Disclaimer: nada de lo que reconozcan aquí, es mío. Todo es de J.K.Rowling porque tiene más dinero y seguramente su propio código postal.

Hey, miren, lo prometido es deuda y yo dije que iba a subir una historia con las mismas fases de Para llegar al cielo, pero con POV Lily. Subí el capítulo más rápido de lo que yo me imaginaba, pero hoy volvieron mis musas y me ayudaron un poco con todo esto. Espero que les guste tanto como el otro, no saben lo feliz que me hicieron con todos sus comentarios.

Esto es para todos ustedes que me apoyaron.

Aclaraciones: lo de siempre, que esto no es una historia con trama sino que una serie de capítulos sueltos. Cinco en total y POV Lily, como ya dije antes. Otra cosita, como no quería dejar a parte los comentarios de personas extras (en el caso de James, los de Sirius) he creado un personaje. No tiene nombre, no participa activamente en la historia, pero es como un Sirius Back en versión femenina. Tampoco se relaciona con nadie, ustedes si quieren se la pueden imaginar, ponerle nombre, pueden creer que son ustedes. No importa, pero quería aclarar esto.

Creo que así es más divertido.

Spoilers: bueno, la verdad sea dicha, no son grandes cosas las que voy a decir, no voy a revelar nada muy importante que tenga que ver con el último libro, ni muertes, ni finales (nada de nada) solo son pequeños spoilers que siempre han estado, pero si no han leído el séptimo solo aviso para que si leen sea bajo su propio riesgo (que película americana sonó eso) yo avisé solo para que después no me odien ¿Vale? Vale.

Última cosa, para leer este fic no necesariamente tienen que haber leído Para llegar al cielo, son completamente independientes, pero si se quieren pasar por ahí (propaganda cochina) son libres de hacerlo.

Ahora sí, esperando que les guste, me despido.

Muchos besos

R.S.Black

I. Primera fase: Atracción

(O la manera en que empecé a ver el Quidditch con otros ojos)

Arrogante

Desde el primer día que vi a ese chico de aspecto travieso y mirada alegre, supe que su sola presencia me iba a causar muchos problemas. Claro, yo que toda la vida había sido una chica que primero pensaba y después actuaba a conciencia, no podría recibir algo peor que un compañero de clases con una seria obsesión de encantar las cosas y jugarle bromas de mal gusto a las personas-pero tienes que aceptar que es bastante sexy, Lily-.

James Potter era un chico malcriado y estúpido dispuesto a hacer cualquier cosa por llamar la atención de la gente. A Tanto llegaba esa obsesión, que su blanco de bromas siempre era el pobre de Severus. Yo sabía que él no era el mejor chico del mundo, que llegaba a ser muy aislado de la gente y que podía llegar a odiar de manera descontrolada, pero Potter y su grupito nunca se dieron la oportunidad de conocerlo y se dejaron llevar por las apariencias-¡Oh, vamos, Lily!¡¿Qué bueno puede tener ese chico?!¡Lo único que le importa a ese mal nacido es la pureza de la sangre!-.

Ahora bien, si algún día me preguntaran si miraría a Potter con otros ojos, yo respondería que primero preferiría parir a un hipogrifo que mirar con aprecio a ese inmaduro. Pero claro, mi vida no puede ser tranquila ni una sola vez-teniéndome a mí como compañera de habitación, Lily, tu vida no puede ser muy normal que digamos-.

Potter, por desgracia, tuvo que haber crecido en las vacaciones-di la verdad, Evans, Potter te ha cautivado… ¡Oye!¡No tienes por qué recurrir a la violencia!-.

Desde primer curso nos habíamos odiado, él se dedicaba a hacerle la vida imposible a Severus y yo a arruinarles las bromas. Creo que principalmente por eso, James Potter no me tenía mucho afecto. Éramos como el agua y el aceite, mientras él era admirado por todo el mundo yo era considerada literalmente como la chica esa que se come los libros de la biblioteca.

Mucho tiempo después, me enteré de que Sirius Black me había puesto ese apodo, y si no hubiera estado tan ocupada controlando mis hormonas, seguramente me habría encargado de él-Lily, tú no te atreves a matar ni a una mosca ¿Qué ibas a hacerle a Sirius Black?¿Tirarle un libro en la cabeza?-.

Toda la vida me juré a mi misma que nunca me iba a enamorar, es decir, viendo a los especimenes que eran Potter y Black a qué clase de loca se le ocurriría enamorarse de una persona de la misma especie que esos dos. Y yo, sinceramente, tenía mis tuercas y tornillos bien puestos en su respectivo lugar.

Recuerdo muy bien que todo esto empezó a principios de cuarto en el que yo había llegado al colegio con todos mis objetivos planteados y con muchas más ganas de tirar a James Potter de la Torre de Astronomía. Sobra decir que mis objetivos se desmoronaron por completo al verlo entrar accidentalmente en el compartimiento en el que, justamente, estaba yo-¿Y yo que soy?¿Parte del mobiliario?-.

-Evans.-vamos, estaba tan perdida que tragué saliva al constatar que me miraba con odio desde la puerta del compartimiento. Al lado de él, estaba Sirius Black-que para ser sincera, toda la vida ha estado buenísimo.- y tras ellos, Remus Lupin y Peter Pettigrew.

-Potter.-dije con mi habitual tono seco después de varios segundos sin reaccionar. Oh, vamos, tal vez había llegado más alto, con la cara de un hombre y con la espalda más ancha, pero no por eso me iba a transformar de un día para el otro en la niña tonta enamorada de James Potter ¿O si? No, claro que no. Que idiotez más grande-bueno, te creo, pero quiero ser la madrina de la boda-.

Bueno, cuarto pasó como debería de haber pasado, sin muchos encontronazos, unas cuantas burlas y nada más, ni sueños, ni pensamientos ni palabras dirigidas con James Potter. Nada de nada, ni un hola ni buenas tardes. Nada, solo puros y refrescantes madura de una buena vez, Potter. Nada más.

En quinto la vida se me complicó más de la cuenta. Un ejemplo simple, el hecho asqueroso y vergonzoso de que me caí en el lago con Potter sobre mí. Claro, como ese idiota no tenía nada mejor que hacer que molestarme, se acercó a mí y se sentó tan campantemente a mi lado que me espanté-¿Y yo me perdí eso? Estúpidos deberes de historia de la magia-.

Lo que creó la brecha que separaba a la razón de la espontaneidad fue lo que yo menos me esperaba: Quidditch.

Quinto curso. Gryffindor. Ravenclaw. Chicos en escobas. Hormonas en el aire y calor, mucho más calor de lo estrictamente necesario-¿Ves a Black en uniforme?¡Oh Dios, eso es saber lucirse!-.

No era mi culpa, los exámenes estaban cerca, si, pero hacía mucho calor, era un día hermoso y todos estaba fuera ese sábado por la mañana ¿Qué más podía hacer yo? Por ese entonces yo ya había descubierto el "pequeño" secreto de Remus, y para qué mentir, el chico era una buena persona. Me había pedido acompañarlo a ver el partido y créanme, es imposible decirle que no cuando te mira con los ojos miel destilando ternura por todas partes.

Bien, por lo menos ya sé quién es el culpable de que todo esto haya pasado. Remus. Claro, uno lo veía tranquilito estudiando, pero era todo un depredador. Pero a quién puedo engañar, le tengo mucho cariño.

Continuemos con el partido de Quidditch, vamos, no es muy difícil imaginarlo, pelotas volando de aquí para allá. Chicas embobadas con las maniobras de Sirius Black en la escoba y James Potter gritando a diestro y siniestro cosas que nunca entendí.

Pero fue en ese momento, en el que James estiró los brazos de manera tan improvisada para recibir la quaffle, en la que mis mejillas se tiñeron de rojo y Remus me miró con una sonrisa, cuando me dí cuenta de lo condenadamente atractivo que era ese chico.

Nunca lo dije en voz alta, claro que no, tenía mucho orgullo como para aceptar la verdad. Pero no pude evitar pensarlo. El pelo alborotado, el uniforme de Quidditch sucio, los lentes algo chuecos reposando en la punta de la nariz, los músculos de los brazos contraídos. Eran pequeños detalles en los que nunca había reparado, pero que en ese momento lo eran todo.

Porque James Potter era atractivo-y condenadamente sexy, no lo olvides.-y era algo tan evidente que no pude evitar enojarme conmigo misma por haber pensado en la posibilidad de poder besarlo. Ahí, justo en la comisura del labio que se elevó un poquito mostrando una perfecta media sonrisa que derretiría a un cubo de hielo enorme.

-Te gusta.

-No, Remus, no me gusta y el tema queda zanjado.-dije después del partido, pero aunque siempre quise evadir el tema, nunca pude evitar sonrojarme al verlo.

-Te gusta, Lily, y no puedes negarlo.

-Claro que puedo, y también te puedo pegar si no te quedas callado de una buena vez.

El pelo alborotado, los lentes y la sonrisa arrogante. Fui una estúpida al no darme cuenta de que siempre, cuando me convencía a mí misma de que tenía dolores de estómago, era simplemente de que algo se removía en mi interior al verlo.

Y claro, James Potter era un chico. Con sus altos y bajos, sus días buenos y malos y con su sonrisa encantadora.

No me lo digan por favor, sé que estoy mal de la cabeza…

Bien, eso era. Bueno, malo, una completa porquería, lo deciden ustedes. Como siempre digo, si hay algún alma caritativa detrás de la pantalla que me quiera dejar un review, lo recibiré con las manos abiertas y lo responderé a la brevedad.

Muchísimos besos y gracias por haber leído.

Hasta la próxima

R.S.Black