Capitulo 01: La Libertad de Perla


Estaba amaneciendo, o eso parecía ya que las poderosas luces de esa ciudad la estaban iluminando día y noche, bueno dicen que las Vegas es una de las ciudades con más luces artificiales que cualquier otra en el mundo. Perla comenzaba a abrir lentamente los ojos, estaba tan cansada que no podía ni siquiera moverse un poco, pero a pesar de su estado, seguía intentando levantarse, y al hacerlo, un fuerte dolor de cabeza comenzó a agobiarla, volvió a apoyar la cabeza en la almohada para descansar un poco y esperar que se pasara el dolor, era sin duda las consecuencias de la alocada noche que había tenido, al parecer el alcohol y otras sustancias le jugaron en contra.

Suspiro, lentamente movía la cabeza mientras buscaba que beber en sus cercanías, pero lo único que hallo fue una botella de Whisky a medio tomar. Tras dejar la botella volvió a recostarse, esta vez mirando hacia el otro lado, y lo que vio la asusto de inmediato, había un macho durmiendo plácidamente a su lado, era una lechuza y tenía un horrible aspecto, era gordo, apestaba y al parecer no conocía la palabra higiene, a Perla le dio asco haberse acostado con aquel tipo.

Luego comenzó a recordar, el alcohol, las drogas y la fiesta de anoche se salieron de control, tanto así que recurrió a este asqueroso sujeto para satisfacer sus necesidades sexuales ¡que bajo había caído!

Afortunadamente esto no pasaría a mayores, quizás se reiría de esto en unas semanas junto a sus amigas, ya en este último tiempo había pasado por muchas cosas, tanto como para bien o para mal. Esta no era una situación poco común, de vez en cuando amanecía sin saber donde estaba, la mayoría de las veces al lado machos que ni siquiera conocía, a veces ni siquiera era un solo macho si no dos o tres, hasta con hembras había despertado en algunas ocasiones.

Perla debía ser rápida, tomo un par de cosas del sujeto, tomo las suyas y se marcho antes de que el sujeto despertara y le jurara amor eterno, como detestaba esas situaciones incomodas. Sin tardar más tomo todo lo que necesitaba más algunas pertenencias del sujeto y se fue de allí, el extraño vivía entre dos pisos de un elegante casino, algunas aves habían construido pequeños apartamentos donde podrían tener un poco de privacidad después de una fiesta.

Después de irse de allí, se fue hacia la salida del casino, ese pasillo que separaba los apartamentos con el mundo exterior era muy oscuro, y allí dormían varios vagabundos que no encontraban un lugar mejor para pasar la noche. Al salir de allí le segaron un poco los ojos, había demasiada luz, le costó un par de segundos poder ver con claridad, y al hacerlo noto que todavía era de noche, y uno de los relojes de las gigantescas pantallas de los edificios indicaban que eran las 3:56 de la mañana

-"debo ser más cuidadosa la próxima vez" – dijo a sí misma una vez que se alejo bastante del casino de donde había despertado – "puede sucederme algo malo si sigo saliendo con desconocidos" – luego Perla reviso todo lo que le había sacado a su 'amigo' – "bueno, por lo menos ese idiota tenía buenas cosas" – dijo al ver un reloj de lujo, y algunas joyas

Después de volar por un rato en círculos, buscando que hacer, Perla se dio cuenta que es ciudad no tenía nada más que ofrecerle, los casinos, los espectáculos y los Shows ya eran aburridos para ella, necesitaba algo nuevo, algo fresco, algo que la emocionara y que le significaría buscar nuevas aventuras, estaba más que claro, tenía que irse para seguir recorriendo el mundo.

Fue a un edificio en construcción, cerca de los casinos más llamativos de la ciudad y que pronto ese edificio se convertiría el hotel de lujo más grande del mundo, pero antes de eso era un lugar perfecto donde ella pudiera guardar sus cosas, al llegar a su refugio, guardo sus nuevas pertenencias, en los últimos años había aprendido a negociar y así sacar provecho de algunas situaciones, su belleza también era de gran ayuda, así podía convencer a los guardias y otros comerciantes de recibir sus ofertas. En fin contaba con joyas, oro, algunos dólares y alguna que otra ropa que la abrigara cuando hiciera frio.

-"rayos debí buscar algo de comida" – dijo cuando su estomago rugía por falta de alimento – "veré si encuentro algo"

Perla fue a buscar en unas bolsas que habían por ahí, era la basura de los constructores, si tenía suerte podría encontrar un nutritivo alimento, pero por lo general encontraba bolsas que tenían residuos de comida, ya estaba acostumbrada, en todo este tiempo se había vuelto en una experta en lo que es la sobrevivencia. Se encontró con un paquete de cereales casi lleno y comenzó a devorarlos, también encontró una lata con refresco adentro y media barra de chocolate. Eso era para ella, un buen desayuno.

Mientras comía, se miro al espejo, noto que estaba algo distinta de lo que era antes, con maquillaje y joyas era muy distinto de lo que una vez fue, al estilo natural. Ya ni siquiera ella se reconocía.

Una vez que termino de comer, busco entre sus pertenecías y se llevo todo lo que consideraba importante, su próximo destino era incierto, eso era lo emocionante para ella, no sabía cómo iba a terminar el día, si iba a dormir en un palacio en la india o despertar junto a un desconocido en las vegas, buenas o malas experiencias, eso no le quitaba sus ganas de explorarlo todo, de gozarlo todo, de pasar por todo, era joven y lo único que quería era disfrutar su libertad y de hacer lo que le diera la gana. En fin Perla era un ave libre que no le pertenecía a nadie, lo único que le importaba era su libertad.

-"bien, he pasado mucho tiempo en esta ciudad" – dijo ella mientras miraba todo el esplendor de esta en la parte más alta del edificio donde se encontraba – "bien, Las Vegas… ya no tienes nada más que ofrecerme"

Fue al terminal de buses, y tomo el primer bus hacia el aeropuerto, y así podría viajar grandes distancias en muy poco tiempo.

-"vaya… ¿A dónde me iré hoy?" – Se pregunto mientras revisaba los vuelos – "¿Miami?... no, demasiado pacifico en esta época del año… ¿Texas?... aburrido" – dijo mientras recordaba los viajes que había hecho en el pasado – "¿no hay viajes a Japón?... mañana, y no quiero esperar tanto…" – veía cuidadosamente la lista, por lo general ya conocía gran parte del mundo, y solo estaba buscando nuevos lugares donde divertirse – "oye… en media hora sale un vuelo a Nueva York, iré a visitar a Jenny"

Perla era así, muy espontanea, le gustaba esa idea de viajar por el mundo, cada día un lugar nuevo y así lo ha hecho en los últimos seis años. Fue a la pista donde se encontraban los aviones, busco el que le correspondía y se subió al avión disimuladamente por el lado donde iba el equipaje, busco un lugar cómodo entre las maletas y espero que el avión despegara, una vez arriba se acomodo para dormir un poco además todavía le molestaba la resaca, el viaje duraba un par de horas a sí que podía descansar tranquila.


oOo


Pasaron algunas horas, y el avión finalmente llego a su destino, la ciudad que nunca duerme, la ciudad de Nueva York, la gran manzana, la conocida ciudad de los estados unidos, con grandes monumentos como el Empire State o la estatua de la libertad, sin mencionar la enorme cantidad de gigantescos edificios y de lugares muy interesantes que conocer. Lo cierto era que a Perla eso le importaba un bledo.

Ya había pasado por esa ciudad como unas tres o cuatro veces, ya había conocido todo lo que tenía que conocer, y lo cierto es que ya no le llamaban la atención algunos lugares que ya conocía, como era el caso, prefería ir a lugares donde podía encontrar buenas fiestas y bailar hasta que no pudiera mas. Era temprano por la mañana, el avión aterrizo cerca de las ocho de la mañana. El clima no era muy bueno, era otoño y se acercaba una gran tormenta.

Perla necesitaba descansar un par de días, la aventura por las Vegas y los Ángeles la había agotado un poco, descansar en un lugar tranquilo para reponer energías era lo que necesitaba, y recurrió al lugar donde contaba con una amiga cerca para que le ayudara un poco.

En todas sus aventuras Perla había conocido a muchas personas, tanto como buenas como a malas, se había hecho cientos de amigos alrededor de todo el mundo, también de algunos enemigos, también de personas que lo único que querían era hacerle el amor. Con el tiempo Perla aprendió a solo confiar en las hembras, ya que los machos que conocía por lo general eran pervertidos, y ellos eran muy simpáticos y amables solo porque querían algo a cambio. Una de las amigas cual ella confiaba era Jenny, quien vivía en nueva York, ella era una Paloma que había sido la compañera de fiestas durante mucho tiempo de Perla, amabas se cuidaban mutuamente, pero después de un año recorriendo el mundo, Jenny decidió quedarse en Nueva York para tener una vida más tranquila, a Perla le desilusiono un poco ya que ella quería seguir viviendo la vida loca e ir viajando en fiesta en fiesta, ciudad en ciudad y país por país y le encantaba tener una compañera como Jenny, pero a pesar de todo, Jenny le dijo que cuando quiera podía ir a visitarla y descansar en Nueva York.

Mientras recorría la ciudad buscando pistas, intercambio algunas joyas que tenia por alimentos, en esos momentos lo importante era alimentarse, y regalar valiosas joyas a cambio de cosas tan básicas se había vuelto una costumbre para Perla, ella no era para nada materialista.

-"por cierto… ¿sabe dónde queda esta dirección?" – Pregunto Perla al sujeto con quien estaba negociando – "estoy buscando a alguien"

-"ummm eso queda cerca de aquí" – dijo el comerciante – "solo por casualidad preciosa, ¿a quién buscas?"

-"estoy buscando a una vieja amiga" – dijo Perla – "es una paloma que se llama Jenny"

-"wow, mira hermosura… en esta ciudad hay miles y miles de palomas, y hay muchas Jenny's" – dijo el comerciante – "te pasaras la eternidad buscándola, ya que en esta ciudad es muy difícil que la encuentre"

-"es por eso que necesito saber dónde queda esa calle"

-"si bueno, la calle que busca está al frente de Central Park, debe ir por la calle enfrente a el arco hasta encontrar un edificio rojo, bien famoso… en ese se hizo la película 'Soy Leyenda'"

-"si, si la he visto" – dijo Perla – "conozco ese edificio"

-"bien, el edifico que busca esta una calle más al sur, está en toda la esquina, hay varios departamentos, y entre los huecos viven muchas palomas… de seguro que encontrara a su amiga por esos lados"

-"bien… central Park, edificio de la película y una calle más al sur… muchas gracias" – dijo Perla preparándose para volar en la dirección que le habían indicado

-"pues, de nada preciosa" – dijo el comerciante mientras veía como ella se alejaba, una vez que no estuviera allí, examino la joya que ella le entrego a cambio del alimento – "fue un placer hacer negocios contigo" – dijo contento al ver que le entregara tal joya de inmenso valor, pero de pronto esa sensación cambio al darse cuenta de que no era una valiosa joya de oro, si no que era una baratija sin ningún valor – "maldita sabandija… ¡ME HAS ESTAFADO!"

Para Perla esas acciones eran cosas que le sucedían a diario, pero no le molestaba la conciencia ni tampoco le interesaba el hacer el bien, lo único que le importaba ahora era seguir con su camino. Cuando llego a central Park, busco el famoso arco que le hablo el comerciante, fue fácil encontrarlo, era como el arco del triunfo que había en Francia, solo que más pequeño, una vez que se haya parado sobre lo más alto del monumento, busco el famoso edificio, y efectivamente estaba allí, el famoso edificio rojo. Luego se dirigió al sur, una calle mas y encontró los edificios de apartamentos que tanto buscaba, el problema era que eran edificios altos y largos, con cientos de departamentos para los humanos, y por lo tanto, más de miles de nidos de palomas habrían en esos cuatro edificios. Esto le tomaría tiempo y el clima tampoco la acompañaba, la tormenta era inminente y necesitaba un refugio para pasar la noche.

Pasaron las horas, y Perla había desperdiciado todo su día en ir nido tras nido preguntando a las palomas si alguna conocía a su amiga Jenny, todas eran muy desagradables y ni siquiera le dirigían la palabra, al parecer esa era la actitud de las aves Neoyorkinas ¡que desagradable!, y las cosas iban de mal en peor, la tormenta se presento con fuerza, fuertes ráfagas de vientos acompañadas de una fuerte lluvia no era el mejor de los panoramas, ni mucho menos para una ave.

Para protegerse de la lluvia se escondió en un pequeño hueco desocupado en el cuarto piso de uno de los edificios, era muy pequeño y muy helado pero al menos la protegía un poco, pero de pronto aparecieron dos palomos, bien grandes y fuertes.

-"oye Zorra, vete de aquí" – dijo uno de ellos

-"si, este es nuestro" – dijo el otro

-"oigan, ni siquiera lo piensen" – se defendió Perla – "yo llegue primero"

-"no nos interesa, Zorra" – dijo – "vete de aquí o te sacaremos a la fuerza" – comenzó a expandir sus alas y a inflar su pecho para demostrar su dominio

Perla había lidiado con bravucones desde hace mucho tiempo, sabía que en un combate no podría ganarles, pero tenía sus armas secretas escondidas.

-"chicos… cálmense un poco" – dijo seductoramente – "ustedes dos son muy fuertes, no dañarían a una hermosa hembra como yo ¿no es así?" – Perla comenzó a moverse sensualmente frente a los palomos

Los palomos se quedaron atónitos frente al comportamiento de Perla, esta era muy lista, y su estrategia le estaba funcionando

-"en este hueco podemos compartirlos" – continuo – "y así estar más calientes… ¿Qué opinan?... podemos pasar un buen rato juntos" – ella coloco su cola junto al cuerpo de los palomos, mirándolos con una cara de lujuria y placer – "si saben a lo que me refiero"

Los palomos se miraron uno al otro, ya estaban decididos a lo que iban a hacer. Uno de ellos agarro el bolsito donde ella llevaba sus pertenencias y las arrojo a la calle, mientras que el otro tomo a Perla y la saco, ella se resistió pero él le dio un golpe, y después de eso comenzó a darle una severa paliza, después de que se cansara de golpearla el otro palomo la tomo y comenzó a azotarla con la pared mientras que el primer palomo descansaba. Finalmente y de una manera muy cruel los palomos lanzaron a Perla hacia la calle.

-"y no vuelvas Zorra" – dijo uno de ellos y ambos entraron

-"¿pero qué demonios les sucede a esos malditos?" – dijo ella después de levantarse después de recibir esa golpiza, luego miro hacia el interior donde se encontraban sus atacantes

-"por fin solos mi amor" – dijo uno de ellos

-"si, sin que nadie nos moleste" – respondió el otro

Y de inmediato, ambos palomos comenzaron a besarse, a abrasarse y a continuar con su juego del amor, estaban completamente enamorados y Perla era testigo de eso.

-"creo… que voy a vomitar…" – dijo ella e inmediatamente se alejo, tomo sus pertenencias y se fue caminando bajo la fuerte lluvia

Las cosas para Perla no estaban funcionando, había perdido su refugio, y bajo la lluvia eso era peligroso, y mucho más si se trataba de pasar una noche en nueva york, cuando se quería refugiar en los callejones bajo los basureros, no podía ya que los gatos abundaban en esos lugares, y ella seria la perfecta cena para ellos, bajo la alcantarillas tampoco era una opción, ya que las ratas no eran muy amigables y el ambiente allí además de hediendo era muy peligroso, y ya había comprobado que las palomas no eran muy solidarias. Solo le quedaba una opción, la especia que ella mas detestaba, pero era la única que podía ayudarla en esos momentos, a pesar de ser los habitantes más crueles que caminan sobre la faz de la tierra, los seres humanos.


Bien, esta es mi nueva historia

no crean que me he olvidado de mis otros proyectos, esta idea es igual de espontanea que el Libro de Mapas pero durara un poco mas y sera mas dramática y les llegara al corazón de muchos (para ser sinceros, esta historia es un sueño que tuve ayer)

espero que les guste

y me gustaría saber su opinión dejándome un review, recuerden que es gratis

son todos muy bienvenidos

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pueden agregarme como amigo "Kirk Kusten" es mi nombre

bien, eso seria todo por hoy

¡hasta la próxima!


FECHA: Miércoles 07 de Agosto del 2013