Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Suzanne Collins y la historia le pertenece a Funkypurplerhino. Yo solo me adjudico la traducción.


Hoy me levanto temprano. Bueno, me levanto temprano todos los días, pero hoy me levantp especialmente temprano. Todavía está oscuro afuera. Tengo cosas que hacer antes de reunirme con mi compañera de caza…amiga…¿mejor amiga? Antes de reunirme con Katniss para desayunar.

Me salgo de la cama que comparto con mis dos hermanos menores lo más silenciosamente que puedo, esperando no despertarlos. Poniéndome mi ropa de caza y recogiendo mis botas que estas al pie de la cama, voy a la cocina y agarro mi bolsa de caza antes de salir. Me pongo las botas antes de dirigirme rápidamente por la calle.

No veo a nadie mientras me dirijo a la Pradera. Me detengo al lado de la cerca que rodea el Distrito 12, escuchando cuidadosamente para asegurarme que no este encendida. En teoría la cerca debe estar encendida todo el tiempo, pero en realidad raramente lo está. Me arrastro debajo de una sección suelta y me dirijo rápidamente al bosque.

Reviso las trampas y encuentro una ardilla esperando por mi. Rápidamente la remuevo, depositandola en mi bolsa y rearmo la trampa. Las trampas cercanas no atraparon nada, así que regreso a la cerca, atravieso la Pradera y entro a la ciudad.

Espero que el panadero este despierto y no su esposa. Al panadero le gustan las ardillas, pero si su esposa abre la puerta, probablemente me eche con una ristra de obscenidades en vez de comprarme. Tengo suerte. El panadero abre la puerta y le vendo la ardilla a cambio de una hogaza de pan.

Regreso rápidamente al bosque más allá de la cerca, hasta el saliente de rocas con vistas al valle. Este es nuestro lugar de encuentro, escondido detrás de un matorral de arbustos de bayas, pero con vistas a todo el valle.

Agarro una flecha, atravieso el pan con ella y lo vuelvo a guardar en la bolsa. Poco después la escucho acercarse. Ella es silenciosa, pero yo soy un cazador. conozco los sonido del bosque. Y conozco sus sonidos. Si, la conozco.

Katniss Everdeen. Mi compañera de caza. Mi mejor amiga. La chica con la que espero casarme algún día.

- Hola Catnip - la saludo, utilizando el apodo que solo yo tengo para ella. En cuanto ella aparece me encuentro sonriendole. Es raro que cualquiera de nosotros sonría fuera del bosque. Es nuestro refugio. El único lugar donde somos libres para ser nosotros mismos. Lejos de responsabilidades. Lejos de los ojos vigilantes de El Capitolio y de los Agentes de la Paz.

- Mira lo que he cazado- le digo mientras sostengo en alto el pan.

Ella sonríe, quitándome el pan y acercándolo a su cara.

- Mmm, todavía esta caliente - dice - ¿Cuánto te ha costado?

- Solo una ardilla. Creo que el anciano estaba un poco sentimental esta mañana. Hasta me deseó buena suerte. - contesté.

- Bueno, todos nos sentimos un poco más unidos hoy, ¿no? - murmura - Prim nos ha dejado un queso.

Yo vuelvo a sonreír.

- Gracias, Prim. Tendremos un verdadero festín. - haciendo mi mejor acento del Capitolio, digo. - ¡Casi se me olvida! ¡Felices Juegos del Hambre! - recojo unas cuantas moras. - Y que la suerte… - lanzo una mora al aire.

Ella la atrapa fácilmente con la boca y termina mi frase, - ¡...Este siempre de su lado!

Mientras corto el pan, la observo recoger las bayas de los arbustos.

Ella tiene el aspecto típico de la gente que vive en nuestra parte del distrito, la Veta: cabello negro, ojos grises, piel aceitunada. Podría ser mi hermana, pero no somos familia. Eso es bueno, ya que no siento nada fraternal hacia ella. Nos llamamos el uno al otro "mejores amigos". yo siento mucho más que eso, pero nunca le he dicho como me siento. No quiero arriesgar lo que tenemos ahora presionando por más. Tal vez cuando ella sea mayor, o eso me sigo diciendo.

Ella regresa con las bayas mientras termino de untar el queso en el pan, añadiendo una hoja de albahaca con las que Prim envolvió el queso en cada uno. Nos acomodamos en un rincón para comer, disfrutando de la vista del valle, la suave brisa, la luz del sol y nuestro festín de queso de cabra y pan fresco.

Si tan solo hoy fuera un festivo. Un día que pudiéramos pasar juntos aquí, en nuestro propio mundo. Un mundo donde estuviéramos a salvo de cosas como los Juegos del Hambre.

En un jueves ordinario ambos estaríamos en el colegio en este momento. Pero, hoy no es realmente un festivo. Es el día de la Cosecha. Hoy estaremos formando en la plaza a las dos en punto para escuchar la lectura de los nombres.

- ¿Sabes que? Podríamos hacerlo - digo en voz baja.

- ¿El que? - pregunta casualmente, sin mirarme.

- Dejar el distrito. Huir y vivir en el bosque. Tu y yo podríamos hacerlo - digo fervientemente.

Ella me mira como si hubiera me hubiera vuelto loco, por lo que me retracto rápidamente - Si no tuviéramos tantos niños.

No nuestros niños, por supuesto. Solo tenemos 18 y 16 años. Tenemos responsabilidades. Mis dos hermanos y mi hermana. La hermana de Katniss, Prim. Y nuestras madres. Ellos se morirían de hambre sin nosotros para proveerles.

- No quiero tener hijos - dice ella con firmeza, dándole la espalda al valle.

Yo quiero. Yo quiero tener hijos con ella. Todo lo que digo es,

- Puede que yo sí, si no viviese aquí.- Entiendo como se siente. Vivimos en un mundo difícill y la idea de traer más niños a él te pone a pensar.

- Pero vives aquí - me dice ella, irritada.

- Olvidalo.

Hay un par de minutos de silencio incomodo antes de que ella pregunte

- ¿Qué quieres hacer?

Se que ya no estaba hablando de huir. Se había vuelto a enfocar, preguntándome si deberíamos cazar, pescar o recolectar.

- Vamos a pescar al lago. Así dejamos las cañas puestas mientras recolectamos en el bosque. Cogeremos algo bueno para la cena.

Esta noche será de celebración para la mayoría de las familias. Aquellas familias en las cuales su hijos no fueron llamados. Esta noche, dos familias empezarán semanas de terror, preguntándose si sus hijos sobrevivirán. O, más seguramente, como morirán.

Tenemos una mañana exitosa, con una docena de peces, una bolsa de verduras y un buen montón de fresas. Vamos al Quemador, el mercado negro del Distrito 12, e intercambiamos la mayoría de nuestra carga por pan, parafina y otras necesidades. Despues nos dirigimos a la casa del alcalde con las fresas. Él tiene un gusto especial por ellas y puede permitirse comprarlas a un buen precio.

La hija del alcalde, Madge, abre la puerta. Ella es, probablemente, la única amiga de Katniss, aparte de mi. Ambas tienen 16 años y estan dos años detrás de mí en el colegio. Ella tiene el aspecto típico de los comerciantes: cabello rubio y ojos azules. Madge esta bien, supongo. Es callada como Katniss. Realmente no la conozco muy bien. Es muy introvertida. nunca la he visto con un chico, a pesar de que sé que a muchos de los hijos de los comerciantes les gusta.

Hoy su monótono atuendo del colegio ha sido reemplazado por un caro vestido blanco, y su cabello está rizado y recogido con una cinta rosada. Se ve hermosa y festiva en su atuendo para la Cosecha.

- Bonito vestido - le digo.

Ella me mira, tratando de decidir si es un verdadero cumplido o no. Debo decir, lo es. Ella sonríe algo insegura y dice.

- Bueno, tengo que estar guapa por si voy al capitolio ¿no?

Eso me enerva. Ella sabe que las probabilidades de que ella sea elegida son minúsculas comparadas con Katniss y conmigo.

- Tú no irás al Capitolio. - le digo mientras vuelvo a mirar su vestido. Esta usando un hermoso adorno de oro puro. Lo suficientemente caro como para alimentar a una familia por meses. Ella nunca a tenido que tomar una tesela para sobrevivir. - ¿Cuantas inscripciones puedes tener?¿Cinco? Yo tenía seis con solo 12 años.

- No es culpa suya - interrumpe Katniss para recordarme que, no, no lo es.

- No, no es culpa de nadie. Las cosas son como son.

Madge ya no me mira. Le pasa el dinero de las fresas a Katniss y dice.

- Buena suerte, Katniss - no buena suerte para mi, a pesar de que todos sabemos que tengo más inscripciones que ellas dos juntas.

- Lo mismo digo - dice Katniss mientras se cierra la puerta.

Regresamos a la Veta mientras voy pensando en la injusticia del sistema. Cada ciudadano del distrito entre las edades de 12 y 18 años entran automáticamente en el sorteo. Una vez a los 12, dos a los 13 y así hasta que tienes 7 entradas a los 18. si eres pobre, puedes agregar tu nombre una vez más a cambio de una año de suplemento en cereales y aceite para una persona. Puedes hacer esto por cada miembro de tu familia. Katniss y yo hemos tenido que firmar por teselas varias veces desde que cumplimos 12, solo para que nuestras familia pudieran sobrevivir. Madge tiene cinco inscripciones. Katniss tiene 20. yo tengo 42.

Es difícil no resentir aquellos que no necesitan teselas y por lo tanto son los que menos probabilidades tienen de ser elegido el Día de la Cosecha. Creo que el Capitolio diseño todo de esta manera deliberadamente, de tal forma nos mantienen divididos y rencorosos. Si tu te estas muriendo de hambre y dividido, ¿como puedes planear una rebelión?

Cuando llegamos a la Veta, dividimos nuestras ganancias, dejando para cada uno dos peces, un par de hogazas de buen pan, verduras, un puñado de fresas, sal, parafina y un poco de dinero.

- Te veo en la plaza - me dice al irse.

- Usa algo bonito - le respondo. Tal vez me ayude a "celebrar" ver a Katniss en algo más que su ropa de caza o su atuendo usual para el colegio. Ella siempre es hermosa, aunque nunca se esfuerce y no tenga idea de cómo la miran los chicos. Yo, principalmente.

Me dirijo a casa y le doy todo a mi madre. Mis hermanos y hermana estaban limpios y listos para salir.

Mi madre me manda a mi cuarto, diciéndome que me limpiara y arreglara. Trae un balde de agua que acaba de calentar y veo una camisa de vestir y unos pantalones que pertenecían a mi padre esperando por mi en la cama. Verlos me entristecen mientras recuerdo el día, cinco años atrás, cuando las sirenas empezaron a sonar.

Un día como cualquier otro en la escuela. Estaba sentado en clase cuando de repente la sirenas se encendieron. Hubo un momento de silencio antes de que reaccionaremos. Todos en el distrito saben lo que significan las sirenas. Un accidente en las minas. La mayoría de nuestros padres y hermanos mayores trabajan ahí.

Salí de la clase para encontrar a mi hermano menor, Rory, divagando en los pasillos buscándome. Nos apresuramos a los límites del distrito donde todo el mundo se reunía para saber que pasó. Habían miles de personas rodeándonos y no podíamos encontrar a nuestra madre. Escuchamos que hubo una explosión al fondo de la mina. Horas después la encontramos, esperando que nuestro padre saliera con los otros mineros. Nunca lo hizo.

Tenía 13 años y de repente era el hombre de la casa. Responsable del cuidado de mi madre, mis dos hermanos menores y del bebe que mi madre estaba esperando en unos pocos días.

De la noche a la mañana pasamos de ser una de las familias más seguras de la Veta a una de las más pobres. Ya no teníamos el salario de mi padre ni los frutos de su cacería. pronto tendríamos cinco bocas que alimentar y ningún ingreso. Incluso con mis teselas, sería difícil sobrevivir. El padre de Katniss había muerto en la misma explosión, junto con muchos otros, pero todavía no la conocía.

Regresé al presente y me alisté para la Cosecha. Tengo 18 años, así que esta es la ultima para mi. Rory tiene 12, y es su primera vez. No lo deje coger una tesela. El próximo año, yo ya no podré, así que le tocará a él, incluso si tengo que ir a trabajar en las minas. Si soy elegido este año, bueno, esa es otra cosa en la que no quiero pensar ahora. Almorzamos en silencio con pan hecho de las raciones de cereal. Guardamos lo de esta mañana para la cena de celebración de esta noche; cuando sepamos que Rory y yo estamos a salvo de la Cosecha.

Nos dirigimos a la plaza a la 1:30. Cargo a mi hermana Posy la mayoría del camino. Es la única que está emocionada. Ella ve los carteles brillantes y los equipos de cámaras. La pantalla del televisor gigante brilla al otro lado de la plaza. Solo ella, con solo cinco años, es lo suficientemente joven para no saber de que se trata la Cosecha.

Se la entrego a mi madre mientras me dirijo con Rory al área acordonada. Él estará en la parte de atrás con los otros niños de 12 años. Yo estaré al frente con los mayores.

- No te preocupes Rory. Tu nombre solo esta una vez - le recuerdo, sintiendo su preocupación.

Él me mira, luciendo mucho más sabio que cualquier niño de 12 años debería.

- Estoy preocupado por tus 42 papeletas. No por la mía, Gale.

Le doy unas palmaditas en el hombro tranquilizándolo, pero no tengo palabras de consuelo. Estoy casi seguro de que mi nombre va a ser llamado hoy. He estado intentando guardar cualquier caza extra que he podido por los últimos meses para compensar por lo que no seré capaz de proveer cuando ya no este. Y, Katniss y yo tenemos un pacto. Si uno de nosotros es cosechado, el otro se encargara de proveer para ambas familias. Es mucha responsabilidad para dejar sobre los hombros de una chica de 16 años… incluso una tan dura y recursiva como lo es Katniss. Por eso tengo que regresar. Por ella. Tengo que ganar.

Me dirijo al frente, buscándola en la multitud mientras paso. Ella no me, ya que su atención está fija en el escenario. Lo más seguro es que esta en las bolas de cristal que contienen los nombres de todos los adolescentes del distrito. Uno para las niñas y uno para los niños.

Los juegos del Hambre son un castigo para los distritos. Una manera de recordarnos que nuestros ancestros intentaron rebelarse contra el Capitolio y perdieron. Un distrito fue destruido completamente en los Días Oscuros. Los 12 distritos restantes fueron requeridos sacrificar a los juegos un niño y una niña entre las edades de 12 y 18 años.

Los 24 tributos eran forzados a pelear a muerte en un evento deportivo civilizado, el cual es de visualización obligatoria. Para que sea humillante, además de una tortura, somos obligados a tratar este día como una celebración.

Es de hecho una celebración en el Capitolio, donde sus hijos no tienen que participar.

A exactamente las dos en punto, el alcalde sube al podio y empieza a leer. Cuenta la historia de Panem y los Juegos del Hambre. Recordandonos el porque estamos aqui. Como si pudiéramos olvidarlo.

Lee los nombres de los dos Víctores del Distrito 12. Los dos únicos vencedores que hemos tenido en 73 años. Solo uno sigue vivo. Haymitch Abernathy, el borracho de mediana edad que está intentando abrazar a la molesta escolta del Capitolio, Effie Trinket.

Ella escapa sus atenciones y sube a trote ligero al podio en cuanto la anuncia el alcalde.

- ¡Felices Juegos del Hambre! ¡y que la suerte esté siempre de su lado! - Dice ella en ese molesto acento del Capitolio.

Miro a Katniss otra vez y ella se voltea a verme, respondiendo mi media sonrisa. Parece preocupada. Incluso asustada. Nunca la habia visto tan vulnerable. ¿Estará pensando en sus 20 papeletas o en mis 42? Aparto la mirada, de repente dandome cuenta que ella está más preocupada por la persona que ella más ama en este mundo. Su hermana Prim . Prim y su única papeleta. Desearía poder consolarla y recordarle que una papeleta entre miles no es nada. Bueno, casi nada.

Mi atención se redirige hacia el escenario cuando Effie anuncia. "las damas primero" mientras cruza el escenario hasta la bola de cristal con los nombres de las chicas.

Mientras ella busca dentro de la bola, yo me repito una y otra vez "Katniss no, Katniss no, Katniss no. Por favor, cualquiera menos Katniss"

Finalmente elige una papeleta y regresa al podio, desdoblándola lentamente. Aguanto la respiración y pienso una vez más "Katniss no". Effie lee el nombre con una gran sonrisa en el rostro. Obtengo lo deseado. No es Katniss Everdeen.

Es Primrose Everdeen.


Aquí les dejo el primer capitulo de esta nueva historia, intentaré publicar semanalmente, posiblemente los fines de semana. Espero les guste.

Rose.