¿Sabían cuánto amo las risas malvadas de Vegeta? Este drabble surgió precisamente de ellas, en el episodio 104. Generalmente hago mil y un revisiones y cambios a lo que escribo antes de decidir que ha quedado aceptable pero en esta ocasión esto esta tan calientito como salido del horno. O de mi cabeza. Es lo más corto y más rápido que he escrito aunque ustedes no lo saben porque sólo llevo una historia publicada, el resto sigue en mi carpeta en proceso de edición.
En fin basta de mis comentarios. Muchas gracias al apoyo que le dieron a "Envidia". No esperaba tantos comentarios y aunque esto es corto y quizás no tenga tantos muchas gracias a todos por leer.
Como siempre DBZ y sus personajes no me pertenecen.
Libertad
No podía dejar de reírse, ni aunque lo intentara. Y aun cuando dejaba de hacerlo para hablar o recordar, su dicha era tanta que no sabía cómo manejarla.
Más risas incontrolables.
Aquellos terrícolas y namekuseijines* lo miraban, él lo sabía. Sabía cómo debía verse en ese momento. Un loco. Un desquiciado. Un maniático. Un error.
Él debería de estar muerto. Su resurrección sólo era una mala jugada del destino.
Y probablemente tenían razón en eso y en que en realidad sí estaba loco. Hace ya mucho tiempo que había perdido la cordura. Su sed de venganza y su ambición de poder eran lo único que le importaba, no había lugar para más. No existía lugar para sentimentalismos ni debilidades.
Su suerte no podía ser más grande, se desharía del odioso de Kakaroto y del insecto de Freezer. Todo en una sola vez.
Libertad…
Ahora sabía cómo se sentía aquella palabra. Hace tantos años que no sabía lo que era esa sensación. El sentimiento era tan abrumador y embriagante, jamás se cansaría de él.
Hace tantos años que él no era dueño de su destino.
¡Pero ahora lo era! Tenía su vida y su libertad, y después que esos dos seres que más odiaba en la vida murieran, él sería el ser más poderoso del universo.
Tenía su libertad para hacer con ella lo que quisiera. El mundo lo esperaba impaciente para responder a su llamado. Todo un universo por conquistar y él ya no tenía más obstáculos.
Invencible…
Lo era, realmente lo era. Nadie podría quitarle esa dicha.
Nunca.
Se recostó en el piso y siguió riéndose descaradamente frente aquellos insignificantes seres que lo miraban con desprecio.
Vegeta estaba más que acostumbrado a aquellas miradas y al odio que emanaba de ellas. No entendía que ganaban ellos con su odio pero ciertamente alimentaba su buen humor.
Pero ellos no sabían nada. Ellos siempre habían sido libres. Ellos no fueron los que vivieron una vida de esclavitud ni fueron obligados a trabajar para el asesino de su raza y de su familia. Ellos no sufrieron las humillaciones que él había sufrido.
Y hablando de eso, ¡ya no más humillaciones! Ya no tendría que rendirle cuentas a esa lagartija ni trabajar para nadie más. Ya nunca jamás tendría que tragarse su orgullo para no responder a los insultos.
Todos aquellos que alguna vez lo humillaron estaban muertos o a punto de morir en la explosión de cierto planeta de seres verdes.
Era una pena que no fuera él quien matara a Freezer y a Kakaroto.
Kakaroto no volvería, no importaba lo que dijera ese niño.
Quizás ya no podría pelear de nuevo con Kakaroto y quizás, en esa parte, su herido orgullo esperaba que el sobreviviera para poder recobrar su honor. Pero no importaba ya nada realmente, no cuando él sería el nuevo emperador del universo.
Pero mientras eso sucedía, sólo le quedaba reír mientras conocía eso que llamaban libertad.
Si bien Vegeta era un maldito al principio, me dio mucha lastima durante esta saga al saber todo lo que vivió. Saberse libre debió ser algo indescriptible. Un gran paso para él.
Como ya explique, lo estoy publicando sin pensarlo mucho. A ver que sale de la espontaneidad. De nuevo gracias por leer.
