Una pequeña historia escrita con amor y mucho insomnio.

Toda la sala se encontraba totalmente oscura a excepción de la poca luz que emitía el televisor enfrente de nosotros. Era viernes por la noche y estábamos teniendo nuestro maratón de películas como siempre.

Hasta qué Star empezó a llorar.

La sábana que estaba encima de nosotros se encontraba agarrada fuertemente por su dos pequeñas manos temblorosas, tratando de sacar todas sus emocionas en una sola acción. Sin pensarlo mucho, pasé un brazo encima de ella y la abrase con fuerza diciéndole:

"Es sólo una película"

A lo que me responde.

"Pe-pe-pero..." Su voz es cortada por los mocos que le empezaban a salir. "Se ve taaaan real"

Para mi suerte su episodio de melodrama término pronto, justo cuando se dio cuenta que todos fueron salvados y nadie murió.

Nunca más volveremos a ver Toy Story 3.