Aviso: Este fic es obra de mi imaginacion, la mayoria de los personajes son propiedad de la escritora suzane Collins.
Esta vez sí es real
Capitulo 1
Reconciliación.
Han pasado ya muchos días, y lentamente siento que todo se va encaminando, trato de reconstruir mi vida de entre las cenizas de lo que algún día fue, pero es tan difícil, no sé si aún me quedan fuerzas para seguir…
Me distraigo reedificando la panadería que algún día fue de mi familia, horneando, pintando, deseo aturdirme lo suficiente para no pensar, para no regresar a la obscuridad, no sé si podre lograrlo, ya que la única persona que es capaz de retenerme en este mundo, se encuentra lejos de mí. Katniss, mi Katniss, ambos vivimos en la aldea de los triunfadores lo bastante cerca como para vernos todos los días y aun así, se ha levantado entre nosotros una barrera invisible, aun nos persigue el fantasma de la guerra, de la vida que jamás volverá a ser igual.
Sale a cazar todos los días, entiendo que es una forma de terapia hacerla regresar a su rutina de antes de los juegos. Es solo que aun no consigo encontrar la forma de volver a nuestra antigua amistad, diariamente horneo para ella, voy a su casa y le dejo panecillos, es entonces cuando se hace un silencio incomodo entre nosotros, hablamos muy poco y me retiro, se ha convertido en una desesperante costumbre.
Y así pasan poco a poco los días con sus noches, esas en las que lo que más anhelo es estar junto a katniss, dormir juntos es lo que más extraño, ya que cada vez son más frecuentes las pesadillas, pero no tengo el valor de acercarme a ella y pedírselo, ¿Cómo podría? Siento un gran temor de que me diga que no, que aun teme que trate de matarla, y no podría soportar escuchar esas palabras, no de ella, así es que, algunas veces pinto todos los recuerdos que se me vienen a la mente, otras planeo lo que hare en el día, pero nunca puedo librarme de las terribles ganas de correr a su casa, abrazarla y no dejarla ir jamás de mi corazón.
El día comienza como cualquier otro, con el primer rayo de sol entrando por la ventana de mi habitación, me doy una ducha la cual logra por un momento relajarme a tal punto que me parece que el tiempo se detiene, es de las pocas cosas que aprecio de mi nueva vida, pero recuerdo que a Katniss le podrían gustar las tartas de piña, es una nueva receta que tengo y me apresuro a hornearlas, con suerte llegare antes de que haya desayunado.
Salgo de mi casa con una canasta llena de tartas recién horneadas, aun humean y se puede percibir el aroma a piña fresca que sale de entre la servilleta que las cubre, su consistencia es suave y crujiente al mismo tiempo, creo que he puesto un particular empeño en hacerlas ya que son para Katniss.
Llego hasta su puerta, pero esta vez está entreabierta, pienso que tal vez se levanto temprano hoy, y ya se encuentra en la pradera cazando. Pero la curiosidad me hace entrar, ¿tal vez le haya pasado algo?
Me sorprendo al ver que su casa esta ordenada y limpia, hace tiempo que no la veía así. De pronto suena su voz.
—¿Peeta has venido a verme tan temprano? —Pregunta katniss con una extraña calidez en sus palabras.
Su expresión denotaba algo de alegría la cual era muy extraña viniendo de ella, su cabello se encontraba mojado seguro acaba de salir del baño, traía puesto un vestido color verde, de tela algo delgada, ahora pienso que he sido inoportuno, pero bueno ya estoy aquí.
—Vine a dejarte unas tartas de piña, ¿Espero que te gusten? —Digo, aunque me intriga mucho su cambio.
—Gracias se ven deliciosas. —Dice, en el momento en que abre la servilleta para ver las tartas.
—¿Soy algo inoportuno? —Pregunto.
—No, la verdad me levante muy temprano a limpiar la casa, y a darme un baño, aun no he desayunado, así que me caíste del cielo. —Responde con una leve sonrisa.
—Hoy te vez muy tranquila. —Es lo primero que se me ocurre decir.
Si, sucede que anoche soñé con Prim y mi padre, se veían felices juntos y me decían que ellos me querían mucho y que mientras yo estuviera bien ellos estarían tranquilos, entonces me desperté con una sensación de paz y con ganas de arreglar todo, de reconstruir mi vida.
—Valla, no sé por qué te digo todo esto, supongo que es la confianza.
—Responde con cierta luz en sus ojos.
Me quedo perplejo, no sé que sentir, ¿acaso dijo confianza? ¿Será posible que podamos recuperar nuestra amistad?
—En mí siempre podrás confiar. —Respondo casi sin darme cuenta.
—¿Ha, este, hoy no vino Sae? —Dudo y trato de cambiar la conversación.
—No, ella y su nieta no vendrán en unos días. —Contesta.
Por un momento siento que la barrera invisible que se había levantado entre nosotros, desaparece, y es entonces cuando una sensación de felicidad me inunda, me sudan las manos, no sé qué hacer tal vez deba irme, pero por un impulso me quedo.
—¿Ya comiste?, ¿quieres acompañarme? —Me bombardea con preguntas.
—Claro. —Respondo.
Saca unos platos de la alacena y nos disponemos a comernos las tartas.
—Están deliciosas. —Dice.
—¡Siento todo lo que te hice! —No pude más y se lo dije.
—No te preocupes, no eras tú. —Responde con voz tranquilizadora.
—No trates de justificarme, no merezco tu perdón. —Salen de mi las palabras sin dar un respiro, es todo lo que he tratado de decir desde que regrese, y no puedo parar, si ya me atreví a hablar, ahora tenía que salir todo.
—Es solo que, cuando regrese lo que más quería era volver a nuestra antigua amistad.
—Sigo balbuceando, por extraño que parezca viniendo de mí, no sé por qué lo hago en verdad.
—¿Querías? ¿Ahora ya no quieres? —Responde con voz algo triste, disimulando con una sonrisa algo fingida, y la mirada confusa.
—No te entiendo. —Digo sin dar crédito a lo que está pasando.
—¿Ya no me temes?, no te culpo si lo haces, aun yo mismo no estoy seguro de lo que me pueda pasar. —Pienso en todo lo que he tenido que vivir para llegar a este momento y en las enormes ganas que tengo de abrazarla y besarla.
—No, ya no tanto. —Responde con una vacilante sonrisa, mientras se levanta de la mesa para darle algo de leche a Buttercup.
—Yo también me levanto y le digo con sobresalto. —Fue muy duro lo que…
—Ya no lo recuerdes, hay que tratar de olvidar. —Me interrumpe, con voz suave, llevando sus dedos hacia mi boca, estamos muy cerca el uno del otro, puedo escuchar su entrecortada respiración.
—¿Quieres perdonarme? —Pregunto.
—No hablemos más de eso, ambos hicimos cosas de las que no estamos orgullosos.
—Dice.
Me quedo aturdido, y como un impulso la tomo por la cintura y me fundo en ella con un abrazo, la sensación es tan cálida que me inunda por completo, se sentía tan familiar y nuevo a la vez, puedo percibir que esta temblando, como si lo necesitara tanto como yo, hundo mi rostro en su cuello y puedo disfrutar el aroma de su piel húmeda y fresca, hace tanto que no estamos así, que trato de prolongar el momento lo mas que puedo.
—Te he extrañado tanto. —Sin querer le murmuro al oído.
—Yo también. —Responde con un suspiro, sin poder terminar con el abrazo, y estrechándome cada vez mas.
Es entonces cuando reacciono y separo mi cabeza de su cuello, cuando me encuentro con sus ojos, nos vemos por unos segundos y ya no puedo más, lentamente inclino mis labios para encontrarse con los suyos, siento su respiración, el aroma de sus labios, cada vez es más embriagante, la distancia entre nosotros es cada vez más corta, siento que el corazón se me va a salir del pecho cuando de pronto: miau, miau, miau, Buttercup nos interrumpe con sus maullidos.
—¡Gato tonto! —Exclama con cierto rubor en sus mejillas, separándose de mis brazos y volteando ligeréame la cara. –Espero y no pueda percatar lo nervioso que estoy.
—¿Espero no estar interrumpiendo? —Se escucha una voz, era Haymitch, entrando por la puerta.
—No interrumpes nada, pasa. —Responde Katniss, con voz algo nerviosa.
—Veo que su relación se estrecha de nuevo. —Dice con cierta malicia en su mirada.
Su aliento olía a alcohol, seguro había estado bebiendo anoche, aunque no se le ve muy cansado, su aspecto es algo desalineado, con ese pantalón color café y camisa blanca un poco percudida, se ve que no se le da muy bien el lavado y cuidado de la ropa. Aunque bueno, el aprecio que siento por él, no cambiaria en nada, le debo mi vida, gracias a el Katniss está viva.
—¿Quieres una tarta?, las preparo Peeta, están deliciosas. —Pregunta Katniss.
—Te la acepto porque si, se ven deliciosas. —Responde.
En el momento en que katniss sirve la tarta, Haymitch la prueba y dice que está muy rica.
—Solo venia a ver si se te ofrecía algo, pero ya veo que estas muy bien acompañada.
—Continúa haciendo referencia a nuestro acercamiento.
—¿Cómo están tus gansos? —Pregunto, tratando de cambiar el tema.
—Bien, creo, la verdad ellos son más independientes, se parecen a ustedes. —Responde.
—¿Cómo va la panadería? —Pregunta.
—Bien, ahora que ha regresado la gente, y la situación ha cambiado, hay mucha más demanda. —Respondo.
—Tienes razón, veo que hay mucha demanda para todo, hasta para ti. —Dice, centrando su mirada en katniss.
—Creo que voy a tener que necesitar ayuda para darme abasto. —Le interrumpo su concentración en Katniss.
—Si, tal vez katniss pueda ayudarte un poco, ¿no es así? —Pregunta a Katniss, a lo que ella asiente con la cabeza.
—Tal vez, ¿no sé si tú estés de acuerdo? Aunque no creo ser muy buena ayuda, no sé hacer pan. —Me dice con cierto desinterés, típico de ella al ser cuestionada por algo en lo que no había pensado.
—Claro, cuando gustes, no te preocupes si no lo sabes hacer, yo te enseño. —Le respondo.
Es más de lo que algún día pude imaginar, yo enseñaría a Katniss a hacer pan, y tal vez, nuestra relación pueda cambiar aunque no quiero ilusionarme con algo que tal vez no pueda ser, debo ser cauteloso, me parece que sería más duro creer que algún día pueda corresponderme y después descubra que no.
—Sería una gran oportunidad para distraerse ¿no lo creen? —Pregunta Haymitch.
—Sí, es una buena idea. —Me apresuro a responder.
—Bueno, los dejo, pueden seguir jugando a la casita, esos gansos no se alimentaran solos, bueno en realidad sí. —Dice con cierta burla mientras se retira.
—Creo que yo también debo irme, entonces, nos vemos luego. —Digo, en el momento en que salgo por la puerta.
—Hasta luego. —Responde.
Esa mañana ha sido muy esperanzadora, pienso mientras camino de regreso a la panadería, en la que planeo pasar todo el día, y tratar de no hacerme muchas ilusiones, pero no puedo solo puedo pensar en su cercanía y mi corazón late de nuevo, por ella.
Hola espero que les haya gustado este capi, y si es asi les pido que me lo hagan saber para seguir publicando ya que la historias es algo larga jaja espero no aburrilos mucho!
este y mis demas fics han sido publicados en otra plataforma de fics, bajo su mismo nombre y contenido, asi como tambien mi nombre de usuario "seilen" asi que si los encuentran por ahi, no es plagio... soy yo!
ahora que si no estan bajo mi nombre de usuario, porfa avisenme!
a proposito... en el proximo capitulo:
La amo tanto, no puedo dejar de pensarlo, de sentirlo, cuando lentamente nos separamos, veo que una lágrima se desborda por sus hermosos ojos, la cual aparto con mis dedos, y acaricio sus mejillas.
Por un impulso me inclino de nuevo hacia ella hasta el punto de casi tocar sus labios...
