Invasor Zim no me pertenece, solo utilizo a sus hermosos personajes y su sombría trama para mi diversión.
-Muévete….muévete…avanza, acércate…ven a mí.- Una voz ronca, grave. –Vamos…quiero sentirte desde dentro.- Palabras sensuales, mejillas rojas. Ojos opacos con lujuria.
-¿D-Dib?- Se sentía inquieto, pero algo dentro de él se retorcía con la profunda mirada de aquel joven. Su rostro estaba caliente, asustado por las reacciones de su cuerpo, dio un paso atrás. –No…no te acerques.-
El joven sonrió, mordió su labio y pasó una mano por su cabello. –Vamos, yo se que quieres…-
-Esa…esa voz…- Zim cerró los ojos con fuerza al sentir una fuerte y placentera punzada dentro de él. Algo apenado colocó sus manos entre él y Dib.- ¿Qué…te sucede Dib? –
-No sé….Ayúdame Zim…mi cuerpo arde…- colocó una cara de inocencia y sus ojos brillaron con deseo. –Vamos…acércate, no te lastimaré. Déjame tocarte- Estiró sus brazos, tomando de las muñecas al irken lo jaló hacia él. La cabeza del irken llegaba a los hombros de Dib.- Eres tan lindo cuando te sonrojas…- Susurró, masajeando entre sus dedos una de las antenas de Zim, tomándolo por sorpresa.
Dib tomó por la barbilla a Zim, mirándolo fijamente a los ojos. –Acércate un poco más…- susurró cerca de sus labios. Las mejillas del irken se tomaron de un color púrpura y cerró el espacio entre ambos.
Zim lo besó tímidamente, podía sentir la sonrisa dibujada en el rostro del humano y por orgullo, el beso se volvió más intenso. Sin dudarlo, los delgados dedos del invasor comenzaron a desabotonar lentamente la camisa negra del joven, para luego pasear por el firme abdomen de este, pasando sus dedos por las pequeñas marcas y cicatrices que este tenía.
-Ohm... ahh…Dib…- Gimió el irken al sentir la lengua del joven lamer sus labios. Abrió la boca un poco, permitiéndole entrar.
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-¡Jijiji, seguro el amo estará muy contento con su regalo!- Habló eufórico el pequeño robot, agitando violentamente una botella vacía en el aire. -¡Muy feliz!-
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Saludos lectores, un placer volver a verlos.
Estuve ausente mucho tiempo debido a la universidad y a diversos problemas personales. Al parecer ya me encuentro mejor de ánimos y he decidido completar esta pequeña historia.
Espero leer sus opiniones.
L.P
