Disclaimer: El universo de Harry Potter pertenece a J. K. Rowling y a la Warner (Bros). La trama es mía, en cambio, no robes. No publiques en ningún sitio sin mi permiso expreso. No escribo con ánimo de lucro.
Notas: Esto está escrito para el amigo invisible que organizó adharaphoenix en lj. Pasaros, es realmente divertido. Este fue un pedido de Phoenix.G.Fawkes (¡gracias por mi cromo!).
NO HAN DEJADO DE QUERERSE
El Castillo gime durante mucho tiempo después de la Batalla Final.
Las puertas de Hogwarts chirrían lastimeramente en sus goznes, a la mitad de las ventanas les faltan sus cristales y aúllan, las noches en las que el viento se adueña del ambiente. Demasiados elfos perecieron entre los pies de los combatientes, la cocina está medio vacía.
Ahora Augusta, Augusta Longbottom, visita a Minerva varias veces a la semana. Tres. O cuatro. A veces incluso cinco o seis. Otras veces se queda toda la semana y sólo vuelve para comprobar que no hayan entrado a robarle en casa.
Y es que después de la Guerra todos quedaron deshechos, en mayor o menor medida.
Los jóvenes tiraron adelante, recordando a los caídos con fiestas conmemorativas y lágrimas y abrazos sentidos, pero la mayoría de ellos consiguió rehacer una vida con los pedazos de la anterior.
Minerva no habría podido hacerlo sin Augusta, sinceramente.
Se encontró de un día para otro con que tenía un castillo enorme en sus manos, una escuela que dirigir y una vida que rehacer. Sola. Albus se había ido, Severus había muerto. La Orden del Fénix, disuelta.
Y entonces apareció Augusta.
De jóvenes habían sido amigas, al crecer pasaron a conocidas y hasta hace unos meses no eran más que un nombre entre muchos otros. Hasta hace unos meses.
Se reencontraron cuando la citó para hablar sobre Neville y las posibilidades de acortar su séptimo curso, y empezaron a hablar. Y hablar. Y hablar más aún, tomando un té con pastas, el aullido del viento a lo lejos.
Y desde entonces no han dejado de verse. De hablar aún más, frente al fuego o caminando por los pasillos desiertos. De darse la mano, acariciándose con el pulgar cuando están solas -cosa que ocurre muy a menudo, ahora que Hogwarts está cerrado, por reformas y vacaciones.
De besarse brevemente en los labios antes de irse Augusta, de abrazarse cuando Minerva se desmorona.
Desde entonces, no han dejado de quererse.
