quieres que ella y mi novio terminen juntos.

-Yo…

-Tú deberías decirle lo que sientes, en vez de esperar a que ella lo adivine.