Così tragico
Julieta sabía que tendría que hacer toda clase de sacrificios, pero detrás de la máscara y con la espada del Huracán Rojo en alto, traer a luz un nuevo mundo no le parecía imposible. Pero pensó que este nacería derramando sangre enemiga y perdiendo a sus seres queridos (sobre su cadáver, pero debía considerarlo, puesto que en todas las guerras hay bajas), no haciendo germinar un árbol en su piel que ni siquiera era el hijo de Romeo que había esperado engendrar durante los días en los que fueron fugitivos. Era demasiado terrible. Ni siquiera Willy escribiría una tragedia de esa magnitud.
