Muchas veces vemos pasar la vida como si fuera el cauce de un río que fluye, no nos detenemos a verla con calma y se nos va sin que a veces sepamos como. Algunos otros saben vivir la vida, disfrutan de los placeres que ésta les brinda y encuentran amor y buenos amigos a su lado.

Al principio yo era como los primeros, viví sin saber hacerlo y cuando pensaba que todo acabaría mal, a mi lado encontré al amor de mi vida, a unos buenos amigos y a unos padres amorosos.

Cuando pensamos que todo acaba a veces no es más que el principio, un inicio que quizá no sea fácil, puede que se nos presente áspero y sinuoso o puedo que no, pero que nosotros por empecinados así lo hagamos.

Yo era alguien con una vida esplendorosa, pero la sentía vacía, nunca vi que a mi lado estaba todo lo que era humanamente posible desear. Ella siempre estuvo conmigo, aún desde lo que podíamos llamar comienzo; amigos, aunque no eran muchos, también los tenía y eran buenos, mis padres, quizá no fueran del todo compresivos, sobre todo él, pero estaban conmigo y no notaba nada de eso.

Pero ahora las cosas serían diferentes, había vuelto el hijo predilecto de Londres y ahora estaba dispuesto a todo por recuperar lo que era suyo porque así lo había decidido, no es que fuera egoísta pero no pensaba perder lo que más amaba, acaso la gente no decía que más vale tarde que nunca.