El miedo se acoplaba hasta convertirse en terror en Fairy Tail. Los miembros más débiles corrían a buscar refugio de aquella calamidad mientras los más veteranos se lanzaban al peligro sin pensarlo. Pero salían corriendo cuando se enfrentaban directamente al núcleo. La verdad era que iba a haber una guerra de proporciones bíblicas en Magnolia, tal vez un cataclismo para Fiore, uno tan grande que se escucharía hasta Tenrou incluso si esta estuviera bajo el agua.
Mavis comenzaba a querer llorar aun estando rodeada de los mayores magos y sabiendo que ella ni ningún otro miembro allí presente no era el objetivo. El objetivo era nadie más que Natsu Dragneel.
— ¿Qué ha pasado? — preguntó alarmado el maestro, entrando a toda prisa a su propio despacho.
Mavis se comía las uñas del nerviosismo. Le miró con preocupación incontenible, no supo cómo pudo hablar en esos momentos, pero aun así lo hizo: — Es terrible… Natsu…
Treinta minutos antes…
Todo el gremio había sido testigo de cómo Lucy Heartfilia había estado leyendo un extenso libro de misterio hacía ya un mes. Era nuevo, así que nadie conocía casi nada, solo ella y Levi -quien lo había leído primero-, todos los días se sentaba en alguna mesa apartada de las peleas y comenzaba a leer y re-leer, era complicado, pero le encantaba.
Pero, por otro lado, Natsu se sentía aburrido y dejado de lado por un tonto libro. ¿¡Que tenía ese montón de papel que él no!? Él podía proteger a Lucy, ese libro no. Él podía hacer reír a Lucy, ese libro… también.
Se dio unos cabezazos en la mesa, se paró de la nada y se decidió a recuperar a su compañera. Por lo cual fue directamente a Levy. Esta estaba en la biblioteca leyendo encerrada en un fuerte de libros de pasta.
— ¡Levi!— llamó Natsu tocando a lo que parecía ser una puerta. Escuchó unos sonidos desde dentro y un olor a kiwi, segundos después una mata de pelo azul salió desde la oscuridad. Era Levi, con un lápiz entre el cabello con un Kiwi en la boca.
— ¡Natsu!, ¿qué haces aquí?— preguntó— ¿Lu-chan te ha enviado a pedirme algún libro?
— Eh… No. — Respondió, — Ella… me ha dicho que no ha entendido el final del libro.
Levi lo miró extrañada. Pero decidió explicarle el final.
…
Natsu apareció sonriente en el radar de Lucy. Se sentó delante de ella y exclamó, como si fuera un niño pequeño:
— ¡Lucy!, ¡Lucy!— comenzó a dar saltitos.
Lucy ni siquiera se molestó en levantar la mirada de su libro, estaba a punto de terminar de leer y descubrir el misterio.
— He venido a liberarte. Al final lo que el mago había escrito en los pergaminos era todo el futuro de la familia cien años. — dijo sonriente, ¡al fin tendría a su amiga de vuelta!
Escuchó un ruido seco. El libro se había resbalado de los dedos de Lucy cayendo de lomo y cerrándose automáticamente. El gremio siguió con su ruido mientras que Lucy comenzaba a mostrarse extraña.
— ¿Lucy…?
— Natsu…
De la nada recibió una Lucy Kick en toda la cara mandándolo al otro lado del gremio a travesando la última pared. Un silencio espectral los rodeó mientras Lucy abría cada puerta que podía y atacando a Natsu con todo lo que tenía. Cuando sus amigos iban a desafiarla una mirada fría los detenía.
…
— Es terrible… Natsu… le ha spoileado el final de Cien Años de Soledad a Lucy.
