Disclaimer: Ninguno de los personajes, lugares, cosas, etc. que reconozcan me pertenecen. Son todos propiedad de J.K.Rowling y de Warner.

Holii! Bueno, después de un tiempito volví al mundo FanFiction (?) con otro Ron/Hermione. Este va especialmente por el cumple de Ron :) Digamos q es mi versión del primer beso de ambos. Espero q les guste y q me dejen unos lindos reviews ;) vamos, haganlo por Ron! xD

Nos vemos abajo!

Meeli Radcliffe.

1° de Marzo

Ese día no era un día cualquiera. Por lo menos, no para Hermione. Ese día era el cumpleaños de la persona que más amaba en el mundo, y no cualquier cumpleaños; era su mayoría de edad. Eso significaba que tendría que esforzarse el doble para darle el mejor regalo. Sí señor, su regalo tenía que ser mil veces mejor que el de esa estúpida de Lavender Brown. De repente, cayó en la cuenta de que, supuestamente, ella y él no se hablaban, pero decidió que con el regalo que tenía planeado darle bastaría. Se terminó de arreglar frente al espejo y bajó a la sala común con una sonrisa.

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Ronald Weasley se despertó atacado por las almohadas de sus compañeros. Se levantó de la cama y todos lo abrazaron, por no decir que casi lo derribaron. Una vez que Dean, Seamus y Neville se vistieron y bajaron a desayunar, Harry le dio el regalo a su amigo, y también se vistió.

-¿Preparado para aguantar a Lavender?- preguntó el moreno con una sonrisa, mientras se ataba el nudo de sus zapatillas.

-La verdad, no.

Realmente, le fastidiaba tener a Lavender atrás suyo todo el santo día. Sus constantes escenas de celos, sus quejas inacabables y sus molestos llantos lo hacían desear que desapareciera de la faz de la tierra de una buena vez. Pero no podía cortar con ella justo ése día. Quería pasar su cumpleaños en paz.

-Bueno, yo me voy a desayunar.- Harry se levantó de su cama y se dirigió a la puerta del dormitorio. Antes de salir miró a su amigo.-¿Vienes?

-Sí, ahora voy- contestó Ron frunciendo el entrecejo, y empezó a ponerse los vaqueros. Oyó los pasos de su amigo retumbando en la escalera. Se ató las zapatillas, agarró un camisa de la silla y se disponía a ponérsela cuando volvió a oir ruidos en la escalera de caracol. "Seguro que Harry se olvidó algo", pensó sonriendo. Entonces alguien entró de golpe en el dormitorio.

-¿Qué te olvidaste, amig...?- pero no terminó la frase, ya que, al darse vuelta y ver quién era, se quedó paralizado.

Era Hermione.

Pero no parecía la Hermione de siempre: el pelo, casi siempre enmarañado, estaba lacio y brillante, y se notaban los efectos del maquillaje en su cara. Estaba radiante. La chica se acercó un poco al pelirrojo y le dijo:

-Feliz cumpleaños, Ron.

-Emm... gracias, supongo.- contestó el chico, nervioso.

Hermione sonrió, dejando ver sus perfectos dientes.

-Estuve buscando un buen regalo para darte. Y no se me ocurría nada lo suficientemente bueno para tí...

Ron se ponía más nervioso a cada segundo. Quería apartar los ojos de su amiga, pero no podía; la súbita belleza de la chica lo atraía como un imán atrae los metales. Sencillamente, no podía dejar de mirarla, y admirarla.

-...así que espero que te guste el que encontré.

Sin darle tiempo para reaccionar, se acercó a él y lo besó. El chico se quedó frío unos segundos, pero luego respondió con intensidad al beso de la castaña. Había esperado ese beso tanto tiempo... todas sus dudas se disiparon en cuanto sus labios se encontraron con los de ella. Rodeó su cintura con sus brazos, y la chica lo empujó, haciéndolos caer sobre la cama de él.

Luego de un largo rato, Hermione se levantó, le dio un tierno beso en los labios a Ron, y se dirigió a la puerta. Se giró, miró al chico y susurró:

-Feliz cumpleaños, amor.- y bajó las escaleras.

El pelirrojo se tumbó de nuevo en la cama, con una sonrisa de oreja a oreja. Definitivamente, ese había sido el mejor cumpleaños de su vida.