La misión de Eva
Disclaimer: Total Drama Series y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de sus respectivos autores. Yo sólo escribo por diversión, sin ánimo de lucro.
Resumen: Porque aunque nadie lo crea, ni siquiera ella misma en ocasiones; tiene sentimientos. Y a veces puede sentir genuina preocupación, a su manera, por sus amigos. Por eso, Eva tiene una misión. Será difícil y estúpido el recorrido, pero debe lograr que esos Owen, Noah e Izzy hagan cambien sus malos hábitos.
La vida era mucho más tranquila ahora.
Sus contratos habían expirado, así que Chris McLean ya no tenía forma de torturarlos en televisión internacional para su retorcida y bizarra diversión. No más daño físico ni psicológico. No más comidas asquerosas. No más humillación. No más McLean o Chef Hatchet. Ni Blaineley. Simplemente ellos, como amigos, conviviendo en paz y armonía sin cámaras captándolos a cada segundo.
Incluso, se atrevería a decir, la vida era un poco más feliz así.
Era agradable, simplemente. Pasar el fin de semana en casa de Owen, comiendo comida chatarra y durmiendo hasta tarde para ver una tonta película de terror con efectos malísimos. Izzy desaparecía por ratos, asustándolos más que cualquier destripador ficticio. Y el humor de Eva seguía siendo el mismo de siempre, pero al menos sabían que cualquier daño que ella pudiera provocarles sería menor.
Noah bostezó y cerró su libro. Se restregó los ojos y miró hacia el reloj que colgaba de la pared. Eran las 9 de la mañana, y por fin había terminado el tomo. Lo dejó a un lado y se enderezó, y de inmediato su espalda se quejó por haber reposado durante su lectura en aquel sillón; aunque alternara posiciones cada 2 horas, había sido una mala idea.
Ignoró la risita traviesa de Izzy cuando llegó a la cocina rascándose el trasero y con la mayor cara de zombie que podía tener. Se sentó entre ella y Eva, e inevitablemente volvió a bostezar.
—¿Dónde está Owen? —cuestionó aburrido, mientras tomaba un tazón y se servía algo de cereal. Izzy sonrió y se encogió de hombros.
—Gran O fue por su desayuno —simplificó.
Asintió vagamente y comenzó a comer, sintiendo la mirada insistente de Eva encima. La miró de reojo y arqueó las cejas.
—¿Qué sucede, Mujer de Hierro?
Pero antes de que ella pudiera contestar, Owen ingresó a la vivienda cargando dos bolsas de papel en sus brazos y con una enorme sonrisa en el rostro.
—¡Amigos, a qué no adivinan lo que encontré! —vociferó con emoción. Llegó hasta ellos y vació encima de la mesa lo que contenían las bolsas. Noah hizo una mueca al tomar una de las golosinas que el rubio había comprado.
—¿Caramelos?
—¡Y leche de chocolate! ¡El mejor desayuno que puede existir! —aseguró tomando un enorme tazón, que era para servir palomitas, y vació el litro de leche en él. Entonces, tomó dos caramelos, de uva y de fresa, y comenzó a desenvolverlos para echarlos en la leche.
Iba a tomar uno de esos caramelos de cola, hasta que se percató que no había. Al empezar a buscarlos, vio una envoltura y vio que Izzy los tenía todos en sus manos. La pelirroja sonrió, antes de metérselos todos en la boca.
Noah tragó saliva y aseguró el tazón de cereal con sus manos, al igual que Eva. El efecto de los caramelos comenzó a hacer efecto en la pelirroja, que rápidamente se levantó y empezó a temblar con una enorme y psicótica sonrisa en su rostro.
—Ay, no.
Izzy comenzó a saltar por toda la cocina y después por la sala, mientras vociferaba cosas sin sentido como "¡Izzy, mejor que los tapetes vivientes!", para después empezar a pisotear tal objeto. Owen parecía encantado ante la actuación de la pelirroja, porque simplemente la miraba y continuaba desenvolviendo caramelos en su mezcla.
Eva gruñó, molesta. Noah se levantó, tras terminar su desayuno, con cara somnolienta.
—¿Adónde crees que vas, ratón de biblioteca?
—Dormiré un poco antes de que inicie el maratón de Harry Potter. —se encogió de hombros. Eva observó el reloj.
—¿Qué acaso no empieza en 15 minutos?
Noah parpadeó confundido, volviendo a mirar al reloj. Maldijo por lo bajo y entonces se encogió de hombros.
—Podré dormirme durante los comerciales.
—¡Yo te acompaño, amigo!
Eva gruñó al ver que Owen tomaba su 'desayuno' y se dirigía junto con Noah hacia el sillón. Izzy estaba saltando a un lado, haciendo diversas maniobras con la lámpara y el jarrón de la madre de Owen.
Cerró los ojos, intentando serenarse. Por ellos. Pero era imposible. ¡Ese trio de idiotas tenían tan malos hábitos en su vida que le daba rabia! Alguien tenía que hacer algo antes de que se enfermaran por sus tonterías. Se levantó, y se colocó en frente del televisor justo cuando el logo de Harry Potter se presentó en la pantalla.
—Oye, Mujer de Hierro, aún no llegamos a la película en dónde aprendemos a ver a través de los cuerpos —comentó Noah, haciendo reír a Owen. Eso la hizo sentir un tic en el ojo.
—¡Oh! ¡Oh! ¡Yo sé hacer eso! Es demasiado fácil. —Izzy se puso en posición de ataque e intentó arremeter contra su amiga, pero esta se apartó y la pelirroja terminó por chocar contra el televisor. Cayó de sentón, sobándose la cabeza.
Eva apretó los dientes.
—¡Hey, apártate! Están a punto de abandonar al bebé en casa de los tíos que lo desprecian; no puedo perderme esa parte.
—Viejo, ¿por qué lo dejaron en ese lugar tan horrible?
—Aparentemente, sino sufría no podía ser héroe. Y el trabajo social de los magos es un asco.
—¡Yo soy trabajadora social...!
—¡SUFICIENTE! — y ¡boom!, Eva por fin explotó. —¡Ustedes tres tienen que cambiar sus estúpidos hábitos, AHORA!
El silencio se hizo posible. Incluso parecía que Dumbledore y McGonagall, en el filme, habían decidido no hacer ruido con tal de salvar sus vidas y la del niño que pronto abandonarían. Noah y Owen intercambiaron miradas, e Izzy apenas se levantó, tambaleándose un poco.
—Entonces... ¿no veremos Harry Potter?
Eva se apretó el puente de la nariz con los dedos, frustrada.
—Tú, dejarás de dormir de día y desvelarte de noche. ¡Y al igual que Owen, harás algo más productivo, cómo ejercicio!
—¡¿QUÉ?!
—Y a ti tampoco te vendría mal, Izzy. Gastar la energía que tienes podría evitar que mates a alguien algún día.
—Claro, cómo tú no has estado cerca de matar a alguien, Eva...
—¡Yo no tengo ningún problema, Noah!
Él simplemente levantó las manos en son de paz, con expresión asustada. Eva suspiró pesadamente.
—De acuerdo, tal vez no sé manejar mi ira.
—¿Tal vez?
Lo fulminó con la mirada, y este volvió a hacer el gesto de paz.
—... Volvería a mi tratamiento para controlar mi ira.
—¿En serio?
—Si ustedes están dispuestos a hacer algo más productivo y a... comer algo que definitivamente no sea esto —le arrebató el tazón a Owen y lo lanzó por la ventana.
—¡Oye, eso era amor!
Eva lo ignoró y volvió a posar su mirada en cada uno por un par de segundos. Noah bufó.
—¿No crees que estás exagerando un poco, mujer?
Pero las facciones de Eva no se ablandaron ni siquiera un poco. Noah rodó los ojos y bufó, exasperado. Miró a Owen y asintió, haciendo que éste soltara un sollozo lastimero y se cubriera el rostro. Izzy ni siquiera tenía que responder, de todas formas.
—Bien; intentaremos cambiar si nos dejas ver la televisión.
Ella sonrió con satisfacción.
—Bien, niñitas; prepárense. Mañana empezaremos con una buena rutina de ejercicio. —sentenció, chocando su puño contra su palma y entonces se retiró, dejando un silencio sepulcral tras de sí.
Noah gimió de anticipación. Ya estaba agotado de tan sólo pensarlo.
¿Por qué la vida se esmeraba tanto en hacerle saber que lo odiaba?
¡Eso ha sido todo por ahora! Espero que les haya gustado esta pequeña introducción.
Si te gustó, deja un rw. Si no te gustó, deja un rw. Si crees que Noah va a sufrir, deja un rw. Si quieres que la vida deje de odiarlo, deja un rw.
¡Saludos!
