Esta historia es de mundo alterno, escrita por dos personas, esto es un fanfiction de Dragon Ball tomando a diferentes parejas, espero sea de su agrado.
El pasado es lo que más influye en la vida de un humano aunque nos mencionen que lo olvidemos no siempre se logra. Y otros tienen la suerte de no conocer todo su pasado... Si es que se llama suerte.
Goky y Vegeta un par de jovenes de bachillerato con diferentes estilos de vida, su competitividad y un asunto de mujeres los hace rivales...
Introducción
Era la segunda vez que se encontraban de esa manera tan íntima, y lo poco que llevaban conociéndose había marcado una diferencia en ambos.
Había sido un encuentro "casual" en la cafetería donde ella trabajaba, lo había visto varias veces llegar ahí pero nunca le había prestado mucha atención hasta ese día. Accidentalmente, por andar distraída, le tiró una malteada en la ropa al hombre, pero este en lugar de molestarse reía con buen ánimo ayudando a la avergonzada mujer, mientras los otros que se encontraban en el lugar los miraban con curiosidad, quizá pensando que el hombre le reprocharía a la mujer sobre su torpeza.
- Discúlpeme señor, en verdad no era mi intención.
- No se preocupe señorita, esto no es nada. - la joven no lo escucha por hacer el vano intento de limpiar sus ropas, mientras que el despreocupado hombre la miraba sonriendo.
Le parecía tan diferente y hermosa, se interesó de inmediato en ella. Se notaba que no lo conocía, tenía esa ventaja, porque muchas otras mujeres solo lo buscaban por el dinero que su familia poseía, ya que se trataba del heredero de una importante empresa y, además, estaba comprometido con una mujer desconocida para él, eran ordenes de su padre para lograr una fusión con la empresa enemiga y así evitar una futura ruina. Aunque eso no fue impedimento para seguir encontrándose con la bella mujer en esa misma cafetería para no levantar sospecha alguna. Cada vez iba más seguido solo para ver a la chica, y ella se tomaba breves descansos para sentarse a charlar con él un rato, se notaba que ambos la pasaban bien juntos. Poco a poco esos encuentros habían cambiado a otro tipo de situaciones, él había encontrado con quien pasar su tiempo cómodamente, y ella había experimentado nuevas emociones que antes desconocía, solo unas cuantas citas bastaron para que iniciaran una relación.
Todo siguió de ese modo hasta el día en que la mujer se enteró de la identidad de su compañero clandestino, dándose cuenta de que ese hombre no era ni podía ser para ella, le dolía la idea incluyendo ciertos sucesos de los cuales no tuvo control. Eso fue suficiente para que ambos se separaran y él contrajera matrimonio como había sido planeado desde un principio...
- Goku, hijo, ven ya es hora de cenar, vamos con tu abuelo Gohan para que le digas que ya está listo su encargo.
La hermosa mujer miraba al pequeño niño jugar en el río, cada vez que lo observaba sentía una gran nostalgia y felicidad recordando antiguos momentos que a veces quisiera poder olvidar.
En otro lugar, no muy lejano a ese, se podía ver a un hombre ir de un lado al otro esperando nervioso el nacimiento de su segundo hijo. Habían pasado horas desde que entraron a ese hospital con su esposa a punto de dar a luz, le tenían permitido entrar, pero se negó pues su otro hijo se encontraba a su lado y no debía dejarlo solo, se trataba de un niño bastante inquieto.
La preocupación en él crecía a cada instante, y las manecillas del reloj parecían que se hubiesen detenido. El bebé nacería prematuro, además el embarazo había sido delicado desde el principio, cada día veía la preocupación en el rostro de su mujer desde que el doctor le había dicho que tenían alto riesgo de perder a su hijo, él tan solo deseaba que aquellos malos pensamientos fueran no más que una simple pesadilla que pronto terminaría.
Él alguna vez había soñado tener una familia con esa mujer que tanto amaba, aunque se lo dijera en escasos momentos ambos lo sabían, y que mejor demostración que tener dos niños que ya habían planeado desde antes, el saber que alguna tragedia podría suceder termino con algo en ambos.
Y lastimosamente así sucedió. Solo tuvieron un corto momento, padre e hijo, para despedirse de aquella mujer que les había dado tanto antes de que... regalándoles una débil, pero hermosa sonrisa, cerrara sus ojos para no volverlos a abrir nunca más. Aquel hombre sufrió mucho al haber perdido a su mujer, igual que aquel pequeño que ya sabía que su madre no volvería.
Desde entonces, el sufrimiento inicio para todos. Uno de ellos aun convive con esa mujer por la cual no siente nada, convirtiéndose en un hombre frío y distante concentrado en sus negocios. Mientras que el otro, con un gran dolor refugiado en su corazón, cuida de ambos niños observando en silencio los pequeños rastros de aquella mujer plasmados en los rostros de sus hijos.
