Hola a todos, es un gusto volver aquí y traer uno de mis nuevos proyectos a tan maravilloso publico. Tengo que decirlo a aquellos que conozcan esta canción creo que ya sabrán como va a terminar, salvo por el hecho de que Len ocupa el lugar de Miku y tengo planeado cosas que no salen en esa canción. Pero tengo que decirlo esa canción fue muy buena. Excepto por el hecho de que hubo leve LenxMiku (lo detesto Dx) bueno al menos no quedaron juntos. Antes de comenzar ahí unas cosas que deben tomar en cuenta:

Torii: Arco tradicional japonés.

Imooto e Imooto-san: Imooto es una forma de referirse a "Mi hermana menor" pero si tiene el "-san" se refiera solamente a "Hermana menor" lo que implica que puede ser la hermana menor de alguien que no sea de su misma familia.

Otooto y Otooto-san: Es igual a lo de Imooto. Solo que Otooto significa "Mi hermano menor" y con "-san" es "hermano menor".

Si ya lo sabían perdón por las molestias, pueden seguir con la lectura.


Regalo de Cumpleaños

¿Cuánto tiempo habrá pasado?

¿Cuánto tiempo paso desde la última vez que la vio?

¿Días? ¿Semanas? ¿Meses?… ¿Años?

No lo sabía aunque se esforzara en ello.

Como es muy joven no recuerda con mucha precisión en que momento ocurrieron las cosas.

Pero a pesar de tener solo 7 años aun recordaba el rostro de la persona especial que dio todo lo que podía ofrecer para garantizar una vida cómoda y sin espacio para las inseguridades. Esa persona "regalo" hasta su propio cuerpo para que no le faltara comida y tuviese un lugar en donde llamar casa.

La lluvia caía con fuerza en uno de los pueblos pertenecientes del antiguo Japón.

En dicho pueblo estaba un niño con cabello rubio, ojos azules, piel blanca y vestía un kimono azul celeste con un obi amarillo opaco y en sus manos estaba una sombrilla de papel-aceite de color rojo esta debajo de un Torii.

Ese niño estaba rodeado de plantas hermosas y a casi 13 metros de distancia estaban varios árboles de sakura.

Pero ese niño no miraba la hermosa flora que lo rodeaba.

Él estaba más centrado en mirar al cielo con sus nubes grises y el aguacero que provocaban. El rostro de ese niño reflejaba una tristeza que no se debería ver en un niño de su edad. Sus ojos eran carentes de todo rastro de luz y de vida. Como si le hubieran arrancado una parte de el sin la cual puede existir.

Lo siento Len

Una suave voz resonó en su mente.

Eres especial Rin

Una voz masculina hizo que su rostro se ensombreciera.

– ¿Por qué te fuiste… onee-san?

.

Una niña de pelos cortos de color amarillo con un kimono naranja con flores de sakura con bordes blancos y un obi del mismo color con flores de cerezo con bordes dorados. Y la otra niña tenía un largo cabello hasta los tobillos de color rosa pálido con un kimono de color blanco-rosa con un obi rosa de un tono más oscuro con líneas horizontales blancas.

Ambas estaban jugando con una pelota en el césped lejos de la aldea en las que son habitantes. Jugaban sobre el suave y verde césped en el que estaban descalzas y sin preocuparse de que una pierda les lastime los pies.

– Rin

– Si, IA

– ¿Qué les pasa a tus padres? – atrapo la pelota y la arrojo hacia la rubia.

– ¿Algo les pasa? – el semblante de la rubia se volvió un poco angustiado al escuchar a su amiga mientras atrapaba la pelota.

– No, es que… como lo digo – se rasco un poco la cabeza. Miro a su amiga rubia que estaba algo preocupada – los veía como… emocionados

– ¿Emocionados?

– Si – miro a Rin que parecía haberse calmado un poco – la última vez que los vi parecían muy felices después de salir del médico ayer por la tarde, y creo que tu Okaa-san parecía un poco enferma

– ¿Qué enfermedad crees que tenga?

– No lo sé

– Yo no le encuentro la gracia de estar enfermo ¿Y tú?

– Tampoco – negó con la cabeza.

Luego de su pequeña plática se la pasaron jugando toda la tarde.

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Rin iba de regreso a su casa mientras el crepúsculo aparecía en el cielo señalando en que la noche estaba muy cerca. Pero a la chica de kimono naranja le restó importancia si llegaba cuando era de noche ya que tiene la costumbre de llegar cuando las estrellas están en el cielo. Aunque eso signifique otro regaño de sus padres.

Hablando de padres.

Los pensamientos de la rubia estuvieron en lo que le dijo IA sobre su madre.

Ella se siente algo enojada con ella al estar feliz con que este enferma. Siempre le dijeron que si muestra señales de enfermedad no significa nada bueno. Aunque se tratara de un resfriado eso significaba que ella no podría salir del futón por casi una semana o hasta que se cure completamente.

Y estar encerrada casi todo el tiempo era muy aburrido que hasta le daba mucho sueño.

Cuando llego a su residencia soltó un suspiro y preparándose para otra regañina de parte de sus padres. Cuando abrió la puerta de madera fue recibida con sus padres que sonreían como si hubieran encontrado un tesoro.

– Amm… tadaima

Se sintió un poco tonta al decir eso sabiendo que sus padres la vieron en el momento en que abrió la puerta. Mas las sonrisas que tenían en sus rostros no se borraron.

– Hola Rin

– ¿Cómo estás?

– Estoy bien Otou-san – miro a su madre –… ¿Hay algo que quieran decirme?

– ¿Cómo sabes que tenemos algo que decirte? – dijo su madre con una sonrisa.

– IA me dijo que los vio salir del médico ayer y que parecían contentos… – tomo una bocanada de aire – ¿Estas enferma Okaa-san?

Hubo un silencio en la sala. Rin miro a su madre con angustia mientras esperaba su respuesta. Su mama la miro con confusión antes de dejar salir una suave risa. Eso bastó para que la rubia se tranquilizara un poco pero seguía esperando su respuesta ya que quería estar segura.

– Rin, no sé de donde sacaste esa conclusión – la miro con ternura – pero no estoy enferma

Ella dejo salir un suspiro de alivio escapo de su boca.

– Estoy embarazada – se froto su vientre plano – si todo va bien tu nueva Imooto-san nacerá en el mismo día en el que tu cumplirás años

Era oficial, hubiera preferido que estuviera enferma.

.

Gritos.

Ella los odiaba.

Ya habían pasado los nueve meses que se necesitaba para que un bebe saliera del vientre materno y ahora escuchaba los agonizantes gritos de su mama que no paraban. Cosa que a Rin no le agradaba mucho. Aparte era de noche y ya quería irse a dormir.

Ella estaba en su habitación sobre su futón amarillo-patito.

Desde que supo que iba a ver un bebe en su casa sus padres la dejaron de lado.

Ese bebe aún no había nacido y ya le dieron toda su atención haciendo que ella se sintiera un poco solitaria incluso teniendo a sus padres a menos de un metro de cerca.

Sonara egoísta pero extrañaba los días en los que solo eran sus padres y ella solamente. Ella era feliz en esos momentos que ahora le parecieron muy lejanos.

Miro el broche de mariposa blanca con detalles lavanda que tenía en su mano.

Era el regalo que IA le dio por su cumpleaños número 14.

Gracias a eso no se sintió tan sola en su cumpleaños.

.

Ya habían pasado varias horas desde que su madre tuvo las contracciones. Ella estuvo a punto de dormirse hasta que escucho el fuerte llanto de un bebe en el cuarto de sus padres.

Cuando los aullidos de su oka-san se detuvieron intento dormirse. Lo cual le funciono como unos veinte minutos hasta que el lloriqueo del nuevo bebe le hizo imposible seguir soñando.

Estando algo desorientada, se levantó del futón y fue a la recamara de sus progenitores. Cuando estaba por dar vuelta a la esquina del pasillo vio salir a la partera y a su padre que tenía el rostro ensombrecido.

Se preocupó mucho al verlo.

Cuando entro a su cuarto vio a su madre agotada y con una notable capa de sudor en su rostro. A su lado estaba la fuente del ruido que no la dejaba dormir.

– Okaa-san mi Imooto-san está llorando

– Otooto-san

– ¿Eh?

– Tienes un Otooto-san – dijo su mama mientras le daba la espalda a la creatura recién nacida.

Rin se extrañó mucho al ver ese acto de parte de su Okaa-san. Si no mal recordaba sus padres estaban llenos de vida hace poco tiempo. Y ahora pareciera que algo o alguien les hubieran reemplazado su felicidad con resentimiento y decepción que estaban escritos en sus caras por todas partes.

Miro a su nuevo Otooto que estaba envuelto en unas mantas y aun lado de su progenitora. Con curiosidad se acercó al crio para ver su rostro regordete con las mejillas rojas y con lagrimitas en sus ojos que estaban fuertemente cerrados.

Acerco un dedo para tocarle sus mojadas mejillas para después sorprenderse en que su dedo fue atrapado por una diminuta manita. Observo como si hermano menor agarro con fuerza su dedo índice y para su asombro dejo de llorar y formo una sonrisa mostrando sus encías sin dientes.

Ella le arrebato su dedo y vio como su hermanito empezó a gemir y nuevamente a llorar mientras agitaba su pálida manita en busca de su dedo. Ella le acerco otra vez su dedo y miro que su hermano atrapo su dedo y empezó a sonreír al instante.

Ella miro a su madre que respiraba lentamente y supuso que ya se había dormido.

Aprovecho su oportunidad para acercarse más a su Otooto y le quito su dedo. Antes de que volviera a llorar envolvió rápidamente y con cuidado sus brazos en él para cargarlo y acomodarlo sobre su pecho.

Su Otooto se retorció un poco antes de acomodarse muy cómodamente en sus brazos y dejar ver sus ojitos azules. Se enterneció mucho al verlo. También pudo notar un mechón de pelo amarillo que salía de su cabecita. Contemplo como su hermanito se acercó más a su pecho casi plano para después dormirse.

Aunque sus padres no le hayan dado un regalo como suele estar acostumbrada, ese sin duda fue el mejor que ha recibido.


Lo se, principio corto, pero al menos son mas de mil quinientas palabras, es algo ¿No?

Dejando eso de lado espero que les haya gustado. Y espero que dejen reviews por favor. Antes de que se me olvide, a pesar de que estará basado casi completamente en unos de los capítulos de Ecos del Tiempo, este fic no corresponderá a las cinco partes de las historias en que estarán basados en los capítulos que hubo e iban a ver.

Creo que eso es todo, cuídense :)