Abrí los ojos de nuevo sintiéndome aún más débil que en un principio, temiendo el momento en el que volviesen a aparecer, atemorizada por su siguiente prueba o, mejor dicho, experimento. Habían quitado las luces, como si quisiesen comprobar cuánto tiempo tardaban mis células en recuperarse, estando únicamente expuesta a la leve luz solar que entraba por un ventanuco.

Suspiré tratando de moverme, intentando no sollozar al sentir el dolor. A penas comprendía qué era aquello que me hacía tan poderosa para ellos, ni cuáles eran mis limitaciones, aunque había una palabra que había estado escuchando recientemente, "plomo". Todo, absolutamente todo giraba en torno a ese elemento, utilizado para torturarme de cualquier manera posible hasta que estaba lo suficientemente débil como para que pudiese dejarme ir.

Miré hacia la puerta de la celda al escuchar pasos acercándose, queriendo desaparecer, cerrando los ojos sin querer saber a qué iba a tener que enfrentarme esta vez, conteniendo mis lágrimas. Sin embargo, la voz que escuché no la reconocí, era distinta a las que estaba acostumbrada.

-Voy a sacarte de aquí- susurró consiguiendo que abriese los ojos para enfrentarme a ella, incorporándome, pegando mi espalda a la pared con miedo a que fuese una trampa, pues no era la primera vez- Tápate los ojos- pidió, pero no lo hice, desafiándola, a penas pudiendo distinguir como era, pues la luz no suficiente.

Observé como rayos salían de sus ojos rompiendo el cerrojo de la puerta, hecho que hizo que la mirase completamente sorprendida, ¿quién era? ¿De dónde era?

Hizo un intento de acercarse, pero me encogí sobre mi misma, a penas atreviéndome a mirarla, reconociendo el símbolo en su pecho. Era kryptoniana, no tenía duda de ello, pero, aunque quería creer que tenía buenas intenciones, no podía, no podía evitar sentir que todo era una especie de trampa.

-Estás a salvo, no voy a herirte- aseguró en un susurro acercándose aún más a mí- Nadie va a hacerte daño, cielo, tienes que creerme- continuó hablando.

La miré de nuevo, sintiendo como todo empezaba a dar vueltas, empezando a sentir que mis fuerzas flaqueaban, terminando por colapsar antes de caer inconsciente.


La joven cayó inconsciente sobre la cama en la que estaba sentada, asustándola, pues no comprendía qué hacía esa niña allí, qué querían de ella, pero sobre todo, cómo habían sido capaces de hacerla pasar por todo aquello.

Sinceramente comprendía que estuviese asustada, lo entendía perfectamente, teniendo en cuenta que lo único que conocía era ese celda y, bueno, el laboratorio en el que la habrían hecho pasar por todos los experimentos.

Se acercó a ella para observarla, en un intento de asegurarse de que estaba bien. Su cabello castaño resaltaba sobre su pálida piel, aún con las marcas de cortes sobre ella.

- ¿Kara?- la voz de su hermana la sacó de sus pensamientos.-¿Qué...?- dejó la pregunta a la mitad, confundida.

- No- susurró levantando el brazo para evitar que se acercara más.

Fue ella quién se aproximó aún más, cogiéndola, acercándose a su hermana tras esto, quien comprobó que el pulso de la joven era bueno como para poder ser trasladada al DEO.


- Estaba aterrorizada- comentó mientras veía como su hermana amenazaba con sacarla sangre- No, no podemos hacerla daño, necesitamos que confíe en nosotros- comentó reteniéndola.

- No la hará daño, además nos permitirá saber qué especie es- respondió Alex de vuelta- Es la única vez que podremos hacerlo, es humana ahora mismo- continuó intentándola convencer.

- Solo eso- advirtió.

- Solo eso- corroboró ella.

Acarició la cara de la joven, comprendiendo que iba a asustarse cuando se diese cuenta de que estaba en otro sitio distinto.

Sinceramente, la costaba imaginarse el llegar a un planeta desconocido y encontrarte con ellos, sin ni siquiera comprender la situación, pues la suerte que ella había tenido, no era la de los demás y con esto, quedaba comprobado.

- Va a alterarse- advirtió recordando como se había pegado contra la pared con miedo- Es solo una niña..., Alex..., es..., ¿Cómo han sido capaces de hacerla esto?- cuestionó verdaderamente afectada por la situación.

- Lo sé, pero lo importante es que ya está a salvo- la respondió.

Asintió, eso era cierto, además gran parte de CADMUS había caído, por lo que, ahora mismo, dudaba que fuesen a buscar a todos aquellos que tenían prisioneros.

- Hey, he escuchado que habéis encontrado una chica en CADMUS- habló Mon-el desde la puerta.- Oh, Rao- se llevó las manos a la boca mientras se acercaba- Mya..., dios, no es cierto- susurró situando su mano sobre la cara de la niña- Hey..., no...no sé si me escuchas..., pero es tu hermano aquí, Mya, no estás sola..., te adoro, peque- besó su frente sin poder dejar de mirarla.

Le observó, estaba llorando, sin embargo, había algo que la impedía moverse en estos momentos, ¿había dicho hermano?

Gracias por leer, se aceptan comentarios,

Ayrin