Disclaimer: Hetalia no me pertenece y nunca me pertenecerá, es del señor Hidekaz Himaruya al cual amo y venero.
Advertencia: es un fic yaoi, chicoxchico, si no te gusta no lo leas :)
Saludos!
Capitulo 1: Ese Ángel
Pasar tiempo solo es lo mejor, soy tan maravilloso que puedo divertirme horas y horas sin necesitar de nadie, kesesese. Aunque en este momento debo admitir que me siento algo triste. Me encuentro estirado en el sofá negro ubicado en la estancia de la casa de West. Hace unas horas que me encontraba en pie, y eso que eran las 4 de la mañana, pero no tenia la forma de conciliar el sueño, mi corazón estaba hecho un lio de hace algunos días…
Todo empezó cuando Italia-chan apareció con su adorable presencia por la casa de Alemania, venia a ver unos temas de la guerra (oficialmente), pero era mas que obvio que venia ver a West. He adorado toda mi vida a ese rayito de sol que desprende alegría, y nunca le he dicho mis sentimientos directamente, y aunque le he insistido para que tengamos una cita un centenar de veces, no se como logra la forma de evadirme y cambiar el tema. He intentado en el ultimo tiempo a resignarme a la idea que Ita-chan nunca me vera como algo mas que un amigo, y eso creo que esta bien, de todas formas soy demasiado maravilloso para preocuparme por algo así, kesesese… aunque aun hay algo que no entiendo.
No sé por que Italia-chan le gusta pasar tanto tiempo con un fornido alemán fanático de las reglas, siempre veo a West que regaña a Ita-chan y el se deja, aunque no hace nada para enmendar sus errores (aunque sinceramente yo le perdonaría todo solo con ver una sonrisa en su rostro). West no se da cuenta del tesoro que tiene a su lado, y es mas, no se si realmente siente algo por Italia-chan (aunque sospecho que si, por que realmente es imposible no adorar a ese ángel). Sin embargo, llegue a este estado actual (así de poco awesome) luego de ver una escena algo perturbadora.
Estaba soñando con lo maravilloso que era hasta que un sonido me perturbo un poco y desperté, abrí la puerta de mi alcoba y fui a investigar de donde provenía ese sonido, ahí fue donde se me ocurrió entrar a la alcoba de West con la idea de hacerle una broma, y creo que fue la peor decisión que he tomado. Me quede mirando boquiabierto la escena, ahí estaba, mi hermoso Italia-chan con el torso desnudo abrazándose de una forma muy acaramelada a West, quien no se negaba en absoluto, es mas el correspondía el abrazo, se me paso por la mente varias escenas que pudieron ocurrir antes de que yo me apareciera por la habitación y cada una de ellas se centraba en un tema recurrente: sexo.
Y desde esa noche es que no he podido conciliar bien el sueño, el solo hecho de imaginar a ese ángel de pelo castaño siendo manoseado por alguien que no sea yo realmente me enferma, y ese alguien no es cualquier persona, es mi hermano menor. Si realmente odio esta situación.
Creo que mi mente se esfumo por un rato de la realidad mientras indagaba de nuevo sobre lo que pasaba, por que no me di cuenta de que alguien había entrado a la cocina, próxima a la estancia donde me encontraba perdiendo el tiempo. Entre a la cocina y ahí lo vi. Llevaba una camisa de talla mayores para el y llevaba un bóxer corto que lograba tapara esa parte que si hubiera estado descubierta, seguramente le habría saltado encima.
-Italia –chan… - mencione con un hilo de voz.
-Ah, Prusia, no me había dado cuenta que estaba aquí, ve~ - se volteo a verme abriendo sus hermosos ojos castaños, diablos como adoraba que los abriera.
-¿Por qué estas levantado a esta hora?
-Me dio un poco de sed y vine por un poco de agua, pero debo apresurarme o Alemania se dará cuenta de que no estoy – menciono algo despreocupado.
-¿Qué Alemania se dará cuenta? – pregunte intrigado - ¿Italia, cuando fue que ustedes dos empezaron a salir?
-¿Salir? – me miro confuso - ¿de que me hablas?
Mi cara debía ser un poema, estaba atónito, ¿estaba o no en una relación con West?
-Vamos tu entiendes – reí con ironía – tu y West tiene una relación...
-¿Por qué crees eso? – pregunto curioso.
-¿No me acabas de decir que venias de estar con Alemania?
-Si, estábamos durmiendo juntos – admitió.
-Exacto, eso lo hacen las parejas, las personas que estaba en una relación.
-Pero yo duermo con mi fratello en mi casa y también he dormido con Japón, y no puedo estar en una relación con todos – menciono de una manera muy inocente.
Me quede pensativo, al parecer mi interrogatorio no serviría para saciar mis dudas, debo ser más directo.
-Italia-chan – lo llame nuevamente - ¿tu que sientes por West?
-¿Lo que siento por Alemania? – me miro incrédulo – pues Alemania es muy bueno conmigo, siempre me salva de Inglaterra y Francia-niichan, y además me da Pasta, vee~ - sonrió.
-No me refiero a eso, tu tratas diferente a Alemania a como tratas al resto.
Italia volvió a abrir los ojos, pero esta vez estos no emanaban su típica dulzura, es mas se veía algo sorprendido e inquieto, creo que había dado en el clavo…
-Eso… eso no es verdad – tartamudeo – yo a Alemania lo quiero… lo quiero como un buen amigo, eso es todo – dicho esto volvió a cerrar los ojos intentando mostrar una sonrisa forzada, pero a mi no me engañaría.
-Italia – se sorprendió al no escuchar el típico sufijo al final de su nombre – te conozco demasiado, es mas , puedo decir que te conozco mas que tu hermano, conozco todas tus reacciones y puedo notar bien cuando estas mintiendo.
El ambiente realmente se pudo tenso.
-Mi intensión no es que te sientas incomodo, es solo que quiero saber – me acerque un poco – quiero saber por que no eres igual conmigo que como con West.
Al notar lo serio de la situación no puso su cara bobalicona con el fin de escaparse como siempre, abrió los ojos y me quedo mirando fijamente por un rato, no pude identificar muy bien que sentimiento emanaba en esta ocasión…
-Prusia… - se detuvo un poco y luego continuo – hace tiempo que quiero preguntarte algo…
-¿Eh?
¿No era yo el que estaba haciendo las preguntas aquí? Bueno en fin, no me puedo negarle una respuesta a ese ángel.
-Dime que te inquieta…
-¿Alemania y Sacro Imperio son la misma persona, no es asi?
Mi mente quedo en blanco por unos segundos, tarde unos instantes para que mi cerebro volviera a conectar todos sus canales y volviera a funcionar. Italia se había dado cuenta de aquello que oculte por años, no por que quisiera, era mas para proteger a West, cuando lo encontré desecho luego de su ultima pelea contra las tropas de Napoleón, había quedado tan traumatizado que fue victima de una amnesia temporal que le impidió acordarse de todo su pasado, era como relacionarse con un bebe al cual había que enseñarle todo de nuevo. Lo mas seguro es que si intentara recordar las cosas de su pasado, solo se encontraría con dolorosos recuerdos de guerras, sangre y muerte. Era consciente de la relación que tuvieron el e Italia en el pasado, pero no estaba celoso, Italia había sufrido mucho cuando Sacro Imperio desapareció de su vida y más un cuando el estúpido de Francia se le ocurrió decirle que él estaba muerto. Su rostro no mostro una sonrisa por un siglo entero. A eso de la mitad del siglo XIX se me ocurrió proponerle la idea de independizarse del imperio del estúpido aristócrata, y acepto sin demoras, es como si todo el tiempo que su corazón se paralizo lo ayudo a volverse una nación mas feros y con ansias de ser libre. Pero había algo más, paralelamente yo ayudaba a unificar los estados germanos para darle a West un territorio e Italia estaba enterado de aquello, fue ahí donde conoció por segunda primera vez a Alemania. En cuanto lo vio sus ojos volvieron a emanar brillo y calidez, como si le volviera el alma al cuerpo. Se demoro 70 años en hacerme esta pregunta.
-Si te dijera que no lo tratarías de forma diferente, ¿no es así? – le encare.
-Yo no lo se…
-Yo creo que tratas así a Alemania por que crees que es Sacro Imperio Romano, crees realmente que el volvió a tu lado – seguí recriminándole.
-Prusia, necesito que me respondas, necesito saber si lo que siento por Alemania es real o no…
Si le decía la verdad y sabia lo que pasaría, perdería cualquier oportunidad con el, lo mas seguro es que iría donde West a contarle todo y él fornido en una de esas recuerda su pasado, luego pasarían a ser una pareja feliz y yo volvería a sentirme como cuando el viejo Fritz murió. Que miserable será mi vida, ya escucho las carcajadas de Francia y España riéndose de mi desgracia y también de la estúpida de Hungría, si ella me lo recordaría diario…
¿Y que pasaría si miento?
….
Engañar a Italia-chan nunca ha estado en mis planes, lo amo demasiado para mentirle sin justificación, pero si no lo hago estaré destare condenado a una vida de porquería, y es mas, ¿Quién dice que yo no lo puedo hacer feliz? Yo lo he venerado y adorado por mucho mas tiempo que West, y si realmente West sintiera algo por Italia, lo mas seguro es que lo hubiera reconocido en cuanto lo viera, y eso no paso.
-Italia, no se como decirte esto sin que te sientas decepcionado – dije finalmente rascándome las sienes – él… él no es quien piensas, Sacro Imperio esta muerto…
-….
-Lo siento Italia…
Sus parpados se cerraron y por su mejilla esbozo una lagrima, esta fue seguida de muchas mas que fueron empapando ese bello rostro…
-En serio tenia la esperanza de que tal vez él… él…
-Lo sé…
-Pero si Sacro Imperio estuviera vivo, el me habría reconocido, ¿verdad? Al principio pensé que Alemania no sabia quien era por que ya no llevaba un vestido, pero para esta instancia ya debería haberse dado cuenta…
Soy un cretino, dejar que ese ángel llore, soy la peor escoria de la tierra, y mas por lo que voy a hacer ahora…
-Italia-chan… - me acerque y le seque las mejillas con ambos dedos – por favor ya no llores, se me rompe el alma verte así…
-Prusia – levando la mirada – es cierto, tu siempre haz estado para apoyarme, gracias a ti pude reunirme de nuevo con mi hermano, Prusia también ha sido muy bueno conmigo – sonrió.
Trague saliva, este era el momento.
-Y tu, ¿sabes por que te he apoyado tanto Italia? – pregunte muy seriamente.
-Ehm, por que… somos amigos, supongo... – me quedo mirando interrogante – es por eso, ¿no?
-Yo te amo Italia, te he amado por más de 5 siglos…
Sus pupilas se dilataron hasta no poder mas, estaba inquieto, no se esperaba una confesión tan repentina…
-Prusia, yo… yo no lo sabia… - estaba impertérrito – yo no se que decir…
-Por favor, déjame demostrarte que puedo hacerte feliz, te protegeré de todo lo que te aterre, no dejare que nadie más te haga daño, dame una oportunidad de adorarte como te mereces…
Mis ultimas frases fueron dichas con todo el cariño que podía esbozar, necesitaba tenerlo a mi lado, necesitaba sentir que era mío…
-¿y bien Italia-chan? – pregunto inquieto - ¿me dejarías ser tu amante?
Italia miro al suelo por unos segundos meditando, yo en mi fuero interno me iba quemando poco a poco, mis mejillas debían estar en un tono rojizo intenso.
-Esta bien – me miro fijante mostrando una leve sonrisa – seré tu amante Prusia…
Otra vez mi mente había quedado en shock, pero tardo poco en reactivarse para entrar en un estado de euforia total, tome a Italia-chan por los aires y le di unas cuantas vueltas dándole a entender todo el amor que sentía por el, cuando por fin lo baje lo mire de forma intensa, y el se sonrojo un poco , lo tome de los hombros y fui acortando poco a poco el espacio que nos separaba hasta que el contacto se hizo. Fue un beso leve y casto, esos que dan los niños cuando son pequeños, los labios de Italia-chan eran suaves tal como lo imaginaba, la sensación era tan placentera, que no me imaginaba cuan mejor seria si aumentáramos un poco el nivel. Rompí el contacto y mi boca se apresuro a acercarse a su oído.
-Abre un poco tu boca – le susurre.
El aun con los ojos cerrados y con sus mejillas tomando un provocador tinte rosáceo abrió levemente la boca, pero lo suficiente para que mi lengua se adentrara y recorriera por completo esa cavidad. Sentía que estaba en la gloria, esos labios eran lo mejor que habría probado en mi vida, esto superaba por completo mis expectativas.
No nos separamos por varios minutos, hasta que se nos hizo imposible seguir por la necesidad de aire, pero seguimos unidos por un hilo de saliva que luego bajo por su barbilla y la mía. Mientras mi precioso ángel recordaba como respirar de forma normal, yo me arrodille frente a él, el tome una mano y la bese.
-Juro que nunca te hare sufrir, te amo como no tienes idea, no te arrepentirás de la decisión que haz tomado.
Dicho esto nos besamos nuevamente, fuimos a mi alcoba y no alcanzamos a darnos más que unas simples caricias y roces, Italia-chan se durmió antes de que pudiéramos subir un poco más el nivel, pero creo que estaba bien, ya había logrado hacerlo mi amante en una noche, con eso estaba más que satisfecho y podría sentirme dichoso por 1000 años…
Sentía como unos brazos me impregnaban calor, era muy agradable esa sensación, pero no eran los mismos que me abrigaban en otras noches, esta vez no sentía la típica timidez de Alemania al abrazarme, y ahí fue donde caí en la cuenta de que no me encontraba en sus fornidos brazos…
Abrí mis ojos y ahí lo encontré, al chico que profesó adoración por mi desde que tengo memoria, Prusia, el que me ah amado desde siempre. Ahora recuerdo, ayer decidí ser su amante… amante… esa palabra se utiliza cuando dos personas se aman. Se que Prusia me ama, pero yo no siento amor por él, me gusta lo admito, aun así hace no más de unas horas creí que estaba completamente enamorado de Alemania, esto es demasiado complicado.
-¿Ya despertaste Italia-chan? – pregunto Prusia mirándome fijamente.
-Ah… si, buenos días – voltee el rostro algo nervioso.
-Italia-chan… - se fue acercando peligrosamente.
En un momento me aterre y gire completamente mi cuerpo evitando el contacto con él, obviamente noto que algo iba mal…
-Italia-chan… ¿te arrepientes de haber aceptado ser mi amante no? – menciono Prusia algo decepcionado.
-No… no es eso – dije apresuradamente, no quería lastimarlo – es solo que ayer pasaron muchas cosas, y no se como decirle a Alemania…
-No tienes que decirle nada – me interrumpió – de todas formas ustedes dos no tenían nada, ¿cierto?
Asentí un poco inseguro, yo sabia que no le había dicho mis sentimientos a Alemania, pero aun así me había esmerado en que se diera cuenta por mis acciones y ahora tendré que cambiar drásticamente mi actitud…
-De todas formas, ¿quieres que yo se lo diga? – me preguntó Prusia acariciándome el cabello.
-No esta bien, tienes razón, nosotros no teníamos nada, no tenemos por que darle explicaciones – sugerí.
Me beso en la frente y luego se dirigió al baño, yo me quede pensando. Lo mejor seria regresar a casa con mi fratello por un tiempo, así mi cambio de actitud con Alemania no se notara tanto, de todas formas, no creo que a él le moleste, después de todo a él siempre le molesto que fuera cariñoso, que le diera besos y abrazos. Creo que estoy tomando la decisión correcta…
Converse el tema seriamente con Prusia y estuvo de acuerdo conmigo, decidimos que por ahora mantendríamos nuestra relación en secreto y que cada parte se fuera enterando a su tiempo. Salí de la casa de Alemania sin ni siquiera despedirme de él.
Era muy raro todo esto, mi despertador no sonó en la mañana por lo que me quede dormido, y no me encontré con ese ser con sonrisa bobalicona que se escurría a mi habitación todas las noches. Me pareció muy extraño, pero tal vez estaba la opción de que se levantara antes que yo para preparar su amada pasta, no le di muchos rodeos y entre a la ducha.
Cuando termine de alistarme salí de mi alcoba y me dirigí a la cocina, y me pareció raro que mi hermano estuviera en el sillón leyendo el periódico muy callado, pero lo que me estremeció es que ya habían pasado 5 minutos desde que baje y no había recibido ningún abrazo. Me acerque a la sala y Prusia noto mi presencia.
-Hey hola West – dio una señal de saludo con la mano - ¿Cómo amaneciste?
-Eh bien…. – tarde en ordenar mis ideas – ¿sabes a donde se metió Italia?
-Italia-chan se fue a su casa West – me miro muy seriamente.
-¿Cómo? ¿Cuándo paso eso? – pregunte alterado, habíamos acordado una reunión.
-Esta mañana, al parecer no se sentí bien y creyó que seria mas útil en una reunión en que estuviera completamente lucido.
-A ya veo – me sorprendió la respuesta de mi onii-san, Italia nunca había sido tan prudente con una decisión.
Luego de meditarlo un poco me encamine a la cocina, pero alguien me agarro de la camisa.
-¿Qué pasa onii-san?
-West, ¿tu sientes algo por Ita-chan? – me miro con ojos tristes.
¿Qué clase de pregunta era esa? Nosotros estábamos en medio de una guerra, e Italia era nuestro aliado, no podíamos darnos el lujo de poner nuestro sentimientos personales por sobre el deber.
-Italia es nuestro aliado, y puedo decir que no lo odio – mire hacia otro lado – eso es todo.
-¿Estas seguro? – me miro desconfiado.
Mi cabeza hizo un leve recordatorio de todos mis momentos con Italia, y si, la mayoría de ellos me causaban un fuerte dolor de cabeza, ese chico si sabe meterme en problemas, pero aun así, creo que no puedo evitar sentir algo por él, es decir, él es tan adorable y dulce todo el tiempo, siempre intenta alegrarme aunque resulte ser todo un desastre. De todas maneras no puedo dejar que eso me distraiga, no dejare que nadie se entere de aquello nunca.
-Si estoy seguro Prusia – lo mire fijante ocultando cualquier rastro de timidez – ahora si me disculpas debo…
-Y si te digo que Italia-chan ya tiene a alguien, ¿no te molestarías? – me encaro.
Me quede boquiabierto, eso no podía ser, peor debo aparentar que no me importa.
-¿Y por que me debería molestar?
-West, no quiero que luego me digas que no te lo dije…
-No se por que haces tanto escándalo por esto hermano, estamos hablando de Italia…
-Bueno, como quieras, yo te lo advertí.
Me miro una última vez antes de irse a su cuarto, ¿Qué quiso decirme con eso?
Continuara….
Bueno eso era, espero que le den una oportunidad ;P acepto criticas constructivas y no destructivas, si quieren desquitar su odio por el mundo conmigo, mejor váyanse al psicólogo xD
Ya en serio, porfavor denme su opinión =)
Bye!
