Esta historia va para Sakuyachan16. Es McTucker. Disfruten :)
Y digamos que no pasó nada
Kenny's POV
Lo odio.
No, mentira. ¡Pero es tan molesto!
No, tampoco. No es molesto. Es irritante. Su actitud. Sus ojos, su postura. Son irritantes.
Bueno, en realidad, no. No irritantes, esa no es la palabra. Son más bien...
Atractivas.
Gruñendo, golpé mi frente contra la mesa del comedor. ¡No podía estar pensando así de él! Mi mente gritaba que estaba mal, que tenía que parar ya. Dios, estaba pensando en Craig Tucker, la persona que nos odiaba. Y al decir nos, me refiero a Stan, Kyle, el gordo y yo.
Para hacer una historia larga corta, les cuento que nuestra amistad había no sólo vencido al tiempo (que bien sabemos, le gusta joder a la gente), sino que la había fortalecido.
Suspiré, incorporándome. Mi capucha se cayó para atrás, pero ni me moleste en ponermela de nuevo. Pasé mi mano por mi pelo inconsientemete y mire para mi costado. Vi a mis mejores amigos (y Wendy), sonriendo. Stan y Kyle estaban súper juntos, charalndo entretenidamente; mientras que Wendy y el gordo (que a decir verdad, ya no era tan gordo), peleaba y discutían.
'Las parejitas', pensé, mi sonrisa haciéndose más presente.
Yo era demasiado, ehem... 'galán' para atarme así de una persona. Por tanto, los admirba de cierta forma.
Negé con la cabeza, divertido por la interesante discusíon que se estaba formando a mi derecha. No pensaba intervenir. En este tipo de cosas prefiero solo escuchar.
Es más entretendio.
Un comentario por parte de Cartman cambio los 'equipos' de la discusión. Ahora era el gordo vs Wendy y Kyle. Está de más decir que no ibamos a entrar a la siguiente hora después del almuerzo. Por varias razones:
Ellos tres, por el simple hecho que no iban a parar nunca de discutir (a menos que Cartman decidiera irse a su casa de la nada). Stan, porque tenía que poner orden en el grupo. cuando las cosas se salieran de control (algo que prometía suceder pronto), de una forma u otra, él iba a lograr calmar a su temperamental novio y amiga.
Yo, por otra parte, no iba a entrar porque odiaba a la profesora.
Si.
Esa era la razón. Definitivamente.
No tenía nada que ver con el hecho que Craig estaba en esa clase.
No, claro que no.
Nada, nada tenía que ver con las fantasías que se iban formando en mi mente al ver a Craig delante mío, sentado en el banco de la otra mesa, dándome la espalda, levantando las caderas sutilmente para ver una revista que le estaba mostrando Token, haciendo que sus pantalones bajaran revelando el elástico de sus boxers y un poco de piel... el comienzo de su espalda, ya que su buzo subía de a poco, mostrandome más y más y tentándome más, haciendo que la loca idea de que lo estaba haciendo a propósito cruzara mis pensamientos, y esas caderas, que también subían cada vez más mientras se inclinaban a un costado, y... y...
Y yo no... y quería ir hasta allá... pero, en realidad... quería tocar... pero yo no... y... y. AGH.
La puta. Madre. Que los parió a todos.
Gruñi más fuerte y nuevamente golpé mi frente contra la mesa. No podía entrar a clase así. No si seguía viendolo, observandolo cada movimiento que hacía (y ese maldito buzo no dejaba de subir, burlándose de mi). Pero no podía apartar mi vista.
No después de ese día.
Esta pequeña obsesión que estaba adquiriendo hacia ese zorro de Craig me estaba destruyendo por dentro y por. Fa. Vor.
Tengo que hablar ya con alguien de esto, de manera urgente. Pero sabía que no era el momento adecuado como para pedir consejo a mis amigos. Tampoco era como si pudiera, ya que la banda de Craig y la mia se odiaban. Si les llegara a decir lo de Craig, me matan. Estoy seguro...
Mi vida es como en Romeo y Julieta. Mi vida es una jodida obra de teatro. Mierda.
Negé con la cabeza. Mi cabello rubio me molesto en el cuello mientras se movía de un lado al otro. Me di cuenta de que era verdad, lo tenía un poco largo de más. Damien me lo había hecho saber con un tono de desaprobación hacia ya un tiempo atrás. yo, claramente, me burlé de él, porque él con su estúpido peinado al estilo año 60 no podía decrime nada, ya que...
No, esperen.
¡Damien! ¡Claro! Que idiota que soy, por Dios.
Con él si podía hablar de esto. Era un amigo cercano y además, no pertenecia a ninguna banda. ¡Era perfecto!
La discusión sobre quitarle o no la cidadanía a las 'minorías' ('por no ser personas', según Cartman), seguía a mi derecha. Stan me vió y levantó una ceja, preguntándome silenciosamente en el medio del griterio si me encontraba bien. Le sonreí y aunque sabía que no había quedado satisfecho, me paré y me encaminé hacia la salida.
Grité chau, que solamente Stan esuchó y luego respondió:
- ¿Te vas o volvés para Física?
- Ni en pedo, boludo, me voy. Nos vemos mañana.
Stan asintió y se dio vuelta rápidamente para atajar a Kyle que quería golpear al gordo.
Me sentí un poco molesto con la repsuesta del pelinegro, ya que eso significaba que todavía ninguno de mis amigos había logrado descifrar mi pequeño código de palabras. 'Hasta mañana' quiere decir 'no los voy a ver en toda la tarde porque me voy a suicidar y hacerle una visita a mi amigo Damien en el Infierno'.
Pero no había caso. Todavía ignoraban mis 'poderes. O maldición. O milagro. Honestamente, me chupa la pija como llamarlo. Solo sé que ahora lo utilizo mejor que antes y es bastante útil la mayoría de las veces.
Como ahora.
Me acomodé la capucha y abrí la puerta. Ésta hizo un ruido casi grosero al cerrarse cuando salí del comedor, y debe de haber sido mi imaginación, pero sentí un par de ojos mirandome fijamente al salir.
Abrí los ojos con dificultad, sintiendo el azufre irritandolos de a poco. Me levanté. Mi cabeza daba vueltas y tanto mi pelo como mi capucha seguiían manchados en sangre por la herida que me había causado el disparo.
Díganme anticuado, pero es una forma clásica para suicidarse.
Me encaminé hacia la casa de Damien. No toqué a la puerta ni pedí permiso. Entré así no más y me dirijí hacia la heladera. Saqué una cerveza y me senté en el sofá, cerca del pelinegro. Ni me miró.
- McCormick - dijo, secamente mientras asentía.
- Damien - respondí, de la misma forma.
No pasaron ni veinte segundos, cuando de repente, una sonora carcajada por parte de ambos se hizo presente en el living de Damien.
- ¡Sos un imbécil! - gritó, riendo - ¡Pensé que no ibas a venir esta semana! ¿No era qué tenías todas las noches ocupadas?
- Si, bueno, pero que querés que te diga. Prefiero venir para acá - conteste, estrechandole la mano.
- ¿Tanto me extrañas? - preguntó en tono burlón.
- A vos, ni a palos. Extraño a tu viejo que me cae mil veces mejor - Damien me lanzó su lata de cerveza, vacía por suerte, en la cabeza. El muy hijo de puta sabía que toadvía no había cerrado la herida. Se rió de mi dolor, como era de esperar (es el anticristo, después de todo). Me quejé, pero temrine riendome junto con él.
La tarde fue normal. Hablamos de pavadas, miramos la tele, nos burlamos de la gente, tomamos, nos fumamos unos cigarros. Normal. Vino Satanás con Pip, ya entrada la supuesta 'noche' del Infierno. Se emocionaron al verme (como todas las semanas) y despues de saludarme, Pip fue enseguida al lado de Damien. Este lo saludo con un simple beso en la frente. Decidí irme con Satanás para dejarlos solos.
Él 'exijió' mi presencia en la cocina mientras preparaba la comida. Nos pusimos a charlar y me enteré de varias chismes sobre la gente del Infierno, el orden cósmico y sus problemas con Hussein. La cena transcurrió en paz. Damien sólo tiro una bola de fuego en toda la cena, a un pobre infeliz que pasaba por la ventana. Fue aplauido por Pip por su puntería, pero reprendido por Satanás - '¡No juegues mientras cenamos, caramba!', había dicho.
Suspiré de alegría. Se sentía bien un cambio así de familia cada tanto. Acá si me sentía en casa.
Me senté afuera de la casa en las escaleras cuando termino la cena, viendo el fuego quemando todo y escuchando cada dos por tres algunos gritos. Era sorpendente la similitud que tenía las afuera del Infierno con mi casa.
La puerta se abrió. Escuché los pasos de Damien, acercandosé a mi. Antes que pudiera decir algo, le pregunté si Pip ya estaba dormido. Contestó que si apresuradamente (como para pasar al tema de que él quería hablar y que, honestamente, yo ya no quería).
- Es miércoles - dijo, sentándose a mi lado.
- ¿Y? - los nervios se notaron en esa letra que pronuncié. Una mueca, casi un sonrisa, se dibujo en mi rostro, intentando sacarle importancia al asunto. Damien no pareció convencido para nada.
- Vos venía los jueves, porque el viernes entras tarde a clases y el fin de semana lo dejas para salir con tus otros amigos. Así que... ¿por qué venía hoy, si es miércoles? ...¿Pasó algo?
Tragé saliva, sorprendido de la perspicacia de mi amigo. Intente buscar las palabras adecuadas para decir. Si bien antes me encontraba sumamente decidido a charlar con Damien lo que me pasaba con Craig, ahora me sentía nervioso y asustado.
No sé muy bien porque... tal vez era porque era la primera vez que me sentía asi por alguien y estaba... ¿avergonzado?. No, no creo que sea eso, pero igual. Jamás habia experimentado sentimientos tan... tan fuertes por alguien, ¿saben? Tal vez por eso me costaba hablarlo.
Miré de reojo a Damien. No. Definitivamente no estaba nada sorprendido de que me pudiera leer como un libro, que vale decir, era una virtud bastante extraña. Usualmente las personas, incluyendo amigos, tenían un gran problema para descifrarme.
Según Stan, yo era muy gracioso pero sumamente sarcástico ('con el humor más negro y grosero del mundo' según él), mentía todo el tiempo (que ni tanto, en realidad), estaba siempre jodiendo, era un excelente actor, podía convencer a todos de todo y sabía todo de todos. Todo verdad.
Sin embargo, algo que comentó el cabeza roja de Kyle me dejó pensativo hasta el día de hoy:
"Eso es verdad, Stan... - había dicho, sonriéndole tiernamente - ...pero Kenny sonrie raro cuando quiere que le descubramos las mentiras para ayudarlo".
¿Y si era verdad?
Lo habia reflexionado mucho y tal vez si era verdad. Muchas de mis mentiras, o mejor dicho, la verdad que ocultaba... no mentía, omitía información, las decía para protegerme de la avalancha de preguntas del estilo: '¿Estas bien? ¿Cómo estas? ¡Pobrecito! ¿Querés que te ayudemos?'
Odiaba ser el centro de atención (en ese sentido, claro). Prefiero mantenerme al margen de todo, como siempre. Ademas, tengo una reputación de misterioso que mantener.
Lo último lo dije en joda, pero ya, en serio.
Solo en momentos así y con mis verdaderos amigos me cuesta mantener la sonrisa falsa, ese aire de 'esta todo bien'.
Como ahora.
Desistí y suspiré.
- Si - contesté finalmente, dándole una pitada al mi cigarro. Damien asintió.
- Me parecía. Y no le podés decir a tus otros amigos porque... - Damien hizo un gesto con las manos, indicándome que tenía que terminar esa frase por él.
- ... no lo entenderían. Es más, creo que se burlaría y se matarían de risa. Pensarían que es una joda. Después, cuando se den cuenta de que no es una joda, me matarían, ¿entendés? ¡Me matan! - las palabras cada vez salían más rápido de mi boca. No podía controlarme.
- Eso no sería un problema, ¿no? - Dijo Damien, riendo, para calmarme. Lo logró, claro: Damien sabe que no puedo hablar de algo muy serio y complicado de manera 'formal'. Me pongo muy nervioso. Prefiero hablar en joda, pero en serio. Así estoy más cómodo. Si, es complicado, pero funciona. Se reduce el peso del problema al hablar así.
- No seas idiota, ¡sabes a que me refiero! - contesté, riendo mientras le 'pegaba' en el brazo.
- Ta, basta - sus ojos se pusieron más rojos por un segundo, pero seguía riendo - en serio, boludo. Contame.
Pasaron unos minutos en silencio hasta que me decidí a abrir la boca.
- Todo empezó el viernes...
Y chan chan chan!
Hasta acá, va este capítulo. De ahora en más se va a basar más en Kenny y Craig, lo que pasa es que quería 'ambientar' la historia :3
Espero que les haya gustado, en especial a ti Sakuya-chan! :D
FCC.-
