Bueno, ésta es la primera traducción que realizo, es de la primera historia que publicó aquí Todd666. Espero que les guste!!

Sweeney Todd caminaba por las retorcidas calles de Londres una lluviosa mañana de jueves, en mitad de agosto. Su mente estaba intranquila, lo rozaban las imágenes de su fantasmal pasado.Cada vez que el perturbado hombre giraba en dirección equivocada, gruñía de la frustración. Después de vagar por veinte minutos, encontró lo que buscaba: La tienda de pasteles de la Señora Lovett.

Era otro aburrido día para Eleanor Lovett, la infame pastelera londinense. Giró su cabeza lentamente y clavó sus ojos en los asquerosos pasteles que se cocinaban en su pequeño horno. Con un suspiro, volvió a la tarea de picar verduras, sin darse cuenta de que la puerta de su tienda había sido abierta, y menos aún, que un hombre había entrado.

Sweeney Todd se sorprendió al ver cómo el tiempo había cambiado a su antigua arrendadora, Eleanor Lovett.Ella,que alguna vez había tenido un rojizo y flameante cabello, ahora lo tenía enmarañado en la punta de su cabeza. Sus ojos tenían una pesada sombra negra debajo, y se veía deprimida .Sweeney cerró la puerta con un estruendo, para llamar la atención de la pastelera.

"Oh, ¡un cliente!" gritó la Señora Lovett, dando un brinco mientras se aproximaba con apuro hacia el hombre. Lo tomó de los hombros y lo sentó en un banco frente a una mesa.

"Me diste un tremendo susto,querido"le declaraba mientras lo empujaba para que tome asiento. Él la miró, desconcertado por el empujón.

"Lo que digo es que no he visto un cliente en semanas" siéntese, le daré un pastel. Regresó a toda prisa hacia su mostrador y sacó los inmundos pasteles del horno, donde se volvió derrotada otra vez.

"Usted sabe, no puedo culparlos…estos probablemente son los peores pasteles de Londres…"murmuraba al mismo tiempo que sacaba un plato de su polvorienta estantería. Sweeney Todd la observaba preparar su comida. Ella lentamente se redirigía hacia él, sirviéndole el plato en la mesa.

"Aquí tiene, querido….¡espero que su estómago sea fuerte!", añadió mientras lo miraba tomar el pastel con sus manos, examinarlo dubitativo, y apenas darle un mordisco. Después de estar a punto de amordazarse, Sweeney se obligó a comer la asquerosa comida. Otra vez, la pastelera suspiró cansinamente.

"Se que es terrible….pero la carne ha aumentado tanto de precio, que ya no me alcanza como para comprarla. Lo que usted está comiendo es sólo relleno, querido". Después de dudar por un instante, Sweeney iba a dar otro mordisco, pero la Señora Lovett le arrebató el pastel de sus manos.



"No hay necesidad de esto,señor.Ya le traeré un poco de cerveza para quitarle ese sabor"

"Uh…" Ignorando la protesta, la Señora Lovett volvió a su mostrador y tiró el pastel a la basura. Después volcó un poco de cerveza en una taza mugrienta, y le devolvió ésta a Sweeney Todd, sonriéndole débilmente.

"Puede conseguir de ésta aquí,querido",le dijo mientras retomaba la verdura que había dejado sin picar. Después de unos breves minutos de silencio, la Señora Lovett volvió a mirar alrededor de su tienda, para asegurarse que el hombre aún estaba allí, observándola mientras bebía la cerveza.

"Ah…seguramente se está preguntando por qué no puedo comprar la carne, ¿cierto?",le preguntó, con una sonrisa malvada apenas dibujada en sus labios. Él no dijo nada.

"Verá, Señor…mi esposo murió hace cinco años, y cuando lo hizo…fue realmente muy difícil para mí tomar las riendas de la tienda yo sola, como verá". Giró la cabeza hacia la ventana detrás de Sweeney, mirando a través de ella al mismo tiempo que soltaba las palabras.

"Pero lo que realmente me acabó fue esa tontuela que está enfrente de la calle, La señora Mooney.Ella también tiene su emporio de pasteles.Se robó a mis principales clientes,¡Sí que lo hizo!" La Señora Lovett aplastó una desafortunada cucaracha con su palo de amasar mientras hablaba.

"Aunque yo conozco su secreto…desde que se instaló,noté que todos los gatos del vecindario han desaparecido.Viendo el precio que tiene la carne, y que ella es una viuda al igual que yo,¡creo que ha estado poniendo gatitos en sus pasteles!"

"Por supuesto,puede que yo esté resentida,pero ella parece ser del tipo de personas capaces de hacerlo…" La Señora Lovett terminó de picar la verdura. Miró a su misterioso cliente,el cual tomó otro sorbito de la taza.

"Creame,querido…necesitará más que eso para quitar el sabor de su boca.Sígame",le decía mientras abandonaba su puesto detrás del mostrador."tengo un poco de buena ginebra en mi sala de estar" .Mientras la Señora Lovett salía de su tienda, Sweeney la seguía de cerca.Tomó asiento en uno de los silones de la pastelera;ésta le daba la botella de ginebra que acababab se sacar de su alacena.finalemente le habló:

"tiene una habitación arriba de su tienda,¿verdad?.-Ella lo miró y movió la cabeza.

"Si los tiempos son tan difíciles, ¿por qué no lo alquila?"

"¿El de arriba? Nadie se acercaría"-le dijo, guardando la ginebra. Lo miró de reojo, intentado reconocer su voz, como si volviera a ella un recuerdo lejano.

"La gente cree…que está embrujado", le dijo suavemente,trayédole la ginebra. Sweeney levantó las cejas.



"¿Embrujado?"

"Sí, ¿pero quién podría negarlo?.Se sentó a su lado, dando un sorbo. Él miró su propio vaso una vez más, mientras que ella lo inspeccionaba.

"Verá, unos años atrás, algo pasó allí arriba… algo no demasiado bueno "La Señora Lovett volvió a sorber, esperando la respuesta del hombre. Él no respondió, por lo que ella siguió con su historia.

"Había un barbero y su esposa, quienes solían vivir allí arriba quince años atrás. El barbero era un sujeto agradable, jamás mataría una mosca. ÉL era todo un artista en lo suyo, pero se lo llevaron de por vida, con lo que yo diría "un cargo falso"…él era tan hermoso…"

"Barker era su nombre.Benjamin Barker".

"¿Cuál fue su crimen?"-preguntó Sweeney, sin mirar a la Señora Lovett.

"Ignorancia, nada más. ÉL tenía su esposa,verá.Su nombre era Lucy. Era de lo más dulce que alguien podría conocer. Se puede decir que fue ella la razón por la que se lo llevaron. El asunto es que este juez,Turpin,estaba loco por ella. Fue él quien se deshizo de Ben llevándoselo a Australia. El muy desgraciado todavía vive aquí en Londres."

"Ésa es otra historia, en fin.Turpin enviaba a Lucy una flor todos los días después de haber despachado a su marido. Claro que ella lo ignoraba .Lo único que hacía era quedarse en su departamento, cuidando de su hijita,Johanna, y llorando a toda hora por la pérdida de su marido."

"Una noche, el bedel vino a visitarla. Le dijo que el juez estaba realmente arrepentido. Quería que ella vaya a su casa esa misma noche, para discutir el asunto.Entonces,ella se dirigió a lo del juez junto al bedel."La señora Lovett volvió a beber un trago de ginebra ,sin quitar sus ojos de Sweeney.

"Claro que cuando ella llega, hay un baile de disfraces. Al darse cuenta de que no conoce a nadie allí, ¡se siente tan atormentada que comienza a beber!.Mientras, pregunta por el juez Turpin, pero no puede encontrarlo. De lo que no se dio cuenta es de que el juez estuvo allí en todo momento… ¡y no estaba para nada arrepentido!.

"La pobre Lucy fue arrojada hacia un sillón circular, consumida por la bebida. De repente, Turpin aparece y se abalanza sobre ella, violándola delante de todos los presentes. Ella pedía ayuda a gritos, pero nadie hizo más que reírse de ella—"

"¡NOO!" gritó Sweeney Todd, levantándose de su asiento. La Señora Lovett lo miró, algo sobresaltada por su acción repentina.

"¿Nadie…se apiadó de ella?"

"¡Entonces es usted…Benjamin Barker!", susurró ella, parándose lentamente. Sweeney giró y la miró.



"¿Dónde…dónde está mi Lucy?"

"Lucy…no está tal como la recuerdas, Ben…después de ser violada; intentó envenenarse con arsénico. En vez de morir, enloqueció…la despacharon directo al manicomio por unos años, hasta que Albert y yo pagamos para sacarla de allí…pero eso no duró demasiado, mi Albert la echó a las calles …" susurró la Señora Lovett. Sweeney se acercó un paso hacia la pastelera; sus ojos estaban llenos de emociones mezcladas.

"Pero ella aún está en Londres, no el manicomio, ¿verdad?"

"Sí, ella aún está en Londres. Le llevaré con ella si así lo desea, Señor Barker…"

"Sí, lléveme con ella, Señora Lovett…"