Hola! Es mi primer fic de los Juegos del Hambre y la verdad es que ando bastante nerviosa, así que lean con ojos de amor! :D
Solo para aclarar contexto, se sitúa la historia justo en la página 415, casi al final. Por favor aquellos que no han terminado la historia, no pasen de aquí ya que habrá muchos spoilers jajaja.
Los Juegos del Hambre y su continuación son de Suzanne Collins, no míos yo solo quise alargar el final. :D
Verlo entrar con Sae la Grasienta me paraliza por completo. Es extrañamente familiar. Jamás habíamos estado de esa manera y sinceramente nuestras actuaciones nunca se daban en el "calor de mi hogar", aunque si lo pienso bien: ya nada era realmente familiar.
Sin pensarlo tomo a Buttercup y lo siento en mi regazo dándole mi pedazo de pan que Peeta acababa de traer para compartir. En su cara puedo observar sus sentimientos de confusión y un poco de decepción. En ese momento, mientras le sostengo la mirada sin saber a ciencia cierta si es una buena opción, el teléfono suena.
Sé que no es mi madre ya que apenas han pasado unas horas desde que ambas lloramos juntas por la muerte de mi hermana, así que decido dejarlo pasar, lo cual al parecer no le apetece a Peeta, que se para en pos del aparato cuando le corto el paso.
-No respondas, no espero ninguna llamada- digo sin mirarlo del todo, ya que después de haberme interpuesto en su camino pensé en las posibles consecuencias de dicho acto al ver sus pupilas dilatarse. Puede que quiera regresar a ser el chico del pan, pero la verdad es que el Capitolio se había encargado de quemarlo, quemarnos. Todavía tenemos las marcas.
-Podría ser el Doctor Aurelius y bien sabes que necesitas responderle- su fuerza de voluntad es impresionante y me hace querer abrazarlo, sentir sus brazos y sentirme un poco más normal, pero la voz de Plutarch por medio del contestador automático me detiene:
-Katniss, querida, ¿recuerdas el concurso de canto? Espero que sí, porque mañana en la mañana llegarán las personas encargadas de grabarte para las cámaras ¡Todo Panem se muere por verte una vez más en las pantallas! Llámame como prometiste. ¡Adiós!- y sin más su voz se pierde.
Lo había olvidado por completo por el simple hecho de que realmente no me importa en lo más mínimo un concurso de canto que me termina recordando de cierta manera que Panem podía haber tenido una guerra, pero sus tradiciones comerciales, superficiales y fosforescentes que nacieron en el Capitolio serán bastante difíciles de borrar.
-Por favor canta la canción del Valle, todos en aquí lloramos al verte cantársela a la pequeña niña de los Juegos.
También he olvidado que Sae sigue con nosotros, ya que no aparto la vista de los ojos de Peeta que me inundan cual mar azul profundo, dejándome más acorralada y desnuda que nunca. Definitivamente ya no puedo saber en lo que piensa.
-Dudo participar, Sae.
-No seas tonta, niña.
Y antes de que pueda pensar en lo que me acababa de decir, Peeta responde: -Tiene razón, Katniss, a Panem le serviría bastante escucharte una vez más.
-Ellos quieren a un Sinsajo que ya no existe, nunca lo hizo.
-Estás aquí, niña. El Sinsajo sigue en vuelo.
-¡No, Sae! Nunca lo estuvo. Simplemente nadie lo entendió, yo no vuelo, yo no hablo, yo atacó, yo sobrevivo.
-Entonces no cantes la canción del Valle, canta la que quieras. Se Katniss, no seas el Sinsajo.
-Katniss tampoco existe y creo que lo puedes entender muy bien, Peeta.
Corro, corro sin detenerme a pensar en ningún momento, llegando a lo que en su momento fue el lugar más sagrado para mi padre y para mí. Lo extraño de sobremanera, pero tampoco quiero pensar en él, no quiero pensar en nadie que no esté vivo después de esa pesadilla vívida con la pala y las cenizas. Lo cual me hace pensar en Gale y todas las veces que pasamos cazando por aquí. Por mucho que quisiera, al tratar de saber que sentía por él solo puedo recordar el beso fuerte y prohibido que me robó antes de que la Gira de la Victoria comenzara; pero al pensar en lo que siento por él, solo pienso en la trenza de Prim siendo salpicada de sangre, su propia sangre.
No noto estar temblando hasta que dos brazos fuertes, temerosos pero seguros en una combinación que solo el chico del pan pueden crear me rodean. En un principio me sobresalto y estoy segura de que la tensión se nota en cada célula de mi cuerpo, pero después al olvidarme de todo y tener ese olor, una rara mezcla de pintura con harina y canela, mi cuerpo se va relajando y acomodando mí cabeza en su hombro, lloro.
-¿Por qué tenía que morir, Peeta? ¿Sirvió de algo que me ofreciera de voluntaria? ¡No!- cada palabra que menciono, me hacía hipar, saltar. Él se mantiene tenso, puedo verlo en su mandíbula, pero ha comenzado a acariciar mi cabello.
-Le diste una oportunidad de vivir. A muchos nos la diste. – Ante mi perplejidad sigue- tú y yo sabemos que después de ser seleccionado, los juegos nunca acaban: las pesadillas, los saltos que damos al sentir a alguien cerca- ambos sonreímos- vemos los juegos en todas partes, aunque sea la cosa más bella del planeta. Le diste la oportunidad de vivir sin eso. A mí me salvaste la vida, de sobra lo sabes. ¡Qué decir de algunos vencedores! Johanna jamás lo aceptará, pero es por ti que ella, Enobaria, Annie…
-Annie no fue al Vasallaje, Peeta…
-Pero al regresarle a Finnick, les diste una oportunidad de casarse, de ser felices
-y después se lo quité…
-No fuiste tú, Katniss. Hiciste un mayor bien que mal. Seguiríamos bajo el mandato de Snow de no ser por ti. O peor, seríamos ciudadanos de Coin.- me levanta la barbilla y esa parte de mí que siempre tiene hambre de él quiere que me bese, pero no lo hace- veme, te aseguro que Prim murió feliz, estaba ayudando, sanando.
Al escuchar esas palabras, llenas de cariño y delicadeza, no puedo evitar hundirme en su pecho y llorar, llorar como jamás lo había hecho, menos frente a alguien.
No sé en qué momento me duermo en sus brazos, pero al pararse y cargarme de camino a casa, despierto notando que está ya anocheciendo. Alzo los ojos para verlo, encontrándome una mandíbula tensa, concentrada pero unos ojos llenos de amor y preocupación. ¿Estará tratando de controlarse todavía?
-Peeta…- el viento sopla, helado ¿en qué estación estamos?
-Te quedaste dormida, descansa ya casi llegamos.- por segunda vez el viento sopla haciéndome estremecer, él me atrae más a su cuerpo y puedo notar su corazón latiendo fuertemente.
-Perdóname- le digo antes de que entre a mi casa. Baja sus ojos buscando los míos… que batalla tan más injusta, él merece ser feliz.
-No tengo nada que perdonarte- su voz es apenas un susurro aun cuando ambos sabemos que Sae ya no se encuentra en la casa. Sube las escaleras conmigo en brazos, yendo directamente a mi recamara para dejarme dormir- Katniss, debes de comer, no pesas nada- una semi sonrisa se asoma por sus labios.
No quiero que él se preocupara por mí, yo soy la que se debería de preocupar por él. Él solo había salido lastimado por mi culpa, siendo él quien me salvó a mí y el que lo sigue haciendo.
-Perdóname- repeto, esta vece con más fuerza cuando me depositaba en la cama.
-Katni- le tapo la boca con los dedos para que no siga y comento:
-Tengo mucho detrás, demasiadas muertes en nombre, la mayoría injustas. Sé que dirás que no es mi culpa, a veces me pintas como santa en esta guerra, pero debes de entender que aunque sea lo último que haga, haré que vuelvas a ser tú, el chico del pan.
Su cara es un poema, una batalla se vuelve a presentar en su iris. Se va, no sin antes asentir pero al llegar a la puerta dice:
-No eres una santa, Katniss, pero tampoco eres una pecadora. Eres Katniss y también lucharé para que regreses.
Espero les haya gustado, bastante pequeño pero a mi me encantó jojo
Algo más, por si algunos lo notaron, me enamoré del soundtrack de Catching fire, por lo que me baso algunas veces en sus canciones, en este caso fue la de "We remain" de Christina Aguilera.
Por si les gustó, les dejo un pequeño adelanto del siguiente capítulo:
(...) -No puedo. Así como él no me dejó tomar la pastilla, como no me dejó morir, yo no puedo dejarlo ir.-
-¿Desde cuándo Katniss Everdeen necesita a alguien para sobrevivir?
-Desde que él es la única buena razón para hacerlo. (...)
Si pueden pasarse por la parte de "review" se los agradecería mucho, todo es bien recibido!
Gracias!
Nina.
