Aang.

Era tan bella. Tan bella cuando la alumbraba la luna. Escabullirse por la casa de Toph solo para verla así, valía la pena. Se veía tan angelical, tan frágil. Hacía de esto mis noches, estaba me gustaba verla, ella dormía siempre junto a Appa y Toph, mientras que Sokka y yo en la otra punta del campamento, decían que la chicas necesitaban espacio. Me gustaba verla. Tenía tantas ganas de acurrucarme junto a ella, que me abrace para que me haga olvidar mis feas pesadillas. Pero Sokka no me lo permitiría, pero… Y si no se enterase… Puse los pies a unos metros y camine unos pasos cuando mis pies fueron atrapados por roca, todavía no perfeccionaba mi Tierra control y podría herir mis pies si trataba de salir.

-¿¡QUIEN ANDA AHÍ!?.-Atacó. Reconocí la voz enseguida.-Eres tu, Pies ligeros.

-Hola Toph.-Dije malhumorado.

-Si quieres algo de privacidad, avísame, así trato de no tocar el suelo. No quiero ver nada.-Dijo entre risas.

-EH NO, QUÉ TE HACE PENSAR, SOLO PASABA Y QUERÍA, TU SABES, VER QUE TODO ESTUVIESE BIEN JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA... Ja...-Empecé a reír nerviosamente, como si no hubiese mañana.-Creo, creo que es hora de irme.

-Sí, sí, suerte.-Dijo seguido de un bostezo desmesurado.