¡Hola! ¡Tanto tiempo fuera! :P Bueno chicos, esta es mi nueva historia. Espero que les guste.
Todos los personajes le pertenecen a Rumiko Takahashi.
Promesa
En una cálida tarde un muchacho de cabellos negros y ojos azules caminaba por la calle. No faltaba mucho para la puesta de sol. El lugar se encontraba tranquilo. Demasiado. Muy tranquilo, pensaba el chico. Era extraño. En fin, seguramente sólo eran ideas suyas, dejo de darle importancia a esos pensamientos y siguió su camino. Se acomodó mejor la mochila que llevaba en sus hombros.
El viernes por la tarde había salido con sus compañeros de facultad a acampar en el bosque. El clima había sido perfecto. El plan tenía algunas semanas de haberse organizado y por una u otra razón no habían podido concretarlo. Decidieron que ese fin de semana era la oportunidad ideal. Tenían que aprovechar el buen tiempo, ya se vendría el otoño y la salida no sería tan agradable en esa temporada. En verdad se había divertido. No muy seguido tenía la oportunidad de distraerse con chicos de su edad. Casi toda una vida viajando a lado de su padre y el caos existente en su vida no le daba el tiempo para establecer amistades, por ende disfrutaba pasar momentos como esos.
Llegó a la propiedad Tendo. Abrió la puerta y se introdujo en la casa. Se quitó la mochila que traía en la espalda y la puso en el suelo –Qué silencio–Se dijo a sí mismo. Regularmente esa casa no estaba así de tranquila. Al no ver o escuchar actividad se dedicó a inspeccionarla planta baja. Se asomó en el comedor. Nada. La cocina. Igual. Le parecía extraño no ver a nadie. Estaba por seguir buscando, cuando encontró a su madre bajando de la escalera.
–Mamá –pronunció el chico. No sabía por qué pero algo estaba seguro que algo estaba sucediendo.
–Hola hijo –lo saludó tranquila. Su semblante parecía extraño. No era la mamá a la que estaba acostumbrado a ver todos los días – ¿Cómo te fue? –interrogó sonriéndole de una manera extraña.
–¿Dónde están todos? –le cuestionó ignorando el saludo de su madre –¿Pasa algo? – preguntó preocupado.
–Ranma… –
–¿Qué?– El chico empezaba a impacientarse –¿Dime? –insistió.
– Pasó… –no pudo completar la oración.
–¿A quién? –El chico interrogó impaciente a su madre –¿Akane? –La tomó de los hombros al no obtener respuesta –¡Háblame! –le exigió.
–No… no es ella – El chico se sintió aliviado ante la afirmación de su madre. Soltó lentamente los hombros de su madre –Lo siento –se disculpó avergonzado por su comportamiento –Es Soun –pronunció con semblante serio.
–¿Qué?, ¡Qué le pasó!- interrogó con desesperación.
–Él… –Su madre no pudo contenerse más y salieron las lágrimas –Murió –sentenció.
– Oh… –Un inesperado vacío lo invadió. Esto no lo esperaba –¿Cuándo?, ¿Cómo? –preguntó triste.
–Hoy por la mañana –dijo limpiándose las lágrimas con su mano –De repente comenzó a sentir dolor en el pecho. Se desmayó… Lo llevaron al hospital, pero ya no se pudo hacer nada. El médico dice que fue un ataque al corazón- expresó con tristeza Nodoka.
–Qué terrible… –dijo consternado. Pensaba en el buen hombre que le había ofrecido una casa a él y a su padre –Y yo no estaba aquí –pronunció enfadado mientras se pasaba furiosamente una mano sobre su cabello.
–Fue algo impredecible. No podíamos contactarte. No tienes porque sentirte así –le aseguró su madre.
–¿Cómo están ellas? –preguntó preocupado por las hermanas Tendo.
–Mal. Aún no pueden creerlo –pronunció apesadumbrada. Esas niñas estaban pasando por un terrible momento.
–¿Y Akane? ¿Se encuentra bien? –cuestionó a su madre el bienestar de su prometida.
–No. Tuvieron que mandarla a dormir- dijo su madre con seriedad –La mirada del muchacho era de sorpresa ante la información que su madre le había dado. Maldita la hora en que se le había ocurrido salir. Estaba por seguir interrogándola cuando el teléfono sonó en ese momento. Nodoka fue a atenderlo, dejando a su hijo sólo.
El chico subió las escaleras y se dirigió al cuarto de Akane. Abrió la puerta y la encontró profundamente dormida en su cama. Se puso al nivel de esta, para verla de cerca. La observó detenidamente. A pesar de estar dormida, su expresión no parecía tranquila. Akane… Se sentó en el borde de la cama. Pobrecita. Imaginaba lo que debió haber sentido cuando pasó todo y él lejos de ella. Se repetía a sí mismo mientras apretaba fuertemente las sábanas. Sentía una rabia intensa ¿Por qué no había podido estar con ella? Se preguntaba furioso el chico. No pudo martirizarse más debido a que la muchacha estaba comenzando a moverse y amenazaba con despertar. Cualquier porquería que le hubiesen dado seguramente ya estaba dejando de surtir efecto. Se levantó y emprendió el camino hacia a la puerta. Lo mejor sería dejarla sola y no interrumpir más su descanso. Procurando no hacer ruido, cerró con cuidado la puerta del cuarto.
Recargado sobre la puerta pensó en la información que había recibido desde su regreso. Suspiró apesadumbrado. Se sentía inquieto. No sabía que era ese desasosiego que lo estaba invadiendo pero algo le decía que de alguna manera, no estaba seguro cómo, pero presentía que este acontecimiento cambiaría sus vidas.
Notas de la autora: ¡Lo sé! ¡Soy cruel! ¿Cómo pude matar al buen Soun Tendo? Tengo buenas razones para haberlo hecho :P ¡No me maten a mí! Será parte del desarrollo de la historia. Pero ahora lo importante son nuestros protagonistas ¿Qué pasará con ellos? Pobre Ranma, ¿Su preocupación se hará realidad?
¡Hasta el próximo capítulo! :D
