"Historia de un juego"
~ o ~
Cuando eran pequeños, los hermanos Elric solían subirse por las cuerdas del columpio a la copa del enorme árbol que había junto a su casa y ver el atardecer. A veces dejaban a Winry subirse con ellos, pero ésas eran las menos. Era su mejor amiga, pero cuando ella estaba allí arriba con ellos, se divertían tanto que muchas veces olvidaban a qué habían venido. Cuando esto pasaba, les costaba mucho dormirse.
No sabían por qué, pero cuando miraban aquella bola naranja desaparecer entre las muchas montañas que bordeaban Rizen Pool, sentían algo en la garganta que parecía avisarles de lo mucho que iban a extrañar aquel paisaje dentro de poco tiempo. Entonces, cuando el sol estaba a punto de esconderse y aquella sensación se hacía casi insoportable, Ed cogía la mano de su hermano, Al la apretaba muy muy fuerte en respuesta, y ambos miraban fijamente los puntitos luminosos que iban apareciendo en el cielo hasta que la angustia se iba, hasta que su madre encendía una luz en el segundo piso.
A veces, ella les veía subidos a aquel árbol. Y cuando les preguntaba qué hacían allí, ellos respondían:
"Estamos jugando a ver ponerse el sol."
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Cuando eran pequeños, los hermanos Elric solían subirse por las cuerdas del columpio a la copa del enorme árbol que había junto a su casa y ver el atardecer. A veces dejaban a Winry subirse con ellos, pero ésas eran las menos. Era su mejor amiga, pero cuando ella estaba allí arriba con ellos, se divertían tanto que muchas veces olvidaban a qué habían venido. Cuando esto pasaba, les costaba mucho dormirse.
No sabían por qué, pero cuando miraban aquella bola naranja desaparecer entre las muchas montañas que bordeaban Rizen Pool, sentían algo en la garganta que parecía avisarles de lo mucho que iban a extrañar aquel paisaje dentro de poco tiempo. Entonces, cuando el sol estaba a punto de esconderse y aquella sensación se hacía casi insoportable, Ed cogía la mano de su hermano, Al la apretaba muy muy fuerte en respuesta, y ambos miraban fijamente los puntitos luminosos que iban apareciendo en el cielo hasta que la angustia se iba, hasta que su madre encendía una luz en el segundo piso.
A veces, ella les veía subidos a aquel árbol. Y cuando les preguntaba qué hacían allí, ellos respondían:
"Estamos jugando a ver ponerse el sol."
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