Capítulo 1 Despedidas de Solteros.
Perséfone se probaba por enésima vez aquel hermoso vestido rojo escarlata que le marcaba perfectamente sus esculturales formas, no le gustaban los velos, y siempre había odiado esos vestidos blancos que resaltaban la hipocresía de una sociedad que exigía que sus mujeres llegasen puras y vírgenes al altar. Ella tenía ya en mente lo que portaría aquel día y tenía que ser así, diferente y a la vez ardiente como la pasión oculta que por milenios había llevado consumiéndole el alma. Ahora era el momento de ser ella, él se lo había prometido la boda de sus sueños aquella que nunca tuvo antes debido a las intervenciones e histerias de su madre. Los escándalos de aquel tiempo habían echado a perder un momento que ella siempre anhelo desde que por primera vez se había perdido en los ojos aguamarina del señor de las tinieblas. Por fin el momento se acercaba, el caballero de Piscis le había confeccionado un ramo de rosas especial para ella, las rosas rojas de éste iban bien acompañadas de una buena cantidad de las famosas rosas negras, esas que siempre habían caracterizado el carácter letal del Piscis sin embargo estas eran especiales, además de no tener veneno, habían sido cuidadas por el joven Afrodita hasta cerciorarse que fuesen perfectas, firmes y de un negro brillante, un poco de la cosmos energía del caballero y de su madre mantenía las rosas en perfecto estado hasta el día del tan anhelado evento. Todo con tal que la hermosa señora del inframundo pudiese ver realizado su sueño. Las chicas se tomaban las últimas medidas para sus vestidos, ellas a diferencia de la Diosa podían escoger entre los diferentes colores pastel de la gama que la Diosa de la belleza había sugerido a su ahora mejor amiga.
Desde el momento que Hades y Perséfone les dieran la buena noticia, la Diosa Afrodita fue la primera en acaparar la totalidad de la organización de tan rápido, pero anhelado evento. Nadie puso objeción ya tenían demasiado entre reorganizar al grupo y lidiar con el carácter endemoniado de una ahora muy pesada, y esto literalmente hablando, Mitchelle. En dos días seria el gran evento, toda la mansión estaba en pausa de entrenamientos y aunque el Dios de la guerra se moría de ganas por patear el trasero de esa bola de ociosos fiesteros, como él tan cariñosamente se refería al resto, tuvo que tragarse su rabia e intentar fingir armonía delante de sus parientes, sobre todo si quería ganarse aunque fuese por un instante, el visto bueno de sus hijos. La relación entre Ares y los gemelos era inexistente sin embargo no podía quejarse de no ser bien visto por todos, ya que Hades, Poseidón y Hermes le trataban con a un miembro más de la familia. Así es que un evento tan familiar y formal como una boda era un muy buen pretexto para intentar tentar terreno.
Por otro lado las chicas del Prisma se organizaban con el resto de las amazonas y Diosas, ya que la Diosa de la belleza insistía, no puede haber una buena boda sin antes tener una buena despedida de soltera y ella ya tenía planeada una perfecta para su homóloga. Mitchelle tenía un pequeño abanico de tela en sus manos, para mitigar el inmenso bochorno que le causaban sus casi 20 Kilos de más que había alcanzado en tiempo record, gracias por supuesto a la amable ayuda del Gran Anciano. En esos momentos y con la subida de hormonas aunada a la depresión de verse transformada en menos de 24 horas en una ballena, lo menos que le interesaba a la pelirroja era irse de fiesta. Sin embargo pese a sus negativas, Perséfone había insistido tanto, que no pudo negársele por mucho. Ahora lo peor era ver que era su turno para las medidas de los vestidos, Graciela, su hermana del rayo rosa, trataba inútilmente de darle ánimos a la hormonal azulina, pero el simple hecho de verse en ese vestido celeste cielo, y apreciar el tamaño que sus ex mini pechos habían adquirido aquello se volvía un poco penoso.
-Venga Mitchy te ves preciosa, cariño estoy segura que con un peinado de risos te verás…-
Mitchelle solo le dirigió una mirada asesina a la del pelo rosa.
-Bueno tendrás un aire de…-
-Si dime Graciela, tendre un aire de…-
La chica trago saliva realmente no sabía exactamente cómo explicarle a su hermana que aquel vestido más esos rizos le darían un aire a la ricitos de oro, aunque en este caso más parecía que era ricitos quien se había comido a los ositos. Menos mal que Constanza estaba ahí para mediar aquella situación bochornosa.
-Déjense de los ricitos por ahora, ya bastante tiene la pobre con tener que llevar el ramo de la novia.-
Saori quería morirse de risa, pero Perséfone estaba obsesionada con que la del rayo azul llevase su ramo, mientras que Kiki se encargaría de echar pétalos en el camino.
-Pobre Kiki tiene 15 años y tiene que llevar esa canastita negra con todos esos pétalos violetas, rojos y negros. Créanme que si eso no es una muestra de cariño de nuestra parte no sé qué más pueda ser.
Aurora miraba con bastante atención los billetes de entrada al sitio que la Diosa Afrodita había reservado para la famosa despedida.
-El Hot banane, que tipo de nombre es ese para un simple bar de variedades?-
Aunque aquello era lo que menos le importaba a la pelirroja.-Y yo que sé?! Tú crees que con estas condiciones quiero yo ir a … como dices que se llama ese lugar?-
Hermes insistía para bochorno de Hades, para quien ese tipo de fiestas le parecían un tanto absurdas y aburridas, sin embargo el señor del comercio quería fiesta, una buena despedida de solteros de machos y para machos. No es que el Dios castaño fuese un loco machista, pero ese tipo de acontecimientos eran la perfecta excusa para frecuentar ciertos lugares que en habitud él no solía visitar. Bueno la ocasión era única y porque no, después de todo, cuantas veces tienes la ocasión de casarte. La decisión estaba tomada esa misma noche TODOS irían al Prestige, un bar bastante conocido por ciertos espectáculos nocturnos que se realizaban en las mesas de sus clientes. Por prudencia, ninguno le comentaría a las chicas el sitio en donde pensaban ir a pasar la última noche de soltero de Hades, no fuera ser que más de una les plantara una bien merecida paliza por andar de solteritos. Algunos de los caballeros se sentían incomodos por ocultar ese tipo de detalles a sus parejas, sin embargo se trataba solo de una noche y ninguno tenía otra intención más allá de acompañar al señor del inframundo a pasar un buen momento antes de volverse a amarrar con la Diosa de su corazón.
Marín parecía ir mejor, los buenos cuidados de Ángelo la llevaban ya por buen camino y ahora se disponía a vestirse para la tan anhelada fiesta de despedida de la Diosa. Sonrió al ver lo bien que se sentía en ese vestido negro entallado, los tacones altos y las medias le daban un aire simplemente irresistible, sobre todo para el hombre que la miraba con ojos de lobo desde el marco de la puerta.
-Vaya Ragaza, no estoy seguro que sea buena idea que salgamos por separado, si quieres puedo ver la forma de escaparme y tú y yo podríamos tomar otros rumbos.-
-No lo sé, eso dependerá de que tal…-
-De que tal?-
-De que tal la estamos pasando, sabes la Diosa Afrodita debe haber planeado algo bastante especial y Hermes no se quedara atrás.-
-Oye, yo puedo hacer de esta noche la más especial para ti y para mí, si tú así lo deseas.-
-Sabes aunque suena tentador por esta noche quiero hacer sentir mi apoyo a Perséfone, después de todo ella ha esperado esta fiesta por milenios. Te imaginas eres uno de los pocos humanos afortunado que acompañara a los Dioses en una despedida de Soltero y por si fuese poco en una boda.-
-Bueno supongo que tienes razón, aunque no lo sé, sabes cada vez que estos Dioses organizan algo siempre nos sale el tiro por la culata. Confieso que ya les tengo miedo.-
-Vamos Ángelo, será una noche excelente, dime que puede fallar?-
Mientras tanto en su habitación Julián estaba hecho una furia de celos.
-No entiendo porque no pueden ir a cenar y ya, te vas a un sitio de variedades con Afrodita, pero te imaginas con Afrodita?! Recuerdas lo que nos pasó en su templo?!-
-Así es cariño, y tú también te vas a un sitio de variedades con Hermes, el señor de las mañas.-
-Pero que dices?! Por supuesto que nosotros somos hombres y no vamos a andar complicándonos la vida. Seguro que solo tomaremos unas copas en un barecito y listo. Gabrielle cariño yo sería incapaz de hacer cualquier cosa que pudiese lastimarte.-
-Y yo igual, así que ya déjate de tonterías, ustedes van a un bar y pues nosotras también y listo. Así que no tienes nada de qué preocuparte después de todo si tú me estás diciendo que te portaras bien para mí eso me basta y espero que sea igual de tu parte.-
-Portarme bien, bueno Gabrielle, pero por supuesto, cariño por quien me tomas?! Ya te he dicho que he cambiado y que no volveré a ser un idiota como hace milenios lo fui.-
Poseidón interrumpió el ritual de maquillaje de su mujer para besarla con ímpetu, si bien es cierto que no estaba siendo del todo sincero, en ningún momento tenía intenciones de faltar a sus votos de fidelidad hacia su esposa, simplemente para que incomodarla dándole información de más en su caso lo mejor era limitarse a la estrictamente necesaria. Él no había organizado esa noche en sí, era Hermes y solo él quien la había planeado del todo, así que, qué mal podría traer una noche de copas entre amigos?
Mitchelle observaba como Kanon se arreglaba después de una buena ducha, la chica estaba de no muy buen humor, su vientre le pesaba bastante y ver a su esposo ponerse en cierta forma bastante atractivo para una noche de chicos no le agradaba del todo. El gemelo se percató de la inquietud de su mujer y cortó su ritual para acercarse a darle seguridad a su desconfiada y hormonal chica. Se sentó junto a ella en la cama acercándole su rostro hasta rozar sus labios y con su mano libre comenzó a acariciarle el vientre.
-Estas, hermosa con esa pancita, mi amor.-
-Parezco una vaca.-
-Qué dices, estas tan linda que regresando pienso comerte completa.-
Y no lo decía de broma, realmente estaba fascinado al saber que en ese vientre había un bebe suyo. Además tenía que aceptar que sumados los evidentes cambios que el embarazo le había conferido a su mujer, había otras cosas que le eran exquisitas. Su piel estaba mucho más tersa, su cabello brillaba con una salud envidiable, su cuerpo despedía un calorcito hormonal que ponía al géminis de muy buenas ganas y su aroma, vaya que ese aroma le tenía loco de deseo. Estaba convencido de que si cada embarazo de Mitchelle seria así, podría traer al mundo a un equipo entero de football, aunque después tuviera que lidiar con los pequeños corriendo por donde quiera. El suave roce se fue prolongando hasta volverse un beso devorador, elevando la temperatura de la ya bastante abochornada mujer.
-Para, porque si no, no saldrás de aquí tan limpio.-
Una mirada de reojo al escote de su mujer y aquello había tomado unas dimensiones más que apetecibles. Y bueno se dijo a si mismo que unos minutos de placer no le caerían nada mal antes de salir. Así que con una mirada seductora se la llevo en directo por un sendero de placer exprés, pero bastante satisfactorio.
Aurora deseaba lanzarle flechas de fuego al Acuario, sabía que algo le ocultaba no era difícil percatarse de ello, ya que se veía que Camus estaba un tanto incómodo con la idea de salir a festejar. Aunque en el fondo deseaba confesarle a su mujer hacia donde irían a celebrar había dado su palabra de total discreción, así que como caballero la mantendría hasta el final.
-Aurora, cherie ya te dije que no me pasa nada, es más tú también deberías terminar de arreglarte ya casi es la hora. A propósito a donde van a ir ustedes?-
-No lo sé, es un lugar que separo la Diosa Afrodita, pero tenía un nombre que ahora mismo no recuerdo. En fin será algún tipo de restaurant bar o ve tú a saber y ustedes querido a dónde van?-
Camus trato de ser lo más sincero posible, odiaba la deshonestidad y en cierta forma pudo lograr decir la verdad a su mujer sin faltar a su promesa.
-Bueno… Hermes se encargó de hacer las reservaciones en un sitio que dijo que sería apropiado, para una celebración de este tipo. Yo ni he opinado al respecto, pero supongo que él sabrá cariño.
-Constita que haces mirándome así preciosa?- Sorrento no daba crédito al ver por primera vez a su novia esperándole al borde de su cama con una cara de muy pocos amigos y casi a punto de cantarle la traviata hasta probablemente hacerle explotar completo. El austriaco no podía dejar de tragar saliva de los nervios, ya que se imaginaba que aquello de la canción asesina seria su destino si la celosa de su chica averiguaba hacia donde pensaban festejar al señor del inframundo.
-Quiero saber porque tanto secretismo entre ustedes para lo de esta noche? Sabes yo no se lo que se hace en una despedida de soltero.-
-Pues veras, el novio y la novia salen cada quien con amigos de su mismo sexo y hacen la fiesta.-
-Y porque no podemos todos celebrarlo juntos en lugar de ir unos con la novia y otros con el novio.-
-Cariño se supone que se suele ir a sitios a donde no irías con tu pareja.-
-A donde piensas ir?!
Eliana no hallaba como tranquilizar a su estresado esposo. -Afrodita, cariño ya tranquilízate, después de todo voy con tu madre, que mal puede haber en ello?-
-Precisamente eso es lo que me aterra!-
-Ven precioso, no te preocupes estoy segura que será una noche tranquila.-
-Eliana cariño y si tú y yo nos vamos por ahí, sabes una vez que estén todos en ambiente podemos escapar, creo que hasta Mascara piensa fugarse con Marín.-
-Mi amor no entiendo porque tanto terror por una simple fiesta.-
-No te preocupes mi corderito yo soy solo tuya, el primero que trate de insinuarse y lo mando a volar de una patada.-
-Shaina preciosa no te preocupes yo tengo entera confianza en ti, pero prométeme que tu también la tendrás en mí.-
-Mu, yo sé que tú me quieres y que no harías nada que me lastimara.-
-Graciela preciosa en verdad te lo juro no hay nada de que preocuparse este tipo de fiestas aunque suelen ser un poco alocadas por lo general son solo los novios los que suelen desmadrarse.-
-A que te refieres con desmadrarse? Oye Shura yo soy muy pacifica pero, eso no significa que me guste la idea de que mi novio ande por ahí haciendo quien sabe qué cosas y además esto me parece un tanto extraño.-
El caballero de capricornio comenzó a rascarse con ímpetu la cabeza, aquello se ponía un tanto incómodo.
-Extraño?-
-Si desde que nos anunciaron que saldrían solo entre ustedes para festejar he notado que estas un tanto nervioso y quiero saber porque?-
-Maja, preciosa es solo tu imaginación, si yo no estoy nervioso.-
-Eso sí que no! No nací ayer y ya me imagino que tipo de sitios serán los preferidos de la Diosa Afrodita! –
Otra pareja que se discutía por el mismo tema, y es que el viejo recuerdo de lo que la energía de la Diosa de la sensualidad solía producir le ponía los pelos de punta al gemelo mayor.
-Saga que mosca te ha picado, sabes perfectamente que solo soy tuya!-
-Eso no lo dudo, pero dime porque diablos tienes que ponerte ese vestido tan escotado!-
-Pero si tú mismo lo escogiste conmigo, dijiste que te encantaba.-
-Y me encanta, pero para que lo luzcas conmigo y no delante de… ve tú a saber quién?!-
-Oye no exageres, además ustedes también van a salir y si yo fuese una celosa compulsiva ya te habría clavado mi Nike por algún sitio bastante incómodo y eso por el solo hecho de perfumarte y vestirte de esa forma.-
-Preciosa lo mío no es otra cosa que puro formalismo en realidad no tengo ni el más mínimo deseo de festejar nada y menos sabiendo que él ira también.-
-Saga no puedes vivir eternamente huyendo de Ares tarde o temprano tendrán que…-
-Mientras más tarde mejor, de eso que no te quede ni la menor duda.-
Saori solo dejo salir un suspiro de resignación era casi imposible tocar ese tema con su esposo y la verdad se veía tan guapo aquella noche que prefirió ir hasta él solo para acariciarle su mejilla y de esa forma bajarle de un solo golpe el arranque de celos al géminis.
-Sabes que con solo tocarme me desarmas.-
-Y tú sabes que te amo, mi caballero predilecto.-
-Sí, y yo a ti, por eso me da miedo que un día tú te pudieses… en fin debo admitir que el tiempo que pueda estar junto a ti, para mi será siempre la mayor bendición.-
-Entonces serás bendecido por toda la eternidad, porque sé que lo que siento por ti no terminara jamás.-
Un suave beso y la pareja retomo su seguridad, así continuaron hasta terminar de arreglarse para pasarse una noche agradable entre amigos, todo sea por la felicidad de los dioses, o no?
Milo y June se daban un besito y se decían hasta luego, con un guiño cómplice la pareja tomo sitio con su grupo correspondiente, mientras que los solteros Shion, Dokho, Aldebarán y Aioria le daban gracias a la deidad en turno por no estar por el momento comprometidos con ninguna mujer, así como mínimo no se veían en la bochornosa situación de tener que ocultar el sitio a donde se disponían a celebrar la noche.
Una vez todos listos cada grupo salió en dirección a lo que sería según ellos la despedida de solteros del siglo.
El pobre de Kiki como siempre sufriendo las consecuencias de solo tener quince años, se tuvo que conformar con la compañía de Tatsumi, quien después de su trauma psicológico en Las Vegas los bares y el alcohol le daban roña.
La fiesta de Perséfone
Las camionetas llegaban a sus destinos las chicas del Prisma estaban maravilladas de ver aquel sitio con la apariencia de una simple discoteca, pero que era atendido por unas chicas bastante peculiares. Ahí delante de ellas les daba la bienvenida una extraña dama vestida de cuero negro, con unos tacones básicamente infernales de lo alto y finos, y un maquillaje que más parecía una criatura sacada de un cuento de vampiros. Con una amabilidad exquisita les condujo hacia el área VIP ahí tendrían un espectáculo, solo y exclusivamente para la afortunada novia. El sitio era bastante cómodo, al menos eso le pareció a Mitchelle quien no podía dejar de reconocer que era una buena idea contar con suaves sofás de terciopelo rojo para poder por fin reposar sus más de 20 kilos de amoroso bebe.
En un instante otra chica con el mismo estilo de vestimenta (gótica) y unos labios que las chicas veían más negros que morados les ofrecía un coctel de aperitivo. Sus cabellos negros como la noche contrastaban fuertemente con la blancura de su piel, sin embargo había algo en la energía de esta extraña criatura que no dejaba de asombrar a Mitchelle. Bueno entre tantos cocteles de Martini que el resto de sus compañeras pedían en toda alegría, la pobre pelirroja se tuvo que hacer entender.
-Disculpe pero yo no puedo beber alcohol, tiene algún otro tipo de bebida?-
Cuál fue su sorpresa que la extraña camarera se dirigió a ella con una sonrisa tan dulce que rompía por completo con el impactante estilo de su ornamenta.
-Por supuesto preciosa, quieres que te traiga un refresco o un jugo de frutas?-
Su voz dejo a Mitchelle y a sus compañeras de mesa un tanto impactadas, los ojos de ella así como de Gabrielle, Saori y Aurora casi se salían de sus orbitas.
-Eres un chico?-
-Preciosa nunca habías venido a un bar de Drage Queens?-
-De quién?-
La Diosa Afrodita quien venía acompañando a la novia fue de inmediato a aclarar las justificables preguntas de las chicas.
-Discúlpalas Sebastián, veras es la primera vez que frecuentan un sitio así, chicas ella o bueno él es Sebastián y es una de las mejores Drake Queens de Atenas. Los Drage Queens son chicos que se visten como mujeres aunque resaltando mucho más los atributos de sus personajes. En este caso este bar tiene un tema Gótico y es por eso que nuestro amable artista se viste como salido de una película de vampiros.-
Saori estaba maravillada con la perfección del rostro del joven.
-Es increíble todos ustedes son hombres y son digo…?-
-Si preciosa todos nosotros somos hombres, algunos con tendencias homosexuales y otros no como todo en la vida. Yo por ejemplo adoro vestirme de mujer sin embargo me encantan tanto las chicas como los chicos, otros de mis compañeros no son así.-
Perséfone estaba maravillada ante la decoración de aquel sitio que asemejaba el antiguo castillo de Drácula y a su vez el personal le parecía por demás decirlo encantador y su homóloga de la belleza pudo percibir la fascinación en ella.
-Querida, sabía que esto te encantaría.-
-Honestamente rojita me has dejado sin palabras no sabía que frecuentabas estos sitios.-
-Oye recuerda quien soy y la sensualidad es en gran parte el trabajo de estos encantadores muchachos. Además alguno que otro es cien por ciento heterosexual si quieres probar…-
-Ha no, ya te he dicho mil veces que no cambio a mi Hades por nada ni nadie. De cualquier forma estoy encantada con tu idea, es perfecto.-
-Gracias querida, ya sabes que puedes contar conmigo siempre que quieras organizar cosas así.-
Sebastián se acercó de nuevo con una mirada un tanto coqueta otro tanto tierna hasta Mitchelle.
-Dime linda cuantos meses tienes?-
-Como…?-
Gabrielle la hizo reaccionar ante el evidente nerviosismo que le causaba esa mirada a la vez tierna y al mismo tiempo sensual de aquel hombre. –De embarazo Mitchy.-
-Ha sí, eso pues ocho, según el diagnóstico de Julián.-
El chico solo la miro un tanto extrañado.- Julián es tu esposo y además es médico?-
-Ha no, es el de Gaby, el mío es Kanon y bueno Julián realmente es Po...-
-Está haciendo su postgrado en ginecología de alto riesgo- Interrumpió a toda prisa Saori, mientras que vía cosmos le decía a su amiga.
-Hey regresa al planeta Tierra, que te pasa por poco y le dices quienes somos.-
-Lo siento es que no deja de mirarme de esa forma que me pone de nervios. Es que será medio ciego o esta tan oscuro que no ve que parezco una morsa?-
-Déjate de tonterías no pareces una morsa, te ves radiante y cualquiera puede percatarse de ello. Así que ya relájate.-
Así que ya más relajada, la del rayo azul volvió a la conversación.
-Tienes limonada?-
-Para ti preciosa tengo todo y más.- Así guiñándole un ojo el chico se fue para pasar los pedidos, dejando a las chicas de esa mesa casi sudando en frio y preguntándose si había sido al final una buena idea haber venido a festejar ahí.-
El servicio era increíble la música un tanto fuerte para el gusto de Constanza aunque debía admitir que las bailarinas eran excelentes en sus papeles. Shaina y June adoraron los vistosos cocteles que con las luces neones brillaban cuales estrellas en el negro firmamento. La verdad nadie podía negar que el servicio era de lo mejor. Así ya todas entradas en ambiente comenzaron a relajarse y porque no bailar una que otras piezas acompañadas de un cuadro especial compuesto por ocho Drage Queens quienes componían el espectáculo privado solo para la fiesta de la Señora del Inframundo.
La noche seguía su curso y poco a poco con la ayuda de la diversión y el alcohol las chicas se fueron relajando y comenzaron a convivir más con las anfitrionas. June disfrutaba de hacerles una demostración a las artistas de cómo se debería de usar propiamente un buen látigo. A Shaina le aprendieron a bailar llevando una vela encendida en las manos y sobre todo como utilizar la cera hirviente para despertar puntos erógenos en su pareja. Marín tomo nota de todo lo que le explicaban a la cobra, bueno ella sabía de un caballero con reputación de amar las experiencias fuertes que quizás pudiese adorar ese jueguito. La novia y su amiga la bella tomaron copas mientras que disfrutaron de un baile que una de las artistas le brindo en toda exclusividad, uno bastante sensual como a la vez insinuante, vaya que había muchas cosas que se podían hacer con un fuete en las manos. Perséfone solo sonrió al imaginar la cantidad de truquitos que aprendería para lo que sería su noche de bodas. Graciela y Eliana solo se preguntaban cómo podría el pobre de Hades sobrevivir ante semejante repertorio de mañas que su futura ya esposa le preparaba.
Gabrielle y Aurora se acompañaron mutuamente al baño mientras que Saori iba a la barra para pedir un par más de esos coquetos agitadores fosforescentes. Mitchelle se quedó por unos instantes sola tratando de acomodarse en ese sofá que ya comenzaba a ser bastante incomodo ante su estado. De repente una suave mano le profirió una dulce caricia que le erizo por completo el pelo. Sus ojos negros como el color de su lisa cabellera y sobre todo ese atuendo plastificado aunado al brillo de su oscuro maquillaje le atraían por completo su atención.
-Cómo te encuentras linda? Si lo deseas puedo conseguirte un cojín para que estés más cómoda?-
-Eres muy amable, pero créeme que me ponga lo que sea nada me quitara este horrible dolor de espalda.-
-Es tu primer bebe?-
-Sí, así es.-
-Tranquila, todo se va a pasar muy bien, sobre todo no deberías de agitarte tanto, es admirable que hayas venido a acompañar a tu amiga, se ve que la aprecias bastante.-
-Pues sí, es verdad, aunque te seré honesta viéndome así no se ni como me atrevo a salir? Estoy enorme!-
-Que dices? Estas preciosa pareces un ángel, además te hare una confesión las mujeres embarazadas me parecen bastante atractivas y si a eso le sumamos ese rostro divino que Dios te ha dado mi linda, eres mi sueño hecho realidad.-
A pesar de las provocativas palabras de la Drag Queen Mitchelle podía sentir un cierto dejo de tristeza en su voz. Le miro de nuevo pero esta vez dejando atrás su evidente impresión por la imagen del chico y simplemente dejo que su corazón sintiese eso que él emanaba.
-Porque sufres Sebastián, dime quien te ha causado tanto dolor?-
Aunque la pregunta de la chica le desconcertó por lo atinado de su comentario, el joven sintió una energía dulce al mirar los ojos verde-azulado de la del rayo azul y fue cuando ella le tomo suavemente su mano que el joven dejo salir sin podérselo explicar ni él mismo, aquel viejo dolor que aún le carcomía.
-Mi padre murió hace una semana, fui a verle en su lecho durante sus últimos minutos de vida, y aunque él me dijo que me quería yo sé que el hecho de saber que me gusta este tipo de vida, le rompió el corazón. Yo… sabes yo nací siendo chico, pero no puedo evitar sentir esta atracción a vestirme… bueno así, en fin él jamás soporto la idea de que su único varón prefiriese las faldas que los pantalones.-
No pudo contenerse y se echó a llorar dejando que sus lágrimas corriesen su oscuro maquillaje, la escena fue vista por Saori quien al ver la mirada de Mitchelle comprendió que debía esperar un poco más en la barra hasta que su amiga terminase lo que había comenzado con ese chico. Así le hizo una señal a Gaby y a Aurora para que la acompañasen en la barra.
-Escucha tu padre para bien o para mal hizo su vida y la vivió como él quiso, tú también tienes el derecho de vivir la tuya. Mi corazón me dice que nunca has sido un mal hijo y se siente que siempre estuviste ahí para cuidar de tus padres. Sabes yo no creo que en sus últimos minutos él sintiese vergüenza por ti, quizás sentía vergüenza por él mismo por la forma en que te juzgo; en cualquier caso él se ha ido y no ha querido hacerlo sin hacerte saber lo importante que siempre fuiste para él. Ahora debes vivir tu presente Sebastián y no permitir que el miedo y las dudas terminen por consumirte. Yo no veo maldad en tu corazón, es solo que no podemos ser lo que no somos, al menos puedes estar orgulloso que si algo fuiste siempre, es honesto, contigo y con los demás.-
Mitchelle hizo una disimulada señal a Eliana que su hermana desde lejos pudo bien de pelo albino se puso de pie pasando a escasos centímetros del cuerpo del joven lanzándole con disimulo un corto rayo violeta que entro directo en su corazón. El joven solo dio un suspiro de relajación mientras que Eliana pasaba, sin decir nada, dejando atrás la mesa en donde estos dos seguían conversando. En unos segundos el veneno que hería el alma de aquel joven se fue disipando y él pudo sentir por fin la tan anhelada paz.
Las dos hermanas se dedicaron una disimulada sonrisa cómplice y ambas continuaron haciendo la fiesta una de cada lado.
-No sé qué me ha pasado, pero hablar contigo me ha hecho muy bien, de todo corazón gracias bonita.- Le decía Sebastián a la pelirroja, mientras que a su vez hacía por ayudar a la chica dándole un suave masaje en su espalda, a pesar de lo inesperado que tenía el simple acto del masaje, se podía sentir que las intenciones del chico eran brindar un reposo a la torturada espalda de la del rayo azul y pues ya entrando en confianza.
-Me llamo Mitchelle.- Le dijo sonriente la chica.
-Mitchelle quisieras bailar conmigo, por favor?-
-Pero estoy gordísima y …-
Le hubiera gustado argumentar mas pero la drag queen ya la había jalado a la pista, y ahora bailaban aquellos ritmos oscuros, que por primera vez parecieron armoniosos para la pelirroja. El ambiente subía, las chicas de la barra fueron a la pista, y en un instante ya no había nadie en las mesas. Ángela bailaba acompañada de una vampiresa bastante efusiva, así cada quien encontró su sitio en la pista casi todas alcoholizadas, pero bastante relajadas en un ambiente que de haber en un principio dado una imagen de oscuridad y penuria, poco a poco se fue convirtiendo en risas y armonía.
Era tardísimo y aun las chicas querían seguir la fiesta, por desgracia la discoteca tenía que cerrar, así que sus ahora nuevas amig s (si ya se habían hecho amigas de casi todos los Drag Queens) les sugirieron ir a un sitio que quedaba por demás decirlo muy cerca y que podía mostrarles otros tipos de espectáculos nocturnos. Sebastián quien ya se había apropiado de Mitchelle casi por la fuerza se dirigía hacia Perséfone para sugerirle.
-Nunca han ido a un bar striptease?-
-No, pero es que hay alguno por aquí?-
-Si no muy lejos y es uno de los mejores, es más tengo un par de amigas que trabajan ahí, en los tubos.-
-Son prostitutas?-
-No, bueno ahí en el bar no se practica nada de eso, ahora lo que cada chica haga al salir del sitio pues eso es personal. Vamos anímense se ve que nunca han ido a un sitio así, será una experiencia distinta y además las copas y cocteles son buenísimos en ese sitio.-
-Pero si los hombres quieren pasarse con nosotras?-
-De eso nada! En primer lugar ese sitio cuenta con una reputación intocable nada de manos de parte de los clientes. Si es que acaso son las bailarinas las que suelen de vez en cuando pasarse con los clientes pero es parte del show.-
Mitchelle quien era la única sobria se preguntaba –Como que pasarse?-
