Disclaimer: Nada de esto m pertenece, ambos son de JK y lo pasteloso no está patentado.
Este fic participa en el minireto de noviembre para "La Copa de las Casas 2014-15" del foro LaNoble y Ancestral Casa de los Black
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Los susurros del viento se colaban entre las cortinas, creando una danza constante y sinuosa. Miles de sonidos; grillos, cigarras y el ulular de los búhos llenaban el ambiente, creando una atmósfera relajante, amparada por la intimidad de una noche sin luna.
Aquella mujer sonreía. En sus ojos perduraba la llama chisporroteante de lo pasado hacía tan sólo unas horas. Sus dedos, finos y delicados, recorrían la espalda de su amado, delineando con suaves toques sus cicatrices; aquellas que lo marcaban desde siempre, aquellas que tanto daño le habían provocado.
Y él, con la cabeza apoyada sobre el hueco entre su pecho y estómago, dormía, azuzado por el ritmo de su respiración; manteniendo los ojos cerrados.
Nymphadora jamás había sido tan feliz, allí, cerca de aquel que ocupaba su corazón, aquel que se había convertido en su marido, en su compañero de fatigas, alegrías y penas. En su mitad.
Entonces él se revolvió, girando el cuerpo hasta quedar boca arriba y abrir sus ojos, de un color dorado y dulce, como la más pura de las mieles. Remus esbozó una tímida sonrisa y se incorporó, librándola de su peso.
—Pensé que dormías —susurró ella.
—Mi sueño no suele ser muy profundo —aportó, alzando la mano para acariciar su mejilla—. Además, no quiero que mi esposa se quede en vela.
—No lograba conciliar el sueño, todavía no consigo acostumbrarme a todo esto—respondió, sonrojándose débilmente.
Una chispa de melancolía brilló en los ojos del licántropo y, como si Tonks lo hubiera adivinado, atrapó su cara entre sus manos, obligándole a mirarla a los ojos.
—Ni lo pienses —le amenazó con firmeza—. Deja de ser tan dramático, no tornes negro lo que no es.
—Tonks, sabes que…
—Calla —afirmó, tapando sus labios—. No quiero oírlo, ¿de acuerdo?
Remus suspiró, apoyando su frente contra la de ella, haciendo que ambas respiraciones se mezclaran.
—Sólo soy una causa perdida —murmuró.
—Y yo tengo una gran debilidad por ellas, pero eso ya lo sabías, ¿no?
Él sonrió, delineando sus pómulos con una delicadez y parsimonia abrasadoras.
—Sí, eres la mejor salvando causas perdidas —concedió—. Pero no hay nada que yo pueda aportarte.
—Sí lo hay —afirmó—. Ámame y jamás dejes de hacerlo.
Remus no respondió, sino que selló con sus labios aquella promesa eterna, prometiéndose así mismo cumplirla, costara lo que costase.
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Bueno, ya tenía ganas de escribir sobre mi Tonks, aunque temo que me haya salido pasteloso… ¡Buah! Si es cortito, no hace daño a nadie xD
¡Arriba Hufflepuff!
