Disclaimer: Todos los personajes de Harry Potter pertenecen a su autora J.K. Rowling

Esta historia es de tipo slash, es un HP/DM. Así que ya están advertidos...

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Capítulo 1

Harry Potter estaba parado en la ventana de aquel gran edificio, viendo hacia fuera de aquel colosal lugar. Los rascacielos eran un monumento a la gran arquitectura de aquella ciudad. Harry sonrió al ver pasar delante de sus ojos a una blanca paloma, volando libre bajo los cálidos rayos del sol. Era un buen día de primavera y el calor no se dejaba sentir tan pesado como en otros días; suspiró recordando aquellos días en los que aún era un estudiante de Hogwarts, y ahora, al contemplarse en el espejo podía ver a un joven hombre ejecutivo, presidente de una gran compañía. Harry Potter era un hombre reservado y muy educado, siempre era visto con muy buenos ojos por sus demás compañeros de la empresa. Aún pensativo, fue a sentarse a su cómodo y confortable sillón frente a su escritorio, se llevó la mano a la cara, nunca se hubiera imaginado que terminaría siendo el dueño de una empresa, la cual se dedicaba a publicar diferentes libros de pociones y hechizos, los cuales se vendían por todo el mundo mágico, así como también se encargaba de vender pociones y diferentes objetos mágicos. El nombre de tal empresa era uno muy reconocido y respetado por todos, razón por la cual, Harry era uno de los jóvenes solteros más codiciados en todo el mundo de la magia. Contaba con solo 20 años cuando se le puso al frente de la empresa demostrando a todas las personas que se había convertido en un ser responsable y maduro. Ayudó a florecer mucho ese negocio y el dueño, el cual era un viejo mago ya muy cansado por la edad, llegó a querer a Harry como si fuera un hijo propio, y al momento de fallecer, le heredó aquella empresa y ahora por esa razón el ojiverde, ahora con 25 años cumplidos, era el dueño de aquel gigante monstruo comercial.

Todos en la empresa deseaban publicar una biografía del joven hijo de los Potter, pero para Harry eso era algo que simplemente no le llamaba la atención. Nunca le gustó ser el centro de todas las miradas, así que después de haberle insistido demasiado, al final terminó por ceder y aceptar el que su vida como el joven mago que venció a Voldemort fuera publicada.

Harry tomó un sorbo de su té caliente de canela y volvió a sumergirse en la piscina de sus recuerdos. Su biografía fue todo un éxito y fue vendida en muchas partes recaudando millones para la compañía, haciendo de la compañía la primera en su ramo y en cuánto a su poder monetario, la primer empresa más poderosa en todo el mundo mágico. Se podría decir que Harry Potter era la persona más acaudalada de todo Londres, aparte de que era el mago más poderoso del mundo. Era sin lugar a dudas un joven hombre poderoso en todo lo que abarca la palabra. Pero como todos sabían, nunca había dejado de ser aquel joven sencillo y noble como siempre había sido.

Volvió nuevamente a ponerse de pie y a dirigirse una vez más a la ventana, le gustaba mucho aquella vista. Podía contemplar el cielo reflejarse entre los cristales de los edificios vecinos, sonrió. El timbre del teléfono lo despertó de sus cavilaciones, dejando la taza con té en su escritorio, levantó el auricular para tomar la llamada.

-Sr. Potter, tiene llamada por la línea tres, es el Sr. Weasley... ¿desea tomar la llamada?

-Sí, por favor... y Hermione, ya te he dicho que no me llames Sr. Potter, llámame Harry... por favor.

-Lo siento Harry, pero aquí en el trabajo la amistad queda afuera y en horario de oficina te seguiré tratando como mi jefe¿entendiste?

-No me gusta como se oye Hermione...

-Pues lo siento mucho Harry, y no me hagas enojar... tu eres el presidente de la empresa y por lo tanto te voy a seguir llamando "Sr. Potter" mientras esté trabajando...

-Está bien Hermione... –suspiró, sabía que su amiga nunca dejaría de ser la misma- por cierto¿también le piensas decir "Sr. Weasley" a tu esposo mientras estés en horario de oficina?

-Lamento informarle, "Sr. Potter" que no es Ronald el que está en la línea, es George Weasley quien le está llamando...

-¿George?... ok, deja tomo la llamada, gracias Hermione.

-De nada Sr. Potter.

Harry tomó la llamada -¿Sí?, habla Harry Potter...

-Hola Harry¿cómo estas?

-Bien George¿cómo están ustedes?

-Muy bien Harry –sonrió el pelirrojo- hablo para preguntarte algo...

-¿Acerca de qué?

-Verás, Fred y yo estamos casi terminando unos nuevos trucos de magia y nos preguntábamos si deseabas verlos... Tenemos la impresión de que serán muy bien vendidos Harry... ¿qué piensas¿quieres que en la próxima reunión de trabajo te hagamos una pequeña presentación para que los veas?

-Me parece genial, George! –sonrió- le diré a Hermione que prepare todo para una reunión la próxima semana, te parece?

-Super, Harry! –le contestó emocionado el pelirrojo al lado de su gemelo- entonces te veremos dentro de una semana.

Fred y George Weasley trabajaban en la misma compañía de Harry, y ahora que él era el dueño del lugar, se había encargado personalmente de que sus amigos tuvieran un muy buen puesto en la empresa. Los gemelos Weasley estaban encargados del departamento de bromas y aparatos mágicos, Ronald Weasley era el vicepresidente de la compañía mientras Hermione le había pedido a su ojiverde amigo, ser su secretaria ejecutiva. Esto no le gustaba mucho a Harry quien deseaba que su amiga de la infancia tuviera un puesto más alto, pero la joven mujer insistía en tener dicho puesto pues así decía que estaría más cerca de Harry para cuidarlo, pues a pesar de que definitivamente se había vuelto más maduro aún era un completo despistado. Harry accedió a darle dicho puesto al ver que su amiga no iba a dejar de insistirle en ello. Así fue como aquellos chicos trabajaban a la par en esos días.

Alguien quien también trabajaba en dicha empresa era Severus Snape, antiguo profesor de pociones de Harry y sus amigos en Hogwarts. El joven Potter le había ofrecido un puesto muy prominente en aquella compañía, siendo el jefe del área de pociones y magia oscura. Snape sabía que en Hogwarts nunca tendría la oportunidad de enseñar magia oscura y fue por esta razón que aceptó estar en dicho puesto.

La magia oscura antes estaba prohibida y era penada con Azkaban, pero después de la muerte de Voldemort y con el paso del tiempo, dejo de verse con malos ojos y ahora era el tiempo de que se impartiera también en las escuelas, era por esta razón que Snape en su oficina dentro de la compañía se encargaba de la publicación de dicho libro, así como en la fabricación de las diversas pociones que se vendían. Habían sido unos años muy buenos y prósperos para el viejo maestro de pociones, hasta que llegó el tiempo en que enfermó gravemente y deseaba tomarse un largo descanso en casa.

Esa tarde Harry estaba en su oficina, sentado frente a su computadora portátil escribiendo un documento cuando oyó como tocaron la puerta de su despacho. –Pase...

-Sr. Potter, el profesor Snape desea...

-¿Cuántas veces tengo que recordarle que ya no soy "profesor", Srita. Granger... –se escucho la siseante voz del viejo profesor de pociones fuera de la puerta. Hermione cerró los ojos al oír aquel reclamo.

-Lo siento... el Sr. Snape desea tener una conversación con usted, Sr. Potter¿desea que lo haga pasar?

-Claro Hermione... no hay problema –le sonrió Harry divertido al ver a su amiga hacer un gesto de fastidio- hazlo pasar.

Hermione se dio la vuelta hacia el viejo Snape. –Puede pasar Sr. Snape, pero también me gustaría recordarle que ya no soy la Srita. Granger, ahora soy la Sra. de Weasley... por si lo había olvidado...

-¿Y está orgullosa de ese "gran logro" suyo, "Sra. de Weasley" –le dijo siseante para acercarse al rostro de la chica- yo aún seguiría manteniendo su apellido original... – y sin decir más entró a la oficina de Harry dejando a Hermione muy enfadada y ofendida.

Harry levantó la vista de la computadora viendo a su antiguo profesor de pociones parado frente a él, le sonrió. –Tome asiento, Sr. Snape... ¿en que puedo servirle?

-Sabrás Potter, que me he estado enfermando mucho últimamente...

-Sí, se que se encuentra delicado de salud... ¿cómo se ha sentido?

-No muy bien, desgraciadamente... es por esa razón que estoy soportando el "gusto" de verle...

-Y... ¿qué podría hacer por usted? –le preguntó Harry con algo de preocupación en sus ojos esmeraldas.

-Quiero pedir mi renuncia, Potter...

-¿Renunciar?... pero...

-No me iré dejándole mi lugar libre para que usted ponga a algún "incompetente" a hacerse cargo de la fabricación de pociones y de la publicación de las artes oscuras... es por eso que deseo pedirle, el que tome en cuenta una sugerencia que quiero ofrecerle...

-¿Sugerencia?

-Ahora que ya no esté encargado de mi área de trabajo, y para que ésta siga manejándose correctamente deseo sugerirle a alguien, quien es de mi plena confianza, para que se quede encargado de dicho puesto...

-Y... ¿quién es esa persona, Sr. Snape? –preguntó Harry algo nervioso, como intuyendo algo.

-Draco Malfoy...

-¿Malfoy??? –preguntó Harry mientras se levantaba de su silla y recargaba las manos en el escritorio, totalmente incrédulo a lo que había escuchado.

-Así es –le respondió Snape realmente tranquilo y sin inmutarse ante la reacción del hombre frente a él- ... Draco es un gran pocionista, Potter, además de que desde chico, Lucius se ha encargado de enseñarle las artes oscuras. Simplemente no me cabe la menor duda en que Draco sabrá manejar correctamente dicho puesto y fortalecerá bastante ésta área de tu empresa...

-P-pero... es Malfoy...

-Potter, pensé que había madurado... –siseo fastidiado el viejo profesor de pociones- debería de dejar sus ridículas peleas en el pasado, ya no son ningunos niños, ni usted ni Draco. Por consiguiente, confío en que dará la autorización para que mi ahijado tome mi lugar en esta empresa... ¿o es que usted conoce a alguien mejor?

Harry se quedó en silencio, la mirada fija en su profesor de pociones. En realidad no conocía a alguien más que fuera un experto en la fabricación de pociones, y aunque ya tenía mucho tiempo en que no veía a Draco, desde su graduación de Hogwarts para ser precisos, pensó que tal vez Snape tenía razón y aquellas tontas peleas habían quedado atrás. Ahora lo importante era continuar con el gran prestigio que su empresa mostraba y sí eso incluía a Draco Malfoy como jefe del área de pociones y magia oscura, lo aceptaría.

-Bien Sr. Snape¿cuándo podría hablar con Malfoy?

-Mañana se presentará aquí junto conmigo –le respondió Snape mientras se ponía de pie y se alejaba hacia la puerta- espero que tanto usted como sus "amigos" sepan comportarse delante de mi ahijado y que sobre todo hayan dejado atrás esas absurdas peleas de niños.

-Lo mismo digo para su "ahijado", Sr. Snape...

-El siempre ha sido educado, Potter... con permiso –dijo alejándose de la oficina de Harry, dejando al muchacho pensativo y nervioso. Ya habían pasado muchos años desde que no veía a ese rubio altivo hijo de los Malfoy, y aunque algunas veces había llegado a pensar en qué habría pasado con él, nunca se había atrevido a preguntarle a su profesor de pociones acerca del joven rubio. Sentía curiosidad por saber si aún seguía siendo tan arrogante y presumido como antes. Sabía que después de la muerte de Voldemort y de la derrota de los mortífagos, la familia Malfoy había perdido una considerable suma de dinero y había dejado de ser aquella aristocrática y prominente familia que había sido durante los años escolares en Hogwarts. Harry aún encontraba dudoso el que el heredero Malfoy deseara trabajar para él, a sabiendas que ahora tal vez los papeles se habían invertido y ahora Harry era el aristocrático joven prometedor, dueño de una cuantiosa cantidad de dinero y de la única y más grande empresa en todo el mundo mágico y Draco Malfoy se había convertido en un joven de la clase media. Potter no sabía que pensar de aquella situación, la encontraba bastante incomoda, tomó el teléfono y marcó a su amigo de la infancia.

-¿Sí?

-Ron¿dónde estás?

-Cerrando un negocio con un cliente... ¿qué pasa Harry?

-Me gustaría que comiéramos juntos Ron, te parece si nos encontramos dentro de una hora en donde siempre?

-¿En dónde siempre?... ah, ya se dónde me dices¡claro Harry!

-Bien, gracias Ron...

-¿Vas a traerte también a Hermione, verdad?

-Por supuesto Ron... es tu esposa¿cómo piensas que la voy a dejar aquí??

-¡Genial!, gracias Harry...

Harry colgó el auricular y se llevó las manos a la cara aún pensativo. Sabía que esa noticia no sería muy bien recibida por sus amigos, o quizás sí, la verdad era que Harry no sabía cual sería la reacción de sus amigos al decirles que estarían trabajando al lado de Draco Malfoy, aquel chiquillo rubio que siempre les hizo la vida imposible en Hogwarts. Suspirando, tomó de nuevo el auricular.

-¿Sí, Sr. Potter? –le contestó la voz de Hermione por la otra línea.

-Hermione... por favor, deja de llamarme así...

-Lo siento pero no lo voy a dejar de hacer, Sr. Potter... dígame que desea?

-Hermione, acabo de hablar con Ron para encontrarnos a comer, necesito contarles algo...

-¿Es algo malo? –le preguntó curiosa- ¿lo que nos vas a decir tuvo algo que ver con la visita del profesor Snape a tu oficina?

-Sí... tuvo mucho que ver...

-Rayos Harry... y ahora que paso? –le preguntó olvidándose por completo de llamar a su amigo como solía llamarlo ahora de jefe.

-Les cuento en la comida Hermione, ahora necesito que termines esos oficios par mandarlos al ministerio de magia para que nos den el visto bueno acerca del próximo libro que publicaremos... en serio Hermione, necesito que de favor termines eso para irnos ya; me urge hablar con ustedes...

-Claro Harry... digo, Sr. Potter –volvió a tomar su voz educada- en un momento mandaré la papelería al ministerio, no se preocupe.

-Gracias Hermione.

Harry colgó el teléfono y poniéndose su saco se puso de pie, viendo nuevamente a través del vidrio de aquel gran ventanal. Las calles lucían lejanas, solo algunos automóviles transitaban por ahí y las personas parecían manchas caminando por las banquetas. A su mente llegó la imagen de aquel rostro pálido y cabello rubio platinado, cerró los ojos nervioso al pensar que se encontraría de nuevo frente a frente con su archirival. Cerró el documento en el cual había estado trabajando esa mañana y salió de su oficina a esperar a Hermione.

-¿Listo para irnos, Sr. Potter? –le dijo Hermione que venía caminando a su encuentro, acababa de dejar aquella papelería al área de envío.

-Sí Hermione –le sonrió Harry- y por favor, ya no me llames así...

-No puedo Harry, tu eres mi jefe y debo mostrarte respeto delante de los demás compañeros de oficina... ¿entiendes?

-Merlín... –suspiró el ojiverde mientras se encaminaban fuera de aquel impresionante edificio para subir al auto y llegar al lugar acordado por los dos chicos.

Ron se encontraba sentado en una de las mesas de aquel restaurante, esperando a que llegaran su esposa y su amigo. Ya había ordenado un aperitivo mientras esperaba a que llegaran, sonrió al ver venir a la mesera con lo que había ordenado, ésta le situó el plato en la mesa mientras el pelirrojo cerraba los ojos aspirando aquel agradable aroma, hundió la cuchara en aquel caliente y exquisito caldo de verduras cuando oyó la voz de Hermione.

-Ronald Weasley!! Comiendo y sin esperarnos??

-Lo siento Hermione, tenía mucha hambre y no veía que llegaran...

-Pero que tanto nos podíamos tardar en llegar, Ron??

-Bueno... ¿quieres? –le sonrió torpemente.

-No gracias, Ron –le respondió molesta y se sentó a la mesa sintiéndose ofendida para con su joven esposo. Harry sonreía al ver aquella escena.

-¿Qué les parece si encargamos de comer? –sugirió Harry al ver a Hermione muy seria y al pobre de Ron todo apenado viendo su plato con caldo- es más, yo invito la comida.

-¿En serio Harry? –le preguntó Ron.

-Claro Ron –le sonrió el ojiverde- puedes pedir lo que quieras, al cabo que no tengo tanta prisa por volver a la oficina... lo que realmente me apuraba lo acaba de hacer Hermione, así que podemos quedarnos más tiempo aquí.

-Me parece genial, Harry –le sonrió el pelirrojo, quien no tenía tantas ganas de volver al trabajo.

Los tres chicos ordenaron su comida al mesero del lugar, éste se alejo de ahí tomando nota de lo que habían pedido. Harry volteo a ver a sus amigos –chicos, tengo que decirles algo importante...

-Sí Harry, me dejaste intrigada... –le respondió Hermione- ¿qué es lo que quería Snape?

-¿Fue Snape a hablar contigo? –le preguntó el pelirrojo.

-Sí Ron, vino en la mañana a arreglar un asunto conmigo... algo que me pidió que hiciera...

-¿Qué te pidió Harry?

-Sí saben que Snape ha estado enfermo últimamente y que se le ha visto más débil que otras veces, verdad?

-Sí, si lo he notado –le comentó Ron- ayer precisamente vi como lucía cansado o como adormecido... sé ve que la enfermedad la tiene muy avanzada ya...

-Así es Ron... a mi también me preocupaba ya como se veía.

-¿Crees que se pudiera aliviar con alguna poción? –preguntó Hermione.

-No lo creo, si alguien debería saber eso es él definitivamente; tengo entendido que si estuvo tomando algunas pociones y le estuvieron ayudando por un tiempo, pero ahora ya no le son de gran ayuda y tal parece que ya no surten efecto en él.

-Pobre profesor Snape...

-Sí... pero no es de eso de lo que quiero hablar con ustedes...

-¿De que se trata Harry? –le pregunto Hermione.

-Snape vino esta mañana a mi oficina para pedirme algo... él desea renunciar ya.

-¿Renunciar? –preguntó Ron- ¿pero que vamos a hacer nosotros si él se va¿quién va a vigilar la preparación de pociones y demás cosas que él hacía?

-Harry, yo sé que el profesor Snape está muy enfermo pero, él es el único que es un experto incuestionable en la preparación de las pociones. Además, con él dirigiendo esa área, la empresa estaba generando mucha fama y reputación frente a todo el mundo mágico. Lo necesitamos, Harry.

-Lo sé.

-Tal vez Neville quiera ayudarnos y trabajar en el lugar de Snape... ¿no lo crees, Harry? –le preguntó Ron.

-Lo siento Ron, Neville no tomará el puesto de Snape... él seguirá en donde a estado hasta ahora. Además, debo decirles que el propio Snape ya me dijo a quien quiere que ponga en su lugar...

-No... no me digas... –exclamó Ron viendo incrédulo a Harry.

-Ajá... acertaste Ron...

-P-pero... el no puede ordenarte a quien quiere en su lugar, Harry. Tu eres quien debe decidir que persona deberá quedar en lugar de Snape y no él...

-Hermione –Harry suspiro intranquilo- ... Snape dice que Malfoy es un experto pocionista al igual que él... y me dejó bien claro que el trabajo no tenía nada que ver con nuestras antiguas peleas...

-¿Qué?

-Sí, dice que si queremos que esa área continúe trabajando tan bien como ahora, es necesario que trabaje Malfoy con nosotros...

-Pero Harry... ¿te imaginas? –protestó Ron- muy apenas pudimos aguantarlo en Hogwarts que solo serían unos años, ahora imagínate tener que verlo y aguantarlo todos los días hasta que se haga viejo!!!

-Por Merlín Ron! –sonrió Harry- no seas tan trágico, además, creo que Snape tiene razón en esto.

-¿Qué?

-Sí, sé que suena increíble el que yo lo diga, pero sí necesitamos de Malfoy en el área de pociones. Además, Snape me dijo que también sabía artes oscuras...

-Harry... pero... ¿no crees que sea peligroso? –le preguntó Hermione- va a estar trabajando con magia oscura... y pociones, aparte... yo aún sigo pensando que es peligroso...

-Hermione, Ron... –los miró tratando de mostrarse tranquilo- sé que Malfoy nos hizo muchas cosas malas, pero eso fue cuando aún éramos unos niños... ahora somos mayores, Voldemort ha quedado en el ayer, al igual que el peligro constante en el que vivíamos. Porque razón no pueden quedar atrás también aquellas bobas peleas de niños que tuvimos con él?... tal vez Malfoy también haya cambiado y ahora sea diferente... no lo sé, pero creo que debemos darle una oportunidad¿no lo creen?

-¿Darle una oportunidad, dices?

-Sí Hermione –le sonrió Harry- nosotros mismos cuando niños sufrimos los desprecios, regaños y humillaciones del profesor Snape, y ahora que trabajó con nosotros... ¿nos dio alguna clase de problema?

-Pues... no...

-No lo hizo –les habló más tranquilo- al contrario, siempre estuvo dentro de su oficina, concentrado en su trabajo, solo lo veíamos en las juntas de trabajo y demás reuniones que teníamos... No veo porque con Malfoy vaya a ser diferente...

-Quizás tengas razón Harry –le dijo Hermione- creo que aún pienso en Malfoy como aquel chico grosero, presumido, arrogante...

-...odioso, ególatra, despreciable, fanfarrón... –siguió diciendo Ron.

-Bueno, creo que ya lo describieron bastante –les sonrió Harry divertido al ver los semblantes de sus amigos- además, si nos da problemas, aún tengo la opción de castigarlo y suspenderlo algunos días de su trabajo¿no lo creen?

-Pues es una opción –respondió Ron.

-Me gustaría creer que todo será igual ahora que Malfoy esté trabajando con nosotros, pero lo dudo mucho Harry... –suspiró Hermione.

-Tal vez podamos lograrlo, si también nosotros ponemos de nuestra parte y tratamos a Malfoy como si fuera un compañero de trabajo más. ¿Creen que puedan hacer eso?

-Lo haremos Harry, no te preocupes... –le sonrieron a la par sus amigos.

-Gracias chicos, sabía que podía contar con ustedes. –Los tres chicos se pusieron a comer y a seguir platicando entre ellos. La comida había estado exquisita, así que Harry cumpliendo lo que les había prometido, pagó la cuenta y salieron de aquel restaurante rumbo a su trabajo. La tarde se veía más tranquila, Harry Potter estaba sentado en su escritorio trabajando aún con aquel documento que utilizaría en la próxima reunión de trabajo, cuando sonó el teléfono. Tomando la bocina, contestó algo cansado.

-¿Sí?

-Sr. Potter... –le respondió la voz angustiada de Hermione tras el auricular- ... tiene llamada por la línea dos... es Malfoy...

-¿Qué?

-Sí Harry... –le dijo casi en susurros la chica olvidándose de llamarle a Harry como su jefe- ¿quieres que te pase la llamada?

-Diablos... no lo sé... –se puso nervioso el ojiverde, tenía mucho de no oír la voz de aquel chico, pero también tenía curiosidad por saber que había pasado con él.

-¿Quieres que le diga que estás en una reunión?

-No Hermione, no te preocupes... voy a tomar la llamada.

Harry colgó el teléfono nervioso y suspiró sintiendo como si un pequeño rayo de electricidad atravesara incesantemente su estómago. Nuevamente sonó el teléfono y tomó la llamada, sabía que era el hijo de los Malfoy.

-Habla Harry Potter¿en que puedo servirle?.

-Potter... ¿eres tu? –escucho una voz siseante y dulce al otro lado de la línea.

-Sí, soy yo... ¿quién habla? –le preguntó Harry, sabía que era Malfoy pero deseaba tantear terreno para ver como se comportaba el joven.

-Habla Malfoy... Draco Malfoy...

El corazón de Harry al oír aquel nombre y en propia voz de él, sintió como si le estrujaran el pecho. Eran muchos recuerdos, mucho tiempo en que no había oído aquella voz y ese nombre. -¿En que puedo ayudarte, Malfoy?

-Me informó mi padrino que había tenido una charla contigo, acerca de el puesto que iba a dejar vacante en tu empresa...

-Sí, si lo hizo... –lo interrumpió Harry- me dijo que mañana te traería para que te entrevistaras conmigo...

-¿Una entrevista de trabajo? –preguntó extrañado- pensé que el puesto ya era mío...

-Lo será Malfoy –le volvió a interrumpir Harry- pero antes debo conocer cuántas aptitudes tienes para llevar a cabo un trabajo así...

-¿Es que piensas que soy un inepto o un inadaptado?

-No, no pienso eso Malfoy... pero entiende que no puedo darle el trabajo a cualquiera...

-¿Qué tratas de insinuar, Potter?

-Nada Malfoy, esto que te estoy diciendo son meros requisitos que se tienen que seguir antes de nombrar a alguien con un puesto como el que Snape tiene...

-¿Requisitos? –lo interrumpió- ¿qué no puedes saltártelos?

-No Malfoy, lo siento... tengo que conocer antes tus aptitudes...

-¿Aptitudes, Potter? –lo interrumpió de nuevo- ¿se te hacen pocos todos estos años que pasamos en Hogwarts donde YO fui el mejor alumno en pociones que tuvo esa dichosa escuela?

-Yo sé que eras muy sobresaliente en esa materia, Malfoy...

-¿Entonces? –lo volvió a interrumpir- ¿qué más necesitas saber?

-Malfoy –suspiró Harry llevándose la mano a la frente, ya comenzaba a sentir una ligera jaqueca- porque no le pides a tu padrino que te explique mejor como son los procedimientos que se tienen que llevar a cabo antes de entregarte su puesto?

-¿Estás insinuando que soy un estúpido, Potter? –le preguntó ofendido- ¿qué mi padrino tiene que explicarme como si yo fuera un niño pequeño e ignorante??

-(Diablos) No Malfoy, no quise decir eso!!

-Eres exasperante, Potter...

-No mas que tu, Malfoy...

-Mañana iré a verte, entonces...

-Entonces te estaré esperando, Malfoy...

-Pero olvídate que iré a mendingarte empleo...

-No estoy diciendo que harás eso, Malfoy...

-Antes, es un favor el que te estoy haciendo... a ti y a tu compañía...

-¿Sabes que Malfoy? –dijo harto finalmente Harry- no eres tan indispensable como crees, puedo conseguirme a alguien más que quiera trabajar para mi sin que me esté haciendo enojar tanto... al cabo no eres la única persona en el mundo que sabe hacer pociones... Así que quédate en tu hermosa Mansión y no vengas aquí¿oíste?. –Se escucho silencio del otro lado de la bocina, Harry se talló el rostro ya cansado y sin poder soportar más aquella jaqueca que lo estaba molestando.

-Está bien Potter... mañana me presentaré en tu oficina para esa "entrevista".

-Gracias Malfoy... te estaré esperando mañana entonces.

Harry colgó la bocina y dejo caer la cabeza al escritorio, no había pasado ni dos minutos cuando sonó nuevamente el teléfono -¿Sí?

-Harry... digo, Sr. Potter –era la voz de Hermione, la cual se escuchaba intrigada- ¿qué te dijo Malfoy?

-¿Qué que me dijo Malfoy? –le respondió fastidiado- me dijo que mañana iba a venir a la oficina para entrevistarse conmigo...

-¿Solo fue eso? –le preguntó incrédula.

-Fue eso y aparte me obsequió un lindo dolor de cabeza que no aguanto...

-Te dije Harry... Malfoy aquí seguro van a ser problemas...

-No lo sé Hermione... –suspiró- espero que no.

-Le voy a conseguir una poción para que le quite la jaqueca, Sr. Potter –le dijo usando nuevamente aquella voz de ejecutiva y utilizando de nuevo aquel mote para su amigo. Harry sonrió y colocando de nuevo los dedos sobre el teclado de la computadora, siguió trabajando en su documento. No paso mucho tiempo cuando llegó su amiga con un vasito llenó de un líquido cristalino y azul.

-Tenga Sr. Potter... con esto se le quitará su jaqueca...

-Eso espero Hermione...

-Tiene mucho trabajo por hacer, Sr. Potter? –le preguntó mortificada.

-No Hermione, no tengo mucho trabajo. Solo estaba haciendo este escrito para la junta de la próxima semana... pero creo que aún tengo tiempo para terminarlo.

-¿Porqué no se toma el día, Sr. Potter? –le preguntó preocupada- debería irse a su casa y descansar lo que resta del día, ya mañana terminará lo que esté haciendo. Además necesitará de muchas energías para aguantar a nuestro "nuevo compañero" que mañana vendrá a entrevistarse con usted para tomar el puesto vacante que dejará el Sr. Snape...

-Merlín, Hermione... –le trató de sonreír el ojiverde- en verdad que no entiendo porque quieres seguir hablando así, ya te dije que me llamaras Harry solamente, olvidate de eso de "Sr. Potter" que no me gusta nada...

-Lo siento, Sr. Potter, pero así le voy a seguir llamando mientras estemos trabajando.

-Merlín... eres imposible Hermione.

-Váyase a su casa a descansar, por favor... –le sonrió- sé le ve muy mal en serio...

-Creo que te voy a tomar la palabra, Hermione...

-Es lo mejor, Sr. Potter. Yo me encargaré de tomar sus llamadas y ordenar sus pendientes.

-Gracias Hermione... –le sonrió Harry mientras guardaba su computadora portátil dentro de su maletín, y se ponía su saco negro. Se dirigió hasta la puerta de su oficina, volteando hacia su amiga quien le sonreía aún de pie- Nos vemos mañana, gracias por todo Hermione.

-Hasta mañana, Sr. Potter...

-Merlín... en serio que eres imposible, Hermione –le sonrió Harry saliendo de la oficina. Se fue despidiendo de todos los empleados que salían a su paso y yéndose hasta su auto deportivo (muy costoso, por cierto), se alejó de la empresa directo a su casa a descansar. Ya mañana le esperaba un nuevo día con sus sucesos, los cuales seguramente, serían algo extraños y emocionantes para él con la llegada de Malfoy a la empresa.

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Bueno, espero les haya gustado, ya saben... espero sus reviews!! Gracias!!