Disclaimer: El universo de Harry Potter pertenece a J. K. Rwoling. La trama es mía, no robes. No escribo con ánimo de lucro.
N/A: Bueno, esto va a ser un fic cortísimo que constará de tres viñetas. La tabla/reto al que respondo con esto la encontrarás en la comunidad LJ "crack and roll" (cambiad los espacios por guiones bajos). La verdad, tengo una idea que es posible que cambie mil y una veces antes de que lo acabe, pero bueno, se hará lo que se pueda. Muuuchos besos.
EROS
-Eros es ese amor apasionado, el romanticismo crónico y la euforia. Eros es atracción sexual y amor que quiere poseer, señores.
Las palabras de la profesora de Estudios Muggles se pasean entre las plácidas corrientes de aire del aula. Hace calor y se delizan, perezosas, de cerebro a cerebro hasta que a todos los alumnos les entra la idea en la cabeza.
Cuando tal suceso ocurre (una especide de milagro de esos que sólo consigue el sexo) se miran entre ellos durante unos segundos, asombrados, e incluso esos que no habían estado atentos desde principios de curso levantan la mirada. Se oyen silbidos al fondo de la clase, alguna chica se sonroja y baja la mirada al oir lo de que quiere poseer, señores. Y todos (o casi todos) acaban volviendo la vista hacia la profesora después de armar algo de alboroto. Quién espera, con los brazos cruzados y una media sonrisa en los labios, a que ellos acaben de escandalizarse como es ya costumbre al dar ese tema.
Charlie se mira las manos, en cambio. Tan llenas de pecas que parecen morenas, llenas también de imágenes que no se puede quitar de la cabeza. Quizás es el único que no espera, ávido, explicaciones sobre la manera en como los griegos clasificaban el amor y el amor físico en si mismo.
Quizás es porque, de esa misma clase, él es el único que no las necesita.
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Amor que quiere poseer.
Se besan precipitadamente con las manos en todas partes y las ropas desarregladas. Una y otra vez, uno y otro día. Semanas enteras esperando a la tarde para verse, se reúnen en cualqueir sitio. Aulas vacías siempre disponibles, los vestuarios de Gryffindor, habitaciones perdidas del Castillo que hace tiempo que nadie visita, siempre dispuestas a acoger a un alumno necesitado. Charlie le levanta la falda a Hestia y ella le muerde el cuello. Gimen, se besan de nuevo, se quitan la ropa a medias (nunca del todo), se poseen.
Se poseen.
Lo suyo es algo físico, tangible, real. Algo a lo que agarrarse cuando las cosas van mal y el mundo les decepciona, algo que no lo es todo pero en cambio es todo lo que pueden conseguir.
Charlie se mira las manos. Tan llenas de pecas que parecen morenas, llenas también de imágenes que no se puede quitar de la cabeza. Y se ve acariciando los muslos de Hestia, cogiéndola del pelo, acariciando la piel suave y tersa de su estómago. Le besa el hueso de la pelvis mientras ella desliza las manos en su pelo rojo.
Y de repente, es otro hueso el que besa y otras manos las que siente en la cabeza. De nada sirve la lucha, la fantasía siempre acaba volviendo.
Eros, amor que quiere poseer.
o0o
-Charlie, ¿ocurre algo? -se semiincorpora apoyándose en los codos, jadea un poco, aún, le mira a los ojos.
-¿Eh? -la mira-. No, nada, ¿a qué viene eso?
-Te veo lejos.
-Estoy aquí -le acaricia la pierna-. Estoy aquí -la mano (grande, enorme, de dedos largos) sube hasta llegar a la cara interna de los muslos.
-Ya -susurra, tensa-. Bien -jadea, cuando Charlie la toca-. Me parece bien.
Y vuelven a empezar. Charlie evita ese tipo de conversaciones como puede, Hestia se percata de ello pero calla. Se necesitan, no van a soltarse. Hoy no, por lo menos. Aún no.
Eros, amor que quiere poseer.
