Holis!, bueno como les dije, ahora publicare una nueva historia romántica. Obviamente es yaoi, solo podrán verlo a las persona que les gusta y desde una vez lo digo, esto es mpreg ( embarazo masculino) la pareja será "ErenxRivaille" (ereri) además me gusta ver a Levi de uke!, y de una vez este fic tendrá algo de lemon. La verdad es mi primera vez que lo hago y no se como me quede; bueno dejo de hablar y mejor los dejo con el cap. disfruten…
Era la madrugada, todos los soldados del cuartel, a la que pertenecía la tropa de exploración. Hacían lo mismo de siempre, comían, entrenaban, cenaban, limpiaban y cosas así. Estaban acostumbrados a eso y casi no se quejaban. El joven de 15 años, de estatura alta, cabello castaño y oji verde caminaba por los pasillos de su viejo cuartel. Se veía aburrido, no tenia que hacer. Las mañanas eran pésimas y sin diversión para el, no tenia con quien platicar o sentarse al lado.
Su hermana y amigo la cual se llaman: Mikasa y Armin, son los únicos con que platicaba. Había alguien en especial en su vida, al quien en serio le importa y preocupa. Sentía algo en especial, cada vez que lo veía se sentía torpe. Cada vez que hablaba con la persona, se ponía nervioso, y, cada vez que caminaba al lado suyo, sentía alivio y felicidad.
Eren se detuvo, pensando en que hacer en cuando se encontrara denuedo con la persona a la que sentía nerviosismo, pena y sonrojo. El amor, eso sentía nuestro pequeño amigo Eren, amor, pero de quien estará enamorado. Le pertenecerían sus sentimientos o simplemente lo rechazaría.
-Eren, ¿Dónde estabas?, tendrías que estar en el entrenamiento hace 12 minutos, el sargento Rivaille se enojaría y lo sabes- La hermana enfadosa(al menos para mi) llego, interrumpiendo los hermosos pensamientos que hace unos segundos se borraron, lo pensaría de nuevo cuando terminaran el cansado del entrenamiento.
-El… el… ¿s-argento?, per-perdón, solo estaba pensando y refrescándome al aire libre- hablo Eren nervioso y tartamudeando. La mente no le sacaba aquella persona que siempre miraba y observaba.
-No seas tonto, ven rápido- la pelinegra lo tomo de la muñeca, llevándolo al entrenamiento matutino de la primera semana. Ambos aceleraban el paso por los pasillos, caminaban pasillo tras pasillo hasta salir y caminar más. El lugar era enorme, no molestaba tanto a Eren el lugar, solo iba para ver a su amada persona, aun caminando. Siguió pensando en el, no podía parar de verlo en su mente y imaginándolo con el, en un momento mágico y maravilloso.
Llegaron al entrenamiento, tarde, pero lo hicieron. No podían faltar nunca, era su obligación. El hecho de llegar tarde a veces. Nunca faltaría el respeto a sus superiores o mayores en la tropa, menos al comandante Erwin el quien tiene el control y obligación de hacer lo correcto hacia sus soldados para dar ordenes, es listo, pero el tiene sus motivos de pensar y ser.
Ya le da la idea a Eren de cómo seria por dentro el sargento Rivaille. Conociéndolo un poco bien, cree poder hacerlo feliz, bueno, eso cree el castaño. Seria algo dificultado ser a un hombre serio y amargado, a uno amable.
-Ackerman, Jaeger. Llegaron tarde otra vez, esta será la ultima vez de toda su vida que llegan tarde. A la próxima are lo que nunca querían imaginarse- el sargento los miro serio, ya comenzaba hartarse de unos soldados sin responsabilidades. Así que les pondría un castigo para la próxima que faltara. El hombre es así y nunca cambiario, al menos alguien cuyo joven es castaño y necio. A pesar de ser un gruñón, Eren no lo dejaría a un lado de su vida, el chico siente hasta lo más profundo de su alma que lo quiere, lo desea. El sargento no lo sabe y, algún día, quedara muy sorprendido.
-Perdón sargento, no volverá a ocurrir. Prometo ser una persona más responsable y disciplinada, yo me encargare de Eren a toda costa mientras usted no se haga presente- dijo Mikasa, poniendo el saludo militar, la mano en el corazón y la otra en su espalda. Al igual Eren lo hizo, pero bajo la cabeza comportándose torpemente.
- Ojala sea así, soldado- camino en dirección a la oficina del comandante y dejando a otro superior a cargo de todos. Poniendo unos entrenamientos duros y cansados.
-…(por la noche :B)…-
-Eren espera, porque tanta prisa. Aun queda tiempo para cenar y dormir, deja de ser un torpe chico y mejor actúa más tranquilo. El sargento lo dijo al igual que yo… ¿quieres escucharme?... ya deja esos pensamientos que te hacen perder tu cordura- las palabras de Mikasa eran muy molestas para el castaño, por la noche siempre era lo mismo de regaños y explicaciones a un buen soldado. Solo la ignoraba y quería llegar a su destino, "ver al sargento" en el comedor. Observando su hermoso rostro, esos ojos oliva que ha cualquiera enamora, sus labios rosas y delicados, ese peinado tan frágil y tenso. Unos pensamientos tan lindos del castaño, en cada día, cada momento y minuto que lo encontraba. Miradas que enamoran.
-Eren ¿me estas escuchando?, ya es hora de entenderme y dejar eso que siempre te distrae…no se lo que es, pero déjalo a un lado- insistía la pelinegra.
-Tienes razón, Mikasa, deja eso para después Eren… - entro a la discusión Armin.
-No Armin, tiene que dejarlo y borrarlo en estos casos importantes. El sabe bien lo que tiene que hacer bien, ¿entiendes, Eren?-
-Si pero, al menos que piense unos momentos de tranquilidad cuando no este ocupado, que haga lo que quiere hacer, Mikasa…-
- ¿Qué te hace pensar eso?-
- Eren distrai... -
-¡Ya basta!- les grito Eren, molesto y cansado de sus puras tonterías, el piensa lo que se le de la gana y cuando lo desea. Sus amigos no lo dejan un minuto en paz. La hermana se molesto un poco, el rubio se sintió tonto a la vez, y ambos con culpa. Sabían el motivo de la forma de hablar de Eren, son demasiados molestos y platicadores con el chico titán.
-Perdón, es solo que… ustedes no me dejan en paz unos minutos, los entiendo chicos, pero a veces las personas nesecitamos un poco de privacidad en sus tiempos libres. Como yo, solo quiero estar solo en mi habitación en cuando terminemos de cenar. ¿Pueden prometer eso?- se disculpo el castaño, dándose cuenta por la forma de gritarles, el será un necio, pero también tiene sus cualidades de pensar y disculparse. Cada persona lo tiene, cada ser vivo de este mundo.
-Esta bien, Eren, nosotros lo sentimos. Soy una platicadora y un estorbo para ti… - se fue retirando la asiática al comedor. El ojiverde intento hablarle pero antes de eso, la chica cruzo la puerta del comedor. No era su intención lastimarla, solo intento calmar sus palabras por los pasillos. El no tiene la culpa después de todo, pero, debería ser honesto con ella ya.
-Armin… soy un torpe…- susurró Eren. Palmeando su frente y lanzando maldiciones por su mente.
-No es tu culpa, es nuestra- lo intento animar el rubio de la infancia.
-Si pero, no me dio gusto hablarles de esa forma… Solo que puedo ser honesto algunas veces…-
Armin sonrió.
-Bien… Vamos a cenar y hablar con ella.- poso su mano en el hombro de Eren, tratando de hacer entrar en razón. El joven solo asintió y camino junto con el. Por algo, su mente volvió a recordar a la persona de su vida. En tan solo verlo sentado, comiendo y arto de la loca científica, se sintió en el cielo como una historia romántica.
La cena termino, si había hablado con su hermana adoptiva y ella al igual se disculpo. Todos se fueron a sus respectivas habitaciones, el gran testarudo de Eren no lo hizo. Fingió ir a su habitación (calabozo) solo para ver a su persona preferida de la vida, claro, primero Mikasa y Armin lo acompañaba siempre. Para después despedirse y diciendo las mimas palabras de siempre como "adiós" o "hasta mañana" para después marcharse a dormir. Eren fue sacando la cabeza a ambos lados del cuartel, mirando a toda costa que nadie estuviera ahí y preguntara mil cosas del porque estaba afuera. Obviamente respondería excusas inventadas para callarlo.
Nadie pareciera que estuviera afuera, todo la oportunidad de salir muy callado sin torpezas y cuidado, tenia en su mente una mezcla de miedo, preocupación y temor de ser descubierto a las horas tan tardes de la noche. Los primeros pasillos tuvieron excito, luego le esperaba cruzar el ultimo y respirar aliviado. Claramente lo logro y soltó todo el aire y respirar tranquilo, ya lo consiguió, llego a las escaleras pero aún el temor se hacia presente en sus pensamientos.
En el lugar de arriba dormían personas, sus superiores y sargentos, el más de Rivaille. Que dormía en la habitación casi el fondo. No tomo su tiempo y comenzó a subir despacio, unos últimos escalones, subió todo y camino observando las puertas de cada persona durmiente, sabia cual era la de Levi. De igual manera, el lo llama a veces, por esas llamadas lo guardo en su mente la puerta correcta.
Estaba en frente de esa cosa hecha de madera, la "puerta" del sargento, tenia miedo, tenia preocupación y su cuerpo temblaba por lo que aria en unos instantes del tocar la puerta y despertar al sargento, odiaba ser tan tímido con el, ¿porque?, seguramente por ser un hombre tan rudo y listo tenia la sensación de golpearlo por estar en su habitación en la madrugada. Con no mucho ánimo, se atrevió a dar tres golpes de la puerta, los sonidos se oían fuertes (seguramente por tanto silencio), tanto que el sargento talvez despertó de su profundo sueño. Eren se paralizo a escuchar los pasos desde adentro, dios en que se metió. Ya era demasiado tarde para escapar y salir corriendo, el sargento abrió la puerta, viendo al recluta en el marco de la puerta, con ojos bien abiertos y temblando con gelatina.
-¿Eren?... ¿que demonios haces aquí a estas horas de la noche?, te has atrevido a despertarme, especialmente a uno de tus superiores.- la voz de Rivaille sonaba cansada, tenia puesto una camisa blanca y unos pantalones cómodos, tenia un poco de sueño, claro, se levanto por alguien quien era la persona busca problemas.
-… Ehh… solo…- intento decir algo, pero su voz le fallaba, la cual puso a Rivaille de mal humor.
-Ahora si, mañana te pondré el castigo que les prometí a ti y tu hermana. No tienes la autorización de venir a molestar a la gente…- el pelinegro frunció el seño, causando más miedo al castaño.
- No por favor, escúcheme, solo...-
-Solo viniste a molestarme, eso haces. Ya vete, mañana estarás en problemas, Eren- fue alejándose y cerrando la puerta. El pie del castaño se puso entre la pared, impidiéndole cerrar, el mayor lo miro del espacio abierto, desesperado del chico. Abrió de nuevo la puerta, pero no el, sino Eren que la empujo un poco fuerte pasando a la habitación ajena. Rivaille quedo un poco sorprendido por lo que hizo, fue retrocediendo poco a poco, el menor se acerco a el despacio.
-… No iré a ningún lado, sargento… - su voz sonaba baja y erótica.
-Eren, para, vete de aquí, me estas poniendo de mal humor-
-No, usted es solo para mi y de nadie más…- llego hasta el, colocando sus muñecas en las del sargento. Poniéndolas contra la pared impidiéndole irse.
-Ya estas muerto- dijo Rivaille, con voz ronca y baja.
-Esta equivocado… tu lo estarás en unos minutos.- fue a su oído y dijo con voz erótica.
-… Póngase como, después de lo que voy hacer…- Rivaille se quedo en esta en shock, que había dicho. El mayor intento empujarlo, pero, sus manos estaban detenidas por las de Eren. Este le respondió empujándolo a la cama bruscamente y poniéndose encima del pelinegro, comenzando a lamber la nuca y dándole unas pequeñas mordidas. Dejando un color rojizo en la piel ajena.
-¡Espera Eren!- se movía entre las sabanas, una vez más, Eren fue colocándose entre su cuerpo, esta vez en sima, sentándose en el.
-No me haga querer lastimarlo.- se inclino y empezó a lamber su cuello, subiendo hasta llegar a sus labios. Lo beso, un beso delicado y suave, sintiendo esos labios suaves y rosas. Dejándose llevar el mayor. La lengua del menor abrió el paso a la boca ajena, este respondió y haciendo lo mismo.
Sus lenguas danzaron con lentitud, saboreando la boca del otro, se separaron unos segundos por falta de airé, y de nuevo, se besaron apasionadamente. Eren comenzó a acariciar la cintura del otro, subiendo hasta su pecho. Comenzando a desabrochar los botones de la camina blanca, tocando los pezones y después pellizcándolos.
-… Mhh…- soltó un gemido Rivaille, aun en la boca del otro, no pudo callarlo o aguantar, estaba excitado y su calentura comenzó a subir de temperatura; al igual Eren, se éxito demasiado. Los gemidos de Rivaille lo volvía loco, eso más, quería oírlo, suplicándole y gemir más. Dejaron de besarse, aún conectados con un hilo de saliva. Bajo lambiendo su pecho y deteniéndose hasta sus tetillas, las lamió circularmente, lo succionó y al final lo mordió delicadamente.
La mano de Eren fue bajando hasta sus caderas, ambos sentían la erección del otro, ya completamente duro. Lentamente comenzó a bajar el sierre del pantalón de Rivaille. Este tenía la mano derecha en la cabeza del castaño, tomando algunos mechones y la otra mano izquierda en el cuello. El menor dejo las tetillas bajando hasta el pantalón, le quito el pantalón junto con su ropa interior de un jalón y tomando el miembro, comenzando a masturbarlo lentamente, sentía como le torturaba. Se lo llevo a la boca, primero lambiendo la punta y después metiéndoselo completamente, comenzando a chuparlo, bajando y subiendo.
Rivaille tenía los labios entre abiertos y un rastro de saliva en ella, respiraba excitado, sintiendo la boca del otro en su zona más ajena, se sentía bien y a la vez mal. Su cadete estaba apunto de violarlo.
-Ah… Eren, para…- gimió el mayor, ordenándole que pare, pero este no hizo caso. Dejo el miembro, completamente duro y recto. Eren fue hasta su rostro, mirándolo y formando una pequeña sonrisa. Rivaille no se dio cuenta lo que hacia Eren, se quito sus pantalones junto con su ropa interior y dejando al descubierto su miembro ya duro. El pelinegro se sobresalto por ver lo que hacia, solo pensó que le aria sexo oral y ya, pero se equivoco.
-¿Qué crees que haces?, en este momento de ordeno que pares- pidió Rivaille.
-No, ya estamos aquí y no lo desperdiciare- respondió este, comenzando a frotar el miembro en el interior del otro.
-¡Es enserio, Eren, para. ¿Como demonios quieres meter esa cosa si ni me has puesto lubricante? ¡No hagas cosas que no sabes hacer bien!- levanto la voz el mayor sonó temblorosa y fuerte, intentando empujarlo pero el menor era fuerte.
-Prepárese, sargento- dijo Eren, que Rivaille estaba en peligro de ser violado por un chico, ¿pero que?
¡Lamento mucho tener que dejarlo hasta aquí! Es que necesito dormir temprano para mañana que hay proyectos de la escuela. Pero les prometo publicarlo pronto para ustedes chicas… ahora, les dije que era mi primera vez que escribo cosas así y la verdad no se como quede, háganmelo saber si les gusto o no, no me gusta escribir cosas mal. Sus comentarios me harán cambiar lo que hice. Eso era todo y nos volveremos haber pronto y para el siguiente capitulo empieza la mejor parte! :3 bye, bye… ¿Merezco reviews? ;w;
