Esta historia participa en el reto "Remix" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Todo lo que reconozcan le pertenece a JKR.

Este fic debía ser un "Remix" de una de las historias de Kaoru Black y yo elegí su fic "Agridulce", que trata de que los gemelos Weasley se pelean por la misma persona: Angelina. Yo decidí darle voz a esta última y profundizar un poco en el por qué de sus sentimientos hacia sólo uno de ellos. Espero que les guste :)


Iguales, pero diferentes.

Miré por una de las ventanas de la Sala Común y observé con envidia el día tan bueno que hacía. Punteé el pergamino con la pluma que sostenía, intentando recordar la última lección del profesor Snape, en vano.

Suspiré, apartando el libro a un lado y levantándome de la silla. Me acerqué a la ventana y miré hacia abajo. Todos estaban fuera, disfrutando de los rayos del sol, ya fuera tumbados en el césped o caminando junto a amigos y compañeros. Y yo era la única que se había quedado en el castillo "a ser responsable".

—Angelina.

Aquella voz a mi espalda me hizo sobresaltarme y girarme rápidamente. Aparentemente no era la única. No había esperado encontrarme a nadie allí. Me llevé una mano al pecho debido al tremendo susto que me había dado el pelirrojo.
Lo miré de arriba abajo, intentando adivinar quién era.

—Soy Fred —comentó, pareciendo haberme leído el pensamiento.

No pude evitar sentir una leve decepción al escuchar aquello. De encontrarme a solas con alguien en la Sala Común, hubiera preferido que fuera George.

—¿Sucede algo? —pregunté, volviendo sobre mis pasos y sentándome de nuevo en la silla. Tomé la pluma y traté de no mirarlo, consciente de que mi subconsciente podía engañarme vilmente con el hecho de que fueran totalmente idénticos.

—Sólo quería decirte que me gustas —dijo el pelirrojo, haciéndome levantar la vista para mirarlo con expresión horrorizada.

Aquello no podía ser posible.
Recorrí su rostro unos segundos, tratando de encontrar en él un signo de burla o cualquier otra cosa que me hiciera ver que estaba bromeando… Pero parecía estar hablando completamente en serio.

—Perdóname Fred… —empecé a decir, buscando las palabras adecuadas para no herirle—. No correspondo a tus sentimientos —observé a través de sus ojos cómo su corazón se acababa de hacer trizas dentro de su pecho.

Me debatí entonces entre decirle la verdad o simplemente dejarlo pasar… Pero al cabo de unos segundos comprendí que era necesario ser sincera al respecto. Al fin y al cabo acabaría enterándose de una forma u otra.

—Yo quiero a George.

¿Era una ironía de la vida enamorarte de alguien que tenía un gemelo idéntico, y que fuera éste último el que se declarase primero?

Lo único que yo sabía era que, aunque físicamente fueran completamente iguales, sus personalidades eran opuestas.
Eran dos personas diferentes, pero iguales.
Y yo estaba enamorada de su hermano.