¡Hola, hola!
Primera historia por aquí, y honestamente no creo que vaya a tener mucho éxito... No tiene nada que ver con que estoy algo oxidada en esto, creo (?) En fin, en lugar de hacerme un baño de lástima a mi misma y reclamar abrazos... Esto es un reto de siete días que estoy haciendo junto con algunas de mis compañeras (encontrarán los links de sus historias en mi perfil). Cada una tiene un ship diferente, y todos los días tendremos que escribir acerca de una situación distinta. ¡Tendremos que ver que tal sale! ¿no?
Este es el capítulo introductorio, para que sepan de que va el asunto... Por favor, si alguien encuentra esto, quédense conmigo hasta el final o me harán llorar.
Actualización diaria hasta la finalización del reto.
—Tienes que estar bromeando.— Fue lo único en lo que Emma se sintió en capacidad de responder al escuchar las de su mejor amiga. En verdad le parecía ridículo que hubiese convocado aquella reunión de emergencia a modo de lo que ella llamaba "intervención". —Elsa, la verdad es que me parece ridículo.— Estaba siendo completamente honesta, y tenía tendencia a ser brutalmente honesta. Su pequeño don para descubrir si alguien le estaba mintiendo o no había acabado por hacer eco en ella, detestaba las mentiras. No sabía si tenía que ver con que su familia había acabado por hacer alguien un poco más honorable de ella, o porque había superado su pequeña etapa de ladronzuela, pero no le gustaba ocultarle las cosas a las personas, mucho menos mentir respecto a su opinión.
Podía ver por el rabillo del ojo a Killian burlándose de ella, y al final acabó por darse la vuelta para mirarlo de mala manera. —¿Y tú de qué te ríes?— No le hacía gracia que su amiga decidiera que era momento de hacer una intervención porque "no soportaba la tensión sexual entre ellos".
—Pues tiene algo de razón, Swan.— Puso los ojos en blanco hasta que se perdieron en alguna parte de su cabeza, pero casi que podía imaginar la sonrisa ladeada y sardónica que estaba enmarcando el rostro de su acompañante. La risa cantarina de su amiga también invadió por completo el ambiente.
—No me vengas con esos cuentos, Killian. Es realmente ridículo… Además, ¿desde cuando aquí los individuos salidos de un cuento buscan cosas en internet? ¿saben lo absurdo que suena eso?—. Mucho más ridículo cuando se trata de cosas para mejorar tu relación de pareja.
—Estamos en el siglo veintiuno, y si no sabemos como volver a donde pertenecemos, ¿por qué no acostumbrarnos a ello?—. No entendía a veces el humor de Elsa, que pasaba de no querer absolutamente nada con el mundo y luego saltaba repentinamente a querer la paz mundial.
—Además, Killian y yo ni siquiera tenemos una relación.— Añadió luego, sintiendo que no podía darle la razón en lada. Si, se habían besado un par de veces… Si, habían compartido todas esas cosas cutres de las que se habla en los cuentos, y probablemente deberían hacer alusión a ellos teniendo en cuenta sus orígenes, pero para ella siempre fue demasiado complicado hablar creer en esas cosas. La única persona de la que se había enamorado le había dejado en la cárcel por demasiado tiempo… Y ahora estaba enamorada de un pirata. Realmente sus expectativas no eran tan altas con las personas.
—¡Precisamente por esto lo necesitas, Emma!— Lo decía como si fuese lo más obvio del mundo, y realmente no lo era. Elsa, más que nadie, sabía que lo que sentía por Hook era confuso, y estaba añadiendo confusión a todo esto. —¿Y qué si al final de la semana no son un poco más unidos? Al menos tendrán fotografías para chantajear al otro por el resto de sus vidas—.
—No voy a disfrazarme como un idiota.— Añadió Killian, que se encontraba mirando la lista de cosas que Elsa había anotado en una servilleta de la cafetería. —¿Y se supone que tenemos que cambiar de ropa? ¿sabes cuanto pesa esta chaqueta?— Lo suficiente como para que cualquiera en su lugar decidiera renunciar a ella. Fue el primer pensamiento que cruzó su mente. No había forma de que pudiesen cumplir esos retos sin acabar por matarse entre ellos.
—¡Dejen de quejarse!— Interrumpió rápidamente. —¿Cuál es el problema? A mi se me hace que tienen miedo de enfrentarse a lo que sienten. Pero ¿saben qué? ¡Todo el mundo se da cuenta! Así que van a hacer esto. Yo misma les conseguiré los disfraces si es necesario—.
No quería imaginarla tocando su puerta con solo la persistencia que la caracterizaba a ella todos los días hasta verlos juntos. Había cosas más ridículas que otras… No, no podrían sobrevivir a aquella semana.
—¿Puedo disfrazarme de pirata?— Preguntó Hook después de unos segundos. Su sonrisa daba a entender que aceptaba el reto y Emma tuvo toda la intención de golpearse la frente con mucha, mucha fuerza pero no lo hizo.
—No vas a conseguir nada más que humillarnos, lo sabes, ¿verdad?
—Estoy segura de que conseguiré más de lo que tu crees.
