Pude sentirlo, como la luz escapaba de mis ojos, como mi piel se agrietaba y mi aliento huía hasta desaparecer, todo mi calor fue reemplazado por el frio. Kyle grito y mi cuerpo quedo a mitad de la calle. Todo era igual, el dolor, la muerte y la rutinaria ruta a mi desgracia pero al día siguiente regresaría, a la mañana siguiente mis amigos y todo South Park no recordarían nada, acepte mi suerte o mi falta de ella y me aliste para perderme en la oscuridad pero un grito aterrador me detuvo, fue un chillido muy similar al de un pequeño animal herido y asustado, después vinieron las lágrimas que caían desesperadas de ese par de ojos enormes y azules, Butters lloraba inmóvil apenas a dos metros de mi cadáver, yo tenía un ojo reventado, la cabeza partida y la parca naranja bañada en mi propia sangre, el autobús del colegio me había atropellado, di un vistazo a mis piernas, estaban destrozadas, mis huesos partidos sobresalían de mi carne magullada. El nuevo conductor del bus que suplía a la señora Crabtree estaba ebrio y no pudo vernos jugar con bolas de nieve en medio de la calle, agradecí ser yo y no ser ninguno de mis amigos o alguien más, estaba agradecido incluso de que esta vez mi muerte fuera casi instantánea.
Butters estaba horrorizado
Stan corrió hacia el quitando sus ojos de mí y de la mueca llorosa de Kyle, Butters permanecía mirando lo que quedaba de mí, sus manos temblaban y su dedo se alzó por encima del hombro de Stan que trato en vano de impedirle seguir mirándome.
-¡Kenny! ¡Ken…! –la voz de Butters salía estrangulada de su garganta, soltó la mochila que descansaba en su hombro izquierdo llena de calcomanías de conejitos y hello kitty derramando un par de libros grandes y pesados, calculo y biología se estamparon contra el piso creando un sonido amortiguado de papel sobre la nieve.
Cartman dio un suspiro pesado, Kyle seguía algo desorientado con los ojos muy abiertos, clavados en la espalda de Stan, buscando donde refugiarse, pero no se atrevía a acercarse a Butters, sus gritos estaban poniendo más nerviosos a todos en especial cuando el conductor salió corriendo para luego desaparecer en medio del bosque.
-¡Butters ya basta!... ¡Kenny está muerto! –grito finalmente Eric controlando el temblor de su voz
-¡no! No…una ambulancia…debo llamar a una ambulancia
-Butters por favor…. –suplico Kyle entrecerrando los ojos cuando Butters esquivo a están dándole un empujón y corrió hacia mí, tropezó y cayó sobre sus rodillas golpeándose contra la gravilla de la calle. Stan gruño resignado.
Butters apoyo su cabeza en mi pecho y grito mi nombre, era la primera vez que el me veía morir, era la primera vez que alguien se aferraba con tanta fuerza a mi cuerpo, era la primera vez que veía llorar a Butters.
-¡déjalo ya! ¡Suéltalo! –le exigió Stan mientras Kyle llamaba a emergencias
-¡maldita sea judío! Dame ese teléfono. –Eric le arrebato el celular a Kyle y dio nuestro paradero a la operadora, en menos de diez minutos había una ambulancia, una patrulla y un destino a la morgue.
Apoye mi cabeza en la espalda encorvada y cansada de Butters
-no llores. –susurre. –no llores, regresare mañana. –prometí hundiendo mis dedos entre sus costillas, su corazón latía muy rápido y era doloroso el ardor de sus pulmones hinchados por el llanto, mi toque le dio escalofríos que estremecieron todo su cuerpo, era tan cálido y acogedor, olvide por un segundo que estaba muerto, me permití robar un poco de su calor eh ignorar a otros como yo, los accidentes atraían a otros muertos y demonios, criaturas sin rostro y ojos vacíos con cuerpos destrozados, algunos se acercaban por curiosidad o en busca de rostros vivos conocidos, recordé la primera vez que morí en un accidente de auto, había una niña pequeña con el cuello roto llorando por su mama, mientras su cuerpo estaba calcinándose en el incendio del choque entre los dos autos, yo apenas podía creer que estaba muriendo. El llanto de Butters había reunido a una pequeña multitud de espectros, algunos rodeaban a Kyle y Stan, les robaba energía, les di una mirada de advertencia y se alejaron de ellos desfigurando aún más sus rostros y cuerpos destrozados por la muerte y la descomposición.
Cartman estaba sentado en la banqueta cubierta de nieve, veía directamente hacia mí, eso despertó un miedo irracional, pensé que podría verme cuando entrecerró sus ojos, enfocando la vista, escaneando con paciencia, en ese instante pensé que realmente podía verme, segundos después froto sus ojos dándose por vencido, en el peor de los casos solo me veía como una sombra cubriendo el cuerpo de Butters.
-maldición. –refunfuño cubriendo sus ojos, Cartman era un desgraciado pero yo era su amigo, jamás permitiría que supiéramos que estaba conteniendo las lágrimas, Estaba asustado como todos y reprimía fuertemente las ganas de correr con su madre, miles de esas imágenes cruzaron por mi cabeza la primera vez que lo toque al morir, el espectro que quedaba de mi jugueteo con su rostro y ahí fue cuando miles de recuerdos golpearon mi cabeza, su ira, su desconsuelo y sus miedos, con ese simple toque supe todo lo que escondía tras ese sarcasmo y su carácter misántropo, prometí jamás volver a tocar a nadie más hasta Butters.
Lo curioso de estar acariciando a Butters era la única sensación que me hacía sentir, además del dolor y el miedo había luz, era como un hogar tibio y seguro, no tuve visiones, ni imágenes de él, parecía que me bloqueaba con gran facilidad sin darse cuenta, no me permitió ver nada y yo no lo obligue, podía hacerlo, meterme en su cabeza y hurgar todos y cada uno de sus recovecos pero preferí seguir robando esa sensación de ser amado.
Una paramédico hizo sentar a Kyle y Stan junto a Eric y puso sobre sus hombros mantas calientes, les entrego tazas con chocolate y espero junto a ellos, la madre de Kyle se acercaba agitada, fue la primera en aparecer, vino por ellos, pensé. El padre de Stan se aproximó poco después, ambos adultos lucían preocupados, siempre lucían aterrados también, sabían que tenían que sentarlos en el sillón de una de sus casas y hablarle sobre la muerte, aunque ya no éramos unos niños y estábamos en secundaria nos seguían y seguirían tratando igual que en primaria.
Finalmente los padres de Butters vinieron por él, su madre dio un sollozo y sin decir nada se acercó a su hijo, su padre lucia descompuesto y no fue capaz de amenazar a Butters con castigarlo por protagonizar un escándalo en medio de la calle casi a hora de regresar a casa, su madre lo abrazo y lloro con él.
-estas helado Butters. –su mano rozo mi cabello y lo alejo de mí, perdí su calor, a cambio lo reemplazo una sensación de vacío.
Butters la observaba con los ojos nublados en nuevas lágrimas junto a la tranquilidad contradictoria y confusa de las drogas que le habían inyectado los paramédicos que después lo obligaron a arrastras a separarse de mi cuerpo. Butters estaba histérico. Incluso Kyle cubrió sus orejas con sus manos en desesperación para dejar de huir las suplicas de Butters mientras lanzaba patadas a quien se nos acercara.
-Kenny se lastimo mamá. –susurro cansado, totalmente dopado antes de caer en la inconciencia.
Di un suspiro sintiéndome culpable por haberlo hecho sentir tan mal, un viaje con todo pagado directo a un colapso mental.
-Le dimos tranquilizante para dormir a un caballo. –gimió uno de los paramédicos, la madre de Butters lo tomo en brazos dedicándole una mirada molesta por su comentario, el hombre solo giro su rostro avergonzado, el padre de Butters tomo a su esposa eh hijo, abrazo a su familia y caminaron silenciosamente a su casa.
Mañana, esperaba que pronto amaneciera, que todo se esfumara, la tarde ya convertida en noche se me estaba haciendo eterna. De lo único que lograba consolarme un poco era que al día siguiente todo sería igual, llevaría a Karen de la mano a su salón, mis amigos y yo nos meteríamos en problemas, robaría algo de pornografía de mi hermano o padre y Butters sonreiría, mañana el sonreiría como siempre.
Esta noche yo vagaría sin rumbo por la ciudad.
