Prologo:
Como cada día en la aldea de Sooga, Pucca repartía fideos por toda la aldea, siempre con una sonrisa. Ahora se dirigía a la última, la casa de Garu… su amado Garu, ya eran más de 6 años que lo perseguía diariamente, cualquiera se rendiría, obviamente… pero no ella ¿Por qué? Porque lo amaba y tenía la esperanza… no, sabía que él en el fondo (tal vez muy en el fondo) la amaba, aunque sea un poco… y eso era suficiente para Pucca, por ahora.
Con una risita, piso el acelerador y a unos pocos metros se detuvo abruptamente, podía oír murmullos cerca del bosque, era Abyo… "hablando" con Garu, así que para poder sorprender a su amado dejo la entrega de fideos frente a la casa y se acercó sigilosamente.
-Y Garu ¿qué piensas sobre Pucca?-escuchó inesperadamente a Ching, su amiga… luego recordó que ella le había avisado, pero tuvo que negarse a salir a entrenar por las entregas que tenía que hacer.
-Mhmmm-Garu hizo un pequeño ruido mientras buscaba un pequeño gis para escribir en el pizarrón que tenía, cuando lo encontró rápidamente escribió. Escribió apasionadamente, su ceño estaba fruncido, y su mano se movía rápidamente. Pucca estaba ilusionada, era un poco largo lo que él quería decir o escribir, sobre ella… tenía tantas ilusiones de que por fin confesara que él también la amaba.
Pero la realidad era otra.
"Pienso que es demasiado empalagosa, odio que siempre este interrumpiéndome, tengo cosas que hacer ¡¿Qué simplemente no puede conseguirse una vida lejos de mí?! No entiendo que hice para que esa niña se haya enamorado de mí como una tonta. No me gusta su forma de actuar, es tan tonta y débil, jamás me enamoraría de alguien como ella. ¡Solo la deseo lejos de mi vida!"
Frío. Un inmenso frío se instaló en el pecho de la joven escondida, lágrimas escocían en sus ojos y su mente repetía sin parar las crueles palabras del muchacho…
Pucca hizo lo primero que se le ocurrió… correr, huir de la pesadilla. Dejo una ráfaga de viento a su paso, Abyo y Garu se preguntaban que podía haber sido, mientras Ching rezaba porque no fuera lo que ella creía.
Cuando Pucca llego al restaurante, todos la vieron sorprendidos pero ella corrió como un torbellino a su cuarto. Una vez en él, la imagen de Garu la invadió por todas direcciones, su habitación estaba llena de Garu… de la persona que había roto su corazón de una forma cruel. Con desesperación arranco todas las fotos, todos los recuerdos, todo… su amor, todo tenía que irse de inmediato, todo por su propio bien.
Una vez arrancado todo lo relacionado con… "el innombrable", Pucca se recostó en su cama y espero… solo espero… espero a que las lágrimas cayeran, que las ganas de gritar se volvieran tan grandes que rompería su voto de silencio para siempre, espero a que todo su mundo se destruyera y fue cuando la golpeo… su mundo ya estaba destruido, las lágrimas ya habían caído por todo el pueblo, y su alma ya había gritado desesperada al arrancar todo en su cuarto.
Ya no le quedaba nada, ya había sufrido…
-Y ¿Ahora qué?-se preguntó en voz alta, y se sorprendió… su voz era diferente, era… melodiosa y hasta podría decirse que tenía un toque sensual, algo que definitivamente no tenía cuando comenzó su voto de silencio.
-Ching, no veo porque tu urgencia de venir, Pucca debe estar bien, ya te habrían avisado si no-se quejó Abyo y Pucca se asomó por la ventana para ver como su amiga corría apresurada hacia el restaurante, seguida de Abyo y Garu.
-Porque es mi amiga y… solo quiero saber algo, además ¿no se preocupan por ella?-pregunto deteniéndose un momento para girarse a verlos, ambos tuvieron reacciones diferentes.
Abyo por una parte bajo la cabeza avergonzado y asintió, dando a entender que sí se preocupaba por ella. Garu, por otra parte, negaba fervientemente y luego miraba a su estómago para luego tomar el pequeño pizarrón que llevaba consigo y escribir "Tengo hambre ¿y si comemos aquí?"
-Por mí, está bien. Pero antes, Ching, ve a ver a Pucca ¿sí?-dijo Abyo y Ching rápidamente asintió, mientras Garu rodaba los ojos.
Pucca al ver esto se dio cuenta de algo: A Garu no le importaba ella, a pesar de todo lo que ella había hecho por él… de hecho, ella lo había salvado incontables veces… ¡Y se atrevió a decirle débil!
-¿Pucca? ¿Puedo pasar?-se oyó la voz de Ching del otro lado de la puerta, Pucca reaccionó de inmediato y su mente trabajo a mil.
En un segundo supo lo que debía hacer, haría a Garu pagar pero por alguna razón, sabía que Ching no debía de enterarse aun de lo que ella había visto, lo mejor era actuar normal. Así que con decisión se limpió la cara y saco fuerzas para sonreír como si nada, al igual que soltar una risita. Salió de inmediato de su cuarto, para que Ching no viera que había quitado todos sus posters de Garu.
-¿Todo bien?-Pucca asintió alegre y Ching pudo respirar tranquila. Pucca no había oído nada y estaba bien-Bueno, Garu, Abyo y yo vamos a comer ¿vienes?
Pucca negó de inmediato
-¿Por qué no?-Pucca fingió que le dolía el estómago, Ching lo entendió y se despidió de ella.
-Porque no lo puedo ver, no aun… Aprenderá una lección y yo me liberare… lo juro-susurró Pucca en la soledad de la habitación.
