¡Hoy es el día no saben como estoy de emocionada xD ni se imaginan! Hoy es el gran estreno de la historia que me ha carcomido la mente por más de un mes completo. Encima es la historia que más me ha hecho estudiar sobre todas las cosas del pasado y sinceramente lo encuentro interesante en más de un sentido. Espero que le den una oportunidad ya que es mi obra maestra (¿ o-o y dejen comentarios que son los que ayudan a una escritora a seguir adelante. Sé que tengo otras historias pero no podre seguir adelante con las demás si no publico esta. Cabe decir que las historias serán publicadas en lo posible periódicamente y al mismo tiempo todas aunque puede salir excepciones. Otra novedad es que mi otra historia de Free! "Entra Nanase Taiki" se ha actualizado. Si por fin xD ya está para leer el capitulo 4 para los que están leyéndola y se titulara "Comienza la guerra".
Disclainer:
Los personajes no me pertenecen. Le pertenecen a su respectivo creador. Lo único que me pertenece es la historia. No gano dinero escribiendo esto sino sus comentarios.
Advertencias: Esta historia esyaoi, es decir relación hombrexhombre, si no te gusta por favor abstente a leerla. En cambio si te gusta disfrútala. La trama se basa en la Grecia antigua, las fechas de batalla, sucesos importantes estarán modificados para el correcto desarrollo de la trama de la historia es decir estos sucesos no pasan en el verdadero orden cronológico, estaré sacando y poniendo cosas que nunca pasaron en la historia verdadera, como también cosas sobre los dioses y historias serán modificado . Puede que haga menciones que podrían ofender a algunas personas sobre Troya, pero todo es ficticio, no es mi intención ofender. Los nombres de los personajes principales de la serie seguirán siendo iguales para no causar confusión, tómenlo como que esos nombres son comunes en esa época.
Resumen:
Un amor inocente que el destino junto, con sus caminos separados su historia comenzó, mas el deseo y arrogancia de terceros los condeno. Porque ahora una guerra comenzara y el destino de Grecia en ella se decidirá.
¿Cuándo amas a alguien irías al fin del mundo por esa persona?
Curiosidades: A los oráculos los sacerdotes los hacían permanecer en los templos sagrados toda su vida para protegerlos de la avaricia de los hombres. El santuario de Delfos esta casi al pie del monte Parnaso donde aproximadamente a dos kilómetros hacia abajo se encuentra el pueblo de Delfos desde el cual se puede ver el santuario y sus muros, es el único pueblo en ese lugar.
La casa griega se organiza en torno a un patio central. Solían ser de adobe, y no especialmente de buena calidad: en Grecia se daba más importancia a la vida pública que a la privada. Las casas ordinarias se componían de un piso bajo con dos piezas muy pequeñas, y de un piso alto, al que se subía ordinariamente por una escalera exterior. La parte inferior estaba abierta en la roca y las paredes eran de madera, de ladrillos o de argamasa. En el interior de las viviendas, las paredes estaban blanqueadas con cal; no había chimeneas. Esta descripción es de las casas del pueblo.
Aclaraciones:
"Pensamientos"
—Dialogo—
Recuerdos
Sin más disfruten el estreno de esta nueva historia…
-XxX-
Como toda historia este tiene un comienzo y un final, no es diferente de otras. Porque todo tiene un comienzo y un final. Como el flujo de un rio puede ser tranquilo y pacifico pero se vuelve impredecible y peligroso.
Porque de los más lejanos lugares de Grecia surgió un amor que nació, creció, sufrió y peleo y solo al final… ¿gano o perdió? No tiene sentido si les cuento el final ¿verdad? Porque como he dicho… Solo sabiendo el principio se llega al final…
-XxX-
Nunca lo entiendo siempre ha sido así… Aunque querer no es suficiente… ¿Porque mi destino fue este?
Solo puedo ver el mar pero no nadar en el, guardado como un tesoro que no debe romperse… ¿Pero qué sucede si desde que nací he estado roto?
Yo solo deseo ser libre
TheSaku
Presenta
- Troya en LLamas-
La avaricia de los hombres será su destrucción
Por querer poseer todo, no tendrás nada
Por querer dominar sobre todo, perderás todo
Porque si un Rey es corrupto
El pueblo sufrirá
Cuando el niño de ojos azules muera
Morirá la paz
Más si es amado
Una luz de esperanza encontraran
¿Cuándo amas a alguien irías al fin del mundo por esa persona?
Prologo
-XxX-
Una mujer con un vestido y una corona de laurel se encontraba viendo la luna desde el centro de un pequeño campo de flores donde justo en el centro del lugar donde debía estar el techo no estaba dejando que los rayos de la estrella de la noche llegaban a su cara, provocándole sonreír, era el único lugar donde la dejaban estar sola claro excluyendo la sala donde se predecía el futuro. En sus brazos descansaba una pequeña creatura que no tenía mucho tiempo desde su nacimiento, la mujer sonrió tristemente al observarlo porque había sido separado de su madre a tan temprana edad, justo como fue ella separada de los suyos.
Cerró los ojos, aun podía sentir a los sacerdotes agitados y es que era la primera vez que pasaba algo de esa importancia, un pequeño quejido atrajo su atención y fue testigo como el bebe abrió los ojos encontrándose con unos ojos azules como el mar que se reflejaban aun más hermosos de lo que eran gracias a la luz de la luna, donde su pelo aunque muy poco se podía distinguir que era de un negro azulado. Esa era la causa de todo el alboroto tanto en el templo como toda la ciudad de Grecia, el pequeño en sus brazos era para muchos la viva imagen del dios Apolo aunque tenían diferencias, el niño concebido era la viva imagen de la belleza misma, sus rasgos aun siendo tan pequeño lo demostraban. El bebe gimoteo.
—Lo siento— la voz de la mujer era tan suave que logro hacer que el bebe se calmara—Te han separado de tus padres siendo tan pequeño, pero es la carga que nosotros debemos llevar por estar marcados con la marca de nuestro Dios. Debemos servirle — sabia que el pequeño no entendería sus palabras pues era muy chico aun.
Un fuerte viento azoto contra su cara provocando que el bebe comenzara a llorar asustado, la mujer de cabellos rubios acurruco mas fuerte al niño entre sus brazos y lo tapo con la manta blanca. Elevo su vista y el cielo antes despejado dejaba ver un claro signo de tormenta por venir. Sus ojos negros tuvieron un deje de tristeza y apretando mas contra si al bebe que aun lloraba. Cerró los ojos, apoyo la mano que tenia libre sobre la cabeza del niño y sentencio al final.
"Los ojos rojos te protegerán y amaran mas los ojos dorados te poseerán pues su avaricia crecerá, mi niño un cruel destino te esperara mas si eres fiel al destino una luz encontraras"
Las palabras del oráculo fueron dichas y desde ese momento comenzó la cuenta regresiva para el cumplimiento de la profesia.
9 años después
El sol estaba saliendo como todos los días, este llegaba a la vida de todos los residentes de la villa de Delfos que de a poco retomaban su rutina diaria. El canto de los pájaros y el silencio que había dejado la noche de a poco comenzaba a ser opacada por los ciudadanos quienes comenzaban a caminar y transitar las calles de la pequeña ciudad. Los agricultores y comerciantes comenzaban a arar los campos y a prepararse para pescar. Muchos creerían que el pueblo de Delfos seria una ciudad grande pero estaban equivocados ese era uno de los pueblos que creían mas en que su trabajo les daría frutos, que con sus propias manos vivirían sin problemas. Un hombre salía de su casa después de haberse despedido llevando un saco en el hombro a su lado salía un niño de cabellos rojos, su vestimenta consistía en una túnica corta ya que para el trabajo que realizaban necesitaban más movilidad.
—Nos vamos cuida a mama Gou— se despidió el niño. La pequeña niña pelirroja asintió y los saludo con la mano.
—Cuídense Papa, Hermano —
En silencio caminaron por la senda que llevaba al embarcadero pasando casas como la suyas echas de adobe, la distribución de la ciudad consistía en una pequeña plaza central para cuando había festividades, los puestos del mercado donde se podía conseguir una variedad de cosas desde comida hasta vestimentas, donde llevaban las cosechas y las pescas del día, aunque no destacara mucho por sus hermosas casas el lugar era hermoso gracias a su extensa vegetación, flores y arboles, lagunas y lo más importante el santuario que se encontraba a unos kilómetros más arriba de la montaña, principal lugar donde cada mes se llenaba de gente y por consecuencia el pueblo también.
A sus escasos 10 años Rin Matsuoka el hijo mayor de su familia acompañaba a su padre a sus trabajos, su padre era comerciante por ende viajaba bastante y él se quedaba con su madre y hermana menor. Había aprendido a trabajar en las cosechas, pescar y arriar a las cabras. Para aligerar un poco la situación que su familia vivía. Su madre estaba enferma cada día empeoraba mas y lo único que podían hacer era ponerla lo más cómoda posible. Su hermana de 8 años se encargaba de las tareas que podía de su casa y cuidaba a su madre quien siempre decía que estaba bien. Por eso su padre había extendido sus periodos de viaje ya que si podía comercializar más ganaba más dinero para poder tratar a su madre y el ayudaba en lo que podía.
No tenía amigos ya que los niños por alguna razón evitaban hacer amistad con él, decían que su color de cabello era raro por eso el y su hermana siempre que terminaban la escuela a la tarde regresaban a su casa. Ese fue el motivo que siempre tuviera llamados de atención de sus profesores, ya que los otros niños lo molestaban y el los golpeaba y el principal tema de conversación era sus extraños dientes que parecían de tiburón.
Estaban llegando al puerto vio a su padre saludar a su compañero de viajes y él se acerco sonriendo.
—Vaya así que hoy vas a pescar con nosotros— lo saludo el otro hombre—Bien quiero ver como pones todo ese entusiasmo—
—Por supuesto no habrá pez que este seguro de mi— exclamo señalándose airadamente sacando carcajadas del hombre.
—Bien eso me gusta niño—
—Vamos— su padre les llamo la atención sonriendo para que subieran al barco.
La mañana paso rápida para el niño de cabello rojos, después de tres horas de pesca fueron al mercado a venderlos. Luego de eso su papa se fue de nuevo en un viaje que duraría dos semanas aproximadamente para intercambiar mercadería. Eso era normal en su vida pero estaba preocupado por la salud de su madre la cual empeoraba a cada día.
Estaba regresando a casa ya era casi la tarde. Hoy no había tenido clase por lo que no debía preocuparse por ese tipo de cosas. Estaba cansado y quería ver como seguía su mama. Camino entre las calles del pueblo ignorando a los niños que le hacían burla por su pelo. Algún día cumpliría su sueño de ser un soldado del ejército real y saldría de la isla a buscar aventuras.
Pudo divisar su casa pero comenzó a correr cuando vio a varias personas salir de su casa, cuando estuvo más cerca pudo distinguir que era el médico que atendía a su madre.
— ¡¿Qué ha pasado?!— pregunto preocupado. Nadie le quiso responder, la amiga de su mama se acerco.
—Rin tu mama…— sin siquiera dejarla terminar entro a su casa. Encontrándose con su hermana al lado de la cama de su madre la cual estaba respirando con mucha dificultad.
— ¡Mama ha empeorado!— la pelirroja menor se tiro llorando en los brazos de su hermano quien se había quedado quieto al escuchar lo dicho por su hermanita. Las lágrimas comenzaron a agolparse en sus ojos.
—Rin… Gou…— la voz de su madre era débil, ambos se acercaron a la cama y agarraron las manos de su madre—No lloren— a pesar de no tener fuerzas para hablar la mujer les regalo una sonrisa cansada.
—Mama duerme tienes que descansar— tenía que ser fuerte por su madre y su hermana—Papa volverá y te llevaremos a la ciudad y te podrás curar…— un nudo se formo en la garganta, su mama se iba a curar.
—Los… amo… Tienen que ser fuertes— con las manos cálidas que solo una madre sabe tener el rostro de ambos hermanos fue acariciado—Voy… a dormir un rato…— le dio una sonrisa cálida a cada uno de sus hermosos hijos.
—Niños dejen descansar a su madre— la suave voz de la mejor amiga de su mama—Vengan vamos a su habitación—
Fueron sacados del lado de su madre y llevados a su habitación donde quedaron solos. Gou se hecho a llorar en sus brazos y el lloraba pero en silencio. Tenía que ser fuerte.
No sabía qué hacer, ya les faltaba poco dinero para terminar de ahorrar parea llevar a su madre a la ciudad pero…
Sus lágrimas mojaban sus mejillas mientras trataba de contener los sollozos.
—M-Mama se va a p-poner bien verdad oni-chan? ¿V-Verdad— los llantos de su hermana era lo único que se escuchaban en la habitación—¿V-Verdad?—
—P-Papa dijo que p-podíamos pedirle al los D-dioses— su hermanita solo decía cosas que le apretaban mas el corazón.
Dioses
Cerró los ojos por uno segundos para poder pensar.
El oráculo es quien se comunica con el Dios y atreves del les dan sus mensajes para nosotros.
Por eso cada 7 de cada mes el templo de Delfos se llena de gente donde vienen con ofrendas para que este se comunique con nuestros dioses.
Era un recuerdo vago pero aun recordaba a su maestra hablar sobre eso.
—Gou quédate aquí— le susurro a su hermana quien solo asintió y se acurruco en la esquina de la cama aun llorando.
Se acerco a la puerta de su habitación y salió para la pieza de su madre, mas no entro al ver por la puerta al doctor y a la mejor amiga.
— ¿N-No me q-queda m-mucho verdad?— las palabras dolorosas de su madre se clavaron en el pecho dejándole sin aire—P-prométeme S-Sofía q-que los cuidaras h-hasta que regrese H-Héctor—
La otra mujer en la habitación le tomo la mano sin poder contener las lágrimas.
—Sabes que lo haré. Los cuidare siempre amiga—
—No te rindas los milagros existen— las palabras del doctor fueron lo último que Rin escucho al salir corriendo dirigiéndose a la habitación.
Se acerco a su baúl y comenzó a sacar todo. Las lagrimas caían pero no le importo solo sentía dolor en el pecho.
No dejaría a su mama morir.
— ¿R-Rin?— agarro lo que buscaba, no le importo el desorden que causo. Envolvió en un pedazo de tela blanco el objeto.
—Gou escucha no le digas a nadie que me fui— se acerco a su hermana mientras la miraba fijamente—Regresare, le pediré a los dioses que la salven, hasta entonces cuídala— eso le saco mas lagrimas a la niña pero le dio esperanzas para que su mama se salvara.
Sin perder más tiempo el niño salió corriendo de la casa, sin importarle nada más.
El templo de Delfos donde los milagros ocurrían, donde todo podía pasar, era considerado el centro del mundo.
Desde la aldea solo se podían ver las murallas del mismo, solo se entraba una vez al me. El día 7 la fecha del nacimiento del dios Apolo. Solo esos días el oráculo predecía el futuro de las personas o sus dudas eran saciadas, todo tipo de personas venían aldeanos, nobles, príncipes y reyes, todos unidos por el deseo de saber. Para llegar se debía tomar un camino que comenzaba desde la aldea hasta el recinto, pero el camino no era fácil debía pasar por escaleras que pasaban por la parte frondosa del lugar. Era el símbolo del camino de la vida, porque el saber siempre se obtiene por los recorridos y diferentes caminos que elijes donde solo al final tienes la recompensa.
-XxX-
— ¡Creo que se fue por acá!— el grito de un hombre provoco que corriera más rápido.
Había entrado no supo cómo pero lo logro, estaba cansado pero no se detendría. Salvaría a su madre.
Entro de golpe en la habitación tratando de hacer el menor ruido posible, su respiración estaba agitada, definitivamente fue más difícil de lo que pensó, casi lo pillan. Este lugar era el único que había visto una posibilidad donde esconderse aun no llegaba al santuario principal pero suponía que estaba en uno de los pequeños jardines del lugar, los cuales estaban cerrados por paredes y solo tenían una puerta y no tenían techo. Estaba asustado pero no iba a darse por vencido, apretó el paquete que traía envuelto en la pequeña tela blanca, necesita hablar con alguien que le ayudara a que su madre se sanara. No podía perderla. No podía esperar hasta el día siete del próximo mes para escuchar las predicciones.
Por primera vez levanto la cabeza para ver a su alrededor y ante la vista sus ojos quedaron maravillados por el lugar que estaba lleno de flores a su alrededor, era como un pequeño campo que era alumbrado por la luna. Más se sorprendió al ver que bajo ese manto de brillo sentado en el centro de todo se encontraba otro niño de una piel tan blanca, cabello negro con destellos azulados con una corona de laurel y que lo observaba sorprendido con unos ojos azules que parecían calar en lo profundo de su ser, su primer pensamiento fue que eran como el mar. Se quedo quieto como una estatua, observando como la persona frente a él se levantaba lentamente para dejar ver su vestimenta, una túnica la cual era perfectamente blanca caía como un vestido hasta casi cubrir los pies descalzos, las mangas de lo que parecía un vestido le llegaban hasta los codos y en la parte de la cintura tenía un pequeño lazo dorado. A su vista el otro niño era muy hermoso, se sonrojo fuertemente al darse cuenta de su pensamiento.
— ¿Quién eres tú?— la voz del niño era suave aunque lo miraba fijamente examinándolo.
Abrió la boca para hablar pero la cerro a escuchar los pasos y los llamados de los guardias que vigilaban la puerta buscando al intruso, se tenso lo habían descubierto. De pronto sintió como era agarrado de la mano y empujado a una de las columnas del pequeño lugar para que se escondiera.
—No hagas ruido— fue el susurro del otro, el asintió, tenía miedo que lo descubrieran antes de poder hablar con alguien orara por su mama, pero la energía que salía del otro niño le daba confianza no sabía porque pero confiaba en el.
—Haruka— una voz de una mujer le llego aunque estaba fuera de la habitación la persona—Dicen que se ha metido alguien al templo ¿Estas bien?—
—Sí estoy bien—
—Quédate aquí estos dos guardias se quedaran aquí afuera no salgas de esta sala ¿me oyes?—
—Si Iris—
No escucho nada más solo como la puerta de la habitación se cerró, se deslizo por la columna del patio, estaba sudando de los nervios, cerró los ojos tratando de recuperar la respiración.
—No debes preocuparte ellos no pueden entrar aquí — la otra voz lo exalto provocando que abriera los ojos de golpe. Miro al niño de la larga túnica y vio como este se sentaba en el mismo lugar donde había estado la primera vez que lo vio. Se quedo en silencio presenciando las reacciones del de ojos azules pero no encontró miedo en su lugar solo encontró sorpresa por su presencia.
— ¿Por qué no me delataste?— afilo los ojos un poco, no era que no estuviera agradecido pero era raro que alguien lo ayudara y no saliera corriendo aterrado por sus dientes.
—Por qué no estás haciendo nada malo— la respuesta los descoloco, no estaba haciendo nada malo, no pudo evitar reírse ganándose una mirada rara del otro.
—Perdón pero dices cosas graciosas. ¿Entrar en el templo sin permiso no es algo malo?— se sorprendió cuando el pelinegro se encogió de hombros.
—No hubieras entrado si lo que buscas no fuera importante— el motivo de su visita brillo de golpe en su cabeza provocando que se levantara de golpe.
—Necesito que el oráculo salve a mi mama, está muy enferma— sus ojos se entristecieron, le estaba explicando a un extraño porque había venido pero era de agradecimiento por no delatarlo—Y no podía esperar a que sea el 7 del próximo mes para venir. Sé que necesito entregar un sacrificio pero…— sus manos se apretaron en el paquete que tenía en las manos—No podía traer un animal, entonces traje otra cosa para dar— se acerco al chico sentándose frente a él y del trapo blanco saco una pequeña daga la cual tenía la empuñadura de una madera tallada con letras la cuales decían un nombre, ese había sido su regalo de cumpleaños hace una semana atrás, su familia se la había regalado ahorrando porque sabía que a él le gustaba mucho esas cosas, el les critico como no guardaban el dinero para su mama pero ella le dijo que ella quería que se lo comprara, era la única cosa de valor que tenía en esos momentos.
— ¿Te llamas Rin?— miro a los ojos azules del chico frente a él y respondió afirmativamente, lo que paso después lo sorprendió, el pelinegro había apoyado una de sus delicadas manos en su mejilla derecha y lo miro a los ojos sin pestañar. No supo porque pero en ese instante pudo sentir como si con solo mirarlo viera su alma, claro que eso no evito que se sonrojara y luego de varios segundos se echara hacia atrás.
— ¿P-Por qué hiciste eso?— su voz salió como un tartamudeo y su propia mano acaricio el lugar donde antes había estado la del chico, como respuesta el otro solo se encogió de hombros sin ninguna contestación se levanto y dándole la espalda comenzó a caminar hacia un árbol el cual no había notados antes. Era grande y tenía un tronco grueso sus hojas caían en forma de lluvia y tenia flores en su tronco.
Para su sorpresa el niño saco unas flores pequeñas amarillas que estaban en la corteza del árbol y volvió hacia el donde agarro una de sus manos y deposito diez flores—Dale a tu madre estas flores, ponlas en una taza con agua caliente y que la beba, con esto ella se curara. — se quedo petrificado sin saber que decir, acaso era verdad eso?—Saldré y despejare el camino, puedes salir después de unos minutos— el chico sin más empezó a caminar pero solo dio dos paso antes de que el pelirrojo hablara.
— ¿Porque me das estas flores?— tenía dudas si lo que le decía el otro niño era verdad— ¿De verdad se curara con esto?— el otro simplemente le asintió cuando dio vuelta a verlo fijamente— ¿No te llevaras la daga?— el chico simplemente negó con la cabeza— ¡No entiendo porque me ayudas y no quieres nada a cambio!— le temblaban las manos porque este chico le ayudaba y no pedía nada a cambio… solo con las flores se iba a curar su mama?... tenía miedo que fuera mentira pero la aura y la tranquilidad del chico asía imposible que le estuviera mintiendo.
—Porque entraste al templo para salvar a tu madre sin importar las consecuencias si te atrapaban, porque trajiste algo que es valioso para ti sin duda para darlo a cambio de que salvaran a tu madre— el silencio se extendido por el lugar y los ojos rojos veían sorprendido al otro frente a él— Porque eres valiente para salvar a los que son importantes para ti. Eso es más que suficiente para nuestro dios. El está contento— sin más se dio la vuelta para irse pero el niño de ojos azules se sorprendió cuando fue jalado bruscamente por una mano en su muñeca y sintió que era abrazado fuertemente por otro cuerpo. Sus ojos se abrieron de golpe, nadie lo había abrazado aparte de Liria. Luego de unos segundos se encontró mirando a unos ojos rojos con rastros de lágrimas.
— ¿Cómo te llamas?— aunque de sus ojos caían lagrimas su voz sonó tan dulce que lo estremeció, apenas lo había conocido pero eso no evitaba que esos ojos color rojo lo miraran con un aprecio significativo.
—Haruka— su voz salió en un susurro ya que el otro estaba a unos pocos centímetros y Rin pudo sentir como el cuerpo del niño frente a él se sobresaltaba cuando el tomo su mano y entrelazo sus dedos con los suyos en una muestra de gratitud. Pudo sentir que su propio cuerpo se estremeció ante ese toque que el mismo había iniciado apretó un poco más el agarre en la mano contraria después de todo Haruka era cálido—Tu madre te espera. Que nuestro Dios te acompañe— sin más el niño pelinegro se soltó del agarre y salió del pequeño jardín.
Rin miro las flores en sus manos y sin esperar más, comenzó el recorrido de vuelta a casa, cuidando que los guardias se hubieran ido como el otro niño había dicho. Pero mientras corría no pudo sacarse esos ojos azules como el mar.
Porque desde el momento en que cruzaron miradas
El reloj del tiempo comenzó a marcar
Las arenas comenzaron a cambiar
Y con ello el destino final
Comenzó a llegar
-XxX-
Comente por favor.
Gracias por leer.
Próximo: Capitulo 1: Una Flor y Una Promesa.
TheSaku
