Este es mi primer fanfic, así que por favor sean amables conmigo, y disculpas si hay algún error. Agradecería quien deje su opinión en un reviw :3 . ¡Se aceptan críticas gustosamente y su participación si así lo desean!
Skip Beat! No me pertenece ni tampoco ninguno de sus personajes.
Propiedad de Nakamura-sensei. :D
Espero que les guste. Dependiendo de la opinión del público se continuara la historia o no.
Capítulo I: Pienso, luego existo.
Kyouko se encontraba acostada en su futón, tapada hasta la cabeza, asomando solo los ojos, y los dedos por la comisura de la manta. Miraba el techo con los ojos bien abiertos.
Hacia bastante tiempo había algo en su mente. Estaba pensando en los padres de Sho-baka.
Ciertamente se había ido de Rokan si siquiera despedirse por temor a que los detengan. Ella realmente los quería, fueron sus guardianes por mucho tiempo, y le habían enseñado muchísimas cosas. Ella estába realmente agradecida hacia ellos, la habían acogido cunado su madre no estaba, y la había cuidado por todo ese tiempo, pero parecía lo contrario después de su escape con el estúpido cantante.
Quería encontrarse con ellos y explicarles todo lo sucedido. No quería decir que todo lo que hizo por su hijo había sido en vano, e inútilmente, pues había encontrado algo que la había hecho feliz: actuar. Sin mencionar que había conocido gente maravillosa, como su primer y mejor amiga, su querida Moko-san, su admirable sempai, Turuga Ren, a Okami y Tashio-san; a Yashiro-san; su extraño y excéntrico jefe, Lory-san; a su sobrina, la adorable pero maliciosa Maria-san; a los muchachos de Bride Rock, y la lista seguía y seguía.
Después de todo, haber escapado con el rubio cabeza hueca le había ayudado a abrir los ojos, aunque no podía evitar que sus demonios salieran cada vez que pensada en ese inútil debía admitir que le había brindado de una forma u otra la posibilidad de crecer, lo cual también significaba ganarle a ese bastardo.
Había pensado cuidadosamente su estrategia para poder hablar con sus deudores. Iba a aprovechar los primeros días que tuviera libre para tomar un tren a Kyoto y poder reunirse con ellos, por supuesto si estaban de acuerdo a dirigirle la palabra de nuevo. Tenía algo de desconfianza, después de todo había sido una ingrata.
Suspiro, y seguido vino un bostezo, sus ojos empezaban a ponerse pesados y decidió girar la cabeza un poco para ver la hora. En cuanto dirigió la vista hacia su costado derecho vio una luz entrando débilmente por la ventana. Dios! Ya era de mañana! Se había pasado toda la noche sumida en sus pensamientos.
Pegando un salto de la cama miro la hora.
-QUE?! Son las 8!
Recogió rápidamente el futón y lo acomodo como pudo mientas sacaba una toalla.
Era pleno invierno por lo que amanecía más tarde.
-Vamos Kyoko… vamos, vamos, vamos… rápido, rápido - repetía mientas buscaba ropa, su bolso e intentaba tomar todo en sus pequeñas manos.
Media hora más tarde se encontraba en la entrada de LME.
Ufff…- suspiro aliviada - Jajaja… sabía que llegaría temprano... aunque asi no lo logro. Dijo un poco triunfante y aliviada mientas corría un mechón de pelo de su frente que aún se encontraba mojado por su baño.
Mientras tanto Ren la miraba desde atrás, deleitándose con la vivaz joven tan enérgica a la mañana.
-Buenos días Mogami-san. Dijo mientas se acercaba a ella. Dios, tenía un aroma delicioso, se preguntó si sería tan dulce como su piel.
-Ah! Sempai! Buenos días!- se dio media vuela y se inclinó un poco mientas lo decía.
Al verle su rostro Ren la miro serio.
-Mogami-san, no debería salir con el cabello mojado cuando hace tanto frio.
Sus palabras eran severas, pero estaba realmente preocupado por ella, no podía preguntarle por los círculos negros que tenía bajo sus dorados ojos.
Tomo su bufanda y se la enrollo delicadamente por su cuello.
-Deberías cuidar de tu salud más, mejor abrigarte mucho, pues no sería nada bueno para un actor enfermarse.
Kyoko no pudo evitar sonrojarse un poco tras la acción de Ren, y agacho la cabeza con vergüenza y diciendo:
-Tiene razón Tusuruga, lo siento, fui un tanto descuidada.
Al bajar la cabeza pudo sentir un aroma masculino en la bufanda. Dios, que aroma tan dulce… dijo mientas exhalaba un poco más el perfume. Estaba usando la bufanda de su sempai! Sintió un impulso urgente… Quería devolverla, pero sintió que se lo intentaba Ren se enojaría más con ella. Eso era algo que no quería que sucediera.
Se marcó en el rostro de Ren una pequeña sonrisa, después de un segundo cambio su cara a una expresión desinteresada y dijo:
-Ya que lo entiendes está bien. Por cierto, Mogami-san, ¿qué vas a hacer este sábado? - Ren intentaba sonar lo más calmado posible, su corazón comenzaba a latir cada vez más rápido y si poder esperar ni diez segundos por una respuesta, agrego.
-Sabes, este sábado nadie tiene trabajo, y luego viene el domingo y después lunes es feriado, asi que estaba pensando en hacer algo para olvidar un poco el trabajo.. y … yo… mmm.. Quería saber qué harías tú, por si no te molesta sumarme a en tus planes.
Miro a Kyoko, esperando ansioso por su respuesta. Le había costado mucho decir esas palabras, y no había esperado decirlas tampoco, no lo tenía planeado en absoluto, pero simplemente en ese momento se sintió un poco más cercano a ella y las palabras salieron solas.
De repente algo le llamo la atención, vio un extraño brillo en los ojos de Kyoko y se sorprendió.
-Actualmente… si tengo algo planeado.
El corazón de Ren paro en seco. Tal vez ella ya estaba saliendo con alguien. ¡Le habían ganado en invitarla a salir!.
-Y… la verdad es que no me molesta si me acompaña Tusuruga-san.
¿Acompañarla? ¿En una cita? ¡Pero que rayos! Sé que este no es el tema fuerte de Kyoko, pero… un momento, si volvió con ese estúpido cantante rubio, esta es una gran oportunidad para terminar con el! Ese maldito, se atreve a acercarse a ella después de lo que hizo, e invitarla a salir! Desgraciado!- Una mirada asesina comenzaba a formarse en sus ojos marrones cuando de pronto sintió que llamaban su nombre.
-Ettoo… Tsuruga-san? …. Tusuruga-san?
-Ah! Lo siento Mogami-san, ¿que decía?
-¿Está todo bien?
- Si si… solo me deje llevar por mis pensamientos, no te preocupes. Ahora dime… ¿dónde iremos?
-Ah!- Una sonrisa se formó en su angelical rostro. ¡A Kyoto!
Fin del primer capítulo.
