Queridos lectores,
Primeramente, quisiera decir que Cruce de Caminos II es mi primera historia de ficción. Nunca he escrito algo antes y no he tenido intenciones de escribir… hasta… bueno, es gracias a Rosa… ;) La primera vez que leí su historia en el 2008, estaba extremadamente decepcionada que no se hubiera continuado y me encontré a mí misma pidiendo a gritos por más (no dudo que algunos de ustedes sintieron lo mismo) Al siguiente día para mi sorpresa, experimenté de hecho algo muy raro; créanlo o no, me encontré inmersa en alguna especie de universo paralelo con Candy, Albert, Annie, Archie, Patty, George y todos los demás como si fueran gente real. Las ideas de cómo la maravillosa historia de Rosa pudo haber continuado simplemente seguían reproduciéndose en mi cabeza, me obsesionaron en mi sueño y en cada momento que estaba despierta 24/7… y fue así como los primeros cinco capítulos de la continuación surgieron.
Así que, muchas gracias, Rosa, por tu historia. Gracias a ti fui transportada a un mundo maravilloso y experimenté sorprendentes emociones de sube y baja a lo largo de tu historia. Mi mente fue tomada, fui inspirada (o debería decir, ¡casi poseída!) ¡Y nunca me había sentido tan viva! ¡Gracias, querida!
Segundo, también quisiera darle un gran "gracias" a mi Logan, por su edición y también por su increíble paciencia conmigo, dejándome temporalmente en dos universos separados.
Además, un gran "gracias" a mi pequeño hijo, por inspirarme con su interminable curiosidad infantil. Él me recuerda cada día como no perder la habilidad de descubrir lo Nuevo y lo Emocionante…
Muchísimas gracias a Quevivacandy (www . fanfiction / u /4715731 / ), por traducir mi historia.
Habiendo dicho esto, les dejo "Cruce de Caminos II". Antes que empiecen a leer, por favor dense cuenta que esta es una CONTINUACIÓN directa de "Cruce de Caminos" por Rosa Carmona e idealmente ustedes deberían de leer la primera parte. De otra manera, no le hallarán mucho sentido a algunos argumentos y subargumentos de la historia y podrán sentir como si se hubieran saltado a la mitad del libro… Este es el link que deberían seguir (eliminando el espacio en blanco entre cada palabra) www. fanfiction s / 6561137 / 1 / Cruce-de-Caminos
Para aquellos que ya lo han leído, les doy un rápido resumen de la historia…
Después de haber sido rechazado y presenciado el encuentro de Candy y Terry, Albert se va para Lakewood. Allí él trata de hacer frente a la amarga realidad: Candy nunca lo amará de la manera que él desearía que ella lo haga. Luego de aceptar la invitación de los Weston para ir a su residencia de verano, se encuentra nuevamente con Jolie McPherson, una mujer por decirlo intrigante…
En el ínterin, mientras Albert se ha ido, Candy empieza a darse cuenta de su ceguera. Ella está aún más dolida cuando la plática con Patty le confirma su sospecha sobre los verdaderos sentimientos de Albert hacia ella. Pero a pesar de estar determinada a hablar seriamente con Albert, ella no está al tanto de una cosa: Albert está planeando irse a África de nuevo…
Pero… dejémoslos hablar por sí mismos. Dejemos que la historia continúe…
PARTE DOS
CAPITULO UNO: LOS CAMBIOS
Chicago, 18 de junio de 1921
'Mi querida Candy' ella leyó, 'Me voy de Chicago. Estaré fuera por un tiempo. Por ahora no puedo decirte por cuanto tiempo pero para el tiempo que leas esto, ya estaré rumbo a África. Me estaré uniendo a una misión zoológica en el Congo.'
No tienes por qué preocuparte; me he hecho cargo de todo. Los negocios estarán bien; dejé a Monty a cargo de todos los asuntos. También Hanna sabe qué hacer en la casa y George se ocupará de nuestra correspondencia.
Por favor, cuídate y disfruta tú vida. He abierto una cuenta personal en el banco para ti. George te dará instrucciones de cómo usarla. El dinero que deposité ahí, es para tu uso personal y puedes gastarlo como desees. También me he tomado la libertad de arreglar algunos asuntos respecto al Hogar de Pony. George te dará todos los detalles.
Por favor perdóname por no hacértelo saber antes; las despedidas nunca han sido mi punto fuerte.
Atentamente, Albert'
"¡Cómo pudiste Albert, cómo pudiste!" sollozó enfadada, estrujando la carta con una mano y golpeando el escritorio con su otro puño. "No me importa el dinero; eres tú a quien necesito, ¿No lo entiendes? ¡Cómo pudiste! ¿Cómo pudiste hacerme esto de nuevo? ¡Supuestamente íbamos a hablar!"
Desde que él regresó de Lakewood la semana anterior, ella había percibido una tensión en el interior de él. Estaba muy callado, extrañamente distante y parecía ser completamente indiferente al inquietante estado de ánimo de ella. Siguiendo su propia necesidad apremiante, ella quiso hablarle sobre todo lo que había sucedido en la fiesta y sobre la carta que él había dejado para ella, pero él no le dio la oportunidad de hacerlo. Para su sorpresa, él no dijo una palabra sobre de la breve nota que ella le había enviado, como si esa nota nunca hubiera existido. Ellos solían compartir casi todo pero ella se dio cuenta, con dolor en su corazón que esta vez, él estaba angustiado por algo que no quiso compartir con ella. En realidad él parecía tan inalcanzable y tan frío que ella simplemente se quedó sin el valor inicial que tenía y decidió esperar unos días más, convencida que tendría una mejor oportunidad para hablarle una vez que su extraño estado de ánimo menguara. Y solamente hoy, después que ella hubiera leído la carta que George le llevó a su dormitorio, se dio cuenta que había tomado la decisión incorrecta.
¿Por qué no me di cuenta de nada antes? Ella se culpó a sí misma. Yo cobardemente estaba esperando y ahora tengo que pagar el precio… ahora que todo está perdido… ¡No, no! Repentinamente algo se le pasó por la mente. ¡Tal vez aún no es demasiado tarde! ¡Tal vez todavía pueda encontrarlo!
Candy se puso de pie rápidamente, tiró la estrujada carta sobre su cama y como si fuera llevada por fuerzas invisibles, bajó frenéticamente las escaleras detrás de George. Ella lo encontró. Él estaba a punto de retirarse de la mansión pero ella lo detuvo en la puerta y casi lo arrastró hacia el estudio. Ahí, aún con lágrimas en los ojos le rogó que le dijera en que barco Albert iba a irse a África. Conociendo su lealtad hacia Albert, ella esperó una gran resistencia por parte de él pero George la sorprendió. Él no tuvo ninguna objeción en revelarle la información que ella le solicitó.
Animada por su éxito inicial, sin perder un solo segundo hizo una llamada de larga distancia a Nueva York. A pesar de que todo su cuerpo estaba temblando con impaciencia, su mente al mismo tiempo estaba por alguna razón clara como el agua y marchaba a toda velocidad mientras ella estaba esperando para que la estación telefónica de Chicago reenviara la llamada, de repente todas las piezas del rompecabezas empezaron a cobrar sentido. Ella comenzó a comprender el extraño comportamiento de Albert hacia ella; su partida, su inesperado regreso de Lakewood, luego su casi constante ausencia, la fría proximidad hacia ella en los momentos en que ellos se encontraron, las misteriosas llamadas telefónicas y el proyecto que él mantuvo oculto de ella… y entonces, estaba el desayuno de hace dos días, antes que ella se fuera a trabajar… él parecía feliz, emocionado, hizo bromas constantemente… un gran contraste a los días anteriores… ella se fue a trabajar, llena de esperanza que eso era la respuesta a sus oraciones, finalmente estaba determinada a hablar con él la tarde siguiente. Sin embargo, ella regresó muy tarde cuando todos ya estaban acostados… pudo darse cuenta cuan ingenua fue. El cambio de su estado de ánimo dos días atrás no fue una oportunidad para ella; solamente fue la manera de él para decirle adiós…
Otra idea pasó por su mente – y otra pieza del rompecabezas halló su sitio. Él había tomado el tren de la tarde y después de un viaje en tren de diecinueve horas hacia Nueva York, debió haber alcanzado su destino el día de ayer. Su única esperanza estaba en la posibilidad que él pasara la noche en uno de los hoteles de Nueva York… pero conociendo sus preferencias al momento de viajar y el hábito de coordinar todo en tiempo, ella dudaba que lo hubiera hecho. Pero solamente esta vez… ella oró. Por favor, solamente esta vez…
Sus piernas se rehusaron a sostenerla y tuvo que sentarse. Mientras se giró para halar el teléfono un poco más cerca, notó la tranquila mirada de George sobre los movimientos que hacía y de pronto se dio cuenta por qué él no puso resistencia cuando ella le pidió ayuda. Las lágrimas nublaron su vista otra vez y tragó, en un intento de luchar contra ellas. Debió haberlo adivinado enseguida… ella conocía lo suficiente a George para saber que él nunca habría obedecido a nadie más que a William. Él nunca hubiera revelado tan importante información como el nombre del barco si eso estaba en contra de los deseos de William y si él lo hizo, fue porque la información no era para nada importante, al menos ya no más. Si él hubiera traicionado la orden de Albert, no estaría parado tranquilamente por la ventana, con su mirada, siempre tan sabia y paciente y ahora, llena de simpatía…
Era tan doloroso pero ella se estaba enfrentando al hecho que las probabilidades de alcanzar a Albert en los muelles de Nueva York antes que él abordara, eran muy, muy pocas sino inexistentes.
Y justo mientras ella temía eso, sus desesperados esfuerzos eran ciertamente infructuosos; una vez comunicada con el oficial del puerto Harbor de Nueva York, fue informada que el 'Dama Luisa' había partido la tarde anterior.
No hace falta decir, que ella no necesitaba ser un genio para entender que Albert le había dado instrucciones a George para entregarle su carta de despedida después que él ya estuviera en alta mar. La última pieza del rompecabezas completó la imagen. Si Albert planeó esto, y ella tenía la amarga sensación que él lo había hecho, lo había planeado muy bien. Ella no tenía dudas que él no quería que ella lo encontrara a tiempo.
Decepcionada más allá de las palabras, regresó a su dormitorio, ahogándose en lágrimas de nuevo. "¿Cómo pudiste Albert, cómo pudiste?" continuó diciéndolo una y otra vez, todo al silencio de la vacía habitación. "Tenías que irte, bien, ¿Pero cómo pudiste dejarme de esta manera?"
Los días pasaron. Luego los días se convirtieron en semanas. Ahora hacía un mes desde que ella había hecho la llamada telefónica a Nueva York y cada día desde entonces ella se sentía indecisa. Su corazón estaba lleno de ira y dolor con una pizca de desesperanza y soledad, desconcertado en buena medida. Pero sobre todo esto, sentía… vacío. Nada era igual. Ella amaba esta casa, pero era Albert quien era su verdadero hogar. Sin él aquí, solo era una fría y vacía construcción. Antes que él regresara de Lakewood, al menos ella tenía algo por qué esperar. Ahora… no había nada. Nada que ella pudiera esperar con ansias.
Reconsideró el consejo de Patty y decidió que al final del verano se iría. George estaba considerablemente en contra de sus planes pero al final, aunque renuentemente, la había ayudado a encontrar un apartamento. Era en verdad muy pequeño, hubiera cabido dentro de su antigua habitación en la mansión, pero era suficiente para sus necesidades. Amaba la vista desde su dormitorio – afuera estaba el parque Douglas, lleno de árboles. Y la mejor parte de todo, estaba solo a pocos minutos del hospital. Era su primera inversión real.
Las tres, Annie, Patty y ella misma pasaron un excelente tiempo arreglando el lugar. Ella no tenía tiempo para ello cada día, pero cuando la palabra "Listo" fue finalmente pronunciada, encontró una especie de tranquilidad. Tenía su propio hogar. Algunas veces visitaba la antigua mansión, pero eso pronto terminó. Fue el regreso de la Tía Abuela Elroy lo que la detuvo de siquiera acercarse. La anciana dama no pudo aceptar que la mansión familiar fuera dejada sola en manos de los sirvientes y se mudó de Boston. Así fue como el contacto con la mansión paró y a excepción de George, quien regularmente la visitaba en su apartamento, solamente Hanna venía ocasionalmente, siempre trayendo alguno de sus deliciosos pasteles y hierbas especiales útiles para todo.
Este año, tuvo bastantes días libres en el hospital para pasar Navidad en el Hogar de Pony. ¡Ese lugar estaba siempre tan lleno de vida! Ella siempre era bienvenida allí como un miembro de la familia y eso sosegaba un poco su alma solitaria. No podía tener suficiente al abrazar a sus madres adoptivas, niños y a su amado Clin, quien a pesar de estar viejo, no perdía su sed de aventuras. Inmediatamente dejó a la 'Dama Andrew' atrás y la primera cosa que hizo fue trepar el Padre árbol. El paisaje de las colinas cubiertas por la brillante nieve, resplandeciendo por el sol del invierno, era más valioso que cualquier riqueza en el mundo. Ella pensó que nada había cambiado aquí, incluso los gritos de 'cuidado' de ambas mujeres, quienes la miraban a lo alto, habían corrido con absoluto terror hacia el árbol en caso que algo sucediera… incluso el ambiente allí no había cambiado para nada. La cena de Navidad reunió a todos los ocupantes del Hogar de Pony en el comedor principal y después de disfrutar una deliciosa comida todos salieron a cantar villancicos navideños a las casas del vecindario. Iba a recordar esta Navidad por mucho tiempo; ¡Le dio la felicidad que tanto necesitaba!
Sin embargo, a pesar del innegable gozo de estar allí, no encontró la paz que esperaba. Por primera vez en su vida, el Hogar de Pony había fallado miserablemente al no darle ningún consuelo. La sombra de Albert la perseguía incluso aquí, no, especialmente aquí. Era justamente aquí que ella lo había conocido por primera vez… y cuando ella regresó a Chicago, su añoranza gritó más y más fuerte. Al contrario, ella se estaba volviendo más y más callada.
Albert le escribió solo una vez, ella recibió esta carta a finales de febrero. Él describió algunas de sus investigaciones y a pesar del tono tranquilo de esta carta, ella pudo sentir cuan apasionado él estaba sobre lo que hacía. Él parece encontrarse muy bien sin mí, pensó con amargura. No había una palabra sobre él, como si no quisiera compartir con ella más que estos hechos. No había ni una palabra respecto a ella, a excepción de unas pocas líneas donde él le deseaba lo mejor para este nuevo año. Tampoco había dirección de retorno y George le juró que contactar a Albert era imposible, dado que él se encontraba lejos de las principales ciudades. El único contacto que habían tenido fue por unos escasos telegramas donde Albert informaba que estaba vivo y bien. Era imposible entonces incluso agregar una posdata de parte de ella.
Y ella debería haberlo sabido mejor. Si no hubiera estado tan cegada por el dolor de la desilusión, se hubiera dado cuenta que Albert, con todo su sentido de responsabilidad, nunca se hubiera ido sin dejar todo organizado, incluyendo vías de comunicación. Debió haber sabido que ni Montgomery ni George, hubieran permitido que se diera una situación donde ellos no tuvieran posibilidad de contactar a Albert en caso de cualquier emergencia familiar. Y de hecho había una transacción que estos hombres habían hecho hace algunos meses atrás. Albert deseaba estar solo y solamente le dio a George los lugares donde podía ser contactado, también le pidió que le mantuviera informado acerca de todo menos de Candy, a no ser que se tratara de una situación de vida o muerte. Y ahora, a pesar que Candy no sabía esto, negarse ante su súplica había roto el corazón de George. Nunca estuvo tan cerca de romper la promesa que le había hecho a Albert como cuando ella lo estaba mirando fervientemente a los ojos y solamente su autodisciplina lo detuvo de revelarle esta información. La simpatía que sintió fue escondida profundamente, más profundamente que cuando él estaba presenciando la desesperación de ella después de la partida de Albert.
O O O
Las cosas estaban empezando a ponerse aún más complicadas para ella. Si Patty fue quien le abrió los ojos y confirmó lo que ella ya sospechaba, Annie fue quien realmente la regaño, sin retener nada. "¿Cómo pudiste ser tan ciega, Candy?", le gritó, "¡Nunca podrá dejar de asombrarme por qué te llevó tanto tiempo darte cuenta del maravilloso hombre que él es! Él te amaba, si, él te amaba y tú tenías razón al pensar que sus sentimientos iban más allá de los de un hermano. Pero tú aún no lo entiendes. Continúas repitiendo de cuan molesta T U estás, porque él te dejó - ¿Pensaste siquiera por un momento como debió haberse sentido É L? ¿Se te ocurrió solo por un segundo él se fue? ¡Piensa sobre ello ahora! ¡Viviendo por años bajo el mismo techo con la persona que él más amaba, convencido que ella moriría por uno de los mejores amigos de él! ¿Serías capaz de hacer eso?"
Ella debía admitir que su amiga tenía razón. Albert siempre estuvo en su vida, siempre allí para ella, ella simplemente lo dio por sentado. Ella ya una vez se había enfocado tanto en sus desmenuzados sentimientos que no había visto los de él y nuevamente lo había hecho, cuando él se fue… la única cosa de la que era capaz de hacer era sentir lástima de sí misma… solo de ella misma. ¿Dónde entraba él en esto? ¿Qué derecho tenía ella de culparlo por haberse ido? Después de cómo ella lo había tratado, después de lo que hizo en la fiesta… él posiblemente no pudo haber sabido lo que realmente pasó entre ella y Terry y cómo eso la cambió… él posiblemente no pudo haber sabido que ella iba a hablar con él abiertamente. Tuvo tanta cobardía para inclusive indicarle a él su intención…
Desde ese momento la vergüenza nunca la dejó. Incluso no podía mirarse al espejo.
El único consuelo era su trabajo. Parecía estar impulsada por una energía y constantemente buscaba miles de cosas nuevas con las que pudiera ayudar. Todo parecía ser una buena oportunidad para ofrecerse como voluntaria en incontables y largas horas para estar con pacientes en su tiempo libre. Esta era su medicina. Esto era algo real, algo seguro, algo a que aferrarse y poder seguir haciéndolo, tratando de mantenerse a sí misma concentrada y alejando su mente del dolor de su corazón.
Sin embargo, algunas veces, en algunas de las tranquilas guardias nocturnas, cuando había terminado cada tarea en su totalidad, sus pensamientos empezaban a divagar. Como una polilla va a la luz, seguían regresando sus fantasmas y una vez tomó suficiente valor, mirando profundamente en el interior de su alma. Lo que vio allí fue desgarrador. Las palabras de Annie la hicieron darse cuenta que aunque haya extrañado su presencia anteriormente, todavía estaba lejos de ser un acto de amor egoísta. Ahora eso estaba cambiando. Había algo diferente en sobre la añoranza que tenía por él; algo nuevo había comenzado a crecer ya por algún tiempo, frágil al principio, poco a poco más y más fuerte. ¿Alguna vez tuvo esto la intención de ser cómo la fuerte tormenta que una vez sintió por Terry?, se preguntaba una y otra vez. ¿O se iría a quedar en las sombras del pasado y ser solamente alguna clase de amor? Pero estas preguntas no eran más sobre lo que ella necesitaba; era sobre lo que Albert merecía tener. Por una vez, se olvidó completamente de sí misma y comenzó a pensar solamente en él. Y había algo sobre lo que estaba completamente segura; Albert debía tener a alguien que lo amara sin condición alguna, sin excepciones, por su nobleza, su gran corazón, sus ojos maravillosos, por todo, ella siempre lo había sabido… ¿Por qué ella? ¿Por qué se torturó él a sí mismo con esto… por ella…? ¿Qué había hecho ella de especial para recibir tal sentimiento? Nada. ¿Qué podía posiblemente hacer para compensarlo por su sufrimiento? No sabía. Y ¿Cómo podía examinar sus sentimientos por él sin lastimarlo? Sabía que tenía que hacer algo. Pero, ¿La dejaría él alguna vez intentarlo? ¿La querría? ¿Aún la amaría? Había pasado tanto tiempo…
Algún día, cuando él vuelva… si alguna vez regresa… se seguía repitiendo. Algún día lo descubriré…
Ella apenas y podía darse cuenta que el invierno ya estaba desvaneciendo y era reemplazado por la primavera que se convertiría en verano. No le importaba… todo lo que le importaba era su trabajo.
