Cuando todo empezó
Me sentí un poco mal cuando no vi fics de Max&Shred en español más aún teniendo en cuenta que esos dos hacen una asombrosa pareja. Yo también tuve que leer en inglés, soy nueva, recibo toda clase de críticas constructivas
La historia es mía, los personajes no me pertenecen. Si así fuese, ya ese snowboarder hubiese besado a Alvin y viceversa.
Alvin se lamentaba sobre su cama en compañía de unas desperdigadas revistas científicas. Se había prometido ingeniar algo nuevo, un invento capaz de levantarle el ánimo mas todo parecía indicar que eso no sucedería, su mente no dejaba de recordarle una y otra vez el por qué de su estado.
"Todo es culpa de Max"- se repetía mentalmente el menor de los Ackerman
-Flashback-
A pocas horas de culminar el horario escolar, Alvin se encontraba charlando con sus raros amigos sobre un tema aún más raro que esos tres juntos: amor. Cuando el pequeño genio estaba por agregar la interacción entre el hipotálamo y las feromonas, un ruido en aumento lo detuvo. Decidido a encontrar la razón de tanto alboroto se encontró con una escena frecuente: un gran grupo de personas rodeando y exaltados por algo o"alguien" y Alvin sospechaba de quién se trataba, eso era un escenario bastante habitual desde que el asombroso Max Asher llegó a su vida.
Curioso por el alboroto y como excusa para saber si se trataba de su mejor amigo, se acercó a la multitud en el momento justo para presenciar algo que no imaginó pasaría; en la mitad se encontraba Max y una chica, besándose. El protagonista de la escena abrió de golpe sus ojos quedando pasmado al ver a Shred mirándole. Un extraño dolor recorrió el cuerpo del listo, instalándose en su corazón. Alvin no esperó a ver más, sólo pudo correr lo más rápido que su cuerpo le permitió, alejándose de esa chica y…de Max.
Sus piernas lo llevaron hasta su hogar. Rápidamente subió las escaleras hacia su habitación. No le importó el llamado preocupado de su madre ni los vanos intentos de su padre para calmarla. Necesitaba calmarse, necesitaba saber por qué su corazón punzaba y por contradictorio que fuese, necesitaba de Max.
-Hey Alvin, quieres ayudarme con mi pro-Howie se interrumpió-Alvin, estás…estás bien?-preguntó algo cautelosa.
-Howie, estoy bien, qué necesitas?-preguntó con voz queda.
-Estás llorando- lentamente se acercó a la cama, su preocupación aumentando cuando vio que efectivamente su amigo estaba llorando
-E-eso no es c-cierto- Como si quisiera darlo por hecho. Alvin llevó su mano derecha a sus mejillas notando la humedad. Sorprendido, trató de recordar cuándo empezó a llorar. Él había llorado por ver a Max besando a alguien? No, imposible. Debe haber otra razón, una que su mente aceptara porque definitivamente nadie llora por ver a su mejor amigo, su hermano, besando a alguien a menos que…sienta algo por él. Bufando, negó vehemente ante el mero pensamiento, no, él no siente nada por ese moreno de sonrisa brillante.
-Argh- irritado, no pudo más que agarrar su cabeza-…! Pero qué?- dio un respingo al sentir el leve peso de una mano en su hombro, alzó la mirada encontrándose con los compasivos ojos de Howie y él no pudo hacer nada más que decirle lo que le atormentaba. Howie le escuchó paciente con una sutil sonrisa, le consoló y brindó apoyo, no le juzgó, Alvin se lo agradeció férreamente. No era algo normal que tu amigo te confesara-prácticamente-su homosexualidad y mucho menos que su crush era el snowboarder del momento-en teoría-. Ella se fue dejando al genio más tranquilo aconsejándole que creara algo nuevo para distraerse.
-Fin del Flashback-
Era un hecho que su mente no dio tregua para inventar algo y aunque una idea le hubiese caído del cielo, ya era demasiado tarde. Max había llegado, lo supo en el momento que el impulsivo chico gritó a todo pulmón su llegada. Ya imaginaba que su madre le abordaría esperando respuestas a su comportamiento por lo que apresurándose se quitó los zapatos, guardó las revistas debajo de su almohada y cubrió su cuerpo con la sábana, pretendiendo dormir. No estaba listo para enfrentarse al moreno.
-Max Pov-
Preocupado por el incompresible interrogatorio de Diane, se dirigió al cuarto que comparte con Shred…Shred, no dejó de pensar en él desde que notó esa mirada dolida en sus expresivos ojos.
"Bien sabes que siempre está en tu mente"-pensó irónicamente. Él podía no comprender gran parte de las cosas que le comentaba su hermano acerca de ciencia, quizás no era nada más que un chico con tabla y miles de fanáticas persiguiendo su cabello pero si de algo estaba completamente seguro es que él siempre estaría allí para escuchar esas extrañas cosas científicas, siempre estaría allí para dedicar su triunfo-secretamente-a su mejor hermano y sin duda siempre estaría allí para el chico que poco a poco fue convirtiéndose en alguien irreemplazable. Por eso, se encargaría de hacerle saber que todo fue un malentendido.
Inhalo profundamente antes de girar el pomo de la puerta, dio un rápido vistazo a la estancia, no parecía estar allí, con cuidado cerró para adentrarse, notando un bulto en la cama del genio. Era demasiado obvio que Shred estaba tratando de ignorarlo, lo sabía muy bien porque él nunca tapaba su cabeza y rara vez duerme de lado. Max decidió torturarlo un poco.
-Ah Shred está dormido, estará enfermo?-habló en tono dramático-Tal vez necesite más abrigo o no! Requiere de los cuidados especiales de Asher~-dijo con voz cantarina. Con satisfacción observó cómo el bulto se removía inquieto para luego abruptamente detenerse. Se acercó a la cabecera de la cama contraria, se hincó y reposó su rostro en ambos brazos apoyándose suavemente en la superficie, procurando no hacer movimientos bruscos que le delataran.
-Normal Pov-
Alvin lo sabía, sabía que Max se daría cuenta, trató de seguir llevando el engaño en vano, se había movido en cuento escuchó el tono del mayor, agudizó su oído para saber qué pretendía cuando sintió un leve descenso justo al lado de su cabeza. Retuvo el aliento. Podía jurar que él estaba allí.
-Shred…por favor, no me ignores-le rogó, su mano derecha extendiéndose para agarrar el extremo de la sábana y revelar el rostro del aludido, quien al saberse descubierto, cerró fuertemente sus ojos. Max sonrió divertido pero no lo suficiente satisfecho, él quería que le viera, quería ver esas profundas orbes cafés.
-Shred, mírame-pidió dulcemente. Alvin no pudo resistir más, su mirada se posó en el rostro situado a escasos centímetros del suyo, la sonrisa tierna que tenía el moreno le robó el habla…-Sabes, hoy me pasó algo muy raro en el colegio y apuesto a que tienes una idea de qué fue-Alvin le miró sorprendido, le estaba dando explicaciones?
-N-no es necesario. Entiendo que si dos personas se gustan es normal que se b-besen-desvió la mirada, enojado consigo mismo por tartamudear.
-Eso es cierto pero hay un pequeño problemita. A mí no me gusta ella.
-Qué?
-No me gusta-antes que le interrumpiera, agregó- Recuerdas esas cartas y los regalos que recibí durante toda la semana?-Alvin asintió-Ella los envió. Al parecer todos en su salón decidieron apoyarla para confesarse así que cuando empezaron a gritar para darle ánimos, me abrazó y antes de poder alejarla, ya me estaba besando. Yo no lo quise.
Y Alvin estaba seguro que fue así, Max no mentía, la sinceridad en su voz y en su mirada lo confirmaban. Se sintió un idiota por dejarse sugestionar tan fácilmente.
-Te creo- sonrió- abrazo de hermanos?- sugirió sentándose y extendiendo sus brazos. El moreno soltó una risilla para después abrazarlo suavemente. Permanecieron de ese modo por unos cuantos segundos en los que Max recordó algo.
-Shred?
-Mm?
-Estabas triste por verme con esa chica?-se alejó un poco para verle el rostro
-Yo…-Ahora qué decía? Confesarse no era una opción-Yo…ehh…sí digo no, yo sólo creí que-Piensa Ackerman, piensa!-Creí que ya no confiabas en mí.
-Huh? Cómo puedes creer eso?
-Y-yo
-Shh, ya no importa- le volvió a abrazar para susurrarle en el oído- Shred, eres mi persona favorita, confío ciegamente en ti- lo soltó para mostrarle una reluciente sonrisa- Tengo hambre, iré a la cocina!
Alvin no dijo nada sólo observó cómo el otro se marchaba. Llevó ambas manos a su rostro comprobando el calor en el "Dios, qué acaba de pasar?" pensó aturdido y con el corazón latiendo desbocado.
